☼︎ Capítulo 2 ☼︎

Arantza.

Estoy durmiendo plácidamente sobre el torso de Pete sintiendo la calidez del abrazo, me acurruco más y él me acerca más a él buscando más comodidad, entre abro los ojos sintiéndome como en una película donde la protagonista se levanta estirando sus brazos mientras su cara se vuelve una sonrisa mañanera.

Bueno, esto no es una película como ya sabrán.

Cuando entre abro los ojos me consigo con una silueta borrosa que aun no distingo, cierro los ojos nuevamente incorporándome en sillón, siento el estomago pesado por todo el helado que comí junto a Pete, me restriego los ojos con la muñeca para saber quién es la silueta pero antes de que distinga la silueta esta suelta un grito:

- ¡BUENOS DÍAAAAAAAS!

Mis ojos se abren al instante que el grito llega a mis odios, trato de levantarme de inmediato y me tropiezo con la alfombra causando que me caiga de culo al suelo, dicho esto ese sonido sonó fuerte y Pete despierta enseguida incorporándose del sofá para levantarse y poner las manos en puños. - ¡¿QUIEN ANDA AHÍ?!

Ya cuando estoy en si despierta veo a la persona que acaba de gritar, y era mi Padre, Chase Hodsen ya con su traje preparado a ir al trabajo con un café humeante en su mano derecha, lleva una camisa azul claro junto con una corbata oscura de rayas blancas muy sofisticada, sus pantalones negros y holgados pero dejando a la vista lo formadas que están sus piernas al igual que sus brazos.

Básicamente, mi padre es un Daddy Issues.

Me levanto indignada al igual que Pete por despertarnos de tal manera a estas horas, ¡Es domingo! Tengo el derecho de pasarme el último día de la semana antes de regresar a la escuela de nuevo, la semana anterior fue un infierno. ¡Deben ser las nueve de la mañana!

- Es tarde, ¿Qué hacían dormidos en sofá?

Volteo de forma disimulada hacia Pete esperando a que diga, lo que paso anoche, suerte que no le conté de ayudar a mi querido vecino. Sus ideas volarían y papá se enfadaría. Espero expectante a ver que contesta a la pregunta de papá. Por favor, Pete, no hables...

- Nos desvelamos viendo nuestra serie favorita, ¿cierto, Leoncita?

- Dice con una sonrisita inocente mientras extiende su brazo en el lado en que me encuentro pasándolo por sobre mis hombros apretujándome con él. - ¿No hay problema, cierto?

Papá nos observa expectante así que también plasmo una sonrisita en mi rostro toda inocente. Papá me mira con extrañeza pero luego suelta un suspiro negando con la cabeza. - Nunca entenderé sus cosas extrañas, la verdad. Hija, ya está tu desayuno listo.

- ¡Gracias, papi! - me suelto de Pete y voy hacia el dándole un abrazo de oso sintiéndome tan bien de tener un padre tan bueno y cariñoso conmigo. - Te amo y buenos días.

Ya después dormiría, mi estomago ruge en emergencia a comida. Rodeo el sofá sintiendo lo suave y cálido del suelo, paso al lado de la isla para pasar al desayunador deslizando esta para poder devorarme mi desayuno, consigo unos cereales de chocolate con leche un jugo de naranja y huele delicioso, empiezo a comer mi desayuno y levanto mi vista encontrándome con las dos personas que amo y no cambiaría por nada.

Pete y Papá están hablando cómodamente mirándose riendo, los ojos de los dos con una chispa de que de verdad se quieren, mi padre y yo tuvimos un difícil pasado, uno que varias veces he querido olvidar en varias ocasiones. Mas que todo mi papá paso por mi mucho, lo que yo llamaba Mamá fue la persona que más daño causo a esta familia, la que debería amarnos, protegernos, y apoyarnos. Solo pensó en sí misma y destrozo todo. Mónica era una mala persona, la persona a la que mas amaba y confiaba lo jodio todo y me jodio a mí.

¿Cómo poder confiar en alguien si la persona que más querías y confiabas te destrozo el corazón? ¿Cómo llamar Mamá a alguien que solo pensó en su propio bienestar?, no le importa el que hacía llamar esposo, ni sus hijos. Ahora Papá es feliz con Pete, consiguió volver a amar sin tener temor a ser otra vez lastimado, me costó mucho acostumbrarme pero, el mostro por años que venía para quedarse y darnos ese amor. Ya van a cumplir 8 años juntos y siguen amándose plenamente.

