Despedida silenciosa...



-...Torao...- su voz sonaba tímida, tenia miedo, lo podía ver y sentir en todo tu cuerpo, en cada facción de su rostro, me daba la impresión de que le aterraba el echo de encontrarse con otra persona que no fuese yo quien le estaba hablando. Al fin logró calmarse.

-Torao...eres tu?- dijo agitado, y agitando sus brazos tratando de atrapar algo en el aire.

-Si. Si soy yo, despierta...mírame...- le dije y alcance sus manos.

Pestañeo un par de veces, antes de notar que estaba conmigo. Por fin regresaba a la realidad.

-Estas bien? Dime donde te duele...- le solté sus manos.

-Me duele la espalda...la cadera y...- Guardo silencio, tomo mi mano y la llevo hasta su trasero. Volví a subir mi mano acariciando su espalda por sobre las vendas, hasta llegar a su cabeza donde enrede mis dedos en su cabello.

-Que tan bestia fue para que quedaras en este estado?- murmure en su oído.

Tan solo imaginarlo, hacia que mi sangre burbujeara de la rabia, me enfurecía haber sido yo el culpable y que no hubiera estado allí para evitarlo.

Aún parecía algo desorientado. Lo cargue y lo lleve hasta su cama, donde se quedo dormido otra vez, pero ésta vez, aferrando mi mano.

-Quedate conmigo ésta noche...- murmuro.

Había atrapado mi mano, y no pensaba soltarla, así que, aprovechando un poco mi habilidad, intercambie un trozo de cristal por la banca que había ido a parar a alguna parte de la habitación.

Para luego, sentarme junto a él, y observalo dormir.

-SHAMBLESS!-

Miré la habitación, estaba echa un desastre. Había roto el televisor, que colgaba de la pared, había esparcido por el suelo algunos implemento médicos, y las mesas metálicas que habían con materiales de curación, estaban también por los suelos. Y que decir de las estanterías... por suerte Luffy no había sufrido ningún corte, las vendas hicieron un buen trabajo. El chirriar de la puerta de la habitación me hizo quitar mi vista de la habitación y de Luffy.

-Así que fue Luffy... maldición ese niño me dejara en la ruina-

Monkey D. Dragón, entraba a la habitación, mirando los daños del lugar.

-Que sucede?- pregunte levantándome aún sin que Luffy me soltara. Me puse nervioso porque antes había sido bastante grosero con él, pero había sido por el echo de que quería atender lo antes posible a Luffy.

-Como se encuentra? Mis médicos no han podido examinarlo, porque decía que solo había una persona que quería que lo revisara- dijo mientras se acercaba a nosotros y miraba nuestras manos que aún estaban enlazadas - "No quiero que nadie más que Torao me examine" ese eres tu verdad?-

-Con todo respeto Señor. Pero si es a discutir a lo que ha venido, le tendré que pedir que por favor abandone la sala-

-Lamento lo de Cora- soltó de repente. Se me acelero el corazón al oírlo -Construimos ésta Ciudadela junto con Rocinante. Jamás vi a alguien luchar de esa manera por alguien. Jamas creí conocer a alguien como él.


"Cora y tu padre, luchaban por la misma causa. Esa fue la razón por la que Cora fue asesinado. Murió para salvarte a ti y a todos nosotros de una muerte segura"


Las palabras de la mesera, habían sido esas, Cora había salvado mi vida de muchas maneras, y no solo la mía, si no la de todos los que estábamos ahí, seguramente también. Pero solo recuerdo algunas cosas de cuando era un niño, hay momentos de mi infancia que no los recuerdo del todo.

-La Universidad ha resistido bastante bien. Edward, no dejara que el Gobierno entierre sus garras en su territorio, así que puedo estar tranquilo, ya han logrado tomar el control del recinto.

No entendía a que se debía todo eso, pero me alegraba saber que los estudiantes estaban a salvo.

-Que fue lo que le paso a mi hijo...- insistió, mientras se sentaba en el piso en que momentos antes había estado sentado yo.

-Eh?-

-Doflamingo, quería a mi hijo. Para que lo necesitaba si sabe que si se enfrentaba a mi, estaría en problemas? Pues para llegar a ti...-

Pensé como podía ese hombre saber que tramaba Doflamingo, hasta que recordé que en frente de mi estaba no solo uno de los hombres más poderosos y buscados por la marina, que he conocido, si no que ademas, ese hombre era el padre de mi novio. Sabia muy bien que ese hombre era Líder de la "Armada Revolucionaria". Pero no pensé que su fama era tanta ni que manejara tanta información.

-"Hace unos años Cora-san, me dijo que había llegado a su familia, un niño de diez años que había escapado de la Ciudad Blanca Frevance. Y que ese niño acarreaba con él, una enfermedad mortal, aunque no contagiosa. Es una lastima que esa hermosa ciudad que alguna vez visite ya no exista y menos sus habitantes excepto tu y el rey de tu país que los abandono tras huir con el Gobierno"-

No dije nada, me sorprendía lo bien informado que estaba para ser la primera vez que me veía.

-Encontré un informe en el que, ponía que solo te quedaban tres años y dos meses de vida...-

-Cora salvo mi vida aún cuando la suya se estaba desvaneciendo... hizo que comiera la Ope Ope no mi, aún sabiendo que estaba por morir, y sobre todo, que su propio hermano seria su asesino-

-Sabes que paso con tus padres, y con tu hermana?- me pregunto. No se porque lo preguntaba, no entendía a que quería llegar. Ese era un tema que no había hablado con nadie... ni con Luffy.

-Mis padres fueron asesinados por enviados del Gobierno, mientras que mi pequeña hermana, murió calcinada en el hospital de mi padre, que fue incendiada por esos malditos- apreté la pequeña mano de Luffy de manera suave.

-Y sabes porque Doflamingo va tras tu cabeza?- me pregunto, mirando a Luffy, que se removía un poco en la cama gimiendo un leve "me duele".

-La verdad no estoy seguro, pero tengo entendido que quiere mi habilidad...- dije.

