Capítulo 19. Perdida en el Coliseo


---- ABIGAIL ----

Nara y yo ensayábamos en la habitación. Mi celular se quedó sin batería. Busqué en mi maleta y no traía mi cargador.

—Nara, ¿Me prestarías tu cargador? Olvidé el mío. —dije buscando preocupada.

—Se está cargando mi cel. Apenas lo puse. Si quieres después te lo presto.

—Mejor iré a pedirle el suyo a Matteo.

Salí de la habitación, me dirigí a la piscina, donde él había dicho que estaría. Efectivamente ahí estaba él, junto con su amigo. Estaban hablando y sin querer escuché una parte de su conversación...

—¿Y no sientes nada por Abigail? —preguntó Giovanni.

—Claro que no. Abigail y yo ni siquiera somos amigos. Sólo nos unimos por el mismo fin. Sólo eso. —respondió Matteo.

Decidí meterme de nuevo. Toqué la puerta de la habitación de Isabella, para pedirle un cargador, y me lo prestó. Realmente creí que sólo sabía hablar en italiano, pero sí sabía inglés. Regresé a la habitación.

No era que me importara lo que dijera Matteo, de hecho nunca me ha importado, pero una parte muy en el fondo de mí, se sentía un poco mal al escuchar que él ni siquiera me tomaba en cuenta como una amiga. No debería afectarme, ya que, aunque sea una Fainello ahora, sigo siendo la servidumbre solamente. Ese fue y es mi lugar. Yo jamás llegaría a ser ni la mitad de lo que es Isabella, y mucho menos pretendía serlo. 

Era momento de empezar mi plan. Separar a Neal de Farah.

—¿Qué pasó? ¿Matteo sí te prestó su cargador? —preguntó Nara, al verme entrar a la habitación.

—No, pero se lo pedí a Isabella. —respondí, conectando mi celular.

—Qué bien.

—Nara, voy a empezar mi plan contra Farah. He decidido empezarlo hoy. Le hablaré a Neal.

—¿Enserio? ¿Y qué le dirás?

—Tú sólo siéntate en la cama y escucha. —dije tomando mi celular con todo y conexión del cargador. Le llamé a Neal, no sin antes, ponerle seguro a la puerta.

—¿Hola? —respondió Neal.

—¿Neal, eres tú? Habla Abigail. —pregunté, haciéndome la víctima.

—Sí, soy yo. ¿Qué pasa, Abi?

—¿Estás con tu novia?

—No, ahorita ella está tomando una ducha. Pero, ¿Quieres decirme algo?

—Sí. Escucha, he pensado en todo lo que me dijiste el otro día. Eso de que me ofreces tu amistad. Y he decidido que sí me gustaría ser tu amiga.

—¿Enserio? Abi, ¿Sabes que me acabas de poner feliz con esa noticia?

Alguien tocó la puerta de la habitación. Era Matteo. Nara salió a abrirle la puerta, pero evitó que él entrara, y escuchara todo lo que le decía a Neal.

—¿Abi? ¿Sigues ahí? —preguntó Neal por la llamada.

—Sí, claro que sigo aquí. Es que, hay un poco de interferencia. Mira, ahorita no puedo hablar mucho, pero, me gustaría vernos en persona. Digo, si no hay problema con tu novia.

—Pero claro que no hay problema, Abi. Podemos vernos. ¿Hoy mismo?

Nara me interrumpió...

—Matteo dice que si vamos con él y su amigo al Coliseo. —habló ella.

—Dile que sí. —respondí.

Nara volvió a salir de la habitación para hablar con Matteo. Continué llamando a Neal.

—Hoy no puedo, pero mañana sí. —le respondí a Neal.

—Está bien, Abi. Mañana nos vemos.

—Una cosa, no quiero tener problemas con tu novia, así que, no le digas que nos veremos mañana. Por favor, no quiero afectar a nadie. Nos veremos antes del ensayo de Diamonds.

—No te preocupes, Abi. Te entiendo, ella no va a saberlo, ¿Está bien?

—Entonces, nos vemos mañana. Ten una bonita noche. —me despedí.

—Igualmente, Abi. Nos vemos. —colgó Neal.

