Capítulo 27. Sólo somos amigos


---- ABIGAIL ----

Empezamos el ensayo general. Aquí interpretaríamos los solos de cada integrante de Diamonds. Farah se encontraba conmigo para ensayar. Comencé a interpretar mi solo llamado "I hate love you". Comencé a desafinar en los agudos de la canción, y en los falsetes también.

—¡Alto! ¿Qué está pasando? Creí que habías ensayado como quedamos cuando estábamos en California. —comentó Farah, decepcionada por mi interpretación.

—Perdón, no ensayé lo suficiente. —me disculpé.

—Es que tienes que hacerlo bien. Es un concierto en vivo. Estarás sola, por eso es un "solo". Esta vez tus compañeras no podrán cubrirte cada vez que te equivoques. No puedes poner playback. La gente pagó para verte cantar en vivo. Sería injusto para ellos. —seguía regañándome.

—Es que no puedo. No me sale. —dije con cierta desesperación.

—Vamos, hagámoslo de nuevo. Concéntrate.

Estuvimos ensayando una hora y no mejoré en las notas. Farah se desesperaba más al ver que lo hacía peor con cada vez que volvía a interpretar la canción desde el principio.

—¿Qué sucede? ¿Hay algún problema? —preguntó Matteo, entrando al camerino de Farah, donde estábamos ensayando.

—Sí, es que Amanda no ha interpretado bien su solo. Le cuesta mucho trabajo. No ensayó lo suficiente. —se quejó Farah.

—Tranquilas, no puede ser tan malo. A ver, Mandy, hazlo de nuevo. Quiero escucharte. —dijo Matteo, acercándose a mí.

Le obedecí y empecé aún más desafinada la canción.

—Necesitas mejorar más. De verdad que hasta necesitas un milagro. —comentó Matteo.

—Y yo seré el milagro para Amanda... —escuchamos una voz femenina entrando al camerino.

Los tres volteamos a ver a la puerta. Venía entrando Quinn Miranda de manera glamurosa.

—¿Quinn Miranda? —preguntó Farah al verla entrar. Se sorprendió.

—La misma, querida. —le respondió Quinn, con una leve sonrisa. Se quitó los lentes rosas que traía puestos.

—¿Qué haces aquí, Quinn? —le preguntó Matteo.

—Haré una nueva colaboración con una cantante italiana. Supe que Diamonds estaría ensayando en este auditorio, y no dudé en asistir. Cuando vine, me reconocieron y me dejaron entrar a camerinos. Escuché el ensayo de Amanda, y la verdad canta horrible. Así que yo le enseñaré a hacerlo bien. —respondió amablemente.

—No te preocupes, yo soy la coach de Amanda, y le estoy ayudando. No creo que necesitemos de tu ayuda. —mencionó Farah.

—¿Cómo va el ensayo? —entró la coach vocal del grupo.

—Mal, no puedo cantar bien mi solo. —dije preocupada y temerosa. Esa mujer me caía mal.

—Farah, haz tu magia y entrena a Amanda. Falta un día más para el siguiente concierto, que será en Verona —respondió la coach.

—Disculpe, soy Quinn Miranda, y creo que yo podría hacer que Amanda cante de maravilla su solo, incluso en menos de un día podría entrenarla bien. —comentó.

—No puedo creer que estés aquí, Quinn. Me encanta tu voz. —dijo la coach muy emocionada. —¿De verdad crees que puedas ayudar a Amanda a practicar? ¿Crees que puedas hacer algún milagro con ella?

—Por supuesto. Lo haré y completamente gratis. Lo haré por gusto y porque quiero ayudarla. Si me permite usted, claro. —respondió Quinn.

—Pero por supuesto que sí, Quinn. Tienes mi permiso. —dijo la coach.

—Pero... yo estaba a cargo de Amanda. —habló Farah.

—Farah, querida, deja que Quinn se encargue. No podemos arriesgarnos. —le respondió la coach.

Miré a Farah, y se veía mal de cierta forma. No le agradó que Quinn le quitara su puesto de coach. Se veía triste. Miré a Matteo y él estaba echando unas cuantas miradas a Quinn. Ambos sonreían levemente. Es ahí donde me di cuenta que, seguramente Quinn vino por Matteo. Claro, era obvio, ya que son novios reales y salen a escondidas de todos.

—Empecemos con el ensayo, querida. —habló Quinn, haciendo a un lado a Farah.

