Capítulo 29. La hermana de Quinn
---- ABIGAIL ----
Nara y yo habíamos salido con Neal y uno de sus amigos. Pasamos un día increíble los cuatro, yendo de compras y a pasear por varios museos. Neal me había dicho que Farah últimamente estaba muy ocupada por trabajo, así que él podía salir a divertirse con amigos. Me sentía tan bien de ser tomada en cuenta.
No pensé que Matteo se enojara porque Nara y yo salimos a comprar algunas cosas. Pero no voy a hacer a un lado mi plan de venganza contra Farah, le quitaré a Neal, y a este, le daré una lección.
Tuvimos que partir a California de nuevo. Isabella y Giovanni nos acompañaron esta vez. La verdad me sentía feliz de regresar. Italia me gustaba, pero no tanto como estar en el lugar donde pertenezco. Extrañaba a Paulina y David, nuestros roomies. Noté cómo Matteo miraba demasiado a Farah. Se me hacía cada vez más raro, sobre todo ver que ella le sonreía cuando Neal no se daba cuenta. Me puse a mensajear a Neal, mientras Matteo tomaba una siesta durante el viaje.
Después de horas, llegamos a Nueva York, y de ahí, tomamos otro vuelo a Los Ángeles. Regresamos a la mansión de los Fainello, donde ellos nos organizaron una fiesta de bienvenida. Nara entró conmigo a la mansión.
—¡Queremos dar un anuncio! Aprovechando la fiesta de bienvenida de mis hijos. —sonrió la señora Fainello, delante de todos los invitados.
Todos aplaudimos y la madre de Matteo subió las escaleras junto con la madre de Quinn Miranda.
—Mi mejor amiga, Berenice, madre de Quinn Miranda, está feliz porque recibió una agradable noticia. Después de muchos años, encontró a su hija perdida. —anunció la señora Fainello. La señora Miranda sonrió alegremente. Todos volvieron a aplaudir.
—Me siento muy afortunada de haber encontrado a mi querida hija, que por años busqué. Me gustaría presentarla ante todos ustedes. —Ella y la señora Fainello voltearon hacia las escaleras.
Venía bajando una chica muy hermosa. Cabello negro natural a media espalda, ondulado, caucásica, ojos marrones, una amplia sonrisa, con un vestido morado.
—Oye, es la mismísima Melanie, la actriz que trabajó con Matteo en la serie de las nueve. —comentó Nara, disimuladamente. —Ella es la protagonista de esa serie.
—Mi hija es Melanie. Ella es la hermana de mi otra hija, Quinn. —comentó la señora Berenice, con una sonrisa amplia.
Quinn rompió en llanto inmediatamente, se acercó a Melanie y la rodeó con sus brazos. Se veía tan conmovida por la noticia. Todos aplaudían otra vez y hablaban de Melanie y Quinn.
—Nunca pensé que Melanie y Quinn serían hermanas de verdad. De hecho no se parecen mucho. Pero si las pruebas dicen que lo son, entonces lo son. —comentó Nara.
—No sé ni me importa. Sólo quiero irme al departamento con los chicos. —respondí.
Después de comer y bailar un poco en la mansión, Nara y yo decidimos retirarnos al departamento.
—Hija, prométeme que vendrás seguido a la mansión. —me dijo la señora Fainello.
—Le digo que sí vendré, señora. —respondí.
—¿Cómo me dijiste? —me preguntó.
—Perdón, madre. —me disculpé con ella.
—Melanie, antes de que mi hija se vaya, te presento a Amanda, la novia y prometida de mi hijo Matteo. En realidad su verdadero nombre es Abigail, pero su nombre artístico es Amanda. También es mi hija, la considero como tal. —sonrió la señora Fainello.
Noté cómo la tal Melanie me quedó mirando de cierta forma, como si estuviera molesta conmigo. Quizás era mi impresión. Extendí la mano para saludarla. Ella me saludó con un beso en la mejilla, de mala gana.
—Me da gusto que tu madre te haya encontrado. —sonreí amablemente.
—Gracias. —respondió Melanie, con una sonrisa forzada.