—¿Y? ¿Cómo te fue con Neal? —preguntó Nara.

—Todo perfecto. —sonreí.

Nara y yo bajamos a la sala. Matteo y su amigo nos esperaban. Isabella dijo que no quería acompañarnos, porque vería su serie. Nos fuimos los cuatro en el auto de Giovanni. Después de varios minutos, llegamos al Coliseo. Nos bajamos para admirar el paisaje que tenía. había mucho viento y hacía algo de frío.

—Es hermoso —habló Nara, deslumbrada por ver el Coliseo.

—Es de las principales atracciones de Roma. Hay muchos turistas por aquí, y ahorita durante la tarde, también. —respondió Giovanni. —Te voy a contar más sobre el lugar, vamos. —él se acercó a Nara y la tomó por el hombro, para llevársela platicando hacia el interior del Coliseo.

Matteo y yo nos quedamos detrás de ellos. No sabía qué hacer al respecto. Me sentía incómoda con su presencia. Cada uno caminaba al mismo nivel, pero por su lado.

—Hace un poco de frío. Qué bueno que traemos los abrigos. —habló Matteo.

—Así es. —respondí asintiendo de forma cortante.

Traté de caminar más rápido que Matteo, para dejarlo un poco atrás, ya que no quería hablar con él, no después de lo que escuché. Me sentía incómoda a su lado. Hice como si hubiera ido sola. Traté de alcanzar a Nara, pero Giovanni se la había llevado a quién sabe dónde, ya no se veían en el camino, entre las demás personas.

—Espera... Abigail. —escuché decir a Matteo, detrás de mí.

Hice como que no escuché, pero él insistía.

—¡Abigail, detente! —dijo en voz alta y me detuve.

—Caminas muy rápido. Estamos en un paseo, no en una competencia. —se acercó a mí.

—No es mi culpa que seas tan lento. —respondí en tono un poco grosera.

—Bien, traté de no involucrarme en esto, pero no tengo de otra manera. ¿Qué te sucede? Has estado muy extraña conmigo.

—Nada. —respondí y seguí caminando, pero Matteo me tomó del brazo, para voltear a verlo.

—Puedes engañar a todos, pero a mí no. Sé cuando algo te pasa, y me gustaría saber qué te sucede.

—¿De verdad crees que me conoces? —reí. —Tú no me conoces realmente. No sabes cómo soy, no sabes lo que siento. No sabes nada. —solté algo molesta. Él me vio serio, frunciendo el ceño ligeramente.

Me solté de su agarre y me eché a correr, para perderme entre la multitud que iba caminando acercándose al Coliseo.

—¡Abigail! —escuché el grito de Matteo desde lejos.

Dejé de correr hasta que realmente me sentía agotada. Ni siquiera yo sabía lo que me estaba sucediendo, el por qué reaccioné así. Llegué a un lugar donde había más gente. Había escaleras, y al parecer, me encontraba en el segundo piso del Coliseo. Me senté en un escalón. Iba a hablarle a Nara, pero olvidé mi celular cargándose en casa de Isabella.

—¡Maldita sea! Olvidé mi cel. Bueno, al menos traigo mi bolsa con dinero, para regresar en taxi, aunque no conozco este lugar, ni el país. —me dije a mí misma.

Estaba asustada, pero por otro lado, me gustaba estar sola conmigo misma. Vi de lejos que Matteo caminaba buscándome, justo en el mismo lugar donde yo estaba sentada. No quería hablar con él. Me daba vergüenza verlo a la cara, después de haber actuado así con él. Me levanté y me escondí para que no me encontrara. Me dirigí hacia una de las tantas puertas que había, ocultándome con sus paredes y la misma gente.

Matteo se fue después de unos minutos. Me quedé escondida. No veía a Nara ni a Giovanni por ningún lado. Ya me había preocupado, no sabía cómo regresar y tampoco llevaba con qué comunicarme.

Después de unos minutos más, escuché a alguien hablar en inglés. Eran dos chicas que estaban hablando entre ellas. Me acerqué a donde estaban.

—Disculpen, ¿Alguna de ustedes podría prestarme su celular por favor? No traje el mío. Les doy veinte dólares. —mostré los billetes.

