C37

Amber POV

Todos subimos al avión, mi asiento era junto al de Evan mientras que Karen y Emilia estaban detrás de nosotros, estaba todavía sorprendida de lo enorme que se veía Emilia, aún me era difícil creer que ya tenia catorce años, había crecido mucho y su rostro se estaba afilando poco a poco a la de una adolescente, el tiempo de ser una niña estaba acabando para ella y me gustó que Evan interactuara más con ella, platicaron mucho cuando me visitaron en el departamento y ahora en el avión él le prestó su laptop para que viera una película.

—¿Qué película me recomiendan? —nos preguntó, asomando su cabeza entre el hueco de nuestros asientos.

—Que tal...¿Desayuno en Tiffany's? Es mi favorita y es una historia muy bonita, creo que te gustara —le sugerí con una sonrisa.

Iba a ser fácil para ella tener que ver en todo el vuelo, Evan había descargado muchas películas así que cuando aceptó verla gracias a mi recomendación me emocioné mucho. Durante el vuelo, acomodé mi portafolio de fotos y también organicé una carpeta en mi laptop, había traído mi mejor material para mostrárselo a Mónica y Sebastian, sabía que ellos lo apreciarían, además de por supuesto agregar las nuevas fotos que tomaría de París, hice algún espacio para eso porque estaba segura de que habría muchas fotos.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —le susurré a Evan cuando el avión quedó casi a oscuras, mucho de los pasajeros estaban durmiendo a excepción de unos cuantos y de Evan y yo, él revisaba algunas cosas en su laptop igual que yo.

—Seguro —dejó de mirar la pantalla para ponerme atención.

—¿Nos hospedaremos en la casa de Mónica o reservaste un cuarto de hotel?

—Mónica se ofreció a hacerlo —sonrió a medias —Desde que la visitábamos mi madre, Karen y yo siempre insistía y esta vez no fue la excepción, su casa es grande y dijo que estaba encantada de recibirnos a todos.

—¿Le gusta recibir mucha gente en su casa?

—Sí, le gusta mucho tener gente en su casa, con solo ella y Sebastian seguro que esa casa debe sentirse vacía, siempre tratan de invitar a Audrey o a familia cercana —me leyó la expresión y se inclinó un poco hacia mí para hablarme en secreto, su voz rozaba mi oído en una caricia —Te preocupa algo más y sé que es.

Parpadee un poco confundida pero él me miraba con gesto pensativo.

—¿De qué hablas? —reí con un poco de nerviosismo, volviendo de vez en cuando a la pantalla de mi computadora y luego a él, sus ojos me ponían nerviosa.

—De nosotros, no te preocupes, lo tengo ya todo listo.

—¿Qué quieres decir con "tengo todo listo"? —entrecerré los ojos.

Sus ojos resplandecieron traviesos a centímetros de los míos, contuve mi aliento por unos segundos, me gustaba verlo pícaro, con esa complicidad que nosotros solo entendíamos.

—Reservé un cuarto de hotel en el mismo donde nos hospedamos Tom y yo cuando vinimos a la convención, es muy bonito, grande y elegante, te gustará mucho. Lo preparé todo con anticipación, sabía que debía ser rápido y evitar que las reservaciones se terminaran, en estas fechas es casi imposible conseguir una.

—Así que lo preparaste todo y no lo sabía —le lancé una mirada acusadora pero graciosa, sonrió más fuerte al verme —Debí suponerlo, aunque no era necesario que gastaras en un hotel tan elegante, eso cuesta mucho.

Se echó hacia atrás, desconcentrado

—¿Hablas en serio? Es una ocasión especial, Amber, por supuesto que iba a valer la pena lo que fuera, no me importaba gastar cierta cantidad de dinero, lo que me importaba era asegurarme que fuera especial y acertado para la ocasión, no deberías preocuparte por lo monetario, me está yendo mejor que al principio.

—Eso lo sé, las personas ya están viendo lo asusto e inteligente que eres, era cuestión de tiempo y me alegra que sea así.

