Mi Vecino
"Hace aproximadamente dos años que he vivido en este apartamento. Cada mes, mi arrendatario me visitaba para cobrar su pago. Pero un día me dio una muy mala noticia. Me llamo para decirme que tenia que desalojar el departamento, porque lo había puesto a la venta. Sin embargo esa no es la razón por la que ahora me encontraba, tan triste y deprimido. No, el verdadero problema si es que así puedo llamarlo, era mi vecino... tenia que mudarme, y eso significaba que ya no volvería a ver a quien se había vuelto de una persona molesta y desesperante, a un chico al que necesitaba para poder seguir adelante..."
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Flash Back 2 años antes...
-Torao!!- me decía un chico moreno, de cabello negro azabache y alborotado - que nombre más divertido- me sonrió.
Hacia solo unos minutos que había llegado para instalarme, y ese niño, era la primera cosa que aparecía en mi nueva vida. Era un chico un poco más bajo que yo, delgado de piel morena, y tenia una cicatriz bajo su ojo derecho, eso me llamo bastante la atención, porque parecía un corte muy reciente, estaba roja, hasta pensé que pudo haberse herido hacía solo unos momento, sin embargo me llamo aún más la atención el echo de que, cuando levanto una de las cajas, hizo un gesto de dolor, dado que la caja que había levantado, no contenía nada extremadamente pesado, y llevaba colgado al cuello un sombrero de paja algo gastado y raído, algo a lo que no le di mucha importancia.
Pensé que aquí empezaría con mi nueva vida. Una vida, en la que Kidd, mi ex novio, ya no era parte. Hacía un tiempo que habíamos terminado nuestra relación, y se debía a que me había herido como jamas antes lo habían hecho.
Y tras una discusión bastante fuerte, decidí romper mi relación con él. Aún lo quiero, es verdad, pero si me va a herir como lo hizo en aquella ocasión, no tenia caso que continuáramos juntos.
-No es Torao... mi nombre es Trafalgar Law...- dije mientras introducía la llave, en la cerradura, para abrir la puerta, y poder meter las cajas que traía conmigo.
-Luffy!- le oí decir. Me volví para mirarlo, justo cuando tomaba una de las cajas que tenia en el suelo.
-Disculpa...- dije mientras dejaba en el suelo, (para poder abrir la puerta) una caja en la que traía todas mis herramientas de trabajo, y le dirigía una mirada rápida, una sonrisa cruzaba su alegre rostro.
-Mi nombre es Luffy...bienvenido al bloc!-
Empuje la puerta con el pie, y la caja termino de abrirla por completo, para entrar y empezar a dejar las cajas por todo el apartamento.
-Donde pongo esta?- me pregunto.
-Solo dejala en el suelo, ya más tarde me encargare de ellas... no te molestes- quise darle a entender que no necesitaba ayuda, después de todo Sachi y Penguin, estaban bajando mis demás pertenencias del coche de la empresa de Sachi.
-No hay problema...después de todo seré tu vecino, y lo menos que puedo hacer es ayudarte-
-No es necesario- dije de manera cortante - mis amigos están ayudándome con esto...- me senté un momento en el frio cerámico, quitando el sudor que corría por mi rostro, estaba cansado, y me esperaba toda una tarde para desempacar y ordenar.
-Law!- ese era Sachi - quedan un par de cajas abajo, podrías subirlas? Las demás las traemos Penguin y yo... oh... hola- saludo al chico que aún seguía con la caja en sus manos, y que no había dicho nada en todo ese tiempo, entonces volví a indicarle que la dejara en el suelo.
Podía oír que subían las escalera, y que alguien hablaba animadamente, entre sonoras carcajadas...
-Oh...vecinos nuevos?- esa voz no la reconocí, me gire para ver quien era.
Allí, estaban Penguin, con un montón de cajas más, y con otro chico. Era quizás de mi estatura, y tenia el cabello negro y su cara pecosa, mostraba una amplia sonrisa, traía unas cajas con él, las que pude reconocer como mías.
-Ace!- exclamo el muchacho dejando al fin la caja en el suelo y saliendo para saludar a ese sujeto.
-Puedes poner esas cajas junto a Law, Ace!- decía Penguin, cosa que me extraño, dado que se hablaban con una confianza asombrosa.
