Capítulo 9. Ligando


---- ABIGAIL ----

—No puedo creer que Matteo te dijera eso. Es un patán. Ni siquiera te considera su amiga. Después de que ambos han convivido por casi un año. —decía Nara, incrédula. Estábamos en su casa. —Si no fuera por la buena serie que veo de él, y sus películas que también me gustan, dejaría de seguirlo en redes sociales.

—Así es. Pero ya te dije. Seguro quiere poner límites entre nosotros, porque está saliendo con Quinn Miranda. Entiendo que le quiera ser fiel. Ojalá Neal hubiera puesto los mismos límites con Farah, cuando él aún salía conmigo. —dije algo triste.

—¡Ash! Ya te he dicho que lo olvides. Neal no vale la pena.

—No puedo olvidarlo. Sabes bien que yo sí lo amaba. Y todavía lo amo.

—Es demasiado tarde para eso. Matteo y tú ya se están vengando de Farah. Aunque no entiendo, Matteo no conoce a Farah, ¿O sí?

—No lo sé. No me quiere decir nada acerca del por qué odia tanto a Farah. Y menos ahora que es el novio de Quinn, ya que no soy su amiga, por lo tanto, no tengo acceso a lo que pasa en su vida privada.

—Pero cuéntame, ¿Has visto a Matteo besar a Quinn? —preguntó Nara, con cara de emoción.

—No, aún no. Pero es más que suficiente con verlos encerrarse en el estudio de grabación. Yo creo que ahí sí se dan unos buenos besos. Matteo siempre le dice a la servidumbre que no lo molesten cuando está con Quinn. —me burlé.

—Hacen buena pareja, la verdad. ¿Sabes? Deberíamos de aprovechar, y conocer chicos lindos. Además, así te olvidarías de Neal.

—No es mala idea.

—Déjamelo a mí. Conozco unos amigos de la universidad, así que puedo presentártelos, son lindos. Para que vayas eligiendo quién.

Asentí. Después tuve que regresar a la mansión. La madre de Nara me llevó en su auto.

Al día siguiente, me había arreglado para ir a la universidad, pero ahora, me puse una falda, aunque yo nunca usaba faldas, pero como Nara me presentaría a alguien, quería que esa persona tuviera una buena impresión de mí.

Coloqué un lápiz labial en tono vino. Me puse un toque de sombras café en los párpados. Un poco de delineador y rímel. Finalmente, solté mi cabello, aunque siempre lo llevaba atado en una coleta. Esta vez, me puse una bolsa de mano, en lugar de mi mochila de siempre. Salí de la habitación. Si mi madre me viera así, me daría una buena arrastrada por el suelo, como un trapeador.

Bajé a la entrada principal. Ahí estaban Matteo y su novia Quinn Miranda. Ambos voltearon a verme, en cuanto bajé las escaleras.

—¡Hola, buenos días! —saludé a ambos, aunque sus miradas me hacían sentir incómoda.

—¡Wow! Estás bonita. —dijo Quinn, con una sonrisa en su rostro, viéndome de arriba abajo.

Normalmente ella no me hablaba. Sólo soy la servidumbre, así que, cada que ella llegaba a la mansión, me desaparecía. Ella era realmente bonita, caucásica, ojos marrones claros, castaña natural con ondas en el cabello, una linda sonrisa y buen cuerpo.

Miré a Matteo y él no dijo absolutamente nada, sólo me miró fríamente, como siempre lo hacía.

—Muchas gracias. No más que tú. —respondí a Quinn.

—Matteo no nos ha presentado... —ella miró a Matteo y luego me miró nuevamente. —Pero soy Quinn Miranda, aunque de seguro ya sabes quién soy. Tú debes ser Abigail. Matteo me ha platicado de ti. —rio amablemente, acercándose a mí y saludándome de beso en la mejilla.

—Así es... —respondí con una sonrisa.

Matteo estaba parado como estatua. Aunque no era nada diferente a los demás días.

—Bueno, debo irme. —dije, para dirigirme a la puerta.

Después de las horas de clases, Nara y yo nos vimos cerca de la cafetería de la escuela. Justo en el estacionamiento. Algunos autos entraban, se estacionaban o salían.

—Me dijeron que nos viéramos aquí a las dos de la tarde. Ya son dos con diez minutos. Espero no nos planten. —Nara veía su celular para cerciorarse de la hora.

