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Doctor Stephen Strange.

Un gran amigo de Howard y socio de la compañía.

Un Alfa al que muchos desearían.

Este era un gran médico privado realmente reconocido en la ciudad por hacer su trabajo muy bien. Es por eso que Howard lo contrató para tenerlo siempre cerca, por si pasaba algún improvisto.

Este doctor vivía en la torre, en el piso 46. Tenía su propia clínica en uno de los pisos más abajo. Realmente cuando estuvo hablando con Howard sobre que se quedaría en la torre, no le importó tener la clínica en su propio piso, pero fue el jefe quien no le dejó. Ahora, Stephen tenía un piso totalmente disponible para él y su clínica, inclusive con una asistente para sus prácticas. 

Howard contrató a Stephen porque ya es un hombre mayor y tiene ciertos problemas de salud, al igual que su esposa María. Es por ello que decidió tener a uno de los mejores doctores en la torre. En un principio sería solo un mero trabajador más como cualquier otro, pero por consecuencias de la vida y por la amistad que encontró con Tony, Steve y Bucky, Howard decidió darle un trato diferente.

Por ejemplo, el derecho a tener un piso propio para él mismo o el conocimiento del sótano tres. Es cierto que tiene un acceso limitado a él, ya que tampoco tiene que ejercer su trabajo ahí. Es más, solo puede entrar junto a alguien que tenga un acceso directo a él. Realmente las únicas veces que Stephen va al sótano es para "dormir" a alguna persona. Ya que hay veces donde los rehenes se portaban muy bien y no merecían una muerte tan dolorosa, es así que llaman al doctor para inyectarles una sustancia química (diseñada por Howard) para dejar morir  las personas.

En cierto modo, Stephen ha tenido pocas oportunidades para poder entrar a ese lugar, pero hoy es uno de esos días. 

Tony habló con Howard y entre los dos decidieron que el joven Parker necesitaba aunque sea una pequeña revisión médica. Sobretodo en las condiciones en las que está ahora. Realmente Tony se vio impulsado a tener esa conversación con su padre después de ver el estado en el que salió Bucky de esa habitación. 

Jamás vio a ese hombre tan devastado, pero cuando digo nunca es realmente nunca. Bucky siempre era un Alfa muy rudo y varonil. Un hombre que en muy pocas ocasiones expresa sus sentimientos, pero ese día, el mundo se le vino encima. Era muy extraño verlo así. 

Howard aceptó porque vio a Bucky ese día, fue el mismo Tony quien lo llamó en un acto de desesperación por no saber que hacer. Le dijeron que llevaba casi media hora sin parar de llorar y tuvo que bajar el mismo para tranquilizarlo. Aún así no paró hasta las dos horas.

Nadie supo que ha pasado pero realmente a Bucky le afectaba que el Omega estuviera así.

Y aunque sea su jefe, Howard ya le tenía mucho cariño a los tres y quería que todos estuvieran bien. Además vio que el hombre no salía de su piso por dos días. Así que literalmente le obligaron a salir para que lo acompañaran a la revisión del chaval.

Es así como ahora mismo estaban Stephen, Tony y Bucky en el ascensor para ir a ese sótano. 

- Entonces... ¿de verdad que le vas a hacer una revisión a Peter?- Bucky preguntó mientras bajaban.

La verdad es que no se lo llegaba a creer, ¿por qué le harían a una revisión a alguien a quien tienen secuestrado? Era algo que no entraba en su cabeza. Realmente Bucky se esperaba lo peor, Stephen llevaba el maletín que solía utilizar para llevar el material de inyección letal y eso le ponía de los nervios.

- Sí Bucky, una revisón.

- Y, ¿ya esta?

- También le curaré lo que haga falta.

El Alfa miró a los dos y cruzó las miradas con los dos. 

- Confió en vosotros... 

- ¿Qué esperabas?- preguntó Tony.

- Me esperaba todo la verdad...

Entonces Stephen y Tony se miraron y enseguida suspiraron mientras ponían los ojos en blanco. En ese momento llegaron al sótano, obviamente con un escaner y contraseña, entraron. Fueron hasta la puerta de la habitación del chico. 

Bucky fue el que cogió la manija de la puerta, antes de abrirla ya miró a sus compañeros.

- Quiero tranquilidad ahí dentro... ni se os ocurra hacer algo brusco. Lo digo por ti Tony... ya se que eres muy impulsivo...

- Eres muy desconfiado conmigo...

Abrió lentamente la puerta. Encendió la luz y se adentró en la habitación. Enseguida se encontró a Peter en posición fetal, encogido en la esquina del cuarto. Con los ojos cerrados y realmente se le veía respirando con mucha tranquilidad.

