Capítulo 38. Cena con amigos y Abi


---- NEAL ----

Me encontraba en el estudio de grabación, había escrito tres canciones y las ensayaba, pero por alguna razón, no me concentraba en lo que hacía.

—¡Corte! —gritó por el micrófono mi coach vocal. —No sé qué te sucede, pero no estás haciendo un buen trabajo.

—Lo siento, es que, necesito repasar más la melodía. —respondí.

—Está bien. Sólo porque eres Neal, te daré la oportunidad de repasar un par de días más. Pero quiero que lo hagas excelente cuando grabemos.

—Lo prometo.

El coach, el mánager y el productor, salieron del estudio. Me quedé solo ahí dentro. No dejaba de pensar en Abi. Toqué la guitarra para cantar una canción romántica, recordando todos los momentos lindos a su lado. De pronto, entró Farah al estudio. Hice mi guitarra a un lado. Me dirigí a ella.

—¿Qué quieres, Farah? —le pregunté.

—Hablar contigo. Sé que acabamos de romper, pero me gustaría que no dijéramos nada a la prensa ni a nadie cercano a nosotros. También, podemos seguir viviendo en el mismo departamento.

—¿Por qué no quieres que todos sepan que rompimos?

—Porque nos afectaría mucho. Estoy a punto de grabar un nuevo álbum y tú igual. No nos conviene que la noticia de nuestra ruptura salga a la luz, las ventas bajarían, al igual que los fans.

—¿Te importa mucho todo eso? Debí imaginarlo. —sonreí sarcástico. —De seguro también saliste conmigo sólo por la fama y los seguidores.

—Neal, sabes que eso no es cierto. Lo nuestro fue especial.

—De especial no tuvo nada, Farah. Yo sí te quería en serio, pero tú lo arruinaste todo. ¿Y sabes qué más? Terminaste por matar el amor que sentía por ti.

—Me haces sentir como si todo fuera mi culpa. También me descuidaste.

—Pero no te engañé, a diferencia de ti. No me tomes por un tonto. Sé que tienes un amante y me dejaste por él.

—Eso no es cierto, Neal. ¿De dónde sacas eso?

—¿Me lo vas a seguir negando?

Me quise ir del estudio, pero Farah tomó fuertemente mi brazo.

—Neal, dime que no le dirás a nadie todo esto.

—No te preocupes, Farah. Afortunadamente no soy igual que tú. Nadie sabrá nada de esto. Espero seas feliz con tu amante. Y tampoco perderás fama ni seguidores. —me solté de su agarre. —¿Sabes? No debí dejar a mi novia por ti. No lo valías. —me retiré por fin.

Mientras caminaba hacia fuera de la agencia, me puse a pensar muchas cosas. Obtuve lo que merecía. Engañé a Abigail con Farah, traicioné su amor puro y real. Ahora yo estaba viviendo lo mismo. Me sentía arrepentido, me sentía como un completo idiota.

Me quedé de ver con mi mejor amigo Jerry. Fuimos a un bar cercano a beber.

—¿Y qué piensas hacer, amigo? —preguntó Jerry, dando un sorbo a su bebida.

—Quiero recuperar a Abigail. Ahora que soy libre y me he dado cuenta de lo imbécil que fui con ella, quiero reconquistarla. —dije muy seguro.

—No será nada fácil. Ya le confesaste lo que sentías, pero te rechazó. Además, ella se casará pronto. Disculpa que te lo diga, amigo, pero, Matteo Fainello es un buen partido. Conocí al chico hace unos meses, es un tipazo y nada mujeriego.

—Eso no importa. Matteo puede ser mejor que yo en muchas cosas, pero al final, la que decidirá será Abi.

—Buena suerte en tu reconquista. Oye, por cierto, quiero volver a ver a Nara, la amiga de Abigail.

—No te preocupes, invitaré a Abi y a su amiga esta tarde. Si quieres podemos salir los cuatro a cenar. Incluso podría reservar un restaurante.

