Capitulo 10 (Conocimiento)

Ver aquel fauno delante de él, haciendo su mejor esfuerzo por hablar de manera adecuada, con timidez, miedo, con sus manos juntitas, hasta temblando un poco, pero forzándose a tener valor de alguna manera.

-Dime...- Fue lo único que dijo, algo bastante automático en su comportamiento, pero le brindo una débil sonrisa, eso sí era extraño.

Sentía que le faltaría el aire pronto, pues tan solo saber que es un Alfa le aterraba, incluso cerro sus ojitos, más presentía que ese rubio no era tan malo, le debía la vida.

-Us...Ted ¿Podría... Ayudarme...? Yo...- Sus palabras apenas si salían, se sentía intimidado, su esfuerzo estaba comenzando a debilitarse.

No pudo resistirse, un leve impulso fue lo siguiente, su mano la estiro un poco, para lograr tocar su hombro, un movimientos que solo podría tener dos opciones, uno era que aterraría al corderito, retrocediendo el gran avance que venía teniendo y el segundo que ese gesto le pudiera tranquilizar.

La puesta iba a que la primera sucedería, pero en esta ruleta de la vida todo puede sorprender.

Sentir en sus pequeños hombros ese tacto, aun con la ropa puesta, esa calidez le logro tranquilizar un poco, le recordó por un instante cuando su padre lo abrazaba y el mundo no importaba.

Eso era lo que Shaka infundía en él, sin que lo supiera, sin darse cuenta, esa fue la primera sensación que le brindo aquella noche, inconscientemente lo recordaba.

-Dime, Mu... ¿Qué es lo que deseas?- Quería ser más consigo, ayudarlo a que continuará sus palabras.

Suspiro, cerrando de nuevo sus ojos y abriéndolos, tomando de nuevo fuerzas y seguir. Tal vez si no hubiera tantos ojos mirándolos, podría no sentirse tan nervioso, más que nada por el otro Alfa que no conocía, pero igual le ponía incómodo.

-Por favor... Ayúdeme... Ha... Ha... Salvar a mi padre...- Los ojitos verdes, estaban conectados directamente a los zafiros del rubio, pero estos ya poseían lagrimas saliendo de estos.

-Mu...- Un débil susurro salió de la boca de Shura, recordó entonces sus palabras que le habían dicho, para que se lograra calmar ese primer día.

Mientras tanto Afrodita y Milo estaban ajenos a la escena, ya no debían comentar nada, que el fauno Alfa lo supiera, sin duda él podía sentir esa conexión entre ambos que hablaban.

Sabía lo que ese corderito deseaba, se lo había dicho entre sueños cuando lo llevaba al gremio aquella noche, solo repetía ese nombre, y desde ese momento se había dedicado en secreto a buscar más información de donde había estado y de ese hombre.

Quería hacer realidad ese sueño, pero existían muchas cosas que podrían destruirlo si no se manejaban de manera correcta.

Guardo la calma, quería en ese momento abrazarlo y ahora el encargarse de su cuidado, pero eso no se podría si quería mantener la seguridad del pequeño.

-Claro que te ayudare- Se lo dijo con un tono de voz un poco bajo, para no seguir asustándolo, era difícil a veces controlar ser un Alfa, pero lo intentaba.

Que ese Alfa dijera esas palabras, lo tranquilizo mucho. Incluso su corazón se ponía a un ritmo más normal, sus ojos que derramaban lágrimas, lograron tener un débil brillo por un instante, adornar ese rostro con una dulce sonrisa, asintiendo con su cabeza, pronunciando una palabra –Gracias-

-Mu... ¿Recuerdas algo más de ese lugar?- Era esa sonrisa, parecía iluminarla el día por completo y quería seguir escuchando su voz, la pregunta era un requisito necesario, cualquier cosa le ayudaría.

-Yo... Bueno... Había un gran bosque... Y...- Le costaba recordar con exactitud, obviamente su escape fue de noche, no presto atención al panorama, solo quería salir de allí –Perdóneme... Pero... No recuerdo mucho...- Bajo la mirada, otra vez esa sensación de inutilidad se apoderaba de él, no recordar nada de forma tangible le mortificaba, su voz se estaba quebrando y el llanto de desesperación estaba saliendo de nueva cuenta.

