Capitulo 8 (Shadow's)

Aquella conversación dada entre ambos jóvenes, fue terminada sin más por el rubio, que en su mente aun surgía la preocupación de ese pequeño Fauno.

Se preguntaba el ¿Cómo lograr ayudarlo?

El terror en sus ojos verdes, le destrozaba completamente.

Pero, al momento en que ambos estaban cerca, Mu podría descansar un poco.

Se cuestionó aquello, recordando la suave y cálida piel el Fauno.

Debía atender un llamado de ayuda que recibió y partir en cuanto pudiera.

No se ausentaría mucho, salvo el resto del día. Mas trataría de investigar más sobre ese hombre que tuvo toda su vida a ese inocente corderito y si existía la forma de conocer el estado del progenitor de este, y ayudarlo lo haría.

Lo que fuera por verlo sonreír.

No conocía su sonrisa y quería hacerlo.

Se había tomado atribuciones muy pronto, pero su propio instinto así se lo dictaba, se sentía mortificado el que aquello con lo que estaba luchando desde su infancia, para mantenerlo bajo control, ahora salga y juegue con su mente.

Tal vez su propia seguridad no le importaba, pero la de ese pelilila, debía mantenerlo a salvo sin importar el costo.

Después de esos pensamientos, preparándose para partir con su caballo, ha dicho lugar, protegiendo aquellas tierras que lo requería, como uno de los líderes del gremio Ateniense.

Su deber siempre protegiendo a los habitantes de ese lugar ciudades vecinas de los Shadow's.

Esto siendo seres de oscuridad total, parecían como una especie de animales, como si de brea se tratara, sus esqueletos sobresalían en ciertas partes, sus costillas, cráneos y con algunas marcas de color rojo se denotaba en ellas.

No poseían inteligencia como tal, en su mayoría, siendo animales salvajes en su extensión, incluso eran muy peligrosos para los faunos salvajes.

Estos seres se alimentan del miedo, desesperación, confusión de los seres vivos, sean humanos o faunos.

Si bien los Alfas de ambas especias, eran capaces de hacerles frente.

Solo aquellos con conocimientos de métodos antiguos para destruirlos, y armas especiales para dicha tarea.

Las garras y dientes de los faunos, podrían darles tiempo de escapar, pero no eran efectivas para detenerlos.

Se podría decir por las malas lenguas que eran beneficios de magia como tal, que solo los de aquel bando pudieran detenerlos.

Realmente eran escritos que solo los pertenecientes al gremio Ateniense, conocían y podían lavarlos a cambo, esto sin tener la necesidad de los votos.

Mas esto último era necesario solo si querían acceder a mayor conocimientos de estos y que sus armas pudieran ser capaces de cortar y destripar a los de mayor antigüedad de los Shadow's.

Todo era por mayor poder y protección a los demás, solo que esto se requería ese sacrificio de cuerpo, alma y corazón.

Y no cualquiera lo lograría, escogían bien a quienes pudieran y tenían la elección de aceptar o no.

Uno de aquellas herencias literarias, mencionaba que existía un punto en medio de los tres gremios principales, de allí venían dichas bestias horripilantes.

Una fosa de inmundicia oscura como la noche, maldita como el mismo infierno, de esa los Shadow's, nacían y obtenían su poder.

Pero llegar a ese punto había sido imposible, siempre existían muchos de esos seres, si entrabas allí aun con un ejército sería una masacre para todos, y no se llegaría ni cerca.

Para que todos supieran el peligro, cada gremio importante marcaba aquellos límites con banderas representantes de sus fundadores y sellos, así los detendrían y serian zonas seguras.

A veces esos sellos perdían fuerza y debían cambiarse de forma inmediata, mas algunos Shadow's lograban salir y otros ya estaban en las tierras escondidos entre la noche y la oscuridad, en cualquier lugar que no fuera perceptible para los demás.

Los más débiles de su clase, no podían estar bajo la luz del sol, sin duda los más fáciles e matar, pero otros podían soportar la luz solar tan bien, que no se les impedía nada.

