Sofía se reunía con Jorge en la biblioteca durante las tardes, para continuar con la realización del informe. Ella sentía que entendía mucho más la asignatura que antes, gracias a las explicaciones de su compañero, pero aun así, su nivel era deficiente. Jorge no le decía nada y pacientemente le enseñaba, pero a ella le avergonzaba ser tan ignorante y quizás habría sido justo el reprobar el primer año, puesto que tendría que adelantar y suplir ese déficit en lo que quedaba de este segundo año, y que ya estaba por la mitad.
- Necesito que realices este cálculo y me digas en cuanto tiempo se considera ganancias netas después de adquirir los productos - Jorge le entrega la hoja de cálculos.
Sofía estaba en problemas, sabía que lo vio en una parte como hacer esa ecuación. Busca en sus notas, pero no anotó bien el proceso de cómo realizarlo. Ya no quería volver a preguntarle a Jorge, debido a que quería aportar algo al trabajo y dejar de ser un estorbo, así que busca en su teléfono como efectuar la metodología en internet.
- No deberías desconcentrarte con mensajes de texto - comenta Jorge, al verla usar su móvil.
- Ah... no, es que estaba buscando cómo realizar esa ecuación. Sé que la vi en alguna parte.
- Esa ecuación no la tendrás en tus notas de este año. Esa es una ecuación básica que vimos en primero.
Sofía se ruboriza al escuchar eso. Ahora comprende que su padre tenía razón, era una tonta, quizás lo mejor era desertar, no podría suplir un año y medio de déficit en esta carrera.
Jorge nota la expresión de desesperanza en el rostro de su compañera.
- Tranquila, puedo enseñarte cómo se procede, pero tendrás que estudiar más, o no pasarás los exámenes.
Durante esa tarde, pudieron terminar el informe que tenían que entregar. Tardaron 5 días, y Sofía estaba segura de que, si Jorge hubiera trabajado solo, se habría demorado la mitad de ese tiempo, ya que ella solo lo retrasó para que le enseñara. A pesar de esto, Sofía estaba agradecida, porque entendió muchos conceptos, debido a que Jorge era muy buen maestro.
- He enviado el trabajo a tu correo, por favor imprímelo, aníllalo y llévalo el lunes para que lo entreguemos - comenta Jorge, acomodando sus cuadernos en el bolso y llevando el notebook y los libros que debía entregar a la bibliotecaria.
- He Jorge, ¿quieres ir a beber un café? Para celebrar el terminar el informe - invita de manera sonriente Sofía.
- No gracias, tengo algo que hacer. Que tengas buen fin de semana - Se despide y se marcha.
Sofía meditaba al ver a aquel misterioso chico salir por la puerta:
~Realmente ese chico tiene bien puesto el apodo del silencioso, no parece como si tuviera 19 años.
Ese fin de semana, Sofía se despertaba hasta tarde, con la orgullosa satisfacción de haber terminado un trabajo en el cual trató de poner atención, pero pensaba en lo que le dijo Jorge, si no se aplicaba, perdería ese año, así que en la tarde tomó sus notas del año anterior y comenzó a estudiar. Al poco tiempo, lo deja al ver que no entendía nada y estaba desmotivada nuevamente.
Ya el día lunes en la universidad, Sofía se aproxima a sus amigos que estaban en el salón de clases.
- Hola Sofí... ¿Tienes el informe?
- Aquí está - Sofía Lo muestra orgullosa.
Hernán lo toma rápidamente y lo comienza a hojear.
- Esto es genial, hasta los gráficos se ven estupendos. Esto tiene un 10 sin dudarlo.
- Sí, es genial. Jorge es muy ordenado para realizar sus trabajos.
- Hey, lo dejaré eso en su currículum para nuevos trabajos que le pida - responde Hernán y se dirige a Jorge, que estaba sentado leyendo sus notas en donde habitualmente se sentaba - Hey amigo, ha quedado muy bien el trabajo, quería saber ¿si haces otros trabajos o tareas?
Jorge levanta la vista y acomoda sus gafas.
- Si me pagas lo que pida, puedo hacerlo.
- Ah genial viejo. Es que se me salió un botón de la camisa, ¿la puedes zurcir?
Jorge le devuelve una mirada de fastidio.
- Ah viejo era broma - ríe Hernán - es para saber si podías hacer más trabajos latosos.
Los amigos entregaron el informe, y ya planificaban que podrían hacer esa tarde, pero Sofía, miraba cómo Jorge recogía sus cosas y se marchaba fuera del aula, así que corre para alcanzarlo.