Yo desde ese momento no soy la misma, me cuesta mucho confiar en las personas, todos contienen portadas más engañosas de lo que es su contenido.

"¿Por qué no me cuentas mas de ti?" "casi no te conozco" "solo se muy pocas cosas de ti" "háblame de tu vida" son preguntas que hacen cada vez que alguien quiere ser mi amigo, quiere hablar conmigo, entablar una conversación amena, pero ¿qué me dirá que seremos amigos siempre? ¿Quién me confirma que no iras a contarle mi vida a otras personas? ¿Qué me dice que será para siempre? ¿Qué me dice que no solo me hablaras una semana para después desaparecer? no es cuestión de ser una mierda o pesimista, es cuestión de confianza, realismo.

No confió en nadie y no cuento mis cosas a nadie, porque como todo tiene un comienzo, todo tiene un final la mayoría trágicos. ¿Qué me dirá que puedo volver a confiar? Si la persona que considere mi mamá no le importo joderme a m y a su familia sin que le importara su bienestar propio, destrozo a quien alguna vez fue su esposo y amor de su vida y a sus hijos, sin saber las consecuencias. ¿Para qué volver a confiar? Estoy mejor con los que prometieron quedarse y lo han cumplido, que prometieron protegerme y amarme sin importar que, sin importar terceros.

- Buenos días, familia. Acaba de despertar su persona favorita.

Escucho esa voz que me resulta muy familiar y reconocida, volteo a ver hacia las escaleras y consigo en todo su esplendor a Jayden Hodsen, mi hermano mayor de 17 años ¿no lo había mencionado? Pues, aquí está ya. Va bajando de las escaleras con unas bermudas que le llegan a los muslos definidos, ya que este es el mejor en natación en nuestra escuela, su cabello castaño alborotado de la mejor manera sus ojos de un celeste extraño con unas largas y perfectas pestañas su rostro literalmente parece de un maldito Dios, el desgraciado si esta bueno, ¿no? Pero claro, es un perfecto idiota.

Básicamente esta de chica en chica, de cama en cama. Tiene pegado en la frente "Soltero por decisión, puto por convicción" lo amo demasiado a pesar de ser un imbécil. Mide un 1.80 y yo un 1.70, el bobo ya se cree un poste de luz por eso. Termina de rodear las escaleras dirigiéndose hacia Pete y Papá animadamente soltando unos buenos días con su típica sonrisa carismática, dándoles un abrazo, es un poco extraño pero, al igual que yo ama mucho a Papá y a Pete. Después de su saludo mañanero de cinco minutos se percata de mi existencia.

- ¿Ya te percataste de que existo, puto bonito?

El nombrado voltea mirándome con una sonrisa socarrona, sus ojos achicándose dejando ver una cara tierna junto con sus cachetes que salen dos lindos hoyuelos en cada uno de ellos. - Nunca me olvidaría de mi hermana favorita. - Dice acercándose y abrazándome fuertemente, dejando un camino de besos en toda mi cara y cabeza.

- ¡Jayden, Jayden! ¡Ya suéltame, jodes mucho!

Alzo la voz un poco molesta y divertida a la vez, su ataque de besos para instantáneamente y me mira con ojos de cachorro regañado. - ¿No quieres que te demuestre mi amor por ti?

- No. - respondo con una sonrisa.

- Bueno. - Suelta un suspiro dramático colocando sus manos como una taza - Eso se puede arreglar.

- Espera, ¿Qué quieres decir con- ¡JAYDEN QUE RAYOS HACES, PAPAAAÁ! - De un momento a otro me encontraba en el hombro de Jayden siendo llevada contra mi voluntad hacia afuera, dejándome la vista de su espalda y culo, un montón de "Papá ayúdame" "Jayden bájame" y "Pete sálvame" fueron saliendo de mi boca pero solo estaban ahí viendo todos lelos, ¡por qué no me ayudaban! Ya cuando salimos de la casa siento como el sol de la mañana quema mi pobre culo y como mi cabeza empieza a marearse.