Cada gremio debía cuidar a los suyos como podía, usando los métodos necesarios.

Atenienses, con el conocimiento previo, la sabiduría debía representarlos siempre, tranquilos y dispuestos a ayudar. Las armas solo necesarias en casos extremos y siempre protegidas por la bendición de aquella que dio su vida por todas esas tierras y purificarlas.

El segundo Poseidón o Poseidenses, ese fue quien ayudo, prestando a su ejército en aquella época para detenerlos, cuando estaba todo fuera de control, teniendo un buen número de soldados listos para atacar, principalmente guiándose por las corrientes marítimas. Rodeado de agua e general sus tierras, siendo un lugar sumamente seguro, pues aquellos seres no pueden ser capaces de nadar, pero solo los voladores pudieran llegar. Se dice que aunque estuvieran más seguros dentro de sus territorios, al tener el pedido de ayuda de la fundadora del primer gremio, excedió a ayudarles.

Por último el gremio, de la muerte misma. Este fue el último en unirse a la causa, pensando siglos atrás que esos seres podían ser combatidos con facilidad por ellos, pues venían también del inframundo de la oscuridad como se decía. Incluso se llegó a pesar que todos ellos, por practicar artes oscuras, fueron quienes los trajeron a la vida, además de la hostilidad con la que se guiaban siempre, no eran tan buenos como e pudiera creer. Pero incluso traer una maldición al mundo como esa, no eran capaces. No tenían la fuerza necesaria. Al final ayudaron solo porque sus territorios estaban siendo invadidos, y no eran suficientes.

Ambos fundadores como se conocieron, dieron sus vidas, un sacrificio para que todo eso se lograra controlar.

No podían acabar con todo, no lo lograrían aun en esta vida, pero todo su conocimiento, fuerza y unión lograron hacer que esa amenaza se contuviera en un solo punto en medio de todos ellos.

Se decía en esos testamentos, que ese poso era mucho más grande de lo que se quedó ahora.

Más aun estando presente, significaba que esos seres aun llegarían a este mundo a seguir causando estragos.

Por esa razón cada gremio recibió la protección de aquellos que lograron detenerlo, con su fuerza, voluntad y poder.

Ascendiendo como Dioses, pero llevándose el conocimiento de ¿Quién había provocado todo este desastre?

Pues no siempre fue así.

---Mansión de Saga---

Para este momento, el tiempo paso solo en dos semanas desde que el pequeño Mu había logrado escapar.

Mas esto se había vuelto un infierno, peor al que estaban acostumbrados a los sirvientes.

Usualmente Saga, se divertía complaciéndose sexualmente con faunos omegas, era como un fetiche que deseaba cada que podía.

Antes tenía a Shion para hacer lo que deseara, pero desde aquella noche en que asesino a uno y el pequeño, logro escapara de sus garras, no perdonaba a nadie a su alrededor.

Si bien, podía costearse faunos que se dedicaba a complacer de esa forma por dinero, deseaba más de ello. Por eso y sin que nadie se impusiera, llego a llevar a algunos faunos Omega a su mansión, para violarlos y después tirarlos como tal. Tenía un gran odio hacia esa especie.

Escuchar los gritos de suplicas y desesperación de aquellos, podía causar bastante molesta a quienes lo servían, pero no llegaban hacer nada, sino un castigo recibirán y no querían estar en ese lugar por nada del mundo.

Mas nunca nadie podría estar seguro, con alguien tan despiadado, calcular e inteligente.

-¡¡¡NO, POR FAVOR!!!- Un llanto desgarrador, de alguien que estaba a punto de ser dañado.

-¡¡¡CÁLLATE!!! ¡¡¡TÚ DEBES SERVIRME EN TODO LO QUE TE ORDENE!!!- Aquella voz, imponente y demostrando su poder.