-En parte sí, quiere tu poder, pero lo que en verdad quiere, es hacerte pagar por todo lo que según él, tu le has quitado. Los rumores dicen que, tu eres el culpable de que tuviese que matar a su hermano, dicen los rumores que tu, eres el responsable de que su plan de atacar Dressrosa, en aquella ocasión, fracasara, que de no haber sido por ti, su plan de recuperar su status entre los nobles mundiales, quizás habría tenido éxito sin embargo, no salio como él lo esperaba. En resumen, tu eres el responsable de todos sus intentos fallidos de llegar a lograr sus objetivos hayan fracasado. Y por eso mismo, quiere arrebatarte todo lo que más quieres, y me molesta el echo de que me hijo pague por algo que no es de su incumbencia...

"Hace mucho, que Cora y yo construimos ésta Ciudadela, con el fin de proteger a todos aquellos que pudieran tener una habilidad. Según Cora, Doflamingo, a parte de cazarte, también haría pagar a los nobles mundiales por haberlo desterrado de Mariejoa, cuando en verdad sus padres fueron los que renunciaron a ese status.

"Supongo que ya sabes que Doflamingo, fue un noble mundial, seguramente Cora te lo ha contado en algún momento. Por el momento, puedo estar seguro que, Doflamingo, no moverá sus piezas, no después de lo que le espera por haberle echo ésto a mi hijo...

"Voy a aclararte algo, Doflamingo no descansara a hasta dejarte completamente solo, hará lo que sea para acabarte, quedarse con tu habilidad, y quitar de en medio a todo el que se interponga en su camino. Y ten por seguro que empezara atacando a quienes te rodean. Así que voy a ayudarte, pero con una condición-.

No podía hablar, acababa de enterarme de la verdadera razón de porque Doflamingo quería atacar a Luffy primero, ese fue un golpe bajo, y eso me destruyo, aunque en otras ocasiones había ido tras mis amigos, al menos a ellos, había logrado ponerlos a salvo... Eso me obligo a mudarme, y empezar mi vida otra ves, ya me había arrebatado a Cora, luego a Kidd, y ahora quería quitarme a Luffy. Pero no se lo permitiría, no dejaría que ese maldito le pusiera un solo dedo encima. Dragón estaba ofreciéndome su ayuda a cambio de algo. Seguí mirándolo.

-Voy a ayudarte siempre y cuando, termines tu relación con mi hijo, no voy a permitir que vuelva a exponerse a que lo maten-

Estaba hablando en serio? De verdad espera que aceptase esa condición? Pero pensé, quizás no sea tan mala idea de después de todo. Si eso lo mantenía lejos de Doflamingo y a salvo, entonces...

-Terminare ésta relación con Luffy, pero no porque usted me lo pida. Lo haré porque quiero lo mejor para él, y no quiero perderle. Le agradezco su ofrecimiento a ayudarme, pero si esa era su condición, no lo aceptare. Prefiero pelear solo, que poner la vida de alguien más en riesgo, y no quiero que Luffy, piense que preferí dejarlo solo por que su padre me lo pidió. Si va a odiarme, quiero que al menos sepa la razón de por que lo hará-.

Una vez más me invadía la ira, y ese mal nacido había logrado su objetivo. Me había separado de la persona que me había amado tanto en tan poco tiempo, otra vez.

Así que así seria entonces, otra vez me quedaba solo, a ésto siempre le temí, el haber sido amado para luego ser abandonado. Pero en esta ocasión era al revés, yo era el que dejaba a Luffy.

Dragón se quedo mirándome. Su expresión de asombro era impropio de un hombre que suele saberlo todo.

-Estas rechazando mi ayuda y dejando a mi hijo?-

-Antes prometí, que me enfrentaría al mundo, por estar con Luffy, ahora enfrentare al mundo para que viva tranquilo y sonriente como suele ser él. Si no tiene nada más que decir, le pido por favor déjeme solo con Luffy un momento.-

Quizás fue suerte, porque justo en ese momento, sonaba un den den muchi, que Dragón saco de entre sus ropas, y atendió. Por lo que alcance a oír, seguían llegando más usuarios.

Me senté otra vez en la banca, una vez que Dragón abandono la sala. Luffy aún no me soltaba. Había dicho hace unos momentos que terminaría mi relación con Luffy, pero pensé que lo más conveniente era, largarme sin que él lo supiera, no podría soportarlo.

Entrelace, mis manos, con la de Luffy entre las mias, y di soporte a mi rostro, como si rezara. Luego lo mire. Estaba boca arriba aún dormido, sin la más mínima idea de lo que acababa de hablar con su padre.

Luego, subí a la cama, poniendo mis rodillas a ambos lados de su cuerpo, y haciendo soporte con mis manos a la altura de su rostro.

-Perdoname... perdoname por huir de esta manera tan cobarde. Pero no quiero que seas blanco de Doflamingo, me muero si algo te pasa otra vez y no estoy a ahí para cuidarte...

Acercándome más, mis labios tocaron los suyos.

"Dentro de tres días me iré, pero tu no lo sabrás"


Ya era muy tarde, y estaba cansado, y como Luffy no soltaba mi mano, me quede con él aquella noche, envolviéndolo suavemente entre mis brazos.


A la mañana siguiente, cuando desperté, lo primero que vi, fue a Luffy, despierto, y mirándome mientras sonreía ampliamente, y acariciaba mi rostro. Tome su mano, y la bese, para luego besar su boca. Por lo visto, no había oído nada de la charla que habíamos tenido su padre y yo.

-Que ocurre?- me dijo, cuando nos separamos.

-Estoy cansado, es todo- le sonrei, no quería preocupar lo.

-Entonces duerme un poco más...- maldición, como haría para dejarlo? No podía pensar con la cabeza, cuando se trataba de él, el que decidía por mi mente, era siempre mi corazón.

-Que tal te encuentras? Te duele...?- dije y lleve mi mano hasta su trasero, tocándolo suavemente. Se sobresalto, así que lo solté inmediatamente, seguro aún le dolía.

-Aún te duele?- dije preocupado.

-Si...- me dijo, y me abrazo.

-De acuerdo- dije – voy a examinarte una vez más antes de que nos traigan el desayuno, ayer...no pude llegar a la cocina para que te trajeran algo de comer...- dije sacudiendo mi cabello, y cerrando los ojos, a modo de disculpa. Seguía sin saber sobre mis lesiones de la pelea anterior con la marina.

-No te preocupes- me dijo poniendo su pequeña mano en mi pecho – no tardaron en traer mucha carne momentos después de que saliste-

Me quede mirándolo, un momento, y luego ahogue un bostezo entre las almohadas, para luego levantarme.

