Capitulo 9 (Confianza)

Solo por ser un Alfa, más sabia que las dos veces que estuvieron cerca se desmayó.

Lo había hecho por que en su interior, compendia que estaba seguro, que en ningún lugar podría estarlo que en sus brazos.

Pues lamentablemente quien siempre lo había amado, protegido sin ninguna condición ya no estaba para darle esos abrazos cálidos que el extrañaba.

Pensar en eso le causaba un estrujamiento en su corazón, derramando lágrimas de amargura, su corazón siempre sangraría de dolor, nunca olvidaría a su padre.

No era un tonto, le costaba aceptarlo, pero... Esas heridas que vio en su cuerpo, no podría salir de allí y el estado en el que estaba, no soportaría todo eso.

Trataba de llorar en silencio siempre, al estar solo se lo permitía, ya no quería causarle problemas al fauno cabrío.

Además con Shura, se sentía seguro también pero de forma diferente, pues lo cuidaba mucho, aunque a veces terminara con dolores de cabeza por su causa.

Sabia como seria la rutian dentro de poco, empezaría a comer sólido y se imaginaba como seria eso.

Todos estos cuidados, no los merecía, pero los aceptaba, porque... Sabía, en su interior que su padre estaría feliz y tranquilo que estuviera a salvo, solo por él, debía mantenerse fuerte, y superar todo ese dolor.

Quedo en el pasado y continuar, siempre había sido su mejor opción.

Pasaron los días y era el momento de que el pequeño carnero saliera más tiempo de su habitación.

La recuperación estaba siendo todo un éxito, sus heridas internas y externas se estaban sanando muy bien.

El alimento estaba siendo aceptado, aunque al principio tuviera algunas reacciones, su estómago no se acostumbró tan fácil a todo eso, obviamente los intestinos tendrían que hacer de la suyas.

Pero nada que preocuparse.

En todo momento Shura no se apartaba de él, pero cumplía sus deberes con el gremio, era un encargado de limpieza en sí.

Afrodita, quien llevaba esos tés, y le hacía compañía al pequeño al estar solo, durante las tardes y hablarle de lo maravilloso que era el mundo.

Digamos que hasta el momento eran las dos únicas personas en las cuales podría confiar más.

Y una tercera si bien se mantenía al margen, era quien proporcionaba lo necesario al corderito.

Shaka no se desentendía, pues Shura le comunicaba cada avance, su recuperación y todo.

Podría ser todo alegría, que su situación mejoraría, pero no lo es siempre tan fácil.

Aunque los daños físicos estuvieran curándose bien, los psicológicos tardan mucho más a veces toda la vida los tienes que cargar.

-Albafica dijo que ahora puedes soportar periodos de sol más largos- El peliverde conversaba con el menor, mientras daban esa caminata daría.

-Sí, siento que ya no me quema como antes lo hacía- Dio una leve sonrisa al mayor.

-Es bueno... ¿Te gustaría acompañarme a mis deberes?- Pregunto, en su mente lo más seguro es que el pequeño le digiera que no.

Sabía que una reacción así es demasiado evidente, Albafica el comento que ese tema sería muy delicado.

Pero quería probar, no le gustaba dejar al niño solo tanto tiempo, aunque solo fueran partes de la tarde.

Se quedó callado un instante, como si pensara y analizaras sus ocasiones.

-¿Estaría con usted todo el tiempo?- Bajo sus ojitos verdes, estaba nervioso.

-Sí, lo estarás- Su rostro serio, por un instante reflejo un poco de sorpresa.

-Entonces... Me gustaría acompañarlo...- Aun temía un poco, estar fuera de esas cuatro paredes, aunque más limpias y espaciosas a donde había crecido.

Pero entendía que debía superar ese miedo, aunque es más fácil decirlo que hacerlo.

Saber que tienes un problema, es el primer paso... Afrontarlo y superarlo es lo difícil. No estaría solo y lo sabía de antemano.