-El bosque, donde te encontré... ¿Estaba cerca de donde estabas?- Verlo llorar, le estaba estrujando el pecho, aún tenía su mano sobre ese frágil hombro, olvidar sus votos en ese momentos y solo abrazarlos contra su cuerpo, tenerlo cerca era lo que quería más que nada.

Solo asintió, su carita baja, con las lágrimas corriendo por sus mejillas.

-No te preocupes por nada, salvaremos a tu padre y lo traeremos contigo- Sabia que tocarlo de nueva cuenta, podría alterarlo, ya tenía una mano en su hombro y solo ese tacto podría tener –Te prometo que estará contigo- Sonrió muy apenas, no quería separarse de ese pequeño, pero debía hacerlo, si seguía oliéndolo, por sus instintos Alfa, tal vez no haría nada, pero no se arriesgaría.

-Mu, ¿Quieres oler a tu habitación?- En ese momento el peliverde cabrío, se acercó al menor acariciando sus cabellos.

-Si...- Se sentía cansado, y ahora con tanta vergüenza de haberse comportado así, sentía que estaba causando más problemas de los que debía, pedir cosas y luego soltarse a llorar, no se sentía bien.

Shura hizo una leve reverencia ante el rubio, para retirarse con el pequeño, que ya no levantaba su rostro por pena.

-Con su permiso señor Shaka- Ambos así se retiraron de escena, para llevar al menor a sus aposentos.

No negaría que estaba apretando con algo de enojo sus puños, su mandíbula igual. Era lo mejor por ahora que se fuera, pero... Sintió algo de molestia que alguien lo tocara tan fácilmente, y él no podía hacerlo.

Era ridículo, era obvio porque sucedía eso, se había aferrado a Shura por ser otro Omega y que tuviera más relación con la especie de fauno que es.

El mismo le había encargado ese deber al peliverde oscuro, pero ahora deseaba el encargarse de cuidarlo.

-Con su permiso señor Shaka- Afrodita se retiró igual, sobraba en ese instante y tenía que hacer otros deberes.

De nuevo no reacciono ante el otro.

-Oye... ¿Estas bien?- Ese fauno de cabellos cerúleos, le estaba preocupando el comportamiento del de mayor rango.

-Si...- Una contestación muy autónoma

-Creí que el pequeño tenia fobia a los Alfas, pero contigo fue bastante calmado- No sabía que decirle, podía sentir que en cualquier momento esa personalidad tranquila, pudiera desaparecer.

-Está avanzando mucho, para superar todo- Le dijo aquello recuperando su compostura.

-¿Cómo lo sabes? Oh... Claro, si lo espías cada instante es obvio- Cruzo sus brazos delante de su pecho, le gustaba fastidiar a todo el mundo.

Suspiro, dándose la media vuelta, retirándose de aquel pabellón, debía seguir haciendo sus investigaciones de aquella misión y de paso, en el mapa de los alrededores averiguar de dónde pudo pasar todos esos años ese inocente ser, que completamente lo estaba controlando.

-De nuevo me dejaron solo... Que bien, que bien...- Ya que más le queda, prefirió en ese instante ir a dar un paseo por las afueras del gremio, pensaba que por fin podría encontrar al amor de su vida, que sin duda ya creía que no existía, pero mantenía la fe con una sonrisa.

Sabía que sería una investigación muy importante, y los resultados no podían salir a favor, si el padre del menor estaba vivo sería lo mejor, pero por los daños y lo poco que conocía mediante el cuidador del pelilila, solo apuntaba a que hubiera muerto.

Pero si la esperanza estaba allí, existía una ligera posibilidad ahora la otra cuestión, si era de su propiedad y marcado, estarían en un problema.

Las leyes tontas de las ciudades vecinas que no fuera la ciudadela del gremio, eran demasiado injustas para los faunos.

Dictaba la siguiente, del párrafo 5, enmienda N° 706 "Cualquier Fauno que haya sido comprado, será objetó de mercancía de dicho propietario y nadie puede extraerlo sin su consentimiento, si no se enfrentara a una multa o prisión" Y ahora la enmienda N° 710 "Un Fauno con la marca de su Alfa, debe solo obedecer a esa persona, sin importar lo que sea, el solo se convertirá en una herramienta del gusto del de mayor rango". La que seguía era aún peor enmienda N° 711 "Cualquier delito que cometa en nombre del Alfa, el será quien reciba el castigo".