-Puedes moverte? Tengo que llevarte a otra sala para examinarte, como vez, aquí no puedo hacer eso...- dije enseñándole el lugar, y el desastre que había.

-Que...que paso?- me dijo mirando la habitación, y aferrando mi mano para ayudarse a levantarse. No recordaba nada de lo ocurrido la noche anterior.

-Tuviste una pesadilla, y bueno... cuando los médicos de tu padre intentaron examinarte, tu no los dejaste y causaste todo este alboroto... solo te calmaste cuando...-

-Cuando oí tu voz diciéndome...- guardo silencio un momento y luego me miro – Te amo! Borra ese recuerdo de tu memoria y vuelve conmigo...! estoy seguro que eras tu... cuando veía en esa pesadilla a mingo...tu voz... tu voz logro que volviera a mis cabales... no recuerdo que paso antes, pero tu voz, no la olvido...

-Si...bueno...- dije nervioso.

-Torao... Te amo!- me sonrió -jamás me dejes-

Creí que el corazón se me escapaba por el pecho de tan rápido y fuerte que latía.

Me deje caer sobre el piso, cubriendo mi rostro con una mano, mientras la otra era sujetada con firmeza por Luffy, al que hice caer junto conmigo cuando perdió el equilibrio. Lo abrace, estaba haciéndole daño, al hacerlo pero, no podía contenerme, y solloce en su cuello.

Eso era lo que lo hacia tan especial para mi, no recordaba que Kidd me hubiera dicho esas palabras alguna vez, y era obvio, nunca me las dijo.


Dia 1:


Tras desayunar, le cambie el vendaje, me sorprendió lo rápido que sanaban sus heridas, lo que quedaba solo era cicatrices que con el tiempo desaparecerían, y por unos días sus músculos dolerían solo cuando hiciera algún movimiento brusco.

Y tras revisar la lesión en la parte baja de su cuerpo, decidí, llevarlo a caminar un poco junto a mi, para que su cuerpo se acostumbrara a lo que solía hacer, antes de la agresión.

Era un poco divertido ver como caminaba, y no pude evitar decirle al oído algo pervertido.

"Cuando te tenga entre mi cama y mi cuerpo, no podrás caminar del placer que te haré sentir"

Pude ver como se sonrojaba... fuertemente, tanto que parecía que en cualquier momento, le saldría vapor por las orejas.

Caminaba como si estuviera cruzando por una cuerda floja, en la que en cualquier descuido caería. Pero separando un poco sus piernas, cuando sentía dolor.

También hacia muecas de dolor, cuando se sentaba, y apretaba fuertemente mi mano.

-Ésta vez lo haremos?- me dijo de pronto, cuando nos habíamos sentado en el jardín del hospital.

Aún sostenía mi mano.

-De que hablas?- estaba seguro de haber entendido la pregunta pero era extraño, que lo dijera siendo que hacia dos días Doflamingo lo había sometido violentamente a sus enfermizos deseos sexuales.

-Quiero sexo contigo...tu me dijiste, que si uno de los dos no estaba de acuerdo, en tener sexo, y era obligado, no era la primera vez...- me dijo mirándome emocionado.

-En serio crees soportar algo así en tu condición?- dije llevando una mano a su frente, como si le tomara la temperatura, quizás tenia fiebre y eso hacia que hablara idioteces como esa.

-Yo estoy bien... yo quiero que tengamos sexo antes de que te vallas...-

-Que? De donde sacaste eso?- me quede mirándolo sorprendido.

Luffy sin embargo, tomo mis manos, y las llevo hasta su pecho, podía notar los latidos de su corazón. Estaba acelerado, estaba asustado.

-Anoche oí lo que hablaste con papá...-

-Que fue lo que escuchaste?- dije también asustado.

-Que te iras porque quieres protegerme!- grito levantándose, y haciendo una mueca de dolor – NO QUIERO QUE TE VALLAS! NO QUIERO QUE TE ALEJES DE MI! NO QUIERO QUE ME DEJES AHORA QUE POR FIN TE TENGO!-

Lo vi cerrar fuertemente sus ojos, y apretar sus labios, estaba evitando echarse a llorar, pero no lo consiguió. Ahora entendía aquellas palabras que Cora me había dicho hacia tiempo...


"El que no ha sufrido, que no hable de amor"


-Que más oíste?- le pregunte.

-Algo sobre una propuesta pero no estoy seguro de que más dijeron tu y mi padre...-

Me tranquilizaba la idea de, saber que al menos no había oído la parte, en que dije que terminaría nuestra relación, y de que me iría dentro de dos días, si hubiese oído eso, entonces estoy seguro que moriría antes de que Doflamingo intentara asesinarme.

-No tienes que irte para cuidar que esté a salvo... si te vas, ya no te veré otra vez... yo no quiero eso, yo quiero que estés conmigo siempre... - me abrazo.

Que injusta es la vida Cora-san. Que injusta. Aquellos que por fin dan amor, tienen que sufrir por dejar ir a esas personas. Deben dejarlas ir, por su bien, para que sean felices, y sigan adelante... no es justo Cora-san, no es justo que tenga que dejar ir a Luffy, cuando ya había aprendido a quererlo...

-Luffy...-

-No estás solo Torao... si quieres acabar con Mingo, yo quiero ayudarte, yo quiero... yo quiero...- su voz termino finalmente quebrándose. Vi que llevaba su mano, y secaba sus lagrimas con la manga del camisón que llevaba.

Levante su lloroso rostro obligandolo a mirarme, cuando me levante también de la banca.

Seque sus lagrimas que no dejaban de caer, por su entristecido rostro.

-Entiende esto Luffy, Doflamingo, ataca mis puntos débiles, no es la primera vez que te agrede para llegar a mi...antes lo hizo, y tu hermano logro salvarte, sus subordinados te agredieron el día en que te conocí... aunque en ese entonces no te conocía-.

-Eso es cierto...solo eramos vecinos, pero la verdad, es que ese día cuando me preguntaste, como me había echo esas heridas, te mentí...-

Mintió? De verdad me mintió? Guarde silencio, estaba realmente impactado por eso, tanto que empece a temblar, y Luffy, lentamente se alejo de mi.