-Correcto Mu, después del almuerzo, te mostrare lo que hago- No era de sonreír y mucho menos en este día lo haría, pero de sus ojos color jade, le dedico una tierna mirada.

Así pues paso el rato, y como lo dijo ese cabrío, después de almorzar un plato de arroz blanco con algunas verduras al vapor, ambos comían lo mismo, una forma de apoyo para el niño.

Se dirigieron al pabellón cerca del invernadero, en esa zona tendría que hacer un poco de limpieza, pues las hojas habían caído a montón el día anterior, pues el viento estaba arreciando en esa temporada.

Llegando se dispuso a hacer su labor, mientras Mu observaba sentando en una de las bancas del recinto.

No había ido a esa parte del gremio. Cada día se convencía de que era enorme.

Si bien otros miembros de este, pasaban por allí y miraban con curiosidad al menor, no solo por su angelical apariencia, si no que fuera un fauno carneo era tan solo extraño a proporciones mayores.

Pero no se acercaban a saludar o algo por el estilo.

Y no era por que supieran quien protegía al menor en el alto mando, sino porque el peliverde, les dedicaba una mirada desafiante a cualquiera que se acercara.

Aquello intimidaba a los demás omegas, tanto humanaos como faunos.

Los Betas preferían mantenerse a raya con él.

Los Alfas, aquí no eran unos depravados que deseaban a cualquier Omega en cuestión, no se negaría que su belleza era muy grande, pero se sabía en secreto que este fauno era el interés del primer líder.

No lo hacía de mala forma, pero esa era su expresión, aunque realmente no le importaba, le agradaba estar solo haciendo su trabajo, aunque esta vez había alguien que lo acompañaba.

Se sentía algo nervioso, su sentido del olfato no era de los mejores, pero si su sentido del odio, por su condición de fauno, algunos tiene más desarrollo un sentido o más de uno.

Escuchaba cada que alguien pasaba cerca, solo miraba por lo bajo, no quería ser notado, pensaba que lo hacía muy bien.

Su corazón se aceleraba, en cada ocasión que los pasos pasaban por detrás de él, pero saber que Shura estaba a su lado, le tranquilizaba un poco.

Mas no quería hablar con nadie, no estaba listo para eso.

Observaba con atención cuando podía a la actividad del mayor. Recordando ese sonido que hacia la escoba al raspar el suelo.

Pues lo escuchó al estar encerrado, más preciso cuando Camus barría afuera de su encierro y por instantes conversaban un poco.

Aquello le dio una sensación de tristeza, sintió que se estremeció, porque recordar aquel lugar solo traía dolor, pero sería inevitable por el resto de su vida no pensar en eso.

Dejo escapara algunas lágrimas, pero no quería de nuevo ser débil, no deseaba hacerlo. No podía, ya no quería causar problemas a los demás.

Tan pequeño, sufrir tanto y aun preocupándose por que los demás no se preocuparan por su causa.

Lo que siempre deseo evitar para su padre y no lo logro, quería ahora hacerlo, si pudiera evitar que los demás se preocuparan por él, lo haría.

Se levantó de su asiento, se dirigía con paso algo lento y torpe hasta donde se encontraba el mayor.

-Shu... Shura...- Su voz baja, y sus manitas juntas jugando con ellas, por los nervios.

No paro de su labor, pero levanto la mirada, para observarlo -¿Qué sucede?

-¿Po... Podría ayudarlo?- una débil sonrisa se dibujó en su rostro, y los ojos verdes que notaba que había llorado un poco, lo miraron un instante.

Ahora sí que al expresión del fauno cambio a una de sorpresa -¿Estás seguro?- Hasta creyó que el menor no haría ese avance o cualquier otro hasta un tiempo después.

-Si... Creo, que si... Le ayudo... Podría terminar antes...- Sentía los nervios correrle, pero quería controlarse.

-Muy bien- Giro la vista para un recogedor de color blanco y palo de madera, que estaba al flanco derecho –Trae ese recogedor, y colócalo delante de mí, en el suelo-

El pequeño asintió, dirigió sus pasos hasta aquel objetó y lo trajo consigo.

