☼︎ Capítulo 8 ☼︎

Me levante debido a los rayos de sol que sobresalían de mi ventana. Una sonrisa plasmada en mi rostro debido a este hermoso despertar; los pájaros cantaban, el sol brillaba y otro día de clases comenzaba. Me levante dando brincos por la habitación para apagar la alarma y...

No, amigos eso pasa únicamente en las películas, no en la vida real.

Deberíamos de dejar de comparar nuestra vida con una película, la verdad.

En realidad, soy yo levantándome tarde para ir a la escuela, ya que cierta despistada -spoiler, yo - no coloco la alarma, no me levante con una sonrisa reluciente plasmada en mi rostro, me desperté con una cara de los mil demonios y baba seca en mi cara. Peter siempre ha dicho que un nuevo día, significa nuevos retos que te dará la vida.

El mío era tratar de no tirarme de la ventana más cercana.

Y no, tampoco me levante feliz y brincando. La dura realidad es que mi pie se enredo en la cobija y terminé tropezando, cayendo de cara al suelo.

Buenos días para mí.

Busco algo rápidamente decente para la escuela. Una cantidad poco usual de ropa esparcida por toda mi habitación. Empecé a rebuscar con desesperación entre los tumultos de ropa, conseguí una camisa simple color gris holgada junto con unos joggers negros.

La camisa tiene una mancha leve de alguna sustancia que desconozco su paradero y los joggers algo arrugados. Sin pensarlo mucho, fui al baño dispuesta a bañarme sin embargo, el tiempo no estaba a mi favor. Volví a mi closet y dude visiblemente sobre no ducharme e ir directamente a cambia mi ropa.

Ñe, para algo están los perfumes.

Eres una cochina.

¡Es solo por hoy!

Coloco perfume por toda mi anotomía quitando cualquier signo de mal olor o algo haciendo que ahora este impregnada de explosión de frutas. Lo cual me hace preguntarme si es posible hacer una fragancia con este particular nombre. ¿Con varias frutas? ¿Es posible?

Le pregunta es si vas a ir a la escuela o no.

Lance el perfume por algún lugar de mi cuarto y tome el cepillo del cabello para peinarlo, una maraña del lado izquierdo se encontraba en mi cabeza, parecía que un pájaro hubiera hecho un nido en mí ahora maraña que alguna vez llame cabello.

Yo estaba estresada y mi cabello al parecer tenía ganas de llorar.

Hoy amanecimos payasas.

Sin querer demorarme más, empiezo a meter todos mis apuntes y cosas que son esenciales para la escuela. Bajo rápidamente las escaleras, tropezándome con uno de los escalones.

Papá ya está a punto de salir para el trabajo y Peter está en su laptop en una reunión de trabajo. Italo está sentado en una de las sillas del desayunador con Jayden al lado comiendo cereal.

- Buenas días, loquita.

- Hola, peque. ¿Cómo dormiste?

Le di un beso en la frente mientras le revolvía el cabello. - ¡Súper! Fue muy divertido dormir con Jayden. ¡Jugamos video juegos!

- ¿Para mí no hay un beso? - dice Jayden fingiendo tristeza, haciendo un puchero con sus labios.

Rodee los ojos y voltee mi cuerpo en dirección a su mejilla para darle un beso rápido, sus planes al parecer eran otro ya que apenas le di el beso tomo mi rostro entre sus manos y empezó a dejarme besos babosos por toda mi cara.

- ¡Imbécil, mi cara! ¡Me vas a pegar tus gérmenes!

- Te amo, antipática - me sonrió con malicia, colocando su puño bajo su mentón.

- Yo no, yo te aborrezco, sarnoso -, digo distraídamente mientras reviso mi celular -. Y por cierto, no iré contigo a la escuela -. hablo hacia Jayden, este me mira desconcertado.

- ¿Y con quien iras? - pregunta ahora papá, no muy interesado en la conversación mientras arregla unos papeles.

- Con Miles.

Al decir esto, todos pararon lo que estaban haciendo para mirarme con ojos acusatorios, como si no supieran que pasa pero se hacen alguna idea loca, muy diferente a lo que es. Peter fue el único que no se inmuto, ya que este siguió con su atención a la reunión.

A diferencia de Italo claro, el solo estaba en silencio porque todos lo estaban, no sabía que carajos estaba pasando. - ¿Quién es Miles?

- Nuestro vecino de al lado, peque. Has hablado con él -. Le hace recordar Jayden como si nada.

Si no la forma en la el ojiazul se refirió el.