Leyes estúpidas en lo que concierne a los faunos, todo estaba en desventaja.

Aun así... Podría hacer algo, si se negaba a entregarlo por las buenas, podría usar el poder que ejercía el gremio contra él.

Pero no deseaba llegar a ese extremo, incluso estaba dispuesto a comprar al padre del pequeño, solo para que Mu estuviera feliz y liberarlo de ese martirio.

Solo si Shion estaba vivo podría hacerlo feliz. Se lo prometió, y por mantener esa dulce sonrisa en ese rostro que ya adoraba, no se daría por vencido.

Existían posibilidades, solo quería que Mu fuera feliz y olvidara toda esa angustia.

---Mansión Blizanci---

-Saga, por favor hermano, no puedes seguir así- Un hombre de cabellos azules un poco más claros que el mencionado, ojos Viridian, con un semblante casi igual al dueño de esa casa, pero su expresión no era de enfado constante si no uno más suave.

-¿A qué te refieres?- El sujeto preguntaba esto, mientras seguía aquel juego de mesa que estaban disfrutando.

-Se a lo que te dedicas, y no solo a como generas dinero- Suspiro, bajando las cartas, poniéndolas sobre la mesa boca abajo.

Sonrió triunfante, mirando con aquellos ojos afilados al contrario –Hacer eso significa que te retiras-

-Si, como quieras- Frunció el ceño, odiaba que el mayor le evitara ese tema –Pero debes entender que hacer eso, solo genera una mala reputación y...-

-¡¡¡CÁLLATE!!! ¡¡¡LO QUE HAGA CON MI IDA, NO TE DEBE INCUMBIR!!!- Se levantó abruptamente, derribando la silla de detrás de él y con este la mesa de enfrente.

El otro no se quedó atrás, e hizo lo mismo salvo que la mesa ya estaba abajo y las cartas regadas, pero la silla de tras se volcó –Me incumbe, porque con que sigas así, solo arruinaras tu vida- Frunció el ceño, manteniéndole la mirada.

-Ja, ¿Desde cuándo te importa? Querido hermano- Ese tono de burla, como se refería al otro.

Suspiro, sabía que sería difícil hacerlo entrara en razón, llevaba años intentándolo.

-Sé que tuvimos nuestros problemas en el pasado, ambos hicimos cosas terribles para ganar lo que tenemos ahora, pero... Una fue robar, amenazar y secuestrar- Estaba aclarando los crímenes que ambos gemelos realizaron, para regresar el "Honor" A su familia –Pero la regla era no matar, ni hacer daño- Le recalco esto con una mirada intensa.

-Tsk, si sabes perfectamente lo que hago, y sabes que no voy a detenerme- Embozo una sonrisa socarrona, recordar ese pasado, solo le hacía reír, pensando que ridículos eran antes.

-Por eso te pido que pares, si continuas así, solo acabaras mal- Quería convencerlo, de que no siguiera ese camino.

El menor, no vestía digamos tan elegante como el mayor, pero se veía bien, había renunciado a esa vida de lujos y fortuna, porque compendio que lo hacía de manera incorrecta, logaron hacer sufrir a muchas personas, aquello poco a poco lo hizo recapacitar y más cuando conoció a un fauno, que le robo el corazón.

Así es, mientras uno lastimaba, violaba y mataba a esa especie, el otro se enamoró y se había alejado del mayor, procuraba a su destinado tanto.

Saber que Saga, su único hermano en este mundo, hacia cosas terribles, le producía primero un malestar. Pensaba a ¿Dónde se había ido ese hombre tan buen? En lo que cabía, porque si ambos hacían cosas terribles para sobrevivir.

Su escusa era que nunca lastimaron a ninguna persona más allá de algún golpe.

