Capitulo 4 (Golpe)

Se intensificaban cada vez más, golpe tras golpe en la desgastada puerta.

-¿Hum?- El pelilila, levanto levente su cabeza, confundido por los ruidos que lo despertaron.

Observo con cuidado el rostro de su padre, estaba atemorizado, sudaba, y lo abrazaba con fuerza. En su joven mente, entendía lo que aquello significaba.

Era el... Venia por el peliverde...

El menor se aferró con sus manos a su padre, pensaba que esa noche, aunque fuera una vez cada eternidad... Podría estar a su lado pensando que nada malo ocurrirá.

-Tran...Tranquilo...- Decía con la mejor voz que podría presentar, pero temía aun en su corazón, en su mente algo le decía que algo malo podría pasar.

-¡¡¡MALDITA PUERTA!!!- Se escuchó aquella declaración fuerte, los golpes parecían sustituidos por patadas fuertes, directamente en la perilla de esta.

Un, dos, tres... Se logró partir de la cerradura, permitiéndole pasar, en un estado de embriagues sin duda.

Mu al verlo, le deba demasiado miedo, tembló... La presencia de ese hombre en aquel lugar solo podía significar una cosa... Lastimaría su padre, lo violaría... Lo destruirá como siempre lo ha hecho... No podía permitirlo, pero estaba aterrado... Su corazón latía tan rápido que aprecia que se le saldría del pecho.

Al sentir como su pequeño presentaba esos temores... Lo trataba de consolar, abrazándolo con fuerza, rodeándolo más con sus brazos, colocándolo a un costado, tratara de ocultarlo aunque fuera un poco...

No lo demostraba, quería verse aunque fuera un poco fuerte, pero... Si dignidad ya había sido tantas veces pisoteada, que a veces creía que al defender a su hijo era el amor lo que lo movía y era así.

Miraba a su amo con furia... por asustar al pequeño, pero el temor de que deseaba estaba presente.

-Hola...- Su mirada fija en ambos, estando en esas condiciones alcoholizadas, y tambaleantes, mostraba imponencia en su presencia, incluyendo terror en el joven corazón -¿Los desperté, estúpidos faunos?- Arrojo una botella a un lado, estrellándola y esparciendo el líquido alcohólico por el lugar.

Demasiado fuerte, para las fosas nasales de aquellos dos corderos.

Aunque su cabeza estaba en dirección a la de ese hombre de cabellos azules, su mirada debía mantenerse a bajo -¿Qué desea...? Amo Saga- Se odiaba a si mismo por pronunciar ese nombre. El maldito que hacía con él lo que deseaba y lo tenía en la palma de su mano, para controlar su destino, y hasta el de Mu.

-Tsk...- Escupió en dirección del peliverde -¿De ti? Jajaja- Rio a carcajadas como un psicópata en potencia –No quiero nada de ti... Si no de ese pequeño y hermoso corderito- Señalo al pelilila, ocultándose detrás del cuerpo mayor.

Shion, abrió sus ojos de par en par, contrayendo su pupila, en su rostro se reflejó el miedo y terror que no creía que podría pasar, pero su mayor pesadilla se quería hacer realidad.

-¡¡¡NO!!!- Lanzo ese grito, levándose como pudiera del suelo, parándose enfrente de ese hombre, cubriendo al menor.

Aquello hizo molestar al hombre mucho, cualquier cosa que se le negara, lo hacía enfurecer -¿Qué? ¿Te atreves a cuestionar lo que quiero? Maldito fauno... Asqueroso-

Se acercaba de manera intimidante al otro, pensaba que así lo podría hacer retroceder o intimidar, ya que siempre al final de las cosas, el obtenía lo que quería y podría amedrentar con una mirada a los demás.

Pero su sorpresa fue grande, cuando ese cordero peliverde, se mantuvo firme...

Por primera vez en toda esa agonía vivida por quince años, demostró coraje y valor para enfrentarlo.

Lo había tratado de hacer tantas veces, pero siempre lo dominaba con su más grande debilidad y fuerza, su hijo...

Promesas que nada malo le ocurriría, solo si el hacia lo que se le ordenará, siempre soportó los golpes, las violaciones sin cesar, aquellos maltratos, insultos, todo lo que quisiera hacerle a él, lo permitiría.