Vi que Matteo tomó del brazo a Farah de forma amable y se la llevó del camerino. Eso sí me pareció extraño, ya que, según yo, él no la soportaba. Me quedé ensayando con Quinn un buen rato. En realidad yo ya cantaba bien, sólo fingía desafinar frente a Farah, y Quinn lo sabía todo.

—En cuanto subas a interpretar tu solo, cantarás de manera perfecta. Así Farah se impresionará con tu hermosa voz, y creerá que ella no hizo un buen trabajo y yo sí. —me dijo Quinn, con el plan que tenemos junto a Matteo.

—Será como digas. —respondí.

El día del concierto en Verona llegó, y el momento de cantar mi solo también. Estábamos en el Teatro Camploy.

Comencé a cantar lentamente, y después conforme iba avanzando la canción, iba más rápido. Podía interpretar tan bien esa canción, los agudos, los falsetes, mis cambios de voz, todo lo tuve controlado. Ni siquiera yo misma sabía que podía cantar tan bien frente a un público. Por primera vez mi pánico se iba y sólo estaba mi voz. Me sentía liberada en cierta forma. Todo el público aplaudía y gritaba de emoción al escucharme.

Al terminar, me dirigí detrás del escenario. Ahí estaban las chicas, mis compañeras de grupo, impresionadas por mi voz. Era el turno de Carolina.

—No puedo creerlo. Lo hiciste muy bien, yo diría que... excelente. Es decir, no sabía que podías cantar así. —me dijo Astrid contenta.

—Estuviste perfecta. —comentó Nara con una sonrisa.

Al terminar el concierto, me dirigí al baño y en el pasillo, encontré a Neal. Iba sólo y se detuvo a saludarme.

—¡Hola, Abi! Estuviste increíble. No sabía que podías cantar tan perfecto. Tu canción me transmitió tantas cosas. —sonrió Neal.

—¿Enserio te gustó? —pregunté.

—Por supuesto. —miró mi cuello. —Tienes el collar que te regalé ayer. —volvió a sonreír.

—Creo que fue el que me dio suerte para cantar bien. —sonreí.

Neal sonrió y luego de unos segundos, cambió su semblante a serio. Me miró directamente a los ojos.

—Abi, escucha... lo de ayer fue maravilloso. Pero no debe repetirse otra vez. Me refiero al beso que nos dimos. Tengo novia y tú tienes novio. Creo que debemos tener respeto por ellos. Y me gustaría salir contigo de paseo nuevamente, pero no con otras intenciones, sólo como amigos. ¿Está bien?

Algo dentro de mí se rompió al escuchar a Neal decirme eso. Empecé a sentirme triste o quizá decepcionada. Neal estaba profundamente enamorado de Farah. Para él yo sólo era una amiga. Pero mi plan aún seguía en pie. No importa si me rompe el corazón ahora, Neal volverá a mí y dejará a Farah.

—Está bien. —fingí sonreír.

Nos desapartamos y fui al sanitario de mujeres, donde me encerré y comencé a llorar un poco. Trataba de no correr el maquillaje de la cara con mis lágrimas. Me eché aire con las manos para evitarlo.

Después de algunos minutos en el baño, me dirigí al camerino. Todas las chicas y el staff estaban felices. Yo era la única que se sentía fuera de lugar. Entraron Matteo y Farah juntos.

—¡Felicidades, chicas Diamonds!, lo hicieron bastante bien. —nos felicitó Farah.

—¡Gracias Farah!, no había sido posible sin tus sabios consejos para cantar. —respondió Astrid.—Te amamos.

—Mi chica es una mujer espectacular en mil maneras. —dijo Neal, acercándose a Farah, depositando un beso en su mejilla. Ahora ella estaba en medio de Matteo y Neal. Era tan afortunada hasta en eso.

Nos dirigimos a casa de Isabella. Sólo estaríamos en su casa un par de días más, ya que partiríamos a España para continuar con la gira. Fui la primera en entrar a la casa y me dirigí a la habitación. Sólo quería estar sola y llorar por las palabras de Neal. Abrí mi bolsa y saqué el pastelillo que había guardado para dárselo a él, pero por obvias razones no pude dárselo. El pastel estaba destrozado, igual que mi corazón.


--------------

Nota: Espero les haya gustado la actualización. ¡Gracias por leer mi novela! Esperen los próximos capítulos. :3

-Lau De Nu'est

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top