Un pobre sirviente de este peli azul, se encontraba debajo de este. Sin ropa, con algunas marcas de golpes en su cuerpo, sus brazos siendo sujetados con fuerza a aquella mesa, y sin lograr detenerlo, aquella penetración se llevó acabo en su ano, lastimándolo, provocando que saliera un poco de sangre y el llanto de él profanado no se hizo esperar.

Sin portar las suplicas, las lágrimas, los gemidos de dolor, nada llegaba a ese sujeto. Solo deseaba seguir complaciéndose con cualquiera, ya no pedía que fuera Fauno, un Omega estaba bien, pero sin importar que en su enferma mente, solo podía ver el rostro de aquel pequeño pelilila, que se le había escapado, sin lograr hacerlo suyo.

Eso era lo que más le molestaba, le carcomía, siempre obtenía lo que deseaba, pero el hecho de que no lo tomo en cuanto pudo, que se lo quitaran de sus manos le hacía sentir una furia inmensa.

Preguntándose para sí mismo, ¿Cómo serían las expresiones que haría? ¿Qué tan apretado seria su cuerpo? ¿Cómo reaccionaría al ser suyo? Todas las preguntas que aun deseaba respuesta.

Se conformaba con lo que pudiera, pero su deseo más profano solo tenía el nombre de ese corderito.

No le importaría lo que fuera, lo obtendría de vuelta, solo para él.

Una enferma idea, una obsesión obscena. Mu siendo un niño y el ya un hombre, que había dañado tanto al padre del menor, y ahora deseaba hacerlo con él.

Aquello se llevaba a cabo en esa habitación destinada para esos placeres bajos.

Aun así se podía escuchar el dolor por los lugares cercanos y el miedo en los rostros de aquellos Omegas que trabajan para ese hombre.

Pensar que podrían ser los siguientes en ese lugar les aterraba, y aquello que habían pasado allí, no volvían hacer los mismo o vistos de nuevo.

Camus aún era de los pocos que se habían salvado, tal vez su rostro y actitud que aun siendo omega no se veía tan indefenso, ese mirar lo podía hacer pasar por un beta de repente, salvo en sus momentos de celo, pero podía tener la impunidad de utilizar los supresores de aquella condición natural.

Un elemento que solo ciertos Omegas que lograban trabajar en situaciones decentes, sin usar su cuerpo podían costeárselos.

Esa noche, recordaba con suma tristeza al peliverde. Tal vez no fueron amigos como tal, pero lamentable ese cruel destino que vivió, que paso toda su vida.

No sabía del destino que corrió el corderito, con el cual si había formado un lazo de amistad un poco más fuerte.

Hizo lo que prometió al mayor, le ayudo a salir de allí.

Siempre listo, pudo dejar todo en orden para que nadie se percatara quien había abierto las puertas.

Pero no pudo ayudar a Shion.

Al cerrar los ojos, podía volverlo a ver en ese charco de sangre que lo encontró, en ese sótano tan horrible y húmedo.

Trato de ayudarlo, pero todo fue inútil, su vida había abandona ese cuerpo. Los daños de antes que soportó solo por su hijo, le cobraron factura en ese momento.

Lo encontró muerto, le parecía algo muy triste. Pero sabía que todo fue para salvar a Mu.

Hizo el último sacrificio que un padre haría por su retoño, lo protegió con su vida como lo había hecho siempre.

El solo abrió una puerta.

Negaba con la cabeza, aquello debía olvidarlo era lo mejor. Al fin de cuenta no se pudo hacer nada.

Ahora él estaba en peligro también, sería mejor irse de allí lo antes posible. No quería ser violado por ese sujeto, que le causaba repugnancia.

Camus deseaba permanecer así, sin ser tocado por nadie. No le importaba el celo ni nada, poder tomar aquel supresor le daba una ventaja, y nunca se había enamorado, su ideal no exista en su mente y siempre mejor así.

Solo eso causaba problemas en su pensar.

Decidió que era mejor dormir, pero trataba de descansar en aquella habitación para la servidumbre, con cerrojo y atrancada, nadie estaría a salvo. Ignorar el dolor ajeno sería lo mejor.

