17

Los tres Alfas volvieron a despertarse en el momento que notaron que el Omega comenzaba a retorcerse y con las feromonas revoloteando de nuevo por el ambiente.

El que se movió primero fue Wade, rápidamente, hizo el movimiento de ponerse la máscara.

- Realmente pensé que habías dormido con la máscara puesta.- habló Logan con la voz ronca de la mañana.

- El médico me dijo que no me llega el oxígeno de manera adecuada si estoy con la máscara todo el día.

- Entonces ya entiendo el porque eres así.- Peter Alfa se estiró encima del Omega tras notar como este se movía.

- ¿Así como?- preguntó Wade.

Logan y Peter se miraron, hablándose con la mirada. 

La conversación acabó cuando el Omega se sentó en la cama para poder besar a su tocayo. 

- ¿Tan temprano y ya quieres?- preguntó el Alfa más joven riéndose.

- Cállate y márcame.- contestó el 

- Uiii, al parecer hoy serás su favorito Peter.- dijo entre risas Logan.

- Siempre lo fui.

Entre risas, Logan y Wade decidieron dejar a los dos chicos más tranquilos y solos. Ellos aprovecharían para hacer la comida y asearse. 

Los dos Peter no tuvieron duda en lo que iban a hacer. El Omega, tras su recuperación de la cordura por el agua fría de ayer, hoy se había despertado más loco y sediento que nunca. Cogió el rostro de Alfa, aprisionándola en su manos para poder besar su labios sin que el otro huyera.

Peter Alfa se dejó llevar y en un abrir y cerrar de ojos, estaba tumbado bocarriba en la cama, con el Omega encima.

- Espera, creo que esto no va así...- intentó replicar cuando se dio cuenta de que Peter Omega comenzaba a restregar su trasero en el miembro del Alfa, por encima de la ropa interior.

- Cállate.

- ...vale...

No entendía muy bien porque, pero esto le estaba gustando mucho. El Alfa vio como su compañero bajó por su cuerpo y llegó a la altura de su cadera. En donde no dudó en bajar los bóxer de Peter Alfa.

Un poco tímido y avergonzado, no sabía lo que el Omega iba a hacer. Pero de todas las cosas que podría hacer, no se imaginó que metería su miembro en la boca. El Alfa con los ojos como platos, reprimió un gemido. Se puso derecho en la cama, apoyando su cuerpo en sus codos, únicamente para poder tener una vista mejor de como el Omega le comía la polla. Su cara estaba roja y caliente de la vergüenza que estaba sintiendo. Una éxtasis formidable, en donde no podía esconder sus expresiones de disfrute. Pero no podía dejar de mirarlo. Era hipnótico.

El Omega chupaba succionando el miembro con ganas. Llegando a tocar la pelvis del Alfa con su nariz. Escuchando los suaves soniditos que el Alfa hacía a modo gemido. Sus ojos se cruzaron y pudo ver como su compañero se mordía del labio inferior mientras lo miraba.

Peter se sacó el miembro de su compañero de la boca, dejando un besito en la puntita. Volvió a gatear hasta volver a ponerse encima del Alfa. 

- Te necesito dentro, por favor.

Peter se quedó deslumbrando mirando al Omega. Las emociones y sentimientos eran una bomba, en donde las feromonas de su compañero realmente lo estaba cohibiendo. El día anterior ya había notado que el olor y su esencia lo volvía loco, le haría un culto solo para su Omega, porque realmente era digno de adorar.

El Alfa estaba ansioso, tembloroso y jadeante. Cogió su cintura con las manos y en un veloz movimiento lo tumbó en la cama, automáticamente poniéndose encima.

Peter Omega se rio suavemente mordiendo su labio inferior y retorciéndose debajo de él. 

- ¿Por qué me haces esto? No lo entiendo. ¿Por qué simplemente no puedo dejar de mirarte? Me tienes hipnotizado...

- No estoy haciendo nada.- El Omega se rio y rodeó sus brazos en el cuello del Alfa.

- Claro que estás haciendo. No dejas de ser jodidamente... comestible.

- ¿Comestible?

- Sí...

- ¿Pues porque no me comes?

Esas palabras dejaron totalmente fuera de lugar al Alfa, el cual no podía estar ya más rojo. El ambiente lo estaba volviendo loco.

- ¿Podrías darte la vuelta?- preguntó el Alfa.

- ¿Bocabajo? ¿Por qué?

- Me da vergüenza que me veas así de desesperado...

El Omega volvió a reírse pero si objetar nada, hizo caso. Ya estaba algo más tranquilo y no tan acalorado como el día anterior, pero sus feromonas eran igual de intensas. Sintió las manos de su compañero por sus hombros, que recorrieron con suavidad todo su espalda. El agarre de desesperación del Alfa también fue notorio en la parte de su cadera. Acompañado del roce de la nariz del Alfa en su cuello, aspirando su olor por completo.

- ¿Por qué estás tan desesperado Peter?- preguntó el Omega.

- No lo sé... Realmente quiero tomarte.

- ¿Acaso te prohibí hacerlo?

- No...

- ¿Entonces a que esperas?

Las uñas del Alfa se clavaron en los costados del cuerpo de Peter Omega. Lo cual lo hizo gemir suavemente en la almohada mientras se tensaba. No iba a mentir, también quería que lo cogiera fuerte. 

Una separación se hizo presente, pero no duró mucho. Lo único que tuvo que esperar el Omega fue a que su acompañante se pusiera la protección. Una vez puesta, no había marcha atrás.