—Por supuesto. —respondió una de ellas. Me dio su celular.

Vi la hora y eran las tres de la tarde con veinticinco minutos en ese país. Sólo podía hablar una vez. Iba a hablarle a Nara, pero de pronto marqué otro número...

—¿Hola? —respondió Neal.

—¿Neal? Habla Abigail. Tienes que ayudarme por favor. Estoy perdida, no tengo celular, y no sé cómo regresar a casa. —dije realmente preocupada y a punto de llorar.

—Abi, ¿Dónde estás? —preguntó Neal, preocupado.

—Salí con unos amigos al Coliseo romano, y de pronto los perdí de vista. No sé cómo regresar. No encuentro a nadie, no traigo mi celular, estoy sola. Ayúdame, por favor.

—Claro que sí, Abi. No te muevas de ahí. Iré por ti ahora mismo.

—Pero, ¿Y tu novia?

—Ella está durmiendo. Iré por ti. No te muevas. Llegaré por ti, Abi. ¿Está bien? Iré al Coliseo, ya estoy subiendo al auto.

—Gracias, Neal.

Colgué y le devolví el celular a la chica que me lo prestó. Le di los veinte dólares, pero los rechazó. Agradecí su amabilidad hacia mí.

Estuve esperando ahí, por varios minutos. Casi ya no había mucha gente, creo que era hora de cerrar el lugar. Tenía miedo, ¿Y si Neal no viene por mí?. Estaré totalmente perdida. Comenzaba a hacer más frío. Vi que unos policías estaban revisando el lugar, pero se fueron por otro lado. Así pasaron esos minutos, hasta que...

—Abi... —escuché una voz familiar.

Miré detrás de mí, y ahí estaba Neal, quien había venido por mí. No podía creer que realmente él no me dejó sola, después de todo lo que ha pasado entre nosotros. Era para que me hubiera dejado a mi suerte, pero no lo hizo. Sonreí levemente al verlo, y él me devolvió la sonrisa. Nos quedamos viendo unos segundos. Después, mi cuerpo reaccionó y corrí hacia sus brazos. Él me correspondió. Mi miedo se disipaba poco a poco, porque él estaba conmigo.

—Neal, tenía mucho miedo. —dije casi llorando. Él miró mi rostro.

—Ya pasó, Abi. Estoy aquí. No pasa nada.

Nos volvimos a abrazar. Pude disfrutar su rico aroma de colonia masculina floral-frutal, impregnada en su abrigo. Después de abrazarnos, me llevó al auto. Me subí en el lado del copiloto. Empezó a conducir.

—Te agradezco que hayas venido por mí. No sé qué hubiera hecho si no hubieras llegado. —dije.

—No pienses en eso. Sabes que yo siempre estaré para ayudarte. Es más, agradezco que me hayas llamado. Me haces sentir importante y útil.

—No sé cómo pagarte.

—No te preocupes. Por cierto, ¿Con quién fuiste al Coliseo?

—Con unos amigos, entre ellos, Nara.

—Nara y tú son inseparables. ¿Por qué la perdiste de vista?

—Uno de los amigos se llevó a Nara y no la encontré por ninguna parte. Me dejaron sola.

—¿Y qué hay de tu novio... Matteo? ¿No estabas con él? Pensé que se habían ido a una casa aparte.

—Sí, también iba él. Pero también lo perdí.

—Que mal novio tienes. Definitivamente yo no hubiera dejado sola a mi novia, y mucho menos en un lugar desconocido para ella.

—Ajá.

—¿Puedo preguntar una cosa más?

—Adelante.

—¿Por qué no le hablaste a Matteo cuando te prestaron el celular? Es decir, ¿Por qué pensaste en llamarme y no a él?

Me quedé pensando en la respuesta ante la pregunta de Neal.


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Nota: ¡Hola! Les traigo actualización semanal de mi novela, que espero les guste. Les traje dos capítulos. ¡Gracias por leer! No olviden votar y comentar si les gusta, por favor. Sus votos y comentarios son muy importantes para mi, ya que puedo mejorar. 

-Lau De Nu'est

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