- Hey Jorge... espera
Jorge se voltea sorprendido a que alguien le llame.
- ¿Qué pasa?
- Quería saber si aparte de trabajos o tareas, ¿también apoyas con tutorías?
Jorge se frota la nuca y piensa, puesto que nadie le había pedido aquello.
- Bueno, nunca lo había pensado, ¿cuántas tutorías quieres y de qué asignatura?
Sofía se avergüenza y baja la cabeza, jugando con un mechón de cabello entre los dedos.
- De todas. Ya sabes que no estoy bien en los estudios y creo que necesito también repasos del año anterior, quiero poder pasar este nivel y con calificaciones que no sean tan bajas.
Jorge suspira y piensa
- Tres tardes a la semana, $10 por hora.
- Bien. Pero ¿tú consideras que estaré bien con solo tres tardes a la semana?
- No, para nada, para lo que quieres deberían ser todas las tardes, quizás fines de semana y un milagro
Que Jorge dijera eso, fue como una bofetada a la cara para Sofía, lo que le hizo sentir pésimo, que deseaba echarse a llorar, algo que nota su compañero.
- Perdona, pero esa es la verdad. Tienes un gran déficit en tus conocimientos y no estás a la altura de una estudiante de segundo año de economía
- Por eso quiero tutorías, cuando hacíamos el trabajo entendí muchas cosas, porque te dabas el tiempo de explicarme, no soy muy inteligente y necesito ayuda para mejorar.
- Bien, partamos todos los días, de 14 a 17 horas, te esperaré en el aula de estudio. Por favor, si no puedes presentarte algún día, avísame para que no te espere.
- Ok, gracias... te veré en el aula
Sin imaginarlo, Sofía había hecho la mejor opción en su vida, puesto que, en Jorge, encontraría algo más que un maestro.
***
En la sala de estudios, dos universitarios iniciaban su primera tutoría, y esta sería la primera experiencia de Jorge como maestro.
- Bien, primero dime ¿cuál fue la asignatura con la que tenías más problemas el año anterior? - Pregunta Jorge.
- Matemáticas y estadísticas
- Uf... eso explica muchas cosas, la base de nuestra carrera es las matemáticas y las estadísticas, si no las dominas bien, todo lo que veamos ahora no lo entenderás.
Jorge saca un libro delgado con páginas marcadas del interior de su bolso.
- Esta va a ser una tarea aparte, quiero que leas los capítulos marcados, cada tutoría te preguntaré algo sobre los capítulos que has leído. Se constante y todo será más fácil desde ahora.
El teléfono de Sofía comienza a vibrar al llegar un mensaje, su amiga Triny le estaba preguntando, si acaso le gustaba el silencioso y que por eso le pedía tutorías para acercarse a él. Esto le causó gracia y comienza a responderle, pero pronto ve que Jorge la estaba mirando con enfado.
- ¿Qué pasa? - pregunta Sofía preocupada.
- Te distraes muy rápido, quiero que apagues el teléfono y te concentres.
- Es solo Triny que me estaba preguntando algo, pero solo le respondí y ya corto.
- Si quieres que te haga tutorías, vas a tener que seguir mis reglas, cuando iniciemos, quiero que te desconectes del teléfono
Sofía estaba sorprendida y decide hacer lo que le indica Jorge.
Esa tarde, sin redes sociales, el estudio fue fructífero, Sofía entendió muchos conceptos básicos, pero al llegar a casa, estaba agotada y no quería leer el libro que le dio Jorge. Al día siguiente, Sofía nuevamente asiste a las tutorías con su compañero y maestro.
- Bien Sofía, supongo que leíste el primer capítulo que te indiqué. Explícame ¿por qué el impuesto a la propiedad, afecta a las compañías y al estado?
- Es que... realmente no leí el libro. Perdón.
Jorge la mira con fastidio, se saca sus lentes de lectura, los deja en la mesa, se frota los ojos, da un suspiro y se los vuelve a colocar.
- Si no te vas a comprometer realmente con esto, deberías cuestionarte el seguir en tutorías.
- Si me comprometo, es solo que ayer tenía algo que hacer y no me dio el tiempo de leer ese capítulo - responde Sofía apresuradamente.
- Tienes que entender que yo voy a aportar en esto el 50%, pero si de tu parte no aportas el otro 50%, vas a fracasar y tu reprobación será inminente.
- Sí, perdón, voy a seguir tus consejos. Pero, no cortes las tutorías, realmente las necesito desesperadamente.
Jorge da un suspiro cansado.
- Bien, continuemos con algunos ejercicios estadísticos.