-¿Acabar mal?- Pregunto aquello solo se mofaba del otro –Pero si hacer esto es mucho mejor, puedo disfrutar todo lo que quiera con diferentes faunos y no me importa nada más, hago lo que quiero y ellos no pueden impedirlo-

-No está bien, ellos también sufren cuando los dañas- Apretaba los puños, y mandíbulas. El no compartía el odio a los de otra especie.

Y sabía que el otro tampoco lo hacía antes.

-Si tu visita es solo para importunarme, te pediré que te largas. Tengo cosas mejores que hacer- Estaba por retirarse de aquella sala, cuando el otro le grito algo.

-¡¡¡YA ESPERA QUE ESE FAUNO NO TE AMARA Y SE UNIERA CON UNA ALFA!!!- Se lo dijo de golpe, más bien lo grito fuertemente, le daba igual quien escuchara, pero le estaba diciendo la verdad.

El otro parecía, una furia hecha, apretó sus puños con fuerza, la mandíbula parecía rechinarle, y sus ojos el infierno mismo en ellos, se fue directo contra el toro, para darle un fuerte golpe, pero este lo esquivo.

Sabía cómo esquivarlo, pero Saga igual, esa pelea a puños se podía convertir en la muerte de cualquiera.

-¡¡¡CÁLLATE!!! ¡¡¡ES UN MALDITO TRAIDOR!!! ¡¡¡EN CUANTO VISTE LA OPORTUNIDAD ME DEJASTE SOLO!!! ¡¡¡YO ME VENGARE DE TODOS LOS FAUNOS, EN ESTE MUNDO!!! ¡¡¡LOS ODIO A TODOS!!!- Le gritaba aquello, mientras seguía tratando de darle algún golpe, pero ambos se sostuvieron los puños.

-¡¡¡NINGUNO DE ELLOS TIENE LA CULPA!!! ¡¡¡SI ÉL NO TE AMABA, NO PODÍAS OBLIGARLO!!!- Se lo decía a la cara, ese era su recuerdo más doloroso y frágil, el que conllevo a aquella locura que vivía el mayor.

-¡¡¡ÉL TIENE LA CULPA DE QUE ESTO OCURRA!!! HA, HA, HA, ¡¡¡TODOS SUFREN, PORQUE ÉL NO ME ACEPTÓ!!! ¡¡¡PERO LOGRE VENGARME DE ÉL Y TODA SU FAMILIA!!!- Estaba queriendo alcanzar el cuello de su rival, pero este se mantenía lejos.

Negó con la cabeza, arrebatándole las manos el agarre de sus ropas, que ni cuenta se dio cuando lo logro -¡¡¡POR ESA RAZÓN ESTAS SOLO!!! ¡¡¡ASESINASTE A QUIEN CREÍAS "AMAR"!!! ¡¡¡ARRUINASTE TODO POR TU ODIO!!!- Bufo molesto, recodar como la cordura de su hermano se fue a pique.

Reía a Carcajadas –Ha, ha, ha, ha, pensó que podría salvar a su hijo menor, pero logre alcanzarlo- Pero su sonrisa se borró, cuando vio de nuevo el rostro de Kanon –Pero tu... ¡¡¡TU TENÍAS QUE LLEGAR A DETENERME!!!-

-¡¡¡POR HACER ESO, ME DISTE UNA BRUTAL GOLPIZA!!!- Lo miraba firme –Pero no permitiría que lastimaras a nadie-

-Claro... Ya te habías vuelto un maldito idiota de ese Fauno- prestaba los dientes, la cólera de aquella noche, lo hacía querer estrangular al otro.

-Mataste a su destinada, él pudo escapar con esa cría, pero ni siquiera sabemos si sobrevivieron y su hijo mayor, quedo en la orfandad- Se tocaba la cabeza, le carcomía la culpa de saber de todos esos hechos atroces -¿Qué más infeliz deben ser todos para que estés contento?- Le preguntaba ya por desesperación.

-Nunca, dejar de herir a los demás, todos pagaran lo que ese maldito desgraciado, me causo- Su semblante era de un loco completamente, tal vez sufrió un mal de amores, pero no era ninguna excusa, para hacer todo ese alboroto, tanto daño que estaba haciendo y no le remordía la conciencia.