---Gremio Ateniense---

-Te noto más recuperado- Un joven de cabellos azul cielo, miraba enternecido a un pelilila, que bebía aquel té dado por él.

-Sí, me siento un poco mejor- Al terminar aquel medicamento natural, siempre dejaba la taza en la mesa, pero su marida plantada en el suelo, notaba su miedo a todos.

Una caricia en su cabeza, de parte del mayor siempre le dedicaba cuando terminaba –Buen niño, pronto estarás listo para probar la deliciosa comida que hacen los cocineros- Esa sonrisa de aquel hombre, podría trasmitir un poco de confianza.

-Gracias... Afro...Dita...- La costaba mucho confiar en alguien, pero lo intentaba aun con miedo.

Otro fauno Omega que estaba siendo bueno con él. Aunque tuviera sus momentos de diva de repente, que le daba graciosa de repente, al tratar de hacerle conversación.

Recogió la pequeña taza de porcelana color crema, se retiraría rápido, debía seguir estudiando con su maestro, tenían un nuevo lote de flora silvestre a las orillas. Necesaria para crear medicamento contra cualquier Shadow's. Nunca se sabía que resultado podría tener las mordidas de estos en comparación anteriormente.

Otra cosa más de estas criaturas de la misma noche, mordidas, rasguños de estos, podrían causar envenenamiento, perdida de algún sentido temporalmente si se trataba, incluso consumir su energía vital, causando un envejecimiento prematuro.

Esas razones eran más que suficiente para estar realizando constantes investigaciones por cualquier cosa.

-Deberías salir más, conocer a todos los el gremio sería bueno- Esa sonrisita juguetona y confiada que portaba, de un Omega que no había sufrido algún mal en su vida.

Bajo más su cabeza, temía bastante aun.

-No todo el tiempo Shura te va a estar cuidando, tienes que empezar a valerte por ti mismo- Se acercó para darle una brazo. A él también el causaba una cierta ternura el corderito.

Además el contacto con Afrodita, no lo sentía para nada amenazador, pero si algo incómodo a veces, por sus miedos internos.

Pero este Fauno que en su apariencia es completamente humana, salvo por las branquias que posea en su cuello, pero siempre fácilmente ocultas con su cabello suave, ligeramente ondulado, de un color azul cielo suave, ojos azulados hermosos, un lindo lunar en su mejilla izquierda, piel clara y complexión delgada como cualquier Omega.

Sus ropas similares al de Albafica en tonalidades blancas y un tipo de blanca sobre todo, por ende casi no se notaban lo que portaba debajo. Pero llevaba unas botas de color negro, y un lazo en el cabello que a veces portaba al trabajar, siempre lo mantenía en una de las bolsas de aquella prenda.

Sabia como ganarse la confianza del pequeño, unas pequeñas cosquillas de repente, para hacerlo reír.

Tenía el conocimiento de lo que había sufrido, pues en algún momento de esas dos semanas, Shura le informo más detalladamente del ambiente que vivió el pequeño a Albafica.

Todo esto, para que pudieran hacer algo de manera psicológica, aquellos traumas habían sido demasiado fuertes, debían curar mucho daño.

Y bueno Afrodita, aun a veces siento algo orgullo y narcisista en su forma de ser, poseía un corazón muy noble, para aquellos que estuvieran indefensos, sobre todo pequeños niños.

Si bien este no era tan grande tenía tan solo un año menos de Shura. Pero su instinto maternal muy grande en ocasiones.

Mu en tan solo dos semanas, había logrado experimentar situaciones que antes no logro vivir, no por falta de amor, sino por la libertad negada.

Esas leves risitas, las podía desprender sin medio de que alguien más las escuchara, pero las contenía mucho.