-Ese día, los subordinados de mingo, querían comprobar si me relación con Kidd, en verdad había finalizado, y aunque les afirme que si, debí enfrentarme a todos ellos yo solo, pero en ese entonces, dolía más el echo de aceptar que Kidd y yo habíamos terminado, que los golpes y heridas, que me propinaban, luche por un momento, pero luego por la pena y la rabia, me deje estar, y aprovecharon para patearme y agredirme a su gusto, ese día no lloraba por la paliza, si no más bien por el dolor que sentía de haber dado todo a alguien a quien creí que me quería...-

Otra vez, llevaba sus manos a su pecho, apretando fuertemente, el camisón. Lloraba. Lloraba por lo que me contaba, y me partía el alma verlo así, no tenia una sola palabra para reconfortarlo, no sabia que hacer ante esa confesión. Lo que si era seguro, que la proxima vez que viera a Kidd, le daría una paliza que jamás, olvidaría.

Kidd, nos había ayudado bastante durante todo este tiempo, pero eso no lo salvaría de lo que le esperaba de mi parte, no le perdonaría, el echo de que él fuese el culpable de haberle borrado la cálida sonrisa que Luffy solía tener.

Así la tarde, daba paso a la noche. Seguimos sentados en aquella banca, que era iluminada por una farola que había justo a un lado de ésta.

Había pasado un par de horas en la que ninguno dijo nada. Luffy no paraba de llorar. Nunca lo había visto llorar así, ni así de mal. Ni siquiera lloro tanto el día en que nos volvimos novios, en aquella azotea...

-No llores- le dije, tras un buen rato de silencio – si sigues llorando te dará fiebre- le sonrei, y tome su mano. Se quedo mirándome un segundo, antes de echarse a llorar otra vez.

-Te mentí, te mentí Torao... pero no quería hacerlo...te mentí porque no tenias ningún interés en mi en ese entonces... fue solo por eso...- me decía a vivo llanto.

Lo bese, lo bese lenta y dulcemente. Dejo de llorar.

-Te creo... sé que no sueles mentir...- dije – sera mejor que entremos, ya anocheció, y deberíamos descansar no crees, ha sido un día difícil para ambos...-

Esa noche también me quede con él en su habitación, que había vuelto a la normalidad, y como ya era un habito, lo examine antes de dormir...

Había subido un poco su temperatura, pero nada de lo debiera preocuparme. Había llorado tanto, que por eso al final apareció la fiebre... pero estaba seguro que con que descansara adecuadamente estaría bien. Una vez más me dormía con mis brazos alrededor de su cuerpo...


Dia 2:


Aún no amanecía del todo, cuando me desperté, y Luffy, dormía plácidamente a mi lado, soltando de vez en cuando suspiros llorosos. Puse mi mano en su frente, ya no había fiebre, solo necesitaba descansar. No pude evitarlo, amaba besar su boca cuando dormía. No tardo en responder, aunque seguía dormido, y de pronto, estaba sobre mi cuerpo, y mis manos, aprovecharon para acariciar su vendado cuerpo, y tocar sus delgada piernas. El beso se volvia más intenso, más apremiante.

Me separe de él solo para tomar una gran bocanada de aire y llenar mis pulmones antes de seguir besando sus labios que tanto me fascinaban. Pero, Luffy, volvia a quedarse profundamente dormido, utilizando mi cuello y hombro como almohada. Solté una leve risa ahogada. Que me besara dormido, y luego siguiera durmiendo como si nada, era una de las cosas que me divertían de él, simplemente era una caja de pandora, estaba lleno de sorpresas y costumbres divertidas. ..

Volví a dormirme otra vez....

-Trafalgar-san... - oía que me llamaban – Trafalgar-san...-

Cuando abrí perezosamente los ojos, me encontré con la mesera, que me llamaba.

-Mesera...- murmure.

-Nico Robin, ese es mi nombre- me sonrió.

De pronto abrí de par en par mis ojos, al notar un peso extra sobre mi cuerpo, y vi que Luffy seguía dormido sobre mi.. Mi cara empezaba a ponerse roja de la vergüenza, de que esa mujer nos viera a Luffy y a mi así.

-Que es lo que quieres?- dije mientras trataba de quitarme a Luffy de encima, sin embargo, éste despertó antes de que lo consiguiera.

Bostezo, y luego, con sus ojos entre cerrados, se enfoco en mi, y me beso.

-Buenos días Luffy- sonrió la mesera que seguía de pie junto a la cama.

Se restregó los ojos antes de volverse a la mujer, y sonreír.

-Robin! Buenos días...- saludo soñoliento, y restregando sus ojos.

-Lamento interrumpirles, pero quería invitarlos al festival, de invierno que organiza la ciudad.-

-Un festival?- pregunto Luffy sonriendo – vamos Torao!- me dijo abrazándome.

-De acuerdo iremos...pero no te esfuerces demasiado, tu cuerpo aún esta débil-. Sonrei.

- Tu cara esta roja Torao porque...?-

Solo mire a la mesera, y Luffy siguió mi mirada. La mujer de pronto soltó una risita.

-Lo lamento...ya me voy solo quería invitarlos, y darte esto Luffy, con todo el ajetreo no habíamos podido devolvértelo-

El sombrero de paja que solía llevar en su negra cabellera, estaba en las delgadas y delicadas manos de la morena.

-Mi sombrero...creí que lo había perdido cuando Mingo me llevo con él- rio contento.

-Bueno, los dejo, los espero en la calle principal de la ciudadela, allí se llevaran a cabo las festividades- dijo mientras caminaba hacia la salida, y hacia un gesto con la mano, despidiéndose.

Vi que Luffy, dejaba su sombrero a un lado de nosotros en la cama, y se quedaba mirándome, serio, e inesperadamente lamió mis labios con su lengua, para luego levantarse lentamente, y entrar a la ducha.

No esperaba que hiciera eso, y lleve mi mano hasta mi boca, y rocé con mis dedos mis labios que estaban húmedos.

Me volví a mirar a Luffy que se perdía tras la puerta del baño, y pronto oí el agua caer. Quise levantarme y hacerlo pagar por semejante actitud, y hacerlo mio de una vez. Pero cuando recordaba que estaba aún débil, me contenía de llevar a cabo mi pervertida idea.