-Se conocen?- pregunte, la curiosidad empezaba apoderarse de mi.
-Claro que si!- dijo Penguin - somos compañeros de trabajo.- rió junto con el pelinegro pecoso.
-Portgas D. Ace- me dijo mientras dejaba las caja junto las demás y me tendía la mano.
-Trafalgar Law...-dije estrechándola -un gusto-
-Bienvenido al bloc Trafalgar- sonrió. Por un momento me pareció que su manera de sonreír era muy parecida a la del otro joven.
-Gracias...- respondí. De pronto, su expresión cambio repentinamente, y se volvió al menor que estaba fuera junto a Penguin.
-Que demonios te paso en la cara?- dijo mientras salia para atrapar en sus manos el rostro risueño del muchacho, que había estado cubriéndose el rostro con el sombrero de paja, que hacia unos momentos colgaba de su cuello, pero que ahora tenia en sus manos cubriendo la herida, y dejando solo sus ojos a la vista.
-Un accidente, no te preocupes no es nada grave...- le decía sonriendo, y bajando su sombrero.
-Un accidente?- le preguntaba el mayor asustado -como? Que paso?- esta vez el menor hizo una mueca de dolor. No me equivocaba, la herida era reciente.
-Le ayudaba a Usopp con algunas cosas...pero de pronto, uno de los ventanales del departamento de Usopp, estallo, y un trozo de cristal me hizo el corte... Kaya y Usopp están asustados, es la primera vez que ocurre algo así en el bloc...-
Me quede en el marco de la puerta mientras hablaban. La herida de ese chico era profunda pero no grave. Me acerque a él, y le di un leve empujón para hacerlo entrar a mi departamento, ante la mirada perpleja de Sachi y Penguin, y la mirada furiosa del pecoso.
-Oye...!!- gruño, pero yo lo interrumpí.
-Dejen esas cajas ahí, y tu- dije señalando al herido - esperame ahí, no tardare-
Sachi y Penguin, obedecieron a mi orden, y el pecoso quiso entrar a la fuerza a mi apartamento, pero lo detuve.
-Que crees que estas haciendo?- me dijo molesto.
-No le pasara nada no tienes que exagerar, y no te atrevas a entrar- le amenace, cerrando la puerta, una vez que Sachi y Penguin, salían.
Sin hacer caso a sus protestas, baje una vez más, por las escaleras, para ir por las cajas que me quedaban.
-Abre ahora mismo esa puerta!!- me gritaba mientras lo perdía de vista.
-No oigo protesta por parte del muchacho...así que no deberías preocuparte, no le pasara nada-
Se que eso no lo tranquilizo, pero al menos dejo de gritar idioteces.
-Esto sera espantosamente agotador... -me dije.
-Estas son las que quedan...podrás con ellas?- me dijo Penguin deteniéndose frente a las dos cajas que quedaban, no eran muy grandes pero en ellas, estaban mis libros y apuntes de medicina.
-Estaré bien, no se preocupen- sonrei.
-Bueno...te veremos pronto entonces, recuerda la fiesta de aniversario que dará la universidad.-
Ambos subieron al vehículo y se fueron, mientras que los despedía con un gesto de la mano.
Resignado, levante las cajas, y regrese a mi piso. El pecoso seguía allí. Estaba empezando a fastidiarme.
-Devuélveme a mi hermano ahora mismo!!- fue lo primero que oí cuando me vio llegar.
-Eres bastante ruidoso sabes?- le dije serio - te importaría dejar de gritar? Estas molestando a los vecinos. Ya te oí.- abrí la puerta, y cuando el pecoso quiso entrar le cerré la puerta en la cara.
-Quitate la camisa- le dije, al menor sin mirarlo. Podía oír que el pecoso aún gritaba y pateaba mi puerta, lo ignore.
-Que?!- se puso algo nervioso, lo note, no se porque, solo lo revisaría porque me parece que no solo tenía esa lesión en su rostro.
-Que te quites la ropa...- esta vez, me acerque y le obligue a que se desvistiera, mientras le quitaba yo mismo la camisa.
-Espera...- dijo, y detuvo mis manos a mitad de camino.
-No solo tienes ese corte en tu rostro no es así?- lo había acorralado, se puso aún más tenso, entonces lo jale del brazo y le quite la camisa de una vez, y lo empuje sobre la mesa, rescostandolo.
