Capítulo 7. Huyendo de la mansión.
---- ABIGAIL ----
Al llegar a la mansión, Matteo se quedó un rato más en su auto. Estaba como ido. Como si algo malo le hubiera pasado. No mencionó ninguna palabra en el camino.
Bajé del auto y entré a la casa. Llegué a la cocina, donde estaba mi madre. La otra sirvienta tenía día libre, sólo quedaba mi madre.
—Ya llegué, madre. —saludé de lejos.
—No puedo creer que terminaras con Neal. ¡Eres una tonta!, ni siquiera pudiste retener a tu novio contigo. —habló muy enojada.
—Madre, supéralo, ya pasó casi un año desde que Neal terminó conmigo.
—Todo por tu culpa. Ahora que había ideado un plan para que te vieras con él, resulta que ni eso aprovechaste. Dejaste ir a un buen muchacho, y con un futuro brillante. ¿Te das cuenta?
—No me agradó que hicieras ese plan. No quiero ver a Neal. No quiero saber nada de él.
—¡Ojalá Farah fuera mi hija y no tú! —exclamó firmemente.
Lo último que dijo mi madre, me dolió realmente.
—Perfecto... Entonces ve por ella y tráela aquí. —respondí enojada. A lo que mi madre me dio una bofetada.
Me coloqué la mano en la cara, justo donde me había pegado. La miré y casi se me salían las lágrimas de dolor, no por la bofetada, sino por sus palabras.
Salí furiosa de la cocina. Me encontré con Matteo, quién estaba de pie, quizá presenciando todo. Lo miré y me dio tanta vergüenza que me viera así, que subí a mi habitación.
Al llegar, tomé mi mochila. Metí mi cartera, una pijama, un suéter, mi celular y cargador. Salí por la ventana con mucho cuidado. Fui a dar al jardín trasero. Bajé despacio, escalando los barandales. Al último, salté una gran distancia, para aterrizar en el jardín.
La mansión tenía dos entradas, la frontal y la trasera. Me salí por esa última puerta. El guardia estaba comiendo y aproveché su distracción para salir.
Llegué a la parada del autobús. Ya estaba oscuro porque ya era de noche, hacía un poco de frío y aire. Había un par de chicas en la parada. Subí al autobús, pasaron cuarenta minutos y bajé. Ahí estaba Nara, esperándome.
—¿Me esperaste mucho? —le pregunté al bajar.
—No tanto. Estuviste llorando, ¿Es por tu madre de nuevo?
—Sí... —respondí abrazándola.
—No te preocupes, vamos a mi casa.
Era como la tercera vez que huía de la casa. Las primeras dos veces fueron cuando aún estábamos viviendo en el vecindario, y esta vez fue de la mansión. Nara era mi refugio siempre que mi madre me maltrataba. Ni siquiera Neal sabía de esto, del infierno en el que vivía.
—Gracias por aceptarme en su casa, señora Wendy —agradecí a la madre de Nara.
—Sabes que no es molestia. Eres bienvenida. —respondió ella, sirviéndome la cena.
—Nosotros ya habíamos cenado antes de que llegaras. Come. —dijo Nara.
—Bueno, las dejo solas para que platiquen. Buenas noches. —se retiró la madre de Nara.
Asentí y empecé a comer. Saqué mi celular y revisé, quince llamadas de Matteo y varios mensajes de él. Comencé a leer los mensajes poco a poco...
"Abigail, ¿Dónde estás?"
"Abigail, es enserio, no me obligues a ir por ti"
"Abigail, no me conoces bien. Si no me dices dónde estás, les diré a todos que tú eres Amanda."
"Abigail, responde. Ya es de noche, no puedes estar sola a esta hora"
"Abigail, si no me dices dónde estás, lo pagarás muy caro"
"Abigail, dime dónde estás. Tu madre no sabrá nada, prometo no decirle nada. Sólo dime dónde estás."
—Uy, cuántos mensajes ¿De quién son? —preguntó Nara, chismoseando en mi cel.
—De Matteo. —respondí.
—Uy, pensé que su noviazgo era falso. Pero veo que no tanto. —se burló.
—Lo sigue siendo. Sólo que como hui de la mansión, me está buscando.
—¿Enserio? —sonrió.
—Sí, ¿Por qué te ríes? —me reí igualmente.