Tras darme una ducha también, me vestí, y salí con Luffy de la habitación. Cuando íbamos por el pasillo para salir, tome su mano y la aferre con fuerza, si solo me quedaba un día para estar con él, lo aprovecharía al máximo. Después, no sabría si volvería a verlo. La incertidumbre de saber si estaría con él una vez más me asustaba, sabia muy bien que Doflamingo era un enemigo poderoso, y que no seria fácil vencer. Pero ya vería que haría cuando tuviera que enfrentarme a él. Lo mire.

Su sonrisa adornaba su rostro, y también apretaba mi mano con fuerza.

Esa día, estaba nublado, hacia frio, y parecía que llovería durante la noche, o eso nos dijo la pelinaranja amiga de Luffy.

Luffy, no había querido llevar una chaqueta o abrigo para abrigarse más tarde, así que le deje mi sudadera.

El festival ya había comenzado cuando llegamos a la calle principal. Estaba llevándose a cabo un desfile, muy parecido al que hacían en mi ciudad natal para las fiestas navideñas.

A pesar de que le había dejado mi sudadera a Luffy, éste aún temblaba, lo acerque a mi cuerpo, de espaldas a mi, y rodee su cuello, mientras besaba su cabello. Y él, alzaba su sonriente semblante, para mirarme y aferrar con sus manos mi antebrazo.

Cada vez, que aparecía algo que le llamaba la atención, se volvia sonriendo a mirarme y señalaba aquello que tanto le emocionaba en el momento.

-Mira Torao...!-

Los amigos de Luffy no tardaron en unirse a nosotros. Vi al rubio, que venia con el chico peliverde, hasta nosotros, y el muchacho rubio, venia abrazado por el otro chico, y ambos bebían café, para pasar el frio de aquella jornada. Junto a ellos venían, ese tipo que parecía un cybor, y la mesera. Del otro lado de la pareja, venia, el reciente nuevo padre, con sus hijos y su novia, que venían en los brazos de sus padres, mientras que el tercero dormía en el coche, que traía el medico de la universidad. También venia un tipo extraño que llevaba un disfraz de esqueleto, y la pelinaranja, que traía unas bolsas y una pequeña bandeja con varios vasos plásticos, que humeaban.

-Café para todos!- dijo sonriendo, alzando un poco la bandeja.

-No quiero nada que venga de ti, no me sacaras un solo berri bruja...- decía el peliverde, sorbiendo de su vaso, y aferrándose más al rubio.

-No seas así Zoro...- dijo el rubio, tomando dos vasos de la bandeja.

-Tu se los pagaras, yo no lo haré-

-No les cobrare por ellos!- le respondió furiosa la chica, dándole un fuerte golpe en la cabeza al peliverde.

Pero pareció que los demás, se relajaron y tomaron un vaso al saber que no tendrían que pagar por el.

-Oi...- me llamo el de la nariz larga – no había tenido la oportunidad de agradecerte por lo de mi novia y mis bebes... muchas gracias por todo- sonrió.

-Solo hacia mi trabajo- le devolví la sonrisa, mientras alzaba su mano, la que estreche fuertemente.

-Nunca me había pasado nada tan maravilloso como esto... - dijo mirando hacia el desfile - nunca pensé que querría vivir mucho tiempo para disfrutar de mis hijos, mi hija y de mi novia, con la que quiero casarme... no se me paso por la mente que ahora ellos dependieran de mi... y sabes, daría mi vida por ellos, así el mundo entero se opusiera a ello. Creo que deberías hacer lo mismo.- me miro. Los demás, estaban ocupados disfrutando del desfile, pero Luffy había bajado la vista y se aferraba a mi.

-No se que es lo que sucede en verdad, entre tu y Luffy, pero no hay que ser un genio para darse cuenta de que aparte de que ambos se quieren, Doflamingo intenta separarlos...-

-Dragón nos contó lo que ocurrió anoche. Y quiero que sepas, que independiente de lo que haya dicho, yo estoy dispuesta a ayudarte a enfrentar a Doflamingo- dijo Robin, sin miranos.

Baje la mirada, y Luffy me devolvía una mirada triste.

-Ya lo sabes- decía la pelinaranja – si necesitas ayuda puedes contar con nosotros- me dio de la bandeja un vaso, que contenía café.

-Haber rechazado la oferta de dragón, fue estúpido, pero entiendo por que lo hiciste- ese era el rubio, el peliverde no decía nada, y los demás seguían disfrutando del espectáculo.

-Por ahora, disfruta del desfile, ya habrá tiempo para preocuparse por ese Doflamingo del que hablan- la novia del nariz larga, ponía su mano en mi hombro, y sonreía.

Así, con el apoyo de parte de los amigos de Luffy, con él sonriendo al divertirse con cada evento que ofrecía el festival, con algunos gritos enojados de la pelinaranja al peliverde, y una competencia por quien era mejor que el otro, entre el rubio y el peliverde acabo ese día.

-Que piensas?- me dijo Luffy, que aún seguía despierto, al igual que yo,cuando estábamos en la cama.

Ya no estábamos en el hospital, estábamos, en una de las residencia que habían preparado para nosotros.

-Sobre que?. . - le pregunte sacudiendo su cabello.

-Sobre nosotros... sigues con eso de marcharte?- dejo su mano sobre mi rostro, la que yo tome luego, sin apartarla de mi.

-Tienes que saber Luffy, si me voy de aquí es porque no quiero que te pase nada malo... ese maldito hizo lo que quiso contigo y yo ni enterado estaba, hasta que encontré tu sombrero en la puerta de mi apartamento... y luego de verte aquella noche cuando Doflamingo apareció, está asegurándose de alejar a todos los que quiero de mi, y prefiero irme yo antes de que obligue a mis amigos y a ti a que me dejen...-

No me dijo nada más, solo me abrazo, y delineo mi tatuaje con sus dedos. Me limite a besar su cabello...


Dia 3


Mañana seria el día en que me despediría de la persona que amo, dejaría a la persona que en poco tiempo, me enseño a amar otra vez, dejando los fantasmas del pasado atrás.

Allí estaba él, dormido y tranquilo... era como me gustaba verlo. Aparté algunos cabellos que cubrían su rostro, acaricie y bese sus labios, definitivamente, eso se había vuelto un hábito.

-Torao...- murmuro – hagamoslo..-

-Cuando haga tu revisión diaria, y si no veo ningún problema...lo haremos...- le dije, aunque dudo que me haya escuchado.