—Matteo, hijo, ven a saludar y conocer a Melanie. —le dijo su madre.
Matteo no se veía para nada dispuesto a saludar a Melanie. Se veía tan apático. Se acercó solamente porque su madre lo obligó a saludarla.
—No puedo creer que seremos más cercanos, Matteo. —sonrió Melanie.
—Ni yo, Melanie. Me da gusto que hayas encontrado a tu verdadera familia. —dijo Matteo muy indiferente.
Melanie le quería dar un beso en la mejilla a Matteo, pero este la esquivó y se retiró.
Nara y yo nos fuimos al departamento. Nos llevó Matteo en su auto.
—Cualquier cosa que necesiten, no duden en avisarme. —nos dijo él, al dejarnos en el departamento.
—No te preocupes. Somos adultas independientes. No nos pasará nada. —dije.
Él se fue y nosotras entramos para saludar a Paulina y David. Abracé a David con todas mis fuerzas. Lo extrañé demasiado.
Pasaron un par de semanas. Nara y yo conseguimos empleo en un cine, junto con David y Paulina. De hecho, ellos nos recomendaron en el lugar. No era lo que esperaba pero ganaba un poco de dinero.
Me había vuelto más cercana a David, conforme pasaban los días. Sentía que de alguna forma, él y yo estábamos conectados. Me agradaba su forma de ser. Sentía que ningún chico era tan sensible como él. En el cine, a veces nos tocaba estar juntos y cada vez me gustaba más estar a su lado. Estábamos limpiando el mostrador y él empezó a bailar con el trapo de limpiar. Sonreí al verlo. En ese momento, recibí un mensaje de Neal.
"Abi, ¿Podemos vernos hoy?"
Dejé a David jugando con el trapo y me dirigí a los baños, para responder.
"Sabes que sí. Pero salgo a las ocho" respondí.
"Iré por ti en mi auto"
"Está bien"
Hacía varios días que no me veía con Neal, y sinceramente, me ponía feliz saber que nos íbamos a ver hoy en la noche. Nara y los chicos se fueron al departamento y yo me quedé esperando a Neal, hasta que llegó por mí. Me llevó a cenar unas alitas, en un pequeño restaurante.
—¿De qué querías hablarme? —pregunté.
—De Farah... —respondió triste. —Abi, no sé cómo decirle esto a alguien. Eres la única en la que confío realmente. Nos conocemos desde hace años. Creo que tú me entiendes más que mis propios amigos hombres.
—Suenas preocupado.
—Abi... Creo que Farah... me está engañando con alguien más.
—¿Qué?
—Tengo varias razones para sospechar que ella se está viendo con alguien. Me siento muy mal.
—Y... ¿Con quién te está engañando?
—Aún no lo sé. Pero estoy seguro que hay alguien más en su vida.
—¿Y qué piensas hacer?
—No quiero terminar con ella, pero, quiero averiguar quién es el tipo que está quitándome su amor. Quiero que me ayudes.
—¿Y qué se supone que yo deba hacer por ti?
—Farah es tu coach vocal. Necesito que me digas si ella se ve con alguien después del ensayo.
—Hace un tiempo no ensayamos. Carolina está en recuperación de su cirugía. Y Farah ya no es mi coach vocal. Ahora es Quinn Miranda.
—¿Qué? —preguntó sorprendido.
—¿Qué? ¿Dije algo malo?
—Es que, Farah me ha estado mintiendo. Ella me ha dicho que va a los ensayos de Diamonds y llega muy tarde a casa. Una vez llegó casi a la media noche.
Me sentía apenada con Neal. Tal vez no debí decirle eso, pero era la verdad. Desde hace casi un mes que no hemos tenido ningún ensayo. Después de ver la cara de Neal, me sentía mal por él. Era verdad que Farah le estaba mintiendo todo este tiempo. Seguramente había encontrado a otro artista con quién salir y aprovecharse de él. Pero si así era, entonces, ¿Por qué no termina con Neal?
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Nota: ufff... a alguien le llegó el karma... cof cof, Neal.
-Lau De Nu'est
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