—Hace un poco de calor. —me quejé, quitándome el suéter que llevaba.

—Amiga, ahora sí te creo que Matteo sale con Quinn Miranda...

—¿Por qué lo dices?

—Acaban de llegar juntos ahorita mismo, a la cafetería —señaló y volteé. Vi de lejos a Matteo caminando junto a Quinn.

—Te lo dije. De seguro la trajo a la escuela para estar juntos. —dije viendo cómo ambos entraban a la cafetería.

—Mmm... no creo. Quizás solo van a comer. Matteo no puede revelar su noviazgo con Quinn ante todos, porque todos sospechan de ustedes, de "Amanda y Matteo".

—Es cierto. No lo había pensado.

De pronto, llegaron dos chicos de nuestra edad, eran realmente apuestos. Nara nos presentó, Dylan era estudiante de la carrera de ciencias y tenía alto promedio, Mark era de la carrera de comunicación. Acordamos en ir los cuatro a beber unas cervezas a un bar cercano.

—Elijo al de comunicación... —me susurró Nara, mientras caminábamos detrás de ellos. Sonreí.

Después de haber bebido una cerveza, platicar con los chicos y Nara, me sentía exhausta. Llegué a la mansión. Tiré mi bolsa en la cama de mi habitación. Recibí un mensaje de Matteo.

"Hoy habrá ensayo de Diamonds a las 6:30 pm"

Miré el reloj y decía que eran las 6 pm.

Llegué al ensayo, gracias a uno de los choferes de la mansión. Ahí estaban Astrid, Carolina y Nara. No vi a Matteo por ninguna parte. Seguramente se encontraba grabando alguna escena.

—En realidad, no habrá ensayo hoy, pero las mandé a llamar, porque tengo que informarles algo. —habló el mánager.

—¿Y qué es? —preguntó Carolina.

—¡Su primera gira! —respondió el mánager con emoción.

Todas estaban felices por la noticia. Nara y yo nos quedamos viendo una a la otra.

—¿En qué países? —preguntó Astrid.

—Irán a lugares de Italia, España y Canadá. Se llamará "Diamonds tour".

—¡Es genial! —dijo Carolina, muy contenta.

—Bueno, siendo así, todas pueden irse, excepto Amanda. —me señaló. —Quiero hablar contigo.

Todas las chicas salieron y me quedé a solas con el mánager.

—Amanda, enserio me preocupa tu aprovechamiento vocal. Hablé con tus instructores, no mejoras mucho. Incluso tuvieron que ponerle auto tune a tu voz en tu solo. Te aconsejo que, si no te pones a ensayar estos días, tendrás que dejar el grupo. Recuerda que, aunque el productor te recomendó, el talento es el que habla. —me dijo.

Asentí. En realidad, me sentía mal al escuchar esas palabras. Pero, por otro lado, ni siquiera quería ser cantante, y mucho menos famosa. Sólo quería tener una vida normal.

Llegué a la mansión, un poco desanimada.

—Abigail... —habló Matteo, bajando de las escaleras.

—¿Sí? —respondí.

—Ya sé todo lo de la gira.

—Las noticias corren muy rápido. —respondí sarcástica.

—También iré a esa gira, con ustedes.

—¿Qué?

—Compuse unas canciones para Diamonds. Me gustaría estar en los ensayos para cerciorarme que lo hagan bien.

—¿Y qué hay de las grabaciones de la serie?

—Ya las terminamos hoy.

—Bueno, está bien. Me siento cansada, iré a dormir.

Subí al pasillo de las habitaciones. Sonó un mensaje que me llegó al celular. Me detuve en la puerta de mi habitación. Lo leí, era Dylan, mi nuevo ligue.

"La pasé muy bien hoy. Ojalá tengas una hermosa noche. Espero verte mañana."

Sonreí al ver el mensaje. Era la primera vez en mucho tiempo que me volvía a sentir de esta manera, ese cosquilleo en el estómago y esa sensación extraña pero relajante en todo el cuerpo, y todo por conocer a un chico. Estaba emocionada.

"Que tengas bonita noche." respondí con un mensaje.

Volví a sonreír, e inconscientemente puse mi celular en mis labios, me quería reír como loca.

—¿Qué es tan gracioso? —escuché la voz de Matteo.


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Nota: Creo que Abi encontró nuevamente el amor <3  o quizá no. Descúbranlo en el siguiente capítulo. ¡Gracias por leer!

-Lau De Nu'est

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