- ¡Imbécil insurrecto engendro del mal! Baja- ¡AUCH! ¡¿Pero qué mierdas te pasa?! - Pregunto molesta, ¿Por qué me ha sacado de la casa y dejado en el jardín? El sol me quema sintiendo un leve ardor en las partes no cubiertas de mi cuerpo, el se ha puesto en toda la entrada de la casa. Me levanto y sacudo el cuerpo quitándome el césped y la arena.

- No te muevas, Arantza. - Suelta mi hermano mirando su reloj, ¿Qué? ¿Por qué me dice eso?

- Te voy a hacer un favor en... 5... 4... - sigue contando hacia atrás y hablo por arriba de él.

- ¿De qué coño hablas? - al cabo de terminar esa oración los rociadores se activan para hacer su trabajo y justamente tengo uno en frente de mi que empapa toda mi pijama y cara, quedo estática por unos segundos hasta que levanto la cabeza lentamente encontrándome con un divertido Jayden con la situación, me debo de ver como una sociópata por que el borra cualquier pista de sonrisa cuando lo miro.

- Eres un... -Es lo único que sale de mi boca antes de que salga corriendo gritando como si fuera a la guerra, el de inmediato trata de entrar a la casa de nuevo y digo casa porque, Pete se ha atravesado en toda la entrada.

Nota mental: agradecerle a Pete luego con su helado favorito.

Voy hacia él y lo tomo de la oreja volviendo de nuevo al ahora regado jardín mientras el deja un camino de "Auch, mi oreja" hasta que llegamos y lo dejo directamente en un rociador llegándole en toda la cara, nos empezamos a pelear mientras los vecinos nos miraban, seria aun más divertido si Italo estuviera aquí, todos nos miraban como unos locos mientras literalmente Jayden y yo rodábamos por el césped para poner al otro en un rociador.

Lo normal.

Los rociadores se apagan y nos acostamos uno al lado del otro respirando agitadamente con los corazones latiendo a mil, siento una mirada y es Jayden con una sonrisa tierna postrada en su rostro. - Se que también lo extrañas.

Sabía que se refería a Italo, nuestro hermanito de seis años, nosotros estábamos con Papá en Londres, e Italo con Mónica en Estados Unidos, estábamos pidiendo la custodia completo de nuestro hermano, el no merecía estar con ese ser y con su pareja.

- Siempre pienso en el, ¿crees que lo logremos?

El me acaricia la mejilla y me da un beso en la frente. - Claro que lo haremos, Ara.

- Te amo, puto bonito.

- Y yo a ti, leoncita.

Volteo los ojos divertida. - No me llames así.

Me revolvió el cabello mientras se incorporaba. - Entonces péinate más seguido.

Eso lo ultimo lo dice ya levantado y dirigiéndose a la casa.

Yo solo me quedo un rato mas pensando en mi querido hermanito, lo extrañaba demasiado y deseaba con ansias que estuviera aquí, en casa. Finalmente, decido levantarme e irme a duchar y cambiar la ropa, no sé porque pero siento arena en mi culo. Camino hacia la casa llevándome unas cuantas miradas raras y más de la Sra. Smith que estaba regando sus plantas así que, decido saludarla. - ¿Cómo amaneció, Sra. Smith?

Ella me da una mirada neutra y con una sonrisa que no llega a sus ojos agita un poco su mano. - Muy bien, hija. Gracias por preguntar. - Dice mientras deja la manguera a un lado mientras dice cosas "susurrando" sobre porque tiene unos vecinos tan raros.

Retomo mi camino a la puerta, cierro esta tras de mí y consigo a Pete en la mesa comiendo y Papá ya con su chaleco puesto y con eso usual maleta de trabajo junto con el pote de helado en la mano el cual nos comimos, Pete y yo en la madrugada. - ¿Quién aquí se comió mi helado?

Pete y yo nos miramos rápidamente y hablamos al unisonó. - Yo no fui.

Hoy será una mañana larga.

×××

Ya me he duchado y cambiado, ahora estoy en mi cuarto nuevamente leyendo un libro en lo que se ha vuelto mi vicio estos últimos 2 años, la aplicación Wattpad se haya abierta en mi teléfono con un nuevo libro, esta vez, de una chica que tiene un amorío con su profesor.

Jesús, aquí no son normales.