-Ahora dime que sucedió. Eso no es solo un quiebre de un ventanal- le dije mientras ponía mis manos en su torso.
Tenia heridas realmente profundas, algunas si eran cortes, pero no de cristales, no, era obvio que habían intentado apuñalarlo, pero había logrado esquivar la agresión, y los otros eran golpes, golpes evidentes de una pelea bastante fuerte.
-Como te hiciste esas herida, y no me mientas porque lo sabre- por un momento, cuando toque su torso, se me vino a la mente, esas noches en que Kidd, me tocaba de manera tierna y apasionada, esas noches en las que me hacia completamente suyo.
-Solo me enfrente a unos tipos que intentaron robarme...- sonrió, sin embargo su pregunta me devolvió a la realidad, sacándome completamente de mis pensamientos.
-Que...que sucede?- me dijo perplejo, sentándose, y quitándose de una vez la camisa.
-No es nada... vuelve a recostarte por favor.- abrí una de las cajas, y saque de ella los implemento que necesitaría para tratar sus heridas. Empece poniéndome mis guantes quirúrgicos, sin embargo, había algo que estaba empezando a fastidiarme al punto de que estaba haciéndome perder la paciencia. Eran los gritos y golpes a mi puerta, por parte del pecoso.
-Podrías decirle a tu hermano que deje de intentar echar abajo mi puerta?- saque algunas vendas, pinzas, botellas, y otras cosas mientras hablaba con ese niño.
Se levanto, con algo de dificultad y se quedo de pie junto a la puerta, en silencio. Me quede mirándolo, y las dudas sobre esa pelea, estaba aflorando en mi atormentado y confundido cerebro. Esas heridas... sacudí mi cabeza tratando de despejarla un poco.
-Ace...- dijo y apoyo sus manos y su frente en la madera - estoy bien...no te preocupes...-
-Luffy... como dices que estas bien si estas en casa de un extraño?- al menos ahora, ya no pateaba la puerta eso ya era algo.
-Puedes confiar en mi al menos una vez?- el muchacho cerro los puños, no podía ver su expresión, pero quizás era una de frustración o tristeza. Hubo un largo silencio.
-Bien...- oí que le respondían al otro lado de la puerta. -TRAFALGAR! Como te atrevas a hacerle algo a mi hermano yo mismo te asesinare.-
Sonrei, entendía muy bien de que hablaba. Cora era igual conmigo. Un sobre protector.
-Portgas D. Luffy ese es tu nombre verdad?..- le dije, mientras volvia a la mesa, que había improvisado como camilla, y terminaba de prepararme para atenderle.
-Monkey D. Luffy- me corrigió.
-Monkey D.? Espera no estoy entiendo...tu y el pecoso molesto no tienen el mismo apellido...como es que puede decir que eres su hermano?- la verdad si me parecía raro.
-Ah...- dijo mientras se acomodaba, y yo empezaba a tratarlo - Somos hermanos de palabra, nos criamos juntos después de que sus padres murieran en un viaje de negocios, mi abuelo nos ha criado todo este tiempo...-
-Y que hay de tus padres?- por alguna razón estúpida de mi parte, me interesaba saber más de él.
-De mi madre, no se nada....ah...y de mi padre....ah...pues... no lo conozco, pero el abuelo dice que es un hombre importante...no se en que trabaja, el abuelo jamás me lo ha dicho...- esta vez, aparte de gemir, hizo una mueca de dolor, cuando comencé a desinfectar sus heridas.
-Dime como es que en verdad terminaste con todas estas heridas...- insistí.
-La verdad es que esos idiotas intentaron llevarse mi sombrero...- se quito el sombrero que llevaba al cuello, mientras continuaba hablando - este sombrero es un tesoro invaluable para mi...me lo dio un hombre al que vi como a un padre.-
-Es raído y viejo...porque ellos lo querrían si no les serviría de nada? Con que fin?- las heridas por suerte, a pesar de ser profundas, no comprometían ningún órgano vital.