Peter cuando escuchó los pasos de los Alfas abrió los ojos y miró hacia la puerta. Sonrió levemente al ver que el que entraba era Bucky, pero quitó la sonrisa al ver a Tony detrás suya. Enseguida desvió la mirada y tensó sus músculos, por ende comenzando a temblar. Expulsó ciertas feromonas que en menos de un minuto impregnaron toda la habitación, incluyendo a los tres Alfas. 

Bucky por instinto directamente se acercó al Omega, para hacer todo lo posible para tranquilizarlo. Así es que se agachó a su lado y sujetó la pierna del chico para relajarlo. 

- Oye, no te preocupes por favor... no harán nada malo.

Peter lo miró y quiso creerle, lo hizo pero más o menos. Se relajo pero no bajó la guardia. 

Tony se quedó en la puerta, solo estaba ahí para controlar a Bucky y no dejar que se derrumbará en ningún aspecto. Bucky se levantó lentamente y dejó que el doctor se acercara. Se agachó también, poniéndose de rodillas y puso sus manos en sus propios muslos.

Bucky fue al lado de Tony, se veía muy decaído. El moreno abrió uno de sus brazos para que Bucky se pudiera meter en él y abrazarlo fuertemente. Este comportamiento era muy común entre los Alfas de una manada, así simplemente se daban apoyo entre ellos. Y Tony ya se olía lo que estaba pasando.

- Hola Peter... soy el doctor Strange, estoy aquí para revisarte. ¿Me dejarás?

Peter asintió después de mirar a Bucky. 

- Bien, quiero que cualquier molestia que tengas me la digas. ¿De acuerdo?

Peter volvió a asentir.

Y así Stephen comenzó a investigar el cuerpo de Peter, entre ellos con el estetoscopio escuchó los latidos del corazón de Peter, con el termómetro tomo la temperatura y algunos aspectos más básicos. Después inspeccionó con detenimiento todas las heridas que el chico tenía. 

- Bien, las heridas más fuertes son las muñecas, los tobillos y la nariz. No creo que esté rota pero estoy totalmente seguro que te duele mucho así que creo lo único que puedo hacer es darte un pequeño tratamiento. ¿Vale?

Peter asintió.

- Por otra parte, los moratones un poco de cremita y todo listo. ¿Sí?

Peter volvió a asentir.

- Y con las muñecas y los tobillos, simplemente desinfectarlos.

- No le quites las cuerdas, el jefe no lo permite...- esta vez habló Tony.

Stephen miró al otro con un poco de desagrado, después miró a Bucky y este se encogió de hombros. Es así que el Doctor miró de nuevo a Peter. 

- Vale... pues hacemos eso, ¿vale?

Peter asintió de nuevo. 

Y así de nuevo Stephen volvió a su trabajo. Primero fue a la nariz, donde puso una pequeña pomada y una tirita a modo de sujeción. Los moratones los trato con otra pomada. Y las heridas de las manos y los pies, simplemente hizo lo que pudo con agua oxigenada y alcohol. Por último le pidió que se tomara una pastilla para minimizar el dolor. Le dio la pastilla para que la tragara con agua. 

- Muy bien, pues ya está... he terminado.

- Gracias...- dijo Peter en voz baja, haciendo que solo lo oiga el doctor.

Stephen lo miró y cuando cruzó las miradas con Peter, notó su pecho crecer de repente. Mantuvieron un contacto visual algo intenso. Hasta que fue el Alfa quien desvío la mirada.

- No es nada...

Se incorporó, se despidió de Peter y fue hacia la salida. 

Bucky antes de salir simplemente se acercó a Peter y le acarició suavemente la cabeza, gesto al que Peter sonrió levemente.

Y por último, Tony. Ya cuando todo el mundo estaba fuera, este se acercó al chaval despacio. Peter lo miraba algo desconfiado y encogido. Ya a menos de un paso del Omega, se desabrochó la chaqueta que llevaba y metió la mano en uno de los bolsillos interiores. Todo bajo la atenta mirada de Peter, el cual realmente tenía mucho miedo de lo que haría. 

Pero Tony solo tenía intención de sacar un pequeño croissant metido en una bolsita de plástico y un pequeño brick de zumo de manzana. Este se los pasó a Peter rápidamente. El Omega, con dudas lo cogió, sin desviar la mirada del hombre.

- No le digas esto a nadie... nunca.

Esto lo decía el Alfa mientras le señalaba con el dedo.

Peter asintió.

- Gracias...

Tony lo miró y suspiró. Se colocó bien la chaqueta y salió de la habitación mientras apagaba la luz.  

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