Alguien toca mi puerta con un dos toques suaves, suelto un fuerte "adelante" y dicha persona abre la puerta y deja a la vista a mi hermano Jayden, este también se baño después de nuestra épica pelea en el jardín, se encuentra con su cabello húmedo un pantalón gris deportivo suelto y una camisa negra en v holgada, cierra la puerta después de pasar y procede a mirarme. - ¿Qué cuentas, hermanito?

- Nada, solo vine a saludar. - contesta encogiéndose de hombros con voz neutra, mientras hace un recorrido visual de mi habitación.

Pasa sus manos por los retratos que se encuentra en mi cómoda de ropa, fotos de él y yo en los parques Disney cargándome con unos raras orejas de Mickey Mouse, otro retrato de yo con Papá el día de su cumpleaños, dándole un sonoro beso en la mejilla mientras el divertido toma la foto, al lado de esta estamos todos Papá, Pete, Jayden y yo en la navidad de hace dos años, recuerdo que ese día Jayden casi se ahoga cuando vio que le dieron sus videojuegos favoritos, sonrió ante el recuerdo.

Un televisor más o menos grande se encuentra a mis pies, una gran ventana deslizable de la cual salte se encuentra al lado de este.

Mi cama perfectamente de mi tamaño, en el que me encuentro acostada cubierta de sabanas blancas con dibujos negros y minimalistas referentes al cielo, había planetas, estrellas, estrellas fugaces, constelaciones.

Al igual que el techo tiene lo mismo a excepción de que estas brillan en la oscuridad. Vuelvo a mirar a mi hermano y ve que sostiene un retrato que está al lado de mi cama.

Una foto de él, yo y nuestro hermano, Italo. Es algo tan complicado no lo vemos desde hace más de seis meses sin verlo sin contar las video llamadas, Mónica ha estado poniendo excusas patéticas de que porque no puede traer a nuestro hermano y odio que estemos en esta situación.

Detallo más a Jayden y lo encuentro apagado, su cara esta caída al igual que sus ojos vidriosos.

- ¿Jayden? ¿Qué pasa? - hablo parándome de la cama para tomar su cara entre mis manos. Lo hago mirarme y me destrozo lo que veo, sus ojos vidriosos y rojos, me alarmo. Lo hago mirarme pero desvía sus ojos. - Jayden, ¿dime qué pasa?

No contesta, sigue mirando un punto fijo tras de mí. - Y una mierda, Jayden, dime que pa-

- Mónica viene.

Me paralizo, mi piel se eriza, y siento un extraño cosquilleo "Mónica viene" resuena una y otra vez en mi cabeza, ella no venía desde el año pasado desde que formo su show de "Ya cambie, no soy así" tenia harta desde ese momento, nosotros no les importábamos, solo quería quedarse con Italo y que dejáramos atrás la custodia. Pero, escuchar que viene, me hizo pensar que venía con el, la idea de verla, oírla, recordar esos momentos.

Eso causo que se me revolviera el estomago.

- ¿Que-e? No e- ella no, no quiero, Jayden. No quiero volver a verla.

Me trajo a sus manos y permitió llorar en su pecho, no me gustaba recordar, quería olvidar. Todos esos momentos horrorosos, hirientes, sus manipulaciones. No quiero no puedo, no quiero volver a ver la persona que me destrozo.

- Ara, hable con ella por teléfono. La escuche, dijo que ya cambio que quiere arreglar las cosas...- No soy capaz de seguir escuchando y me aparto de el bruscamente pero, ¿Qué rayos está diciendo?

- ¿¡Que!? ¿Te estás escuchando?

Pasa el dorso de su mano secándose una lagrima. - Escúchame, Arantza. Yo la escuche ella cambio...

- ¡Ella no cambio nada, Jayden! - Lo interrumpo irritada y cansada - ¿¡Que no entiendes!? Ella te está manipulando, ella no nos quiere, nunca nos quiso.

- No digas eso, Arantza es nuestra mamá

- No, ¡¡No lo es!! Y una mierda, ¡¿Es que no ves que le importo muy poco ser sus hijos?! Ella... no es nuestra mamá ¿es que acaso se te olvido esos momentos tan horribles, Jayden? - Digo entre lágrimas - ¿No ves lo tanto que daño a ti? ¿A mí? ¡A papá!