—No me preguntes, amigo. Sabes que ahí estaré.

Llamé a Abigail para invitarla a cenar. Sinceramente no creí que aceptaría tan fácil, pero su respuesta fue inmediata.

—Sí, acepto, Neal. Es más, iré a ver a Nara ahora mismo para comentarle. —habló Abi, se notaba apurada.

—Creí que estabas con Nara. —dije.

—Estoy en la mansión, pero ya no quiero seguir aquí. De hecho ya me salí por la puerta de la cocina y me iré por la puerta trasera, antes de que me vean.

—No puedo creer que tengas que escapar de la mansión. Cada que te escucho hablar así, siento que no te dejan ser libre. Eso me molesta.

—No te preocupes. Estoy bien. Ya me salí. Te veo a las seis, junto con Nara y tu amigo Jerry.

—Está bien, nos vemos, Abi. Te quiero.

Ella colgó primero. Continué bebiendo otra copa.

—Abi aceptó. —comenté a Jerry.

—Vaya, ni siquiera le importa que está comprometida con Matteo. —respondió él.

Después de unas horas, nos encontramos los cuatro en un restaurante que había reservado. Lo había reservado exclusivo sólo para nosotros. Jerry y yo nos sentamos juntos y Abi con Nara estaban sentadas frente a nosotros en la misma mesa.

—¿Saben? Me siento feliz de estar con ustedes. Hace tiempo no me sentía de esta manera. —dije muy animado.

—Igual nosotras. Estamos contentas de verlos. —comentó Nara.

—Yo estoy contento por verte, Nara. —mencionó Jerry.

—¿Enserio? Yo también te extrañé. —ella sonrió.

Comenzamos la cena temprano, mientras platicábamos un poco de nosotros y nuestros problemas. También contábamos chistes o bromas. Era una tarde/noche llena de risas y alegría.

Habíamos terminado de cenar, y el celular de Abi sonó. Ella vio el contacto que llamaba y colgó. Le llamó unas tres veces, ella colgaba cada vez, hasta que vio una cuarta llamada y decidió apagar el celular y meterlo a su bolsa. Seguido de esto, el celular de Nara comenzó a sonar, pero ella también lo apagó.

—¿Te llama tu prometido? —pregunté.

—Sí, pero no es nada importante. —respondió Abi.

—No puedo creerlo, cualquier fan de Matteo respondería inmediatamente una llamada suya, y tú que eres la prometida, no le respondes. Que ironía. —bromeó Jerry.

—Bueno, la verdad no estoy muy bien con Matteo. Tenemos nuestras diferencias como en toda relación. —respondió Abi. —Por eso no quiero hablar con él. Además me estoy divirtiendo con ustedes. —sonrió.

Salimos del restaurante, caminamos al estacionamiento. Mientras Jerry y Nara iban platicando, me quedé detrás de ellos junto con Abi.

—¿Tienes problemas con Matteo? —pregunté.

—Sí, algunos. Es que... ya te dije que Melanie está viviendo en la mansión de los Fainello. Ya sabes el infierno en el que vivo.

—Entiendo. ¿Estás celosa de ella?

—No, pero, ella es una gran mentirosa e inventa cosas de mí, y la familia de Matteo le cree todo a ella. Y luego la madre de Matteo me odia... Todo es un conflicto. —se quejó.

—Quizá cuando te cases con él, todo sea diferente. Podrán irse de la mansión y vivir juntos en otro lugar.

—No me casaré con él.

—¿A qué te refieres? Se acaban de comprometer.

—He estado pensando mucho en lo que me dijiste. Y no deseo estar en un lugar donde no me siento aceptada.

—¿Terminarás con él?

—Creo que sí. Será lo mejor.


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Nota: Cha, chan, chan, chan... ¿Qué hará Abi?

-Lau De Nu'est

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