-Se que pensaras lo peor de mi con lo que diré, pero la verdad no me importa...hubo un hombre al que ame con toda mi alma, pero él decidió irse con otra... desde entonces, que las agresiones empezaron, por parte de unos conocidos suyos. Al principio no era algo de verdadera importancia, pero a medida que pasaba el tiempo, las agresiones aumentaron en gravedad... y hace unas horas intentaron robar mi sombrero... simplemente protegí algo valioso para mi... auch!-
-Ah...lo siento, esta es la herida más grande y grave que tienes...-
Continuamos en silencio por un rato, no quería saber que más había pasado, estaba seguro de que este muchacho no querría recordar algo como eso.
-Oye...- de pronto sentí su mano sobre la mía y la apretaba con fuerza, me asuste un poco, hacía mucho que nadie se aferraba a mi de esa manera. - esta mal el haber amado a alguien del mismo sexo aún cuando este te ha dejado por otra persona?-
No supe que responder, yo me encontraba en una situación similar. No era solo los celos enfermizos de Kidd, lo que nos había separado, si no también su infidelidad. Muchas veces me habia engañado con alguno de sus amigos, hasta que al final mis sospecha fueron ciertas. Solo entonces, entendí que para Kidd, no existe una sola persona que pueda llegar a su corazón.
De que me servia, pasar el resto de mis días con alguien a quien no le importa los sentimientos de otros?
-No hay nada de malo- respondí al final - solo que, el que sale más perjudicado eres tu... seguirás sufriendo por algo que ya perdiste... lo mejor que puedes hacer es olvidarte de él, empezar de nuevo y encontrar a la persona apropiada para ti...- me detuve un momento, en mi tarea de tratar sus lesiones, y le pedí que se sentara para empezar ya a vendarlo...
-Por la cara que tienes, me atrevería a decir que también tu perdiste a alguien muy importante para ti...- se sentó con algo de dificultad.
Por que no? Porque no aligerar un poco esta carga que llevaba conmigo? Después de todo Cora siempre me decía que lo mejor que uno podía hacer cuando se estaba herido del corazón, era hablar, soltar esa pena.
-Algo así...- dije - también he perdido gente a la que he querido...esa es una de las razones por las que decidí mudarme... solo quiero olvidar esas cosas y empezar de nuevo-
-Ah!- se quejo - eso dolió- sin querer habia hecho presión sobre una de sus heridas.
-Lo lamento...levanta un poco tus brazos por favor, voy a vendarte.- le anuncie.
El silencio se volvió un poco incomodo, no se me ocurría nada que pudiera romper esa tensión, y lo peor, era que el muchacho no paraba de temblar cada vez que mis dedos rosaban su torso. Me pregunto que lo tienen tan nervioso. No niego que verlo así, me recuerda un poco a mi mismo, cuando Kidd ponía sus manos sobre mi... pero... ahora me pregunto también... habrá estado pensando en alguien más mientras lo hacíamos? Al menos jamas le oí decir otro nombre que no fuera el mio... pero aún así, ese pensamiento me atormentaba.
-Se me ocurre una idea- su voz, me llevo de vuelta a la realidad, y su sonrisa volvia a su rostro - ven a cenar con nosotros esta noche, vendrán unos amigos, así aprovechas de conocerlos también, y de pasada, les podre decir que seremos vecinos, es que no tengo el dinero para pagarte por tratar mis heridas...me he dado cuentas que eres algo así como un medico...- su rostro se torno un tanto sonrojado. Acaso estaba avergonzado o solo le había subido la fiebre, lo que no seria raro dado de los golpes y heridas que adornaban su delgado, y delicado cuerpo. Me preocupe, así que puse una mano en su frente y la otra en la mía.
-Que ocurre?- me dijo, de manera divertida, mientras reía.
-Solo compruebo si tienes fiebre...pero veo que no- me quede mirándolo un momento, para luego devolverle su camisa.
-Toma estos analgésicos, te ayudaran a recuperarte, no hagas ningún tipo de fuerza, y menos aún, pelear por ahí...eso podría agravar tus lesiones.
-Gracias!- hizo una reverencia a modo de agradecimiento. Le dolió hacer ese simple gesto. Lo noté
-Te esperare para cenar hoy...la cena es a las ocho, no llegues tarde.- dijo abriendo la puerta y perdiéndose luego tras ella, después de cerrarse.
Como si eso fuese a pasar, vive frente de mi, y me dice que no llegue tarde...es un fastidio.
No pienso ir a ninguna parte, de todos modos, estoy cansado y tengo que empezara a desempacar.