Italo hace un sonido extraño en señal de que lo recuerda. - Si, es muy cool, cuando llegue me dio unos dulces. ¿Es tu novio?

Ujum.

Está de más aclarar que todos me miraron con una sonrisa muuuy perturbadora. - No mal interpreten las cosas, me vendrá a buscar porque hoy es su examen, el examen importante.

Justamente en ese momento, mi teléfono sonó indicando que había llegado un nuevo mensaje, lo cogí de mi bolsillo y una notificación llego, sonreí al ver lo que decía.

- Dice que no le gusta, y le sonríe al teléfono.

Lo mire mal dirigiéndome a la salida de la casa. - Es una actualización del libro que leo ahora. - Le saco la lengua infantilmente.

- ¡Adiós, hermana! ¡Saludos a mi lindo cuñado vecino! - hablo Jayden, burlándose.

Le saque el dedo medio y abandone mi casa, que manera tan interesante de comenzar mi día.

Pare de caminar en la acera frente a mi casa, unos sonidos me hicieron girar mi cabeza consiguiéndome con Adi y Gus saliendo de su casa, la pelirosa viene corriendo hacia mí con dramatismo.

- ¡Mejor amigaaa! - alarga la a alegremente mientras se tira encima de para un abrazo. - ¡Por fin nos vemos! Teníamos años sin vernos - Sigue hablando mientras llena mi rostro de besos babosos.

¡¿Por qué todos amanecieron así?!

Hoy amaneciste besable, quizás te bese Miles...

¿Eh?

¿Eh? Nada.

- No seas exagerada, no nos vemos desde hace dos días.

- ¡Ves! ¡¡Eso son años!!

Gus aparece con una camisa de cuadros negra larga, con las mangas arremangadas, unas bermudas junto unos zapatos negro.

- Hola, beauté. ¿Cómo amaneciste? - dice este mientras se acerca a darme un beso y un abrazo.

- ¿Ves, Adison? - le hablo mientras abrazo a Gus. - así se saluda cuando ves a alguien, no con gritos.

- Yo preferiría saludarte con un beso si quieres.

Una cuarta voz se une y aparece Miles, con su guitarra guindada en su hombro, lleva su típico suéter esta vez rojo con unos jeans sueltos, su cabello hecho un desastre lo cual lo hace lucir lindo y tierno.

Interesante...

Sonreí con diversión hacia él. - ¿Con que quieres besarme, eh?

El se sonroja, sacude su cabello con sus manos algo reluciente en ellos, unos anillos acompañan sus dedos, me doy cuenta que los tiene en los mismos lugares que yo.

- En el cachete, impura de dios.

Sonreí, con ganas de molestarlo más. - No pensé que fuera en los labios.

Esta vez se sonrojo hasta las orejas lo cual para mí era una linda vista.

¿Te encanta, no?

Me gusta mucho.

¿El o molestarlo?

Obviamente que molestarlo

Claro, claro...

- Emm... ¿Nos vamos o van a seguir ligando en mis narices? - hablo Gus mirando todo con confusión y diversión a la vez.

- Si, si. Ya nos podemos ir. - hablo Miles distraídamente mientras llamaba a alguien. Una chica salió del auto, Rihannon la hermana de Miles estaba en el asiento de conductor, llevaba una cola de caballo mal hecha que caía de lado derecho de su hombro. Una falda gris con un suéter negro la acompañaba.

- ¿Nos llevara tu hermana? - habla, Adison con los ojos abiertos. Uuuh, olvidaba que le gustaba. Esto sería interesante.

- En realidad, si. Pero, conduciré yo; ya que estoy practicando. - Hablo Miles mirándome un poco sonrojado. Sonreí y nos dirigimos hacia el auto, Rihannon saludos a Gus y me saludo a mí, y luego a Adison.

- Hola, pelirosa. Por cierto, amo tu cabello. Es muy hermoso.

Adison no hizo más que quedarse boquiabierta por el cumplido, esta se toco el cabello por inercia. - Muchas gracias, tu... tú también eres muy preciosa. Digo, tu cabello es igual de hermoso y reluciente. ¿Qué shampo usas? - y... Adison había soltado su normal vomito verbal de enamorada.

Esta solo se rio y mientras subían al auto hablaban sobre cuidados del cabello y esas cosas. Fui a entrar con ellas con Ads cerró la puerta y con su índice indico que me sentara en el asiento del copiloto junto con Miles, resople y abrí la puerta de dicho asiento.