-Mu, aquí nadie te dañara, debes tratar de que ese miedo desaparezca- Lo abrazó de lado –Aquí los Alfa no son capaces de dañar a nadie, algunos si están medio locos, pero de ocurrentes, no te dañarían, todos aquí queremos ayudarte- Le sonrió, cerrando sus ojos –Déjanos apoyarte en lo que requieras-

Aquellas esmeraldas se abrieron de par en par, tanta bondad que le estaban trasmitiendo, una parte de él, quería ya confiar, pero su miedo interno se lo impedía, si bien ya había aceptado con mayor confianza a Albafica, sin temerle tanto Afrodita no era malo lo notaba.

Mas cada que daba esos paseos recomendados con Shura, siempre se aferraba a él, apenas si lo dejaba caminar con libertad y si alguien se acercaba a saludar, el menor se escondía con miedo.

Un punto a su favor era que ya no se desmayaba, al sentir cerca de algún alfa, por lo menos eso iba disminuyendo, pero aun así de lejos era mejor.

Se levantó, de aquel asiento, para retirarse del lugar. No debían forzar nada, todo debía fluir natural.

-Mu, sobre todo el señor Shaka, ha estado muy al pendiente de ti, debes agradecerle algún día- Le sonrió, antes de darle la espalda y salir del lugar.

-¿Señor Shaka?- Su expresión quedo consternada y un leve sonrojo en sus mejillas se denoto.

No compendia mucho eso, por no decir que nada.

Recordaba esa noche en sus pesadillas, el frio... El dolor, ese cansancio, la impotencia, todo. Pero cuando en aquella parte de la miseria, lograba encontrarse con ese joven rubio, podía volverse un sueño más tranquilo.

Recordar las sensaciones de seguridad que le transmitía en ese sueño, eso le había ayudado un poco en abrirse un poco más y querer superar ese terror, más le causaba mucha ansiedad aquello.

Esos ojos azules, le podían dar un poco de confort, pero no se sentía capaz de estar cerca de él, sin temor alguno.

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están el día de hoy mis terrones de azúcar? Hoy de verdad estuve muy ocupada, haciendo algunos asuntos, que ni pude publicar ne todo el día y creo que mensajes ni logre contestar bien, ando vuelta loca, a veces pasa, pero no olvido mi responsabilidad, y es actualizar día con día, excepto domingos, descanso, leo y hago otras cosas locas.

Pero vamos a lo importante, por que ya debo dormir, mañana me espera otro día igual, no tan maravilloso, pero movidito jajajajajajaja

Pobre lo que Camus esta pasando, la verdad me estoy ensañando con el un poco, ayer en el fic y ahora, pero gracias a todos los cielos no ha ocurrido nada, pero se confirma lo que todos temían.

No me puedo imaginar la expresión de Mu, aunque ya lo entendió, sabe que su peor miedo se ha hecho realidad, pero hasta que no vea un cuerpo o algo, podría dejar de dudar. No se...

También paso para recordarlas los fic's que están concursando y los terrones de azúcar que lo están, por su gustan ir a leerlos y apoyarlos, debemos darnos mucho amor:

IsabellaCatSan : "Amistad La Base Del Amor"

aries_chanmimi: "Una Visita"

touka977: "Amigos Pueden Ser Amantes"

AMMUTEIKOKUYUDAINA: "Un día como niños"

Bueno, deseo suerte a todos los terrones de azúcar. Si alguien mas concursa, haganmelo saber, para leer y apoyar.

Aldebaran, ¿Te diste cuenta? Los terrones de azúcar, vemos tus atributos y buen corazón, eres genial camarada.

Jajajajaja oki, la pregunta de hoy sera... Si pudieran darle una pareja a Poseidon ¿Quien seria? Jajajajajajaja Yo por mi parte creo que Sorrento, me gusta para el.

Espero sus comentarios, respuestas, y reclamos.

Muchas gracias por seguirme y apoyarme, en verdad se los agradezco.

Me debo retirar a mis aposentos, ya casi sera media noche, pero no podía dejar este día sin actualizar, jajajaja falta mas de 50 minutos para que sea jueves, así que técnicamente y por mi hora actualice en miércoles.

Me despido.

Ammu se va.

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