Capítulo 42. Me gusta Matteo
---- ABIGAIL ----
Me había quedado dormida mientras lloraba. Me despertó Nara, pues ya había preparado el desayuno junto con Paulina y David.
—Ya comenzaron las noticias de espectáculos. —dijo Paulina, comiendo el desayuno. Encendió la televisión.
"¡Bienvenidos a los espectáculos de la mañana! En otras noticias, acaba de salir un vídeo de la famosísima Farah Benson, donde está hablando con Matteo Fainello. Al parecer, ambos se encuentran fuera de un bar, y ella dice muchas cosas comprometedoras. Veámoslo y escuchemos". Anunció la conductora de noticias.
Paulina, David, Nara y yo, vimos el vídeo detenidamente y escuchamos todo lo que Matteo y Farah decían. Quedamos impresionados por todo. Ella le confesaba su amor a él, mientras él, le decía cuánto amaba a Amanda (o sea a mí). Recordé el beso entre ambos, y al escuchar a Matteo decir todo lo que le gustaba de mí, realmente estaba confundida. También vimos cómo Farah se humillaba en el suelo, confesando todo lo que nos había hecho a todos.
"Al parecer, Farah Benson trató de conquistar a Matteo Fainello, pero no lo logró. Pues claro que no, Farah, nuestro querido Matteo ya está comprometido con su novia, la integrante de Diamonds, Amanda. Obviamente no te iba a aceptar". Habló la conductora.
"Y no sólo trató de conquistar a Matteo, sino también confesó muchas cosas. Farah nunca escribió sus canciones, todas las robó a Matteo. También lo de Quinn Miranda y lo que le hizo a esta chica, Abigail, que la verdad no sabemos quién es, pero que mala jugada de Farah, destruirle la vida a otras personas". Habló el otro conductor.
"Así es, al parecer Farah no es lo que pensábamos. Se veía tan dulce y humilde, pero resultó ser todo lo contrario. Es una pena, veremos cómo reaccionan sus fans. También entrevistaremos a Neal Harrison, para que nos cuente su opinión al respecto". Dijo la conductora.
Paulina apagó la televisión. Todos me miraron.
—Mejor la apagamos, para que no te estreses con la noticia. —comentó Paulina.
Platiqué con Nara, mientras íbamos a la universidad. Le conté todo lo que mi madre me había dicho en prisión.
—No puedo creerlo amiga... Eres una Miranda. —comentó Nara, muy sorprendida.
—¡Silencio!, no lo digas en voz alta. La verdad no quiero pertenecer a esa familia. Ya sabes que la señora Berenice no me cae para nada bien. No me siento feliz de saber que ella es mi verdadera madre.
—Entonces... ¿No planeas decirles que tú eres la verdadera hija perdida?
—No. Y tú tampoco se lo dirás. Promételo... No, mejor, júralo.
—Lo juro por mi vida, amiga. No le diré a nadie que eres una Miranda y la hermana de Quinn.
Ambas nos dimos las manos, en señal de juramento. No tengo planeado decir la verdad. Quinn y su madre nunca sabrán que soy de esa familia.
Llegamos a la universidad y luego de dos clases, tuvimos un pequeño descanso, el cual aprovechamos para ir a la biblioteca. Estábamos estudiando para los finales, pero Nara sacó su celular y vio una noticia que realmente nos impactó a las dos.
—Amiga, no es por alarmarte, pero acabo de leer algo en las noticias... —Nara me pasó su celular para ver la nota.
"El famosísimo productor musical y exvocalista de la banda Rain, Ryan Fainello, ha sido hospitalizado de emergencia". Así decía el encabezado de la nota.
Miré el resto de las noticias de otras fuentes, y decían lo mismo. También había noticias sobre el vídeo de Matteo y Farah. Me levanté de la silla inmediatamente.
—¿A dónde vas? —preguntó Nara.
—Iré a ver a Matteo. —respondí.
—Pero dijiste que ya no querías saber nada de los Fainello. Te recuerdo que te fuiste de la mansión y nadie de ahí te quiere.
—Matteo debe estar destrozado en estos momentos. Sé que no debería ir, sé que él y yo no somos nada, pero, no me gustaría ver que él esté mal.
—Está bien. Te acompaño.
Ambas salimos de la escuela. Nos dirigimos hacia el hospital donde estaba el señor Fainello. Aunque ya habíamos llegado, Nara y yo nos quedamos afuera del hospital, cerca de una jardinera.