—Bueno, después de todo lo que él ha hecho por ti, y todo lo que me contaste, creo que Matteo está interesado en ti.
Mi sonrisa se borró. Negué con la cabeza.
—No creo gustarle a Matteo. Además, creo que está saliendo con alguien. —dije.
—¿Con quién? —preguntó Nara.
—Con Quinn Miranda.
—¡OMG! ¿Enserio?
—Los he visto juntos varias veces. Incluso van a encerrarse en el estudio de grabación de la mansión. Es obvio que traen algo.
—Eso sí que no me lo esperaba.
—Bueno, ¿Puedo pasar a tu baño?
—Adelante...
Me dirigí al baño de la casa de Nara. Dejé mis cosas y mi celular en la mesa. Me tardé un poco más de lo normal, porque lavé mis manos y mi cara. Me miré al espejo y toqué mi rostro justo donde mi madre me había dado la bofetada. Ya no más, no me dejaré maltratar por ella.
Después, salí del baño para dirigirme al comedor. Ahí estaba Nara, con mi celular en la mano.
—Nara, ¿Qué haces? —pregunté asustada.
—No debí responder. Era Matteo. Él sabe que estás aquí y viene para acá. —respondió ella.
—¡Noo! Nara, ¿Qué hiciste? Estoy en problemas.
—Perdón, se me salió responder. Fue sin querer, lo hice inconscientemente.
Nara y yo nos fuimos a su habitación. Estábamos viendo la serie de las nueve.
"No puedo alejarme de ti. Sé que tú y yo somos uno sólo. Te amo, Marie" Escuchábamos y veíamos a Matteo en su papel como "Jason", el protagonista de la serie.
—No sabía que te gustaba ver la serie de Matteo. —comenté divertida.
—Está muy buena. Marie y Jason se confiesan su amor, pero ahorita va a llegar la exnovia de Jason, y va a querer volver con él. Espero que Jason se quede con Marie y no con su ex, que fue una maldita. Por cierto, Matteo hace un increíble papel. Transmite mucho sentimiento. —respondió Nara, muy entrada en la trama.
—Sólo en la serie se comporta así. Ya parece que va a sonreír en la vida real. O a decir palabras bonitas y dulces como las que dice en los diálogos. —me burlé.
—Pero, ¿A poco no sonríe nunca?
—Aunque no lo creas, no sonríe. Jamás lo he visto soltar una buena risa, ni mucho menos decir cosas así de lindas. Es como un robot sin sentimientos.
—Mmm... No creo. Todos tienen su corazoncito y dicen palabras así. Además, no creo que sea tan infeliz como para no sonreír. En la serie lo hace y tiene una linda sonrisa.
Se escuchó que tocaban la puerta de la habitación de Nara. Después, entró su mamá.
—Nara, hija, tienes que venir pronto a la puerta. Aún no me lo creo, pero en la puerta está el mismísimo Matteo Fainello. ¡El de la serie de las nueve... !—habló muy emocionada la señora Wendy. —le pedí a tu hermano que me tomara una foto con él.
—Mamá, ¡Qué vergüenza contigo! ¿Cómo puedes pedirle una foto a Matteo? Si falté yo en esa foto... —respondió Nara, levantándose de la cama.
Todas bajamos a la sala, y ahí estaba Matteo, sentado en el sofá, junto a Bruno, el hermano menor de Nara. En cuanto nos vio bajar de las escaleras, se levantó inmediatamente.
—Matteo, ya traje a las chicas para que te conozcan. Permíteme tantito, iré a la cocina a prepararte unos bocadillos y chocolate caliente. Debes tener frío. —la señora corrió hacia la cocina, junto con su hijo.
—Gracias, señora. —respondió Matteo.
—¿Qué haces aquí? —pregunté.
—Vine por ti, para que regreses a la mansión. —respondió.
—Vienes en vano, porque no pienso regresar. —dije cruzada de brazos.
—No te preocupes por tu madre. Ella ya no está en la mansión.
—¿De qué hablas?
—Mis padres despidieron a tu madre de la mansión.
—¿Qué?
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Nota: Esto comienza a ponerse interesante. ¿Por fin corrieron a la señora Lila? Y Matteo fue por Abi :) ¡Gracias por leer!
-Lau De Nu'est
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