Sin embargo, durante el resto de la tarde, llegaron muchos de los vecinos con los que tendría que convivir, a visitarme, y traían con ellos, pasteles de bienvenida. Por lo visto, vivir en el último piso, del edificio, no era un punto a favor, al contrario, era un verdadero fastidio.
Y así, la tarde, pronto paso a dar la bienvenida a una fría noche de otoño, al menos ya había ordenado las cosas más importantes, como mi cuarto, la cocina, el baño, el comedor. Lo demás lo haría mañana, ahora estoy realmente cansado y muero del sueño, pero antes debo ir a comprar algunas cosas para comer.
Tome las llaves, y tranquilamente abandone el edificio. Aproveche también de comprar algunas cervezas, pensé que las necesitaría, para cuando desempacara y para poder beber algunas durante la semana.
Una vez que me haya establecido del todo, podre llenar la despensa. Pero antes debo encontrar un trabajo de medio tiempo, que no interfiera con mis estudios de la universidad. Después de todo, no voy a echar por tierra todos estos años de estudios... solo faltan tres semestres para terminar la carrera.
Me lleve la mano al estomago al sentirlo rugir. Moría del hambre, mejor me daba prisa en comprar cualquier cosa, regresar casa y dormir un poco, después de todo este ha sido un día largo y agotador.
Regrese una vez más al apartamento, y allí, me esperaba ese niño, con su hermano. Apreté las bolsas en mi mano, esperando. Me detuve.
-Gracias por lo de hoy...y lamento todos los problemas que pude haberte causado- se disculpo el pecoso. Metí mi mano al bolsillo, y sonreí un tanto petulante.
-No hay problema- subí el ultimo tramo de escaleras que me quedaba, y me volví a la puerta de mi apartamento, para abrirla.
-Torao!- otra vez me llamaba con ese nombre tan ridículo - ven a cenar con nosotros, mis amigo ya han llegado y quieren conocerte.-
-Gracias por la invitación, pero estoy realmente cansado, si no te importa me iré a dormir.-
Deje mis compras en la cocina y me senté en una de las bancas, encendí la televisión, no había nada que valiera la pena en ella, pero de pronto, sentí un tintineo fuera de mi puerta. Me levante, y mire por la mirilla, justo cuando la puerta de enfrente se cerraba. Espere por si alguien volvía a abrir esa puerta, pero como nadie lo hizo en un buen rato, abrí la mía, y mire en todos direcciones, no había nada fuera de lo normal excepto por algo.
En el suelo, había una cacerola, envuelta, con una nota. Me agache a recogerla, y volví a entrar.
-Que diablos es esto?- me pregunte, no niego que la curiosidad estaba ganándome.
"Bienvenido y gracias por tu ayudara"
"Monkey D. Luffy"
-Tal vez no sea tan malos vecinos como creía- sonreí, deje la cacerola en la mesa, y me senté a esperar que el microondas, hiciera su trabajo, ya había metido en él una pizza, y finalmente, me senté en el sofá del living, a comer, mientras veía esos canales dedicados a la medicina y a la ciencia, cosas que a mi me gustaban bastante, sin embargo, el sueño y el cansancio empezaban a apoderase de mi. Y poco poco, el sueño termino por vencerme.
Cuando desperté durante la madrugada, sentí mucho frió, abrí los ojos, y la sala estaba oscura, claro. Luego mire por la ventana y llovía a mares, y yo solo estaba con una manta delgada sobre mi. Me abrace a mi mismo, para darle calor a mis brazos, que estaban fríos, a la vez que me levantaba para prepararme un café...
De pronto caí en la cuenta. Cuando me senté anoche en el sillón, no había llevado ninguna manta conmigo, como es que ésta llegado hasta mi? Cerré bien la puerta, no había modo de entrar aquí a no ser que yo lo permita... me quede pensando un momento.
Ya con mi humeante taza de café, me fui a mi cuarto, donde me metí a la cama, para abrigarme. Y una vez mas, volví a intentar quedarme dormido.
Sin embargo, mi tranquilidad se había ido al demonio, las acciones de ese mocoso, me recordaban demasiado a mi mismo, y eso no era bueno.
-Quiero dormir quiero dormir quiero dormir- me repetía una y otra vez, pero las ganas de dormir no llegaban.
Me daba vueltas en la cama, cerré los ojos, y de pronto ese recuerdo, que había intentado bloquear de mi cerebro, apareció de golpe en mi mente...