Acto seguido, prosiguieron a terminar de limpiar aquella zona.

Mu, parecía un poco más alegre y animado que antes.

Podría significar un gran avance, que gustara de ayudar y que estuviera "Tranquilo" en lo que cabe, al estar en el exterior y miembros del gremio pasaran cerca de él.

Algo magnifico, significaba que deseaba recuperarse de todo lo malo que le había ocurrido en el pasado.

Mientras ambos faunos de cuernos terminaban ese aseo.

El Alfa rubio, había estado observando todo a la distancia, con cautela de no ser descubierto, se suponía estar revisando unos documentos de la siguiente misión que llevaría a cabo dentro de unos días, pero allí estaba olvidando todo eso, para cuidar a ese pequeño fauno.

Un comportamiento que el mismos había estaba mal, esos sentimientos, solo ocasionarían problemas, pero... No lo podía evitar, desde que lo conoció, solo tiene el pensamiento de estar a su lado protegiéndolo.

Pero estaba el problema también de que ese dulce corderito, temía a los alfas con todas su fuerzas.

-¿No sería mejor tomarle una foto? Así le puede durar más- Una risa burlona que partencia a un hombre de igual condición Alfa, pero con la diferencia que es un Fauno, pues la cola de Escorpión lo delataba, además sus cabellos cerúleos y mirada azul.

Giro, para ver aquel hombre que le hablaba con cierto respeto y familiaridad -¿Qué quieres Milo?-

-Vamos, ¿Qué no estas de humor?- Se posición a su lado –Es muy lindo el Omega que te gusta- Señalo con el dedo índice hacia esa dirección.

Cuidado si te refieres con algún adjetivo de esa índole a un Omega que un Alfa estuviera interesado, porque puedes perder la cabeza.

Mas no podía hacer eso, solo frunció el ceño, se odiaba, porque lo estuvieran descubriendo.

-Ha, ha, ha, ha, No tienes que poner esa cara, es obvio que te llama algo la atención- Rio de nuevo sínicamente, que descarado se podía convertir, a sabiendas que era un elemento valioso –Tranquiló, no me llama la atención, los prefiero menos inocentes-

De nuevo no contestó, aunque fuera mayor el otro, el rubio tenía una mejor posición y aun así podía guardarse las ganas de responderle.

-Supe que es el pequeño fauno que salvaste en circunstancias muy horribles- Lo miro, ahora sus ojos denotaban cierta curiosidad -¿Verdad que hacer los votos de castidad, fue una mala idea?- Hay estaba la ironía en sus palabras.

-Se hacen para tener mayor manejo de tu energía vital, y así acabar con los Shadow's- A su pregunta, esta fue la respuesta.

-Sí, sí, lo que digas. Pero yo sirvió aun al gremio, sin ellos y soy un excelente combatiente- Cerro los ojos, dándole la espalda al rubio –Sé que no puedo acceder a ser un líder como Aioros o tú, pero prefiero amor en vez de poder- Puede que fuera uno de los juguetones y aun a sus años haciendo jugarretas a los más jóvenes, pero hablaba con tanta certeza.

De nuevo no podía decir nada, pues tenía tanta verdad y dolía esta.

-Tienes que ser precavido, si andas tan atento a ese pequeño, cuando llegue tu celo, podrías volverte loco- Tan a la ligera decía esto, no recordaba que hacer una acusación así los metería en problemas a ambos.

-Nunca ha pasado y no me pasara, que pierda el control- En automático dijo estas palabras.

-Ja, admites que si te interesa el pequeño corderito- Lo señaló con el dedo índice, pues quería molestarlo.

Aquello lo dejo desprevenido, abrió sus ojos azules un poco, pero para dedicarle una mirada de enfado y un leve sonrojo en sus mejillas, al pensar en el susodicho.

En eso se escuchó de esa misma dirección que ambos miraban, un grito de sorpresa, que les llamo la atención rápidamente.