Miles subió a su lugar correspondiente al igual que todos, se estaba colocando el cinturón mientras yo me acomodaba en el asiento, olía a coco. El aroma era reconfortante y me recordaba al cabello de Miles, sonrió ante eso.

- ¿En qué piensas, pequitas?

Sonreí. - Pienso en cómo te ira en el examen, espero hayas tenido una profesora muy inteligente.

- La tuve, su inteligencia y ella son sensacionales, ¿sabes?

Rio de nuevo, negando con la cabeza. - ¿Estas nervioso?

Suelta una respiración profunda. - La verdad, un poco.

- No te angusties. - le animo. - Solo es el examen que definirá tu futuro, no es para tanto.

- Que buen ánimo, pecas.

Ya con esto se termina la conversación y enciende el auto, el motor ruge y ya estamos en camino a la escuela. Miles y yo no hablamos, solo los tres parlanchines de atrás que no dejan de hablar de Tik Tok y sus bailes. Algunas veces nos preguntan algo y les damos una respuesta corta.

Siento a alguien mirándome y es Miles, giro y conecto con su mirada a lo que este se sonroja y se encoge en su asiento. Veo como cambia su gesto y detiene el auto.

- ¿Qué pasa, Miles? - pregunta Rihannon desconcertada.

Este mismo no le contesta y se desabrocha el cinturón y baja del auto, con desconcierto veo como da la vuelta a este y se dirige al otro lado del auto.

Exactamente en mi asiento.

Este abre la puerta y toma algo de arriba, veo que jala algo hacia mí y es el cinturón de seguridad, sus manos pasan por mi torso haciendo que un cosquilleo recorra mi cuerpo.

- Pequitas, no olvides el cinturón. - hablo este, con gesto serio.

- Disculpa, no me fije en eso.

Sonrió. - No te preocupes, recuerda que no tengo mucha práctica y odiaría que algo te pasara. - se retracta rápido. - Y... a los demás también.

Sujeta mi mano en el cinturón y me da un apretón suave en esta, en cuestión de segundos ya se encuentra nuevamente en el asiento. Y seguimos nuestro recorrido.

Estábamos bajando del auto, desabroche mi cinturón de seguridad. Habíamos llegado a la escuela, la brisa llego rápido a mi rostro. A lo que me apegue más a mi chaqueta. Caminamos todos juntos, Gus y Miles se atrasaron un poco mientras Rihannon, Adi y yo íbamos adelante hablando de banalidades.

- Oye, Arantza. - me llama Rihannon. - ¿Qué onda contigo y mi hermano?

- Lo mismo pregunto yo - Adison se une - se coquetean descaradamente.

- No coqueteábamos. - negué, no muy segura de mi respuesta.

No lo coqueteaba con él, ¡ni siquiera sé cómo se hace!

Ujum.

¡No lo hacía!

¿O sí?

No pude contestar ya que Gus y Miles se adelantaron, Miles paso su sus brazos sobre mis hombros y los de Rihannon. - Mis dos personas favoritas.

- Eres un raro.

- Hermanita, no soy raro. Soy diferente y original. - y le dio un beso en la mejilla.

Entramos a la institución entre todo el tumulto de gente, cada uno se fue a su respectiva clase, iba a entrar a la mía cuando note como Miles dudaba en entrar a la suya, jugaba con sus manos así que decidí acercarme.

- ¿Qué pasa?

- ¿Qué pasa si no apruebo?

Con suavidad sujeto mi rostro con mis manos. - Miles, hemos estudiado durante un mes y medio - le recuerdo - no te preocupes todo saldrá bien, tuviste una gran profesora recuérdalo. Y... además. - Sonrió maliciosamente - si la profesora te reprueba muy bien podemos gastarle una broma.

- Muchas gracias por la motivación, pecas.

- Por nada. - levanto lo suficiente la cabeza para llegar a su sien y dejo un casto beso en este su aroma llegando a mis fosas nasales. - Buena suerte, Capitán América.

- Gracias por el incentivo, a ver si hago más exámenes.

Le saco el dedo medio y me dirijo a mi respectivo salón.

Me agradaba mucho estar con él, no sabía qué pero; me encantaba estar con él.

×××

Eran las 12:53 ya me encontraba fuera de la escuela esperando a Miles junto a Adison, Rihannon y Augustus. No sabía la razón sin embargo, estaba muy nerviosa. El y yo nos habíamos esforzado demasiado en estudiar, debería salir bien tenía que, si no. Seguía vigente la idea de gastarle una broma a la profesora.