El no dice nada sigue con los ojos rojos y una lagrima rebelde escapa por su ojo. Ya no sabe que decir. Pero yo tengo de sobra.

- Entiende, Jayden - tomo su cara entre mis manos - Ella nunca cambiara. No vuelvas a caer en sus mentiras.

Sigue mirando hacia un punto fijo, cuando por fin veo sus ojos celestes, veo como están molestos. - Que tú no confíes en nadie, Arantza. No significa que no debamos confiar en ella.

Sus palabras tuvieron un picor en mi pero, el no pensaba parar.

- La gente comete errores, nadie es perfecto. Ella viene para acá para arreglar las cosas. Que tú seas tan rencorosa y mierda con la persona que te dio la vida, es problema tuyo. Tú no confías en nadie así que no me sorprende.

Y ahí estaba ese ardor, ese ardor de dolor y decepción en el pecho. Mi hermano acaba de caer en las mentiras de ese ser tan despreciable, le había lavado la cabeza. Ya estaba molesta, mejor dicho furiosa, y no iba a ser consciente de las cosas que iba a soltar.

- ¿Pero con cara vienes tu a decirme eso?

La sorpresa clara en sus ojos ante de que hablara después de quedarme callada unos segundos. En el fondo estaba consciente de que debía irme y no hablar pero, en mi reinaba la furia.

- Me dices que soy yo la que no confía, es muy irónico. ¿Quieres saber el porqué? - me acerco a él, mirándolo con toda la furia. - Lo dice el idiota que se acuesta con cualquier chica sin compromisos ni nada.

Una clara sorpresa se plasma en su rostro, se que debo parar, sé que no debo dejar que esto me afecte, que debo callarme. - ¿Por qué será? Tenemos algo en común, hermano - Levanto mi mano extendiendo mi índice dándole dos toques fuertes en el pecho - Nosotros no confiamos en nadie, tenemos miedo a que nos lastimen, y lo manifestamos de diferente manera. Yo no tengo casi amigos y tú, te la vives de cama en cama, sin compromisos por que también tienes miedos de quedarte, de que te lastimen, de que te hagan mierda el corazón.

<< Estas roto, tus piezas fueron pegadas y tienes miedo de que alguien te abandone de nuevo. Que prometa quedarse y te deje plantado ¿Por qué será, Jayden? Eres un hipócrita de mierda.

Su pecho sube y baja, su respiración esta agitada y su mandíbula tensa. - Y respondiendo tu pregunta, me importa un pepino que me haya parido ese ser tan repugnante, y si hubiese podido pedirlo, hubiera deseado que no fuera mi madre.

El no se queda mas y me pasa por un lado chocando su hombro y cerrando la puerta con fuerza, me permito llorar abiertamente preguntándome el por qué de todo lo que está pasando.

¿Saben cuando les duele el pecho y le cuesta respirar? Así estoy yo mi corazón duele, todos esos horribles momentos pasan fugaces por mi mente. Yo lo estaba olvidando, no quería recordar, no quería pensar pero, mi mente se encarga de hacer una película sin perderse nada en mi mente.

Estoy hecha mierda con esta situación, de tener que lidiar con todo. De estar bien un momento y ya no, de tratar olvidarlo pero no sirve de nada.

De solo querer gritar con todas mis fuerzas aun sabiendo que no se resolverá rápidamente, de saber que en la vida nunca hay quizás porque todo es un punto final y esperar lo peor porque al fin y al cabo después de tantas, decepciones, y golpes por las espalda de las persona que mas amabas, aprendes.

Estoy cansada, de querer gritar, llorar, olvidar; ser alguien distinto y quedar igual.

De tener mi cabeza llena de tantos "quizás sí" o "tal vez...", odio a la persona que me hizo llegar hasta aquí toda jodida.

A mí por permitir que me dejaran así...

Odio esto. Mi padre siempre decía "Sin llorar no resuelves nada, tú tienes que secarte las lagrimas levantar la cabeza y seguir adelante" Pero, es que no soy yo, ese mi mayor enemigo que jode y destroza la mayoría de mis noches.

Pido callar mi mente solo por momento, en los que no me ataque a mí misma, un momento en los que no recuerde el doloroso pasado, solo quiero ser feliz.

Solo pido dejar de estar tan jodida.




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