Mas ahora, que ese maldito humano, estaba a punto de tocar a su hijo, a lo único que de verdad le importaba más que su vida, no lo permitiría.

-¡¡¡APÁRTATE!!!- Sus ojos Viridian inyectados con esa maldad que predominaba en él. Furia incontrolada, lujuria solo con un propositivo profanar el frágil cuerpo del pelilila.

-No lo hare- No lo negaría, temía... Su condición de Omega, lo hacía temblar, cualquier Alfa podría hacer eso, en una jerarquía inferior. Pero no era momento de eso, demostrar la poca fuerza que le quedaba por defender a su cría, lo mantendría allí como la última barrera para alcanzarlo.

Sonrió sínicamente, sujeto el cuello del fauno con ambas manos, para demostrar su poder.

-¿Estás seguro que no lo harás?- Estaría dispuesto hacer lo que fuera con tal de tomar a Mu.

Respondió lo mejor que pudo, sujeto ambas muñecas del sujeto.

El también podría tener un poco de fuerza, se valdría de ello, para hacer el único movimiento que le quedaba.

-¡¡¡MU!!! ¡¡¡SAL DE AQUÍ RÁPIDO!!!- Frunció el ceño, sentía como el aire le estuviera faltando, pero ese agarre lo mantendría si era necesario para aparta al sujeto.

El menor estando aterrado por lo que sucedía... Temblaba, sujetaba las ropas de su padre... Aquel grito que no alcanzaba a reaccionar bien... Su respiración estaba muy agitada, tenía tanto miedo.

-¡¡¡A NO!!! ¡¡¡TU HIJO SERÁ MÍO!!!- Zafo una de sus manos del cuello herido del cordero, alejando la mano de este, para lograr sujetar al niño.

No supo cómo, ni le importaba en lo más mínimo, pero en su reflejó, en su deseo de proteger a su cría, logro conectar un puñetazo en la cara del maldito que lo había dañado tanto.

La fuerza que presentó, nunca antes lo había visto. Ni siquiera creyó que la pudiera tener, pero con eso, pudo liberarse de la mano agresiva en su cuello.

Tosió un poco, tocándose el pecho, el aire le estaba faltando ya.

Incluso lágrimas de desesperación había tenido, más aun no era tiempo de reponerse.

Volteo a ver a Mu, el miedo en sus hermosos ojos verdes, lo impulsaba a protegerlo más.

En un acto rápido, le dio un abrazo fuerte, solo cuestión de segundos, sabía que ese momento seria decisivo y si quería que él tuviera una oportunidad debía hacer todo porque Mu la tuviera.

-Hijo... Te amo tanto... Trata de salir de aquí- Le susurro en el iodo.

Aprovechaba que Saga, ese golpe lo había destanteado y cado al suelo, pero no cantaban victoria aun.

-Pero...- Estaba hecho un mal de lágrimas, se aferraba al mayor con tanto miedo –Papá... Por favor... No...-

Le sonrió, reteniendo las lágrimas de sus rosas ojos –Iré contigo en un momento... Solo adelántate por favor...- Beso su frente, sujetándolo de los débiles hombros.

-No... Él te hará daño... No puedo...- Estaba aferrándose a él, y aquello significaba perder tiempo valioso.

-Hazme caso... Por favor Mu...- Le dedicaba la sonrisa más sincera, pero triste que podría dar –Saldremos de aquí juntos, te lo prometo... Pero ve primero tu... ¿Si?- Le estaba rogando, que le hiciera caso.

El corderito lloraba, sabía que debía hacer caso, pero su corazón tenía un presentimiento que lo estaba sofocando, sus miedos, sus terrores, todo estaba allí presente y más... Que ese sujeto haría algo horrible.

-Maldito Shion...- Levanto su cuerpo del suelo, no creía lo que había ocurrido.

Un fauno Omega, atreverse a levantar su puño contra el amo humano y alfa, era algo imperdonable ante los ojos de cualquiera que creía esas viejas costumbres.

-¿Cómo te atreviste a golpearme?- Su voz sonaba realmente tosca y grave, sujetando el cuello roto de la botella antes quebrada, estaba dispuesto a usarla en contra de ambos.