No nos pongamos agresivas.

Por fin, el sonido de la campana sonó indicando que estaban por salir los estudiantes para el receso, innumerables alumnos empezaron a abandonar tal lugar, entre ellos salió el ojiazul. Una cara de disgusto se encontraba plasmada en su rostro.

Ay no, no.

Listo, ¿de qué será la broma?

Inmediatamente me acerque a él. Lo rodee con mis brazos dándole un apretado abrazo, sentí una hoja rozando mi espalda lo que supuse era el dichoso examen, el con lentitud me devolvió el abrazo.

- Miles, no te preocupes, ¿si? Ya tengo una broma pensada para la profesora.

- No la necesitaremos.

Lo mire desconcertada. - ¿Eh? ¿Qué dices?

Se separo de mí sin deshacer el abrazo. - Porque lo pase con veinte.

Me mostro la hoja que hace unos segundos se encontraba en mi espalda, un gran veinte escrito con bolígrafo azul se hallaba en la hoja, una sonrisa de inmediato se formo en mi cara. - ¡Felicidades, Capitán América!

Me lance nuevamente a él para abrazarlo, el empezó a girar conmigo abrazándolo, se detuvo y cuando sentí mis pies en el suelo, le empecé a llenar la cara de besos. El solo reía mientras yo estaba emocionada y feliz por él, tomo mi rostro entre sus manos y me sonrió sonrojado.

Me dio un beso en la frente suave y cálido. - Gracias por ayudarme.

- Solo te guie, lo demás lo hiciste tu solo.

- Si no fuera por ti y tu gran inteligencia. - tomo un mechón de mi cabello y lo coloco tras de mi oreja. - No lo hubiera logrado.

- Eres demasiado adorable, Miles.

- Y tú muy bonita. - Me soltó - Vamos a celebrar esto.

Juntos fuimos hacia ellos y le dimos la gran noticia de nuevo aunque ellos la hayan escuchado, todos nos abrazamos y fuimos a la cafetería y sacamos varias cosas de la máquina expendedora.

El receso se baso en risas, celebración, conversaciones banales, y chistes. La campana volvió a sonar indicando que teníamos que volver a clases, Miles tomo un camino diferente a su clase cuando volvimos a entrar.

- ¿A dónde vas? - pregunte curiosa.

- Al grupo de música de la escuela.

- Uuuh, quiero ver eso.

El me tomo de los hombros, deteniéndome. - Eso no va a pasar, ve a tu clase.

- No hay problema si la salto - miento, la verdad, si tenía que ir sin embargo, quería volver a escuchar a Miles tocar y cantar.

- Hodsen, es muy obvio que mientes. Ve a tu clase.

- Ugh - protesto fastidiada. -, eres un aburrido.

- No te preocupes - me sonrió divertido. - Te puedo dar una función privada -. ofreció, mientras guiñaba un ojo.

- Eres un idiota.

- Un idiota al cual adoras.

- Ya quisieras, nos vemos.

El se despide y veo como entra al aula en el que está el grupo de música de la escuela, varios estudiantes se encuentran ahí, decido ver a escondidas lo que tocaran, me asomo con cuidado por el vidrio que da vista a lo que hay adentro.

Miles está parado afinando su guitarra, sus manos se mueven decididas sobre las cuerdas de esta, emitiendo varios tonos delicados y armónicos, cuando por fin acaba.

Un chico está al frente, supongo que es el que cantara. El profesor Mendoza levanta sus manos en señal de que lo sigan, Miles acaricia las cuerdas haciendo que están suelten una hermosa melodía que desconozco, este mueve las manos con decisión siendo un deleite visual.

Quedo hipnotizada cuando este empieza a cantar junto al chico que le hace compañía de voz, su voz suena suave y ronca. Su ceño se frunce cada que tiene que hacer una nota alta, sin descaro alguno lo miro mientras canta y toca a la vez.

Los demás tienen, unas guitarras, baterías, pianos. Lo cual hace que todo quede aun más hermoso, sin embargo soy ajena a ellos ya que mi atención solo va dirigido al ojiazul, veo como abre sus ojos mientras sonríe genuinamente, sus ojos brillaban haciendo que sus iris azules se vieran más precioso de lo que ya eran. Le encantaba, le apasionaba esto.

Con una sonrisa plasmada en mi rostro, decido por fin ir a mi aula de clases antes de que algún profesor se dé cuenta de mi ausencia en clase, decido ir al baño rápido antes de ir. Paso hacia el baño empujando la puerta, un baño color azul claro me recibe, cubículos en el lado derecho y los lavamanos en el lado izquierdo.