Lo desperté unas horas más tarde solo para su revisión. Tal como esperaba, su cuerpo se recuperaba de manera sorprendente. Aún estaba algo débil, pero al menos ya podía moverse con más libertad y no tan rígidamente como los dos primeros días.

Y de la agresión por parte de Doflamingo, ya no había rastro.

Le pedí que nos quedáramos en casa, puesto que hacia frio y estaba lloviendo afuera, y yo, quería sentir su calor en mi cuerpo.

No fue difícil que aceptara, Luffy tampoco tenia ganas de levantarse ni nada parecido, pero si nos levantamos para preparar algunas cosas para comer.

-Tantas ganas tienes de tener sexo conmigo?- le dije, cuando estábamos cenando, mientras oíamos algo de música.

Soltó la cuchara al oír mi pregunta, y me miro con la cara tan roja que me dio la impresión que iba a estallar. Algo que me divertía bastante, dado que siempre era él quien me lo pedía.

-Ha pasado ya bastante tiempo no crees?- dijo serio y apretando el cubierto en su mano.

-Y aún quieres hacerlo?-

Asintió. Diablos, sus expresiones de verdad que me hacían perder el control. Sin embargo, la chispa que por tanto tiempo había evitado encender, ardió.

Con su mirada avergonzada y sonrojada se levanto de la silla, para rodear la pequeña mesa, que nos separa, y pararse frente a mi.

-Vamos a hacerlo...- me dijo, y se sentó sobre mi regazo, mirándome.

Definitivamente, no había razón para seguir postergando lo inevitable.

Tome su cadera, mientras su boca dejaba caer sus besos sobre la mía.

Lentamente, empece a deslizar mis manos por debajo de su ropa,quitando las vendas. Podía sentir en mis dedos las cicatrices que ese maldito había dejado en su cuerpo... las acaricie, como si se tratara de una flor que estaba perdiendo sus pétalos tan solo con tocarla.

Lleve mis manos hasta su pecho, donde empece a desabrochar su camisa, muy lentamente asegurándome de tocar su cuerpo.

Se estremeció, abrí los ojos para observarlo, me dio la impresión que se había asustado.

-Estas bien? Duele?- dije tocando su cuerpo tan suavemente que creí que no sentiría mis manos en él.

No dijo ni hizo ningún movimiento. Tenia su mirada fija en su pecho, donde sus manos estaban apoyadas como si se protegiera de algo...o alguien.

-Estas asustado verdad?- dije tomándolo por los hombros para deslizar mis manos suavemente por sus brazos.

Siguió sin decir nada y solo me abrazo.

-Que sucede?- seguí preguntando hasta que al fin me respondió.

-Y si me duele? Que haremos si es que me duele?- me dijo, teniendo su rostro oculto en mi cuello.

-No seas tonto...- reí - si te duele me detendré, no te haré daño de acuerdo? Apenas sientas el más ligero dolor me dices, y me detendré- dije acariciando su cabello, y acercándolo más a mi cadera.

-Tengo miedo...- dijo de pronto mientras sujetaba fuertemente mi playera – no puedo sacarme de la cabeza lo de esa noche...quiero hacerlo pero me da miedo...-

-Entonces lo haremos en otra ocasión te parece? - y lo obligue a que me mirara – no voy a ponerte un dedo encima si tu no quieres, yo no te voy a obligar a hacer algo que no quieres, no hay prisa verdad?-

-Si la hay...- me dijo – si la hay porque tu te iras...- llevo sus manos a mi rostro.

-Eh...?-

-Te iras... y ni siquiera sé si te veré otra vez... te iras y me dejaras con esa incertidumbre...-

-Luffy...- dije llevando mis manos hasta sus muñecas.

-Puedo ir contigo? Puedo irme contigo? Por favor no me dejes...- te levantaste.

Hice lo mismo y alce tu mirada hacia mi, y empece a besarte. Deje que mis manos recorrieran tu cuerpo mientras tu te ferrabas a mis brazos. Sin dejar de besarlo lo guie hasta la habitación, donde lo recosté muy lentamente, sobre la cama separando sus piernas, dejándome espacio para posesionarme entre ellas.

Allí, termine por quitarle la camisa, y descendí por su cuello besándolo hasta llegar a la altura de su ombligo. Me detuve cuando lo note temblar.

-Te propongo una idea- le dije, cuando volví a sus labios.

Se quedo mirándome, asustado.

-Una idea?-

-Si-

-Que idea?- dijo ya más tranquilo.

-Dices que no olvidas lo de aquella noche verdad?- asintió – Entonces solo mirame mi...no pienses en nada más que en mi... intenta llenar tu mente solo con pensamientos sobre mi...-

Así, sintiendo su mirada en mi, bese su boca, e introducí mi lengua en ella, donde su lengua empezó a jugar con la mía, un juego por la dominación de la cavidad del otro.

Noté sus manos en mi pecho, y que luego empezaban a rodear mi espalda. Deje su boca tras un momento, para devorar su cuello, lamerlo besarlo, morderlo de manera suave, aunque sabia muy bien que aún así, eso dejaría marcas.

Sus manos, subieron a mi nuca, para profundizar el beso y luego enredar los dedos en mi cabello. Con mi rodilla, roce su entrepierna, lo que provoco, que se estremeciera violentamente, y cerrara con fuerza sus ojos, y jalara un poco de mi cabello. Lo mire.

-Mirame- le pedí – abre tus ojos y mirame-

Cuando su respiración, se calmo un poco, abrió los ojos. Parecía que lloraría.

-Valla, me cuesta creer que antes me insistías en que hiciéramos ésto, y resulta que estás asustado- solté una risita. Y eso me costo un tirón de mi cabello.

-Auch!- reí – lo siento lo siento- dije sin poder evitar reírme, pero su semblante se relajo.

-Que pasa?- me dijo.

-Relajate, respira profundo y relajate-

Aunque le pedía que solo pensara en mi, yo no dejaba de pensar en que si Kidd, lo había poseído antes.

Sé que dijo que era su primera vez, pero quizás lo interprete mal, quizás lo decía para hacerme sentir bien, seguro que Kidd, había sido el gran afortunado " Deberías saber lo grandioso que soy...después de todo me tuviste en tus brazos o no?"

-Luffy quiero preguntarte algo...- me aparte de su cuello, para enfrentarlo.

Se quedo mirándome un momento, perplejo.