—Tienes razón, Nara. No podemos sólo entrar. Los Fainello no querrán que estemos ahí, bueno, no querrán que yo esté ahí. Le hablaré a Matteo. —saqué mi celular. —Aunque realmente no sé si me responda. Quizá no quiera hablarme. —lo volví a meter.
—¡Mira... Ahí está Matteo! —señaló Nara. —Sentado cerca de las escaleras de la entrada.
Voltee a ver donde Nara señalaba, y ahí estaba él, sentado en un escalón. Tenía la cabeza agachada, se tocaba el rostro con las manos. Se notaba preocupado, y no era para menos.
—Esta es tu oportunidad, amiga. Ve con Matteo. —comentó Nara.
—Vamos las dos. —dije algo nerviosa.
—Mejor ve con él. Si nos ve a ambas, de seguro no querrá que estemos las dos ahí. Tú eres la más cercana a él.
—¿Cercana, dices? No somos cercanos en lo absoluto.
—¿Enserio? Porque parece todo lo contrario.
Caminé hacia Matteo, tenía tantas ganas de abrazarlo y decirle algunas palabras de ánimo, como "todo estará bien", "tu papá se va a recuperar", pero antes de llegar a él, apareció Quinn, sentándose junto a él, sobando su espalda suavemente y abrazándolo. Detuve mi caminata hacia él. Era obvio que yo sólo estaba de más en ese lugar. Debí pensarlo antes de venir, él y Quinn ya tenían algo desde el principio. Di media vuelta y volví donde Nara.
—Creo que, no hace falta que estemos aquí. Tenías razón, de seguro Matteo no querrá vernos, a ninguna de las dos. —hablé y casi se me salían las lágrimas, pero me contuve.
—Ay, amiga. No tienes que decirme la verdad. Tu cara me lo muestra todo. Te gusta Matteo, ¿No es así? —Nara me tomó de la cara con sus manos, tratando de consolarme.
—No, no me gusta. —respondí.
—Ya no puedes ocultarlo. Somos amigas desde secundaria, sé que estás celosa de verlo con Quinn. —mencionó Nara, con cara de compasión.
—¿Qué se hace en estos casos? No quiero estar enamorada de él. No quiero. —comencé a llorar. Nara me abrazó tiernamente.
—Te diría que se lo digas, pero no puedes, porque él ya tiene a Quinn. Ambas lo sabíamos desde un principio, amiga. Te enamoraste de alguien prohibido y no puedes hacer nada al respecto, sólo olvidarte de él.
Nara y yo volvimos para la última clase de la universidad. De ahí, nos dirigimos al trabajo en el cine. Casi salíamos del trabajo. Me llegó un mensaje de manera inesperada. Pensé que era Neal, pero era un número desconocido.
"Hola, soy Quinn. Te lo digo porque no sé si me tengas en tus contactos, pero este es mi número. Sólo te escribo para pedirte un enorme favor. Matteo dijo que se quedará solo a cuidar a su padre en el hospital. Pero no quiero que esté solo, así que, no sé si puedas acompañarlo en la noche."
Me detuve a pensar unos minutos. ¿Por qué Quinn no se quedará con él? Y lo más importante, ¿Por qué ella quiere que yo lo acompañe?. Tenía tantas dudas. Acepté ir a ver a Matteo, pero sólo sería esa noche. No quería que los demás Fainello me vieran.
Llegué al hospital, esta vez Nara no me acompañó. Pregunté en recepción por la habitación del señor Fainello y me la dieron. Llegué al pasillo y caminé hacia el número de habitación que me habían dicho. Giré la manija de la puerta y la abrí un poco. Vi que ahí estaba el señor Fainello, en la cama, durmiendo, y a lado de él, estaba sentado su hijo, recargado en el sofá. Se notaba pensativo, pero su mirada se encontró con la mía. Al verme se levantó y se acercó a la puerta. Yo me salí nuevamente al pasillo.
—Abi... —dijo él, como si me estuviera esperando desde hace mucho tiempo. Se notaba sus ojos llorosos y su rostro de preocupación.
—Hola... —dije nerviosa. En realidad, me quedé casi muda.
Él no dijo más, y me abrazó fuertemente. Sentía que aquel abrazo me asfixiaba, de hecho no me gustaban mucho los abrazos, pero en ese momento, hice una excepción y le correspondí, ya que él necesitaba uno.
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Nota: Quinn la cupido :D ¿Podrán Matteo y Abi confesarse mutuamente?
-Lau De Nu'est
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