Lavo mis manos y veo mi reflejo en el espejo, mi cara inundada de pecas, mis ojos con sus pupilas dilatadas y una sonrisa estúpida plasmada en mi rostro, está comprobado científicamente que cada vez que veías algo que te gustaba o apasionaba, tus pupilas se dilataban.

Me gustaba estar con Miles, su sonrisa, su forma de pensar, sus chistes malos, su inspiración al tocar y cantar, su mirada, su forma torpe, los buenos momentos.

¿Te...gusta?

¡No! No me gustaba, me encanta pasar tiempo con él, pero...

¿Pero qué? ¿Te da miedo?

¿Qué si me daba miedo?

Me aterraba.

El no me gustaba, apreciaba mucho la amistad que me había brindado, le quería y apreciaba mucho. No podría romper esta linda amistad que teníamos, esta amistad que... me gustaba mucho tener, lo espantaría si le diera algún indicio equivocado de que me gusta.

Pendeja, si te gusta.

- No, no me gusta. ¡Ugh!

- Pensé que era la única que hablaba consigo misma, me tranquiliza saber que no es así.

Me sobre salto con la segunda voz, salía de unos de los cubículos y fue a mi lado a lavarse las manos.

- Creía que estaba sola.

- Pues... ya ves que no - cierra la llave y se seca las manos -, ¿Estás bien?

Era una chica de ojos marrones, casi claros. Su tez era morena, casi un anaranjado. Su cabello era castaño oscuro su nariz gordita, y unas mejillas tiernas.

- Si, lo estoy o... - suelto un suspiro de frustración -. No lo sé, la verdad no tengo idea.

Honestamente, no sé ni porque se lo digo, aunque se ve que pregunta con real sinceridad y preocupación. Una sonrisa condescendiente en su rostro haciendo que este tenga unos hoyuelos tiernos.

- ¿Quieres contarme? - Pregunta, directamente -, sé que soy una completa desconocida para ti, sin embargo. Una desconocida que quiere ayudar.

- No quiero atrasarte a entrar a clases.

- Nah - agita la mano restándole importancia. - Las clases de la Sra. Guerrero son una mierda. En vez de dar historia del país, se la pasa contando la historia de su vida. Puedes contarme, soy sabia.

- Es que... no lo sé. Hay un chico, es mi vecino desde hace años y últimamente nos hemos acercado más, el es grandioso. - Sonrió - es muy gracioso, y demasiado lindo conmigo.

- ¿Tienes miedo de que algún punto termine porque nada es para siempre?

Abro los ojos, un poco impresionada de que haya acertado. - Si, ¿Cómo adivinaste?

- Me paso lo mismo. - suspira, una mueca de tristeza se instala en su rostro. - Ese miedo que tiene es completamente normal, y más cuando te han hecho sentir tan pasajera y desechable. - Me mira tomándome de mi hombro. - Pero, tú puedes cambiar las cosas, tú escribes tu propio destino. No todos se van, no todos te abandonan. Siempre están los que cumplen su promesa.

Siempre están los que cumplen su promesa...

>> A la mierda el miedo, ¿Qué es la vida sin riesgos? - Me da una sonrisa reconfortante haciendo que sus ojos se achiquen. - Ve, y deja de tener miedo, tira a la mierda todo y se morrean en el cuarto del conserje.

Rio ante todo lo que ha dicho. - Es mi amigo, no me gusta.

- Claro, y yo no soy chismosa. - habla sarcástica.

La miro acusatoriamente mientras sonrío. - ¿solo preguntaste por chisme?

Se ríe. - 50% si y no, quería ayudarte y a la vez estaba "Uy, chismecito"

- Muchas gracias. Necesitaba eso.

Hace un saludo militar. - Es un placer...

¿No le dije mi nombre? Que pendeja. - Arantza, me llamo Arantza.

- Lindo nombre, Arantza. - Se acomoda el bolso en su hombro. - Fue un gusto ayudarte con tu crush frustrado.

- ¡Que no me gusta!

- Si claro, como digas mamona. - sale del baño dejándome con una sonrisa hasta que esta suena nuevamente, la misma chica. - Y por cierto, soy Ivanna. ¡Te veo luego!

Por fin se retiro del baño y unos segundos después también lo abandone yo. Gustarme Miles.

Hace un mes, sonaba como una locura. Ahora...

No sabía que carajos pensar.





Hice una aparición especial xdxd



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