-Hace un tiempo...aquella vez que caímos por las escaleras, y Kidd apareció... tu dijiste algo que en ese momento me moría de ganas por saber, pero dada la situación simplemente debí quedarme con la duda...-

-Yo dije algo? Y que es?- me dijo, y llevo una de sus manos a sus labios, a modo de pensamiento.

-Deberías saber lo grandioso que soy...después de todo me tuviste en tus brazos o no?... eso le respondiste a Kidd en aquella ocasión... y entonces pensé que él...-

-Ah...- dijo entrecerrando los ojos, y sonriendo de manera petulante, mientras relamía sus labios -celos?-

-Acaso no puedo sentirme celoso?- dije fingiendo enfado, y aprovechando su descuido para besarlo.

-Hahahahahahaa!- empezó a reír, estaba disfrutando el tenerme con la duda. Su sonrisa simplemente era contagiosa.

-Que es lo divertido?-

-No creí que tu estuvieses celoso...- dijo aun riéndose de mi.

-Eso era porque aun no te tenia solo para mi...-

Dejo de reír. Pero su sonrisa no dejaba sus rostro.

-No- dijo y cerro sus ojos, tomo una gran bocanada de aire, y suspiro, mientras que con sus manos empezaba a quitarme la playera.

-No que?- pregunte.

-Jamás hubo nada más que besos con Kidd- respondió al fin – tu serás el primero y el único...- y paso mi playera por sobre mi cabeza, había terminado de quitármela, y la arrojaba a alguna parte de la habitación. Eso ya era una invitación que no iba a rechazar.

Volví a apoderarme de su boca, y de su morena piel. Si entonces yo iba a ser el primero, lo haría sentir el mayor de lo placeres.

Ya no era solo un sueño candente como el de aquella ocasión, esto era la realidad, y definitivamente la realidad era mucho mejor que la ficción.

Podía notar como su cuerpo se contraia cada vez que mis manos recorrían cada rincón de esa exquisita piel, su pecho subía y bajada debido a lo acelerado que tenia el ritmo cardíaco, y lo acelerada que era su respiración. Empece a devorarlo. Su cuerpo era mucho mejor, que lo que cocinaba su amigo.

Sin embargo, aunque le habia pedido que solo pensara en mi, yo no podía dejar de pensar en que esta seria nuestra ultima noche juntos.

Cuando despertase mañana me buscaría seguramente, pero simplemente no daría conmigo, ni mis amigos sabrían esta vez donde estaría, ni siquiera yo sabia que haría una vez que me fuese de aquí. Pero si con eso conseguía mantener a Doflamingo lejos de mi querido Luffy, estaría bien.

No me detuve, continué jugando un poco mas con su cuerpo, mientras lo oía empezar a gemir, ya que mi mano había bajado hasta su entrepierna.

Era bastante sensible ahí abajo, buena señal, seria más fácil poder prepararlo. Me atreví a introducir mi mano dentro de su bóxer, y quitar la prenda muy lentamente...

Mi mano comenzó subir y bajar por su hombría, la que empezó a reaccionar a mis estimulaciones. Buscaba mi boca, así que deje su cuerpo para besarlo. Sus gemidos eran la melodía mas hermosa que he oído jamas... pronto sus manos empezaron a tocarme.

Sus caricias, sus expresiones, sus gemidos, todo aquello lo atesoraría. Ésta parte de él, me la quedaría solo para mi. Siempre tenia que compartir con otros sus sonrisas sus penas sus alegrías, pero ésto, ésto es solo para mi.

Lleve mi mano a su trasero, me dio un poco de miedo de que quisiera detenerse justo ahora, pero también entendería el porque.

Mis dedos rozaron su entrada y mi cuerpo, estaba conteniéndose las ganas de poseerlo y hacerlo gritar mi nombre... pero debí ir con calma.

-Torao...- murmuro en mi boca.

-Dime...-

-Ayudame...-

Me separe de él un poco, y sus ojos entreabiertos, estaban fijos en mi.

-Ayudame a borrar esa noche, haz que ese recuerdo desparezca de mi memoria permanentemente...-

Me sentí tan feliz, cuando me pidió aquello, que creí que lloraría. Así que me lance a su boca, al mismo tiempo en que uno de mis dedos entraba en él.

-Duele?- le pregunte y me detuve.

-Un poco...- dijo, abrazándose a mi.

No es que en verdad sienta dolor, lo que estaba pasando era que estaba recordando lo de aquella vez, y su cuerpo reaccionaba a eso.

-Mirame...- le dije al oído – mirame, quien va a tener tu cuerpo soy yo... y no voy a herirte- mi dedo seguía dentro de su cuerpo, pero sin moverlo. Noté que relajo su cuerpo.

-Puedo seguir o me detengo?- pregunte.

-Si eres tu... puedes seguir- me sonrió.

Movía lento mi dedo, para que no le doliera, a pesar de ser de goma, esta clase de intromisiones a su cuerpo eran dolorosas, y más aún cuando Doflamingo, había sido un maldito con su cuerpo.

Introducí un segundo dedo, soltó otro gemido enloquecedor para mis oídos. Me arriesgue a moverlos más rápido, y el volumen de sus gemidos aumento de manera considerable. Su cuerpo al fin empezaba a disfrutar de lo que le hacia.

Lamer su cuerpo, y detenerme en sus pezones, y lamerlos de manera que deleitaba a ese cuerpo que había debajo de mi, no tenia precio. Sin duda me aseguraría de hacerle borrar esos recuerdos que tanto lo han torturado durante estos días.

Pronto Luffy comenzó con un movimiento de su cadera sobre mi mano, por lo visto estaba preparado, para dejarme entrar en él, aunque solo para asegurarme de que estaba bien, y no le haría algún daño, introduje un tercer dedo... lo que provoco, que esta vez Luffy no me llamara "Torao"...

-Law...-

Si no que había pronunciado mi nombre. Decidí premiarlo por pronunciar mi nombre en una situación como ésta.

Descendí por su torso, hasta llegar a su hombría que ya estaba bastante elevada. Lo introduje en mi boca. Inmediatamente arqueo la espalda, sujetando con fuerza las sabanas en sus manos.