-Protegeré a Mu... Es lo único que me importa- Su parte Omega, temblaba ante esa voz de mando, pero ya no había vuelta atrás, todo acabaría si su hijo salía de allí.

-¡¡¡NO DEJARE QUE HUYAN DE AQUÍ!!!- Los miraba con ojos llenos de odio, ardían en llamas. No dejaría que salieran, les pertenecían en su retorcida mente así era.

Calculaba mentalmente lo que debía hacer, para que el pelilila saliera de esa situación, lo único era lo que pasaría a continuación.

El valor en su corazón lo guiaba a hacer la mayor locura que pensó, pero no le importaba.

Fue directo contra el sujeto peli azul, le daría el tiempo a su pequeño para que huyera.

-Jajajaja ¡¡¡¿ASÍ QUE QUIERES MORIR?!!! Miserable puta- Saga, se preparó para recibir, cualquier golpe, lo esquivara y con esa arma punzante, le daría muerte sin dudarlo.

Pero la sorpresa que se llevó, al darse cuenta que aun después de todas las veces que lastimo ese cuerpo, que quebró su alma, su espíritu, aun podría dar palea a estas alturas de la vida.

Tal vez no fuera tan fuerte ahora... Pero lo distaría todo lo que fuera necesario.

Mu miraba la escena, aun testando petrificado en su lugar, temblando... El miedo es lo peor que puedes sentir en esa situación en que la vida dependía de la decisión que tomaras.

Si su padre por fin tenía el valor para enfrentarse a ese hombre, era solo por él.

La única fuerza posible que le quedaba siendo Mu, tenía ese conocimiento no era tonto.

Pero aún era un niño que deseaba permanecer a lado de su padre siempre.

Mas su padre todas las pequeñas promesas que le hacía, las trataba de cumplir, las lograba al final.

Si le prometió que saldrían de este lugar, juntos... Le debía creer.

Solo correr lo am que pueda y tratar de encontrar la salida, solo debía hacer eso y se volviera a encontrar con su padre afuera.

Lo debía creer con todas sus fuerzas, su mente se lo dictaba, solo por esta vez... Cree que el bien ganara, solo esta vez.

La verde mirada, en dirección a la única salida del sótano en donde siempre vivió, rota, algo jamás hecho.

Trago saliva, cerrando sus ojos, dejando caer sus lágrimas, corrió directo a la salida, lo más que pudo, sus piernas temblaban, no comprendía en que momento le reaccionaron.

-¡¡¡MALDITO MOCOSO!!! ¡¡¡NO ESCAPARAS!!!- Giro su cuerpo, para ir a alcanzarlo, no dejaría que se le escapara el pequeño.

Mas aquel peliverde, haría lo que fuera para detenerlo, así fue lo sujeto como pudiera, incluso haciendo de ancla, para que no lograra ir detrás de él.

Ese sujeto estaba envuelto en odio y enojo puro, que en un movimiento rápido para zafarse de ese agarre, alzo su mano y clavo el pedazo de botella rota, justo en el abdomen del carnero.

Se podía ver la expresión de dolor en el rostro de Shion, pero aun así no dejaba su agarra, lo detendría cueste lo que cueste, lo soportaría todo como siempre.

Noto esa determinación desafiante en esos bellos ojos rosas, que no lo soltaría, hasta que la última fuerza de su cuerpo se le escapara.

Clavo la botella con mayor fuerza en el interior del omega, la sangre había formado un charco debajo de ellos.

Le dolía de verdad, sentía como el líquido cálido salía de su cuerpo, deslizándose por la piel.

Incuso de su boca, una débil tos, le provoco que la sangre brotara, al fin de cuenta todo estaba conectado en el interior.

Pero sin importar ese sufrimiento, sujetaba con toda la fuerza, para que no saliera tras su pequeño. Miraba con sus ojos llenos de coraje.

Más las piernas eran las que estaban flaqueando, no podría mantenerse mucho tiempo de pie, lo sabía...

Sintió como el arma de vidrio salió de su abdomen, dejando escapara más sangre, y pronto sintió un fuerte golpe en la cabeza, derribándolo.

Ese líquido vital lo mancho por completo, su propia sangre estaba abandonando su cuerpo de manera tan abrupta, que el tiempo que le quedara estaba contando.