-¡¡¡AAAAAH!!! ¡¡¡PEQUEÑO MU!!!- Afrodita con su forma de ser tan efusivo, no dudo en ir a abrazar al pelilila –Me alegra tanto que ya estas saliendo de su habitación- Lo abrazaba con tanta alegría.

El menor, primero se quedó estático, si bien no gustaba que lo tocaran de ninguna forma, salvo el que alguna vez fue su padre, se estaba acostumbrado de a poco el que este fauno lo hiciera.

Dudo un poco, pero le devolvió el abrazo tímidamente, aunque quería poner distancia de inmediato.

-¿Verdad que aquí es más divertido que estar todo el día encerrado?- No pensaba antes de hablar, no fue con mala intención, pero podía que sus avances decayeran, con ciertas palabras.

-Si... Es... Algo... Divertido...- Su ser aun temía un poco, pero se acostumbraba a esos abrazos asfixiantes en ocasiones, más una sonrisita pudo darle.

Se separó un poco, sin dejar de tomar los delgados brazos del menor -¿Por qué no vienes a ver el invernadero? Las rosas florecerán dentro de poco, son casi tan bellas como yo- Y una pose de diva se dejó ver, su personalidad con tendencias narcisistas se reflejó.

Esto le divirtió a Mu, provocándole que riera por la bajo, mientras cerraba los ojos, por que en verdad le causaba gracias.

-Tomaré eso como un si- Casi se llevaba al menor, cuando el peliverde lo detuvo.

-Afrodita, no lo sobrecargues, ya es momento de que descanse un poco- Estaba pensando en el menor, demasiadas emociones en un día, podía causarle cansancio.

El peli celeste, hizo un puchero, en verdad quería salirse con la suya, y llevar al corderito con él.

-Pero... ¿Qué tiene de malo? Además... Pronto deberé darle su té y sería mejor que lo hiciera en el jardín, alrededor de tantas flores, le ayudaría- Se paró con una pose de superioridad, cruzando los brazos y soltando al pelilila –La aromaterapia también ayuda a relajar-

-Mu es mi responsabilidad, así que te pido que lo dejes tranquilo y que descanse- No era de aguantar pucheros de nadie.

-Eres tan aburrido- Cruzaba los brazos delante de su pecho y giraba su cabeza, inflando las mejillas.

Ver esa expresión, le parecía tan cómica, riendo un poco, como lo que era un joven fauno, que por su apariencia catalogaba como un niño.

Esa risa, llamo la atención de ambos omegas y de algunos que estuvieran a su alrededor.

Pero sobre todo de cierto rubio, que el sonido de esa risa, le aprecio una suave melodía para sus oídos.

Si fuera la causa de su risa, le hubiera parecido más agradable, pero si estaba así significaba que las cosas malas en su vida se podrían superar.

Recordando una frase que su progenitor le dijo al tener ocho años.

-Una risa puede curar todo- Susurro aquello.

El otro Alfa, lo miro con atención, si bien, no tenía tanto de conocerse como con el otro Alfa castaño. Le tenía unos años de amistad y aprecio.

Pensó en una brillante idea, que solo Milo podría idear.

Siendo de los pocos que podría ser capaz de arrastrar al más joven de los líderes, a cualquier cosa en público y no sería decapitado por él.

Su idea era tan simple.

Llevar al rubio, a donde estaban aquellos omegas.

Sabia de lo ocurrido, pero no del que menor se asustaba al ver Alfas.

En cuestión de segundos ya se encontraban delante de los tres.

-Hola, ¿Cómo están?- Esa sonrisita amplia, y con el rubio sujetado firmemente de la muñeca.

Era extraño ver al segundo líder en esa situación, pero sabían que ese fauno podría ser así de ocurrente aunque si se llevaría un castigo esta vez.

-Buenas tardes señor Shaka- Inclino la cabeza, para hacer la típica reverencia.

-Buenas tardes segundo líder- Ahora el peli celeste, mostraba sus respetos al rubio.

