Capítulo 16. La cena con Quinn y su madre.


---- MATTEO ----

Después de la confesión que hizo Abigail, su madre quería escapar de la mansión. Salió corriendo, no sin antes amenazar nuevamente a Abigail. Al salir de la casa, estaba la policía. Yo mismo la había llamado. Es por eso que incité a Abigail para que dijera la verdad. Todos salimos a presenciar cómo la policía se llevaba a la señora Lila.

Me di cuenta que todavía tenía tomada de la mano a Abigail. La solté lentamente. Ella me miró, y también retiró su mano de la mía. Su rostro estaba más tranquilo, después de que vio a su madre irse en la patrulla.

Después de ver todo lo anterior, pasamos a la sala.

—Querida, debiste decirnos la verdad desde un principio. —habló mamá.

—Lo siento. Tenía miedo y por eso guardé silencio. —se disculpó Abigail.

—A partir de ahora, debes confiar en nosotros. La confianza es primordial. Y más ahora que, eres nuestra hija. —habló papá.

Miré a Abigail y seguía con la misma expresión de la mañana. Al parecer aún no asimilaba el hecho de que se había convertido en una Fainello. No sabía por qué actuaba así. Ahora que se habían llevado a su madre, no tenía por qué temer de formar parte de nuestra familia.

A decir verdad, no me molestaba que mis padres hayan decidido registrarla como su hija. Al contrario, creo que es una buena idea, así ella tendrá un hogar, y conocerá el significado de la familia. Pero al parecer, ella no pensaba lo mismo, y lo daba a demostrar.

—Lo siento, es que, no me gustaría ser parte de esta familia. Ni de ninguna otra. Simplemente quiero ser sólo yo. —respondió Abigail.

—Pero, no puedes ser sólo tú. Debes tener algún apoyo. —mencioné.

—Quiero ser independiente. Ya tengo diecinueve años. No soy una niña, ni una adolescente que necesita de unos padres. Soy una mujer joven, que trabajará duro para conseguir lo que quiere. Y a partir de mañana, me iré a vivir fuera de esta mansión. —dijo Abigail, muy segura de lo que decía.

—¿Qué? —preguntó mamá.

—Así es, me iré con Nara. Rentaremos un departamento pequeño, y viviremos juntas. Estaremos bien. Además, el departamento está más cerca de la universidad.

—Es que, nos es difícil aceptar que te vas de la mansión. No deberías apresurarte. Apenas estamos comenzando a ser una familia, contigo. —habló mamá.

Después de hablar entre familia, mis padres aceptaron que Abigail se fuera, con la condición de que ella viniera a visitarnos a la mansión.

Me quedé a solas con Abigail. Ella estaba mirando por la ventana de la sala, mientras yo pensaba en lo mucho que nos estábamos tardando en vengar de Farah. Con todo lo que había sucedido en la mansión, no habíamos avanzado absolutamente en nada del plan.

—La gira de Diamonds será la siguiente semana. Ya están listos los documentos del permiso para que Nara y tú puedan ausentarse un tiempo de la universidad. —hablé.

—Está bien. —respondió Abigail, sin quitar su vista de la ventana.

—Ésta vez vamos a desarrollar la parte más importante del plan contra Farah. En cuanto lleguemos a Italia.

—¿Farah también irá a Italia? —volteó a verme.

—Así es. Ella es tu coach vocal, por lo tanto, aunque no quieras, ella debe ir.

—No quiero verla en la gira. —mencionó alterada.

—No arruines el plan. Que precisamente por eso queremos que Farah vaya a la gira con nosotros. Ya te dije que esa será la parte más importante. Así que aunque no quieras, debes aceptar.

—¿Y Neal también irá?

—¿Aún te importa él?

—Claro que no me importa. Sólo tengo curiosidad.

—Tal vez él la acompañe, pero aún no es seguro.

—Ah... —expresó ella, haciendo una mueca extraña que no había visto antes. Luego, volteó a la ventana nuevamente.

—¿Ocurre algo? —pregunté.

—No, nada. —respondió, pero había algo en ella que no me gustaba. Quizás era el tono en que se había expresado.

—No voy a contarte mucho del siguiente paso del plan, o lo arruinarías. Pero tienes que hacer lo que yo te pida, y no preguntes mucho al respecto.

—Será como digas.

Ya era la hora de la cena, todos nos habíamos sentado en la mesa. Mi madre se levantó contenta y se dirigió a la puerta.

—¿Por qué mamá no se sienta? —pregunté a papá.

—Es que invitó a una amiga suya. Ah, pues ya la conoces, invitó a la señora Berenice, la madre de Quinn Miranda. —respondió papá.

—¡Buenas noches! —entró saludando la señora Berenice con una sonrisa, y Quinn venía acompañándola. También traía una sonrisa.

—¡Bienvenidas, Bere y Quinn! —saludó papá. —Las dos lucen hermosas, hasta parecen hermanas y no madre e hija.

—¡Hola, Abi! ¿Cómo estás? ¿Ya mejor? —Quinn saludó a Abigail, y la tomó del hombro suavemente.

—¡Hola, Quinn! Estoy bien, gracias por preguntar. —sonrió Abigail.

Finalmente, Quinn y su mamá me saludaron también. Ambas tomaron asiento, y mi mamá también. Comenzamos a cenar. Todo iba normal, igual que siempre, durante la cena.

—¿Y has tenido alguna noticia sobre tu hija? —preguntó mamá a la señora Berenice.

—No, aún no. Cada día me siento más desesperada, por no saber dónde pueda estar. Cada día amanezco con la esperanza de encontrarla. —respondió triste.

—Pensé que Quinn era hija única. —comenté.

—No, no es así. Tengo una hermana perdida. Es mi hermana menor, por dos años, pero un día se metieron a robar a nuestra casa, y se la llevaron. Desde ahí no sabemos nada de su paradero. —respondió Quinn, se notaba triste.

—¿Cómo puede haber gente tan desalmada? Si sólo entraron a robar las cosas materiales, no debieron llevarse a tu hija. —respondió mamá.

—No se preocupen, algún día de estos, estoy seguro que la van a encontrar. —comentó papá.

—Ojalá que sí, señor Fainello. De verdad que hemos tenido días muy difíciles, pensando en ella y en qué lugar pueda estar. —respondió Quinn.

Miré a Abigail, y ella estaba en silencio total. Le costaba trabajo socializar con nosotros. Después de la cena, mamá se quedó a platicar un rato más con la señora Berenice y con papá. Mientras tanto, Abigail, Quinn y yo, fuimos al jardín trasero.

—Bueno, no quiero molestar, así que me iré a dormir. —habló Abigail.

—No, no eres para nada molesta. Quédate con nosotros. —dijo Quinn, tomándola con delicadeza de la muñeca.

—Pero... —intentó decir Abigail.

—Mejor vamos a sentarnos en la banquita. —dijo Quinn, llevando a Abigail a la banca. Yo las seguí, pero no tomé asiento. —Bueno, aprovechando que estamos los tres solos, por qué no hablamos del plan contra Farah.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Abigail, sorprendida por lo que Quinn había dicho.

—Abi, yo soy una de los fundadores del plan contra Farah. Es obvio que lo sé. —respondió Quinn.

—Quinn también quiere vengarse de Farah. —comenté.

—¿Pero por qué? ¿Qué te hizo? —preguntó Abigail, algo curiosa.

—Oh, nada, sólo un día Farah se acostó con mi novio, él me engañó con ella varias veces, y finalmente, mi propio novio me robó la playlist musical pre grabada que era para mi nuevo álbum, y se la dio a ella para su álbum, que por cierto, fue un éxito mundial. Y como no tengo pruebas de eso, porque ambos se encargaron de eliminar toda prueba, no pude reclamar nada. Me quedé sin novio y sin álbum nuevo. —respondió Quinn, un tanto sarcástica, pero decía la verdad.

—¿Ahora entiendes por qué es importante hacer pagar a Farah por todo lo que ha hecho? Por eso debes hacer lo que Quinn y yo te decimos. —dije claramente.


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Nota: ¡Hola! Les traigo actualización de 3 capítulos. Espero les guste, se vienen cosas muy interesantes. ¡Gracias por leer!

-Lau De Nu'est

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