—Tengo mucho por lo que celebrar —me acarició la mejilla, lentamente de arriba hacia abajo, contemplándome con una seriedad en la que le gustaba hacerlo para grabarse mi expresión, sus ojos eran mágicos, me enamoraba ver la adoración con la que se esmeraba cuando me tocaba, era para él como sentirme por primera vez. —Una de ellas es volver a estar contigo, esta vez estoy consciente de que será especial porque es lo que quieres y estás segura de eso, me darás la oportunidad de entrelazar tu cuerpo con el mío, de amarte por toda la mañana, tarde y noche de los días que estemos juntos.

Mi sonrisa fue paciente pues me encontraba perdida entre sus ojos, había un mar de sentimientos en los que me gustaba sumergirme en un trance donde todo se cerraba sobre nosotros y lo demás dejaba de importar.

—Lo describes como si antes no hubiésemos hecho el amor —admití, absorta todavía por sus ojos que me mantenían hipnótica. Para este momento me sentía intimidada por su belleza y su forma de mirarme que me sofocaba.

—Podría decirse que lo es —se echó a reír muy levemente, su rostro estaba sosegado, tan tranquilo —Estarás con un nuevo hombre, el Evan que conociste al principio ya no está, te entregarás a alguien que amará no solo tu cuerpo, también tu alma, que es la que espero conquistar desde ahora en adelante, espero puedas compartirla conmigo.

—¿Y porque no lo haría?

—Porque bueno...seamos realistas, hay mejores que yo, podrías tener a alguien que te amé sin salir herida.

—Pero a nadie que me ame como tú no creo que pueda encontrarlo, no quiero a nadie más, ya te tengo a ti, no pienso cambiarlo por nada.

Me recargué sobre su pecho, no quería imaginar a nadie con quien estar más que con él, no lo soportaba, con Evan tenía todo, había pasado tanto tiempo desde que podía sentirme así de feliz y a salvo, entendía que no había sido lo que esperé desde el principio pero su redención me hizo ver que estaba logrando sanar con todos incluso con él mismo.

—Quiero compartirlo todo contigo, no con otro, si no te conociera, creería que intentas obligarme a amar a alguien más para no herirme. —murmure, ocultando una mueca en su pecho.

—Jamás —remarcó con voz tajante —Nunca te obligaría a nada pero siempre te haré saber que si algún día quieres irte, no te lo impediré, te quiero conmigo y deseo que sea por voluntad propia. Yo soy feliz teniéndote conmigo y para mí, le das el sentido más importante a mi vida, no podría herirte, nunca.

—Entonces no me hagas creer que me dejarás.

—Tampoco haré eso —me besó el pelo por un largo momento, me envolvió en sus brazos y me pegó a su pecho más fuerte —No me iré a ningún lado, siempre encontraré la manera de estar contigo de lejos o de cerca, te lo prometo.

Cerré los ojos, dejando que su promesa trajera el alivio necesario para calmar todos mis miedos, creía en él, por primera vez en todo este tiempo supe que no habría posibilidad de que volviera a mentirme ni a romper otra de sus promesas.

(...)

Mónica ya nos esperaba cuando todos bajamos del taxi, Karen lanzó un grito eufórico cuando se encontró con ella, había pasado mucho tiempo desde que se habían visto que inmediatamente se pusieron a charlar, Evan le había contado desde hace semanas lo que le había pasado a Sebastian así que no era necesario tocar el tema tan delicado. Nosotros las seguimos hacia adentro de la casa porque afuera estaba helando, incluso el frío de Europa era mucho más insoportable que en Chicago.

Sebastian nos ayudó con nuestro equipaje cuando entramos a la casa, nos saludó a todos y también a Karen, ella lo abrazó y le dijo lo mucho que lo extrañaba, le presentó a Emilia quien fue muy amable con él.

—Tenemos cuatro habitaciones —nos dijo Sebastian con una sonrisa muy grande —Pueden tomar la que quieran, le pedimos a nuestra ama de llaves que las mantuviera listas para su llegada.

—¿Puedo