Luego de ver a Jorge tan serio esa vez, Sofía dejó su pereza y seguía el plan de estudio que le indicaba.
Pronto pasó un mes de sus clases particulares y Sofía avanzó bastante en entender casi todo el déficit que tenía de primer año y ya podía continuar con las materias de segundo.
En ese tiempo, Sofía ya conocía varias actitudes y gestos de Jorge. Su lenguaje no hablado era extenso, así que ya no lo podía considerar como el silencioso. La actitud que más odiaba y que no le gustaba ver en él, era cuando le explicaba por tercera vez algo y ella no lo lograba entender, retirando sus lentes, frotando sus ojos o su nariz, se los volvía a colocar y terminaba con un suspiro, eso quería decir que perdió la paciencia y que otro en su situación, arrojaría los libros al suelo y se daría de cabezazos contra la pared.
- Jorge, estoy un poco asustada, mañana comienza la nueva ronda de exámenes - comenta Sofía.
- Tranquila, te vas a defender bien, hemos estudiado más que suficiente, lo mejor es que vaya a casa y descanses, trata de no leer nada por esta noche, tu mente se relajará y darás buenos exámenes.
A pesar de lo que le dijo Jorge, esa noche Sofía estaba hecha una maraña de nervios y seguía leyendo sus notas.
Durante la terrible semana de los exámenes, a Sofía le habría encantado tener el cerebro de Jorge, puesto que, era el primero en entregar los exámenes. Ahora Sofía podía contestar mucho más que antes, eso era una luz esperanzadora, de que sus notas, esta vez subirían.
- Ah... me fue del asco, pero por fin terminó - comenta Hernán, estirándose en su silla.
- A mi igual me fue pésimo, ni siquiera contesté la última parte, espero al menos sacarme un 6 y a ti Sofía ¿Cómo te fue? - pregunta Triny.
- Mejor que otras veces, pero igual me preocupa, siento que aún estoy débil en muchas cosas.
- Yo digo, que ya no debemos preocuparnos, vamos esta noche por unas cervezas - propone Hernán.
- Eso me gustaría mucho, desde hace tanto que no he salido.
- Debes invitar a tu novio - reía Triny
- No me fastidie con eso, que no es mi novio - ríe también Sofía.
- Que no te avergüence salir con el silencioso, si feo no está, le podrías recomendar un corte de cabello y te quedará todo un galán - se burla Triny.
- Salgamos todos a refrescar el gañote - agrega Hernán y va en busca de Jorge, para colocar un brazo en su cuello - Hey amigo, salgamos esta noche por unas cervezas, Sofía paga por todos.
Jorge le da una mirada de fastidio.
- No gracias, tengo cosas que hacer esta noche.
- Ay amigo, es una pena, queríamos celebrar que terminaron los exámenes.
- Quizás en otra oportunidad - Jorge retira el brazo de Hernán y mira a Sofía - ¿Vendrás a tutoría en la tarde?
Ella asiente con la cabeza.
Esa tarde, continuaban las clases particulares con Jorge. Sofía sin darse cuenta, realizó un hábito para estudiar y sabía que todas las tardes, sin importar que, debía continuar estudiando.
- Jorge, siento que en los exámenes pude contestar de mejor manera las preguntas, no creo que me fuera muy bien - comenta Sofía apesadumbrada.
- Eso que te pasa es muy bueno, quiere decir que te estás exigiendo más.
- ¿Eso te pasa a ti?
- Todo el tiempo. Te recomendaría que, si quieres mejorar tus calificaciones, sentarte en las primeras filas y prestar más atención al profesor.
- Pero a los que están adelante, les preguntan más.
- Exacto, y por eso vas a poner más atención. Tus amigos y los que están atrás conversan en clase y por eso no escuchas nada.
Sofía pensaba que Jorge es muy sabio y debía de hacer lo que decía.
- Okay, lo haré. Jorge, de verdad me gustaría que fueras con nosotros a un bar esta noche, yo invito.
- Me gustaría, pero no puedo.
- Qué lástima, iremos a Kazua, nos comentaron que tiene buen ambiente y los chicos que atienden son lindos...
- ¡NO! He escuchado pésimos comentarios de ese lugar. ¿Por qué no van al Hula- Hula o a Doña Linda?
- Hem... bueno, les diré a los muchachos tu recomendación.
La actitud de Jorge le causó extrañeza a Sofía, ¿tenía algo ese bar que no quería que supiera?, o quizás ¿los rumores sobre salir con mujeres mayores, sería cierto y las llevaba ahí?
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