Soltándose del agarre del contrario, prosiguió a contestar el saludo, dejando de lado que al escorpión nadie le profirió un saludo así de respetuoso.

En cuanto habían llegado Mu se colocó detrás de Shura, dos Alfas... Le daban miedo aquellos que estaban en la punta de la pirámide alimenticia.

Pero al ver aquellos ojos azules, que no podía olvidar, parecía un poco más interesado en el rubio.

Más no dejaba su escondite.

De nuevo recordó lo que una vez Shura le dijo, el primer día que llego.

---Flash Back---

-Si quieres ir a ayudar a tu padre, primero recupérate y así podrías ver a los dos líderes, ellos te ayudaran a salvarlo-

---Fin Flas Back---

Sabía que lo único que podía hacer para... Bueno... Tal vez no salvarlo comos e diría, pero la esperanza la quería mantener aunque fuera mínima, sabiendo que la posibilidad que estuviera vivo fuera la mínima.

Sin contar que igualmente, el nombre del rubio lo recodaba, pues era quien lo salvo aquella noche y no sentía pavor al verlo, puede que tampoco una sensación de completa seguridad, pero si tranquilad.

-¿Por qué nadie me saluda, así de respetuoso?- Se señaló así mismo y una expresión de tristeza se dibujó.

-Pues no eres tan importante, como lo es el señor Shaka- Como ese pececito, podría ser tan venenoso, además quería divertirse un poco.

-Que graciosito- Frunció el ceño.

Por un instante el peliverde oscuro, estaba algo preocupado que el pequeño se llegara a desmayar, por esta situación, pero verlo que estaba detrás de sí, más atento a solo el segundo líder, le causó cierta intriga, pero serenidad.

En un movimiento rápido, en una descargada de valor, queriendo enfrentar su mayor miedo, por solo una persona, hizo lo que nadie podría imaginar por el momento.

-Se...Se...Ñor... Sha...Ka- Llamo al mayor, con tanto miedo, temblor en su voz, sujetando ambas manos contar su pecho, mirando hacia abajo. Si no fuera porque últimamente comía mejor, la fuerza de sus piernas hubieran flaqueado.

Su nombre ser pronunciado por él, pareció algo sublime, y más que se atreviera hacerlo en su presencia, se suponía que temía a los Alfas y le hablaba por alguna razón.

Sus ojos se fijaron en quien lo llamo, dándole toda su atención. 

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Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Cómo están el día de hoy mis terrones de azúcar? Yo estoy con algo de flojera y adolorida, dejar de hacer ejercicio por dos semanas y retomarlo de a poco, no es lo mio... Kiaaaaaa me duelen las piernas, literal parecía potrillo recién nacido, jajjajajajaja los ukes así deben sentirse, salvo que a mi no me dolía para nada la cadera, cintura y la parte trasera jajajajajajaj XD

No hagan caso a mis tonterías, jajajajjaa

Bueno, aquí podemos ver un nuevo personaje que se unió a todo, unos pequeños avances de Mu, la forma en que ven al buen Shura, Y sobre todo que Shaka es algo obvio, solo con quienes lo conocen.

Poder escuchar la risita del pequeño fauno, le alegro el día y de hecho su celo estará pronto, se supone que meditan, entrenan para que eso no les estorbe, pero es mucho mas fácil cuando no existe el interés por alguien. Shaka estas en problemas dentro de unos capítulos.

Entonces Don Poseidon, tus posibles parejas se reducen a Tetis y a Sorento. Aunque también a algunos les parece interesante con la sobrina. Mmmm Seria bueno algo sobre este Dios de los mares.

Pregunta del día de hoy: ¿Que ascendente le dan al buen Aldebaran? Recuerden que andamos averiguando el de cada uno y con su ayuda, sabremos mas rápido.

Espero sus respuestas, comentarios y reclamos.

Muchas gracias por seguirme y apoyarme, en verdad se los agradezco.

Me retirare por ahora, tengo que ir preparando algunas cosas mas mis terroncitos hermosos. nos vemos mañana sin falta.

Me despido.

Ammu se va.

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