Una sonrisa maquiavélica, como de una jodida broma se tratara para el –Ja... Si hubieras sido obediente y darme a tu hijo- Poso su pie, sobre la cabeza del omega en el suelo –Nos hubiéramos divertido los tres- La voz de burla no se hizo esperar –Pero quisiste jugar al papá protector y ahora... Tu hijo tendrá que ocupar tu lugar jajajajajajaja-

Pensara que ahora ya no sería un estorbo, para ir por el carnerito menor. Se desquitaría con él, todo este mal momento.

Mas al tratar de alejarse de ese cuerpo malherido, sintió como una mano sujetaba su tobillo izquierdo, deteniéndolo.

Se giró con sumo enfado, ya estaba hartándose de que Shion se atrevería a portarse como algo que no fuera su Omega, que podría utilizar de todas las formas posibles.

-¡¡¡AUN NO ENTIENDES!!! ¡¡¡¿VERDAD?!!!- Pareciera que le saldría espuma de la boca en cualquier momento, odiaba a ese fauno... Odiaba a todo ser vivo en la tierra. -¡¡¡TE ENSEÑARE TU LUGAR!!!-

Tal vez en ese momento ya no podía escuchar nada, su vista podría estar nublándose, el olor a sangre ya no lograba alcanzarlo. Más de alguna forma se las había arreglado, para detenerlo, aun con sus últimas fuerzas.

Solo pensaba en que Mu debía salir de allí, que el merecía una mejor vida, lo podría lograr... Lo haría al fin de cuenta, era fuerte... Más de lo que él pudo llegar a ser.

Imágenes felices recorrían su mente, podría irse de este mundo con una sonrisa, pensando que su vida pudo ser otra, llena de felicidad y que ahora todo estaría bien.

-Mu... Tu... Serás feliz...-

---Dentro de la mansión---

Ese pequeño corderito, trataba de encontrar algún tipo de salida.

Shion le conto la forma de salir.

-Al salir del sótano, sube las escalaras, correr por los pasillos, hasta la división izquierda, tratara de encontrar la mesa con el espejó. Sabrás que estas cerca cuando te encuentres allí-

-Sentirás un fuerte olor a humo, es de frente.-

-Y la puerta... Puede estar abierta.-

Recordaba todo y así lo logro encontrar, pensaba que su corazón saliera de su tórax, latía demasiado fuerte, que lo sentía en la garganta.

Aun corrían sus lágrimas, aquel terror, lo había cambiado por la adrenalina del momento.

Sus débiles piernas encontraron esa fuerza para continuar.

Rogaba que la puerta estuviera abierta, sería la conexión a la libertad que anhelo toda la vida.

Volteaba hacia atrás, esperando ver la melena verde ondeando en el aire, corriendo... Gritándole que siguiera, que pronto estarían libres.

Pero no lo podía ver.

Llego a esa puerta grande, antigua, y hecha de madera con una tonalidad tan oscura como la brea.

Aquello lo intimido, y temió que estuviera cerrada, en ese casó todo había sido inútil.

Tomo el picaporte, con sumo cuidado.

Apretaba sus ojos, todo lo que quería era poder que ambos fueran libres, pero allí estaba solo el saliendo de el funesto lugar que lo vio crecer y aun así no reconocía en lo más mínimo de sus recuerdos.

Jalo con fuerza, la puerta no tenía candado alguno, nada... Eso lo sorprendió.

Siempre estaba cerrada, por lo mismo para que ellos no pudieran escapar.

Se quiso detener, esperar a su padre... Pero sentía como si algo o alguien le invitara a salir de esa mansión, que si quería que todo valiera la pena lo hiciera, será su única y ultima oportunidad.

Apretó su mandíbula, derramo más lágrimas, pero su primer paso fuera de ese lugar tan frio, le provoco un estremecimiento.

Pero no era el tiempo para detenerse a sentir esa sensación extraña debajo de sus pies descalzos, correr era lo único que debía hacer.

Abandonar aquella prisión... Cumplía el único deseo de ambos faunos... Pero no dejaba de sentirse culpable, de sentirse lo peor del mundo por dejar a su padre solo... Sentía que ya no merecía ser libre, mas sus pies aún continuaban, fuera de ese dolor que estuviera sintiendo debajo de ellos.