Ya no sabía que más hacer, había prometido a su querido Omega, que sería la última vez que lo tratara de convencer de ir a los territorios de Poseidón, pero en el fondo no podía negar que le dolía ver a su hermano así, en ese estado tan lamentable.

-Saga... Sabes que si sigues albergando todos esos sentimientos, al final serás devorado por ellos- Dijo esto, ya sin casi fuerzas de continuar la pelea.

-Eso a ti no te importa ¡¡¡YA LÁRGATE Y NO VUELVAS!!!- le señalo la salida, con la mano.

-La oferta de que te integres a nosotros puede que solo dure un poco, piénsalo bien...- Suspiro, negando con la cabeza –No acabes como lo hicieron nuestros padres... No repitas los mismos pasos- Con aquellas últimas palabras, se fue de aquel lugar, donde alguna vez reinaron risas y alegría y ahora solo se podía observar el miedo en la cara de los sirvientes y el olor a una esencia demasiado penetrante para cualquiera.

Dejo solo en aquella sala al hombre con los peores sentimientos del mundo, su furia solo se intensificaba con cada recuerdo, cada imagen que había tendido que ver, como odio a esa mujer, como seguía aborreciendo a ese Omega que amo, y nunca le correspondió.

-Todos... Deben pagar... Todos pagaran lo que me hizo ese Fauno- Esa imagen volvía a su mente, una y otra vez, esos cabellos cortos con un tono castaño claro, casi rubios se notaban, esos ojos azules, tan expresivos y grandes, que alguna vez lo vieron con admiración.

A veces, al recordar podría tener unos instantes de querer regresar el tiempo y haber hecho algo más para tenerlo, tal vez quería no hacer hecho lo que hizo, pero eso jamás lo logaría, ahora pagaban inocentes por pecadores.

El único error que cometió ese Omega fue enamorarse de su destinada, y dejar en el olvido a ese hombre, que en sí, nunca le dijo que lo quería más allá de ser amigos.

Por alguna extraña razón, al recordar a quien adoro antes, la imagen del corderito de cabellos lilas vino a él.

Su mente retroceda, le provocaba entender que tal vez esa era su oportunidad de tenerlo...

-Pudo... A ver reencarnado en el... Ahora... Podría ser mío...- Decía incoherencias, no tenía sentido, peor su mente así estaba funcionando ya.

Esto solo podría traer muchos problemas al pequeño Fauno, que ahora estaba muy lejos de este hombre, pero... Puede que el busque la manera de traerlo de vuelta y ahora si... No habría escapatoria. 

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Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? Yo me encuentro bien, algo cansada, jajajaja raro ya se... Usualmente estoy llena de energía, pero hoy estoy con ella pero moderada jajajajajajajaja.

Vivir un poco de estrés cobra factura después, uffff, ya paso asi que ya me siento mucho mejor.

¿Que les pareció el capitulo de hoy?

Mu esta avanzando la verdad, bastante bien... Osea en su interior sabe que puede confiar un poco mas ene se Alfa, tal vez les diré, el corderito aun no sabe lo que es el amor, así que no se sabe si ya esta o no enamorado, pero mínimo cómodo con el rubio si esta.

En cambio Shaka, ya esta perdido en el, literal ya esta olvidando algunas cosas obligatorias como sus votos, pero bueno... Se nota que tiene algunos amigos que lo apoyan, pero no todos verán esto bien.

¿Se dan cuenta de la pinche locura en Saga? Esta muy mal, pero aquí conocerán donde fue que su mente colapso, nunca fue mentalmente estable, pero no había hecho cosas así, jajajajajaja

Necesitaban saber esto, ademas de que aquí dejo una pista de un personaje.

En fin ya vimos los ascendentes de Alde las posibilidades y todo, veamos que tal sale.

Ahora la pregunta de hoy, cambia. Pueden hacerme preguntas que deseen. Mientras no sean demasiado spoiler. tal vez les conceda un deseo de felicidad mis terrones de azúcar y de un poco de mas de info de este fic.

Me siento ya mas animada, jajajaja me puse a jugar con burbujas jajaja es enserio, es divertido y me saco mucho el estrés que presentaba.

Ahora si a darle, ya me siento con mas energía, wiiiii

En fin me paso a retirar que debo preparara algunas cosas.

Ammu se va. 

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