Lo deje un momento en mi boca, y pude ver una expresión realmente candente en su rostro. Ahora podía verme, devorar su hombría. Estaba apoyado sobre sus antebrazos, y no se perdía detalle de lo que le hacia. Le devolví la mirada, su cara sonrojada, sus ojos entreabiertos, y sus labios ligeramente separados, pero con el aspecto de que luchaba por respirar, era una escena que jamas creí que vería. Y resultaba irónico, porque la expresión que mostraba ahora era la misma que vi hace un tiempo en ese acalorado sueño.

Luffy llevo su mano hasta mi cabeza, y empezó a marcar un ritmo, era seguramente ese movimiento lo que le hacia sentir placer...

Tras unos minutos, abandone su miembro, para volver a su boca que mas que nunca me apetecía devorar. Los movimientos de mis dedos no cesaban, pero yo quería ser uno con él. Y los quite con mucho cuidado.

-No puedo esperar más Luffy...- le dije, cuando besaba su cuello – puedo entrar en ti...y que ambos seamos solo uno?- dije mientras que mi mano no parar de subir y bajar por mi miembro.

Solo se apodero de mi, así de fácil, y con sus manos en mi cuerpo hacia que todo lo malo que había pasado hasta entonces se fueran lejos de mi mente, y lograba que me concentrara solo en él, incluso el echo de que que no sabia que haría una vez que lo dejara, todo eso desapareció de mi mente, con un simple toque suyo.

Sus piernas quitaron la poca ropa que me quedaba, y tras deshacernos de todo, separe un poco mas sus piernas, para posesionarme y llevar mi miembro hasta su entrada. Lo roce con la punta, y se abrazo aún más a mi.

-Tranquilo... no voy a herirte, solo respira y relajate- solo hablábamos en susurro. La voz casi no nos salia por la excitación...

-Si te duele dime, y me detendré- le dije. No obtuve respuesta, así que me atreví a entrar.

Empuje. Empuje muy lento. Maldición, era tan estrecho, y se sentía tan bien... podía sentir como su cuerpo apretaba y aflojaba mi miembro.

Sentí algunos rasguños en mi espalda, me detuve.

-Duele?-

-De que...tamaño la tienes?- jadeo.

La pregunta me tomo por sorpresa la verdad.

-Normal- dije algo nervioso, jamas me había preocupado por el tamaño.

Volví a empujar y su expresión volvió a cambiar.

-Duele? Volví a preguntar. Negó.

-Se siente...muy bien de echo...-

Con un tercer empuje logre entrar completamente.

-Estoy dentro...- jadee – estoy dentro de ti...-

-Cumpliste- me dijo de repente. No entendí a que se refería con eso.

-Eh?-

-Dijiste que no me lastimarías y no lo hiciste cumpliste tu promesa-

Luego de eso, empece a moverme, mientras besaba su boca, y Luffy, gemía placenteramente. Sin duda, ésta era la mejor de las noches, y más si él estaba a mi lado. Ahora podía decir con todo derecho que me pertenecía que era mio, y no dejaría que nadie me lo quitara, lo había decidió. Si sobrevivía a esta pelea contra Doflamingo, definitivamente regresaría por él.

Luffy se volvia mi adicción, no podía dejar de embestirlo, de manera suave pero profunda, no me cansaba de oírlo gemir y decir mi nombre entre esos placenteros gemidos una y otra vez.

Nuestra respiración, cada vez se agitaba más, Luffy, no se soltaba de mi espalda, y sus piernas no dejaban mi cadera, simplemente, era como si quisiéramos permanecer así por siempre. Sin embargo, eramos consciente de que eso era imposible en la situación actual.

-Ya... ya no puedo más...- dijo de pronto, y me empujo, quedando él sobre mi.

No esperaba eso, pero me alegraba saber que el miedo que había reflejado antes en sus ojos, ahora reflejaban tranquilidad, y excitación.

Empezó a subir y bajar sobre mi, logrando llegar más profundo, y robándome más de un gemido, a la vez que mi mano subía y bajaba por su miembro. Cuando nuestros labios se encontraron aferre su nuca, para intensificar el beso, sin abandonar su hombría. Sus brazos a ambos lados de mi, temblaban ligeramente, temí que fuera a flaquear y cayera sobre mi cuerpo, sin embargo no se dejo caer.

-Torao... no puedo más...-

Con una ultima estocada profunda, y con un gemido que dejo escapar en mi boca, Luffy llego a su limite.

Cuando llegamos al final, se dejo caer sobre mi, y mis brazos rodearon su delgado y pequeño pero bien formado cuerpo. Aún seguía dentro de él.

Y otra vez esos pensamientos volvían a mi mente. También recordé que Luffy no sabia cuando me marcharía. Era mejor así...

Pensando en todo aquello noté que Luffy se había dormido sobre mi, (Y conmigo dentro de él) al que cubrí con las mantas'y luego abrace.

Me iría silenciosamente, sin que él lo supiera. Dejaría la ciudadela, y dejaría atrás los pocos momentos que había pasado con Luffy, pero recordando cada día, lo de esta noche... entre pensamientos y besos, me quede dormido también.

******

Unas horas más tarde, me desperté, y mire a mi alrededor, aun no amanecía, y Luffy seguía dormido sobre mi, y yo seguía dentro de él... levante su cadera, para salir, y por todos los cielos que sintió condenadamente maravilloso... seguro que para Luffy, que aún dormía, también debió sentirlo de la misma manera, aunque no despertó, simplemente eso me dejaba más sorprendido...

Tras dejarlo sobre la cama, me levante, recogí nuestra ropa que estaba tirada por toda la habitación... y finalmente me metí a la ducha.

Esperaba que el agua, se llevara de mi mente muchas cosas que rondaban por ella en ese momento...pero no podía. No podía dejar de pensar que quizás ya no lo vería otra vez...

Tras vestirme regrese a la habitación, donde vi que Luffy, se removía buscando algo sobre la cama, y luego se quedo boca arriba, haciendo que las mantas cubrieran solo su cadera, mientras el resto de su cuerpo, estaba totalmente expuesto.

Me acerque a él para besarlo, y despedirme de él. Luffy aferro mi nuca, y luego dejo caer su mano sobre las mantas.

Me quede observándolo un momento, y me odie por la manera cobarde en la que me estaba alejando de él, pero era lo mejor...

Y tras cerrar silenciosamente la puerta de la pequeña casita, y luego de que una de mis lagrimas cayera hasta el suelo, lleve mi mano hasta mi rostro.

-Adiós...- susurre dándole una ultima mirada a la casa.

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