-Todo dependerá de ti ahora... Pequeño- Una voz débil, apenas se escuchó, estando detrás de un pilar, sujetando con todas sus fuerzas un manojo de llaves doradas.

La reja principal para salir de los dominios de ese sujeto, también estaba abierta.

Corrió en dirección a los árboles frondosos más cercanos.

En el bosque podría ocultarse estar a salvo, era de los conocimientos que su padre le había pasado.

Las rocas, las ramas, todo allí le había provocado daño en sus pies, eran delicados después de todo, nunca había sentido la tierra y lo que hay en el suelo.

Mas no lo detendría eso, estaba llegando lejos... Pensaba que en algún lugar se reuniría con Shion.

Mantenía eso en su mente y le daba fuerza para seguir adelante, no tenía un rumbo fijo, no conocía nada del exterior, todo era tan incierto, pero no tenía el lujo de dudar, era algo que ya no podía.

Una cosa puede ser cierta, cuando todo sale tan bien, como pudiera...

La mala fortuna llega sin aviso alguno.

Sus oídos no alcanzaron a darle aviso de lo que se acercaba a él peligrosamente.

Una mano áspera, tosca y llena de sangre, lo sujeto por la muñeca, manchando así su piel frágil.

Sintió un susto de muerte, al tacto pero palideció al ver el rostro de Saga, que lo miraba fijamente, con un destello de odio y lujuria.

Su rostro se descompuso, estaba aterrado, trataba de huir, estando tan pálido como el papel, luchaba.

-Te encontré... Hermoso...- Una sonrisa retorcida se formó en su rostro.

Le excitaba el miedo en los ojos de sus víctimas, ese pequeño no sería el más joven en violar, pero si el más hermoso, con el que podría procrear alguna cría.

-¡¡¡SUÉLTEME!!!- Nunca había levantado la voz, pero no media la consecuencia de hacer aquello, no quería ser tocado por ese hombre.

-Jajajaja... No podrás huir...- Su fuerza era superior al del corderito.

Lo sujetaba con fuerza de las manos, lo aventó contra el suelo de ese bosque de hojas caídas, donde el otoño era eterno.

Aquel cuerpo frágil sintió lo duro del lugar contra su espalda, provoco dolor, pero aún tenía en la mente salir de esa situación, no podría permitir que lo lastimara.

Pero aquel hombre se inclinó a él.

¡¡¡NO!!!... ¡¡¡ALÉJESE!!!- Trataba de luchar, era extraño en los Omegas que hicieran algo como eso, pero siendo un fauno, debía hacerlo aunque tuvieras las de perder.

-¡¡¡CÁLLATE!!! ¡¡¡TE CONVERTIRÁS EN MI PROPIEDAD TE GUSTE O NO!!!- Rasgo la ropa que cubría al menor, dejando ver su hermoso cuerpo, la piel blanca, pero sobre todo lo que denotaba una herencia genética de su padre.

Forcejaba, aun con sus manos sujetadas por una de él, estaba derramado lágrimas de miedo y depuración, no podría creer que alguien lo estuviera viendo desnudo, sobre todo ese hombre.

-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO ME HAGA DAÑO!!! ¡¡¡POR FAVOR!!!- Rogaba con todas sus fuerzas.

-Así que... Fue un estúpido tigre quien ayudo a engendrarte- Tocaba la piel del pecho, le parecía tan apetitosa, que sus dedos la inspeccionaban con descaro –Eres sumamente bello, sería una lástima desperdiciarte- Esos ojos Viridian, fijos en ese inocente cuerpo, imaginando un sinfín de perversiones que haría realidad.

-¡¡¡NO LO HAGA!!! ¡¡¡PAPÁ, POR FAVOR SÁLVAME!!!- Estaba desesperado, sus fuerzas no serían suficientes, para salvarse en esta ocasión.

-Jajajaja tu padre no podrá salvarte- Desabrocho sus pantalones, no quería perder más tiempo. –El nunca más volverá a hacer un estorbo-

Los grandes ojos verdes, se contrajeron, la revelación de parte de ese hombre, le trajo lo que más temía, hecho realidad, cabía la posibilidad de que...

Se negaba a creerlo, solo quería que se rompiera, lo más seguro, no podría darle ese gusto -¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO LE CREO!!! ¡¡¡SUÉLTEME!!! ¡¡¡PAPÁ!!! ¡¡¡ALGUIEN POR FAVOR... SÁLVEME!!!- Gritaba a todo pulmón, aun forcejando, retorciéndose, tratando de que ese peso no le ganara.

-¡¡¡PEQUEÑA ZORRA, MÁS TE VALE QUE TE QUEDES QUIETO!!!- No estaba de humor para batallar, le dio un fuerte golpe en la poca al menor, para callarlo y hacer que tal vez así fuera más dócil.

Ese impacto, provocó que de la boca saliera sangre, reventó su labio inferior, quedo algo aturdido. Sus ojos apenas abiertos.

Podía sentir esas asquerosas manos tocarlo, le estaba dando nauseas, quería vomitar.

Pero aun así, pediría ayuda... Rogaría que alguien pudiera salvarlo.

-No... Alguien... Ayúdenme...- Sus ojos trataban de alzar la mirada, para encontrar a una persona lo que fuera.

El pobre carnero no sabía que... aunque alguien viera eso o escuchara, no lo salvarían... No existía privilegios o ayudar hacia los faunos de parte de la mayoría de los humanos y otro fauno dependería que fuera, solo un Alfo, pero sería para hacerle lo mismo al final.

Un resultado cruel, no serviría de nada todo lo que había pasado su padre, como lo había cuidado y defendido, toda su tortura que sufrió solo porque el pudiera tener algo mejor.

Esa noche sin duda su vida sería sellada, si recibía la mordida, la marca de un alfa, el quedaría condenado sin remedio.

Sus verdes ojos, derramaba un sinfín de lágrimas... Aquellas manos estaban en su abdomen, no le tenían ningún respeto.

Pero a veces en medio de la gran oscuridad que existe en la vida, puede ser que un rayo de sol, logre iluminar esta la peor situación.

Un galope de un caballo, se escuchó como se detuvo... Sus oídos lo sentían demasiado lejos ese ruido.

-¡¡¡DETÉNGASE!!! ¡¡¡NO SE ATREVA A TOCARLO MÁS!!!- La voz sonaba tan autoritaria, como lo hacía cualquier Alfa.

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Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están el día de hoy mis terrones de azúcar? Jajajajajaja yo me encuentro de maravilla el día de hoy. Sin duda necesitaba tomarme un pequeño descanso, jajajajajajajja y ahora tengo tanta energía y estoy super animada.

Pues tengo tantas cosas que hacer, ideas locas, quiero dibujar, quiero uffffff... Hacer tanto, pero tranquilos terrones de azúcar, que nunca abandonare nada de lo que estoy haciendo. Por ende no se preocupen, por nada mis terrones de azúcar hermosos.

Conclusión final, DeathXDita y MiloXCamus, harían el pinche desmadre de su vida en publico. Sin importar nada, jajajajajjaa fue por lo que mas votaron terrones.

Uffffff memoria de risa cada que leía sus opiniones, fue realmente épico, lo agradezco tanto.

La pregunta de hoy en día sera la siguiente ¿Que pareja seria la mas calenturienta? Y me refiero al hecho de que... Harían el "Sin respeto" todos los días o en lugares extraños.

Yo siento que seria MiloXCamus, a los que les valdría madres hacerlo en donde fuera o las veces que sea, osea esa fachada de hielito de nuestro Acuario no me engaña, el ya entrado aunque se niegue, lo hace.

Jajajajjajaja espero sus respuestas, comentarios y... Reclamos... Me van a querer matar por este capitulo.

Les diré la verdad, se me salio una lagrimita en este capitulo. Sentí feo, pero todo es necesario.

Son los mejores mis terrones de azúcar los mega quiero.

Bueno, ya es tarde acá donde vivo, no mucho, pero ya tengo sueño, mas no quería dejar este día sin capitulo, así que aquí esta, notese... Que este cap. lo ando subiendo desde la tarde, jajajajaja pero me ocupe.

En fin sin mas por el momento me despido.

Ammu se va.

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