Peter se introdujo lentamente en su Omega, pero en poquitos segundos pilló la confianza suficiente como para comenzar un ritmo más acelerado. Fueron los gemidos de su Omega lo que le hicieron querer más, además de la gran sensación que tenía en el cuerpo. 

El Alfa estaba extasiado. Sin dejar de embestirlo, bajó para rodear el pecho de Peter Omega y abrazarlo. Obligando al Omega a levantar suavemente su cadera y teniendo un acceso más directo donde los dos notaron la diferencia. 

Enterró su nariz en el cuello y detrás de la oreja del Omega. La sensación de estar "drogado" por el aroma de Peter no se limitaba a lo físico; era una experiencia que trascendía los límites de lo racional. En ese estado de éxtasis sensorial, el Alfa se encontraba atrapado entre la realidad tangible y la conexión etérea que solo se podía explicar con el lenguaje de las emociones más profundas. Era como si el universo mismo hubiera conspirado para unirlos, y en ese momento, Peter Alfa se rendía a la fuerza magnética del destino que los unía de manera ineludible.

Sus ojos estaban idos y desorbitados, no comprendía como una persona podía hacerle sentir tanto a la vez. Comenzó unos movimientos menos pausados y más profundos dejando a Peter Omega sin aliento. 

El Omega estaba notando como el otro comenzaba a agitarse y a desesperarse aún más. No apartaba su boca de su cuello y hombros. No paraba de oler detrás de su oreja. No dejaba libre su cuerpo, lo mantenía sujeto con fuerza con una esperanza de protección y estabilidad. 

La mezcla de feromonas en el cuarto era descomunal, cualquiera que entrara lo notaría. Eso eran malas señales.

- Peter... más...- gimió el Omega entre gruñidos y lamentos de placer.

Al garras del Alfa se clavaron en la piel del Omega mientras apretaba sus dientes para evitar abrir la boca, porque sabía que si lo hacía sería una masacre. Pero sus embestidas no fueron a menos.

El Omega consiguió girar su cabeza para poder ver a Peter y flexionó su brazo para poder acariciar su mejilla y mandíbula.

- No hagas eso, te harás daño.

- Es que si no lo hago... no sé que soy capaz de hacer Peter...- habló el Alfa con el ceño fruncido y acunando su cara en la mano del Omega. Dejó de embestir por unos momentos.

- Peter... Te lo volveré a preguntar. ¿Acaso te he prohibido algo? 

- No...

- ¿Qué te pedí nada más despertarme?

El Alfa le miró con cara de cachorro. "Cállate y márcame." Las palabras resonaron en su cabeza aunque al principio no las recordara.

- No sé si debería hacerlo... Te haré mucho daño...

- Sobreviviré, lo hice ya con dos sin consentimiento. Seguro que esta la llevo mejor. 

- ¿Estás totalmente seguro?

- Segurísimo.

- Te estarás atando a un Alfa desordenado, hiperactivo y muy estúpido. Un Alfa que habla por los codos y tiendo a interrumpir a todos mientras hablan...

- Peter, corazón mío, no puedes ser más estúpido que Wade. Realmente quiero atarme a ti.

Frunciendo sus labios y lleno de felicidad, besó a su Omega. Su corazón se había encogido profundamente. Comenzó de nuevo a embestir a Peter haciendo que este se separase para gemir.

En poco tiempo, volvió al ritmo que tuvieron antes. Se volvió a hundir en su cuello, oliendo esa preciosa fragancia que su Omega emanaba.

No fue mucho hasta que ya los dos comenzaban a notar la éxtasis a la vuelta de la esquina. El Omega notaba sus entrañas cosquillear de la emoción, sus anteriores marcas algo catastróficas, realmente doliéndole mucho. Sentía que con esta podría ser diferente, notó como el Alfa realmente se preocupaba de él y no de si mismo, se sintió querido realmente y no como si fuera un trozo de carne que podrían utilizar para sanar sus instintos animales.

El agarre de las uñas del Alfa en su cuerpo, la respiración agitada y su estocadas contundentes, le dio a entender que ya estaba cerca. Intentó respirar más tranquilamente y agarró con fuerza las sábanas. Cada mordisquito que el Alfa le daba, era una señal de que ya iba a marcarlo.

Hasta que en el momento indicado, el Alfa llegó al orgasmo de un profundo gruñido y sin dudarlo, mordió el omoplato izquierdo de su Omega. El cual gritó y apretó las sábanas con fuerza. Sus lágrimas no dudaron en salir enseguida, pero estaba bien, no intentó zafarse ni se movió mucho. Solo aguantó hasta que pasara.

En la cocina, los 3 adultos estaban preparando el desayuna, hasta que oyeron ese grito. Enseguida reaccionando y yendo a correr hacia la habitación. El que abrió la puerta fue Wade que no pudo expresar su sorpresa más que con un suspiro. 

Logan solo se acercó a la cama y pudo comprobar que efectivamente, el Alfa estaba marcando al Omega. Peter Alfa solo apretó sus ojos y se encogió sin soltar aún el agarre del mordisco, quería que la marca fuera perfecta, por ello solo se encogió para que si lo golpeaban, fuera menos duro.

Erik se quedó petrificado en el pasillo, no se quiso ni asomar. Wade, que seguía en la puerta miró al líder y no sabía como decírselo.

- Lo ha marcado...- afirmó Wade.

El mundo de Erik se vino abajo. ¿En qué momento su pequeño Alfa creció tanto?

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