"Aquella semana..., había acompañado a Penguin y Sachi a terminar con unos tramites que necesitaban. Y Sachi me había llamado para avisarme de que tardaría en el negocio que estaba haciendo, lo entendía perfectamente, después de todo ese era su trabajo, vivir de los negocios.
-Penguin ha tenido que terminar unos papeleos, y le tomará más tiempo acabar con ello, y yo estoy cerrando un trato de gran importancia... porque no llamas a Eustass y le pides que te acompañe, hasta que uno de nosotros llegue? Seguro que no tendrá problemas. Penguin y yo trataremos de acabar pronto con esto.
-Bien no te preocupes, no hay problema, suerte con tus negocios.
Ese día, todo cambiaría...
Llame a su móvil y no respondió.
-Seguro que esta en sus clases, le dejare un mensaje así no lo molestare-
"Estoy en la plaza de la ciudad, y no quiero estar solo, podrías acompañarme hasta que Penguin o Sachi lleguen? Están terminando con uno de sus trabajos...por favor llámame cuando leas este mensaje, si es que no puedes venir, por favor avísame...
Law"
-Bien con eso bastara-
Las horas pasaban y no había señales de Kidd. Esa vez, pensé, "Aún estaba en clases, y por eso no ha podido comunicarse conmigo"
Ni siquiera había terminado de pensar en eso, cuando lo vi por la acera de enfrente de la plaza, y que iba con sus amigos, y por lo que podía ver, se veía contento. Me levante, para hacerle un gesto con la mano, justo cuando miro hacia donde me encontraba, sin embargo, o bien no me había visto, o simplemente me estaba ignorando.
Quise creer que fue lo primero. No me ha visto. Tome mi bolso, me lo colgué al hombro, y le seguí, siempre mirándolo para no perderle de vista. Al llegar al semáforo, volví a levantar mi mano para darle a entender que estaba esperando por él. Pero entonces fue que la rabia y la pena se apoderaron de mi.
No era que no me hubiera visto. Tampoco era las clases que le habían impedido llamarme. Eustass Kidd, simplemente me ignoraba, frente a sus amigos. Lo supe, cuando no de ellos, se le colgaba al cuello, y me miraba, y Kidd no hizo absolutamente nada para quitárselo de encima.
El semáforo, cambio a verde, entonces Kidd, y sus amigos cruzaron a la acera en la que yo me encontraba. Lo peor, es que si hubiese habido más gente conmigo en esa esquina, podría simplemente irme sin más, pero no. Estaba solo, allí, cubriendo mi cara con mi gorra, y apretaba los puños con tanta fuerza que herí mis manos y uñas. Nunca había llorado, pero ese día...
-Quien ese?- oí que decía el chico que lo había estado abrazando, que me señalaba.
-No lo se...no lo conozco.- ese había sido Kidd, que acababa de negarme.
Vi pasar ante mi a todos sus amigos, y Kidd, fue el ultimo. Se quedo a esperar que los demás siguieran su camino para poder hablarme. Eso me dolió Se quedo de pie frente a mi y cínica mente me dijo...
-Law... no te había visto...-
Quiso besarme, pero me aparte.
-Que ocurre?-
Eso me había sacado totalmente de mis casillas...
-Nada...- le respondí, soltándome de él, y aprovechando que ahora el semáforo, cambiaba otra ves , me fui a la terminal para tomar el bus que me traería de regreso a casa.
Me metí a uno de los tantos callejones que habían de camino a la terminal, y mi sorpresa fue aún mayor, cuando vi a los amigos de Kidd, que en algún momento, habían empezado a seguirme. Me habían acorralado. Recuerdo que me me dieron una paliza, entre todos, sin embargo, no hice ningún esfuerzo por defenderme, me dolía más la actitud de Kidd, que los golpes que sus amigos me daban.
-No interfieras entre Kidd y yo-
Un golpe que acabo por dejarme inconsciente.
Abrí los ojos asustado. Aunque había pasado ya un tiempo desde eso, aun dolía. Había preferido sus amigos, y negarme ante ellos.
Pudo haber venido a mi mente cualquier otro recuerdo, pero tenia que ser el que mas detestaba.
Al menos, el sueño volvía eso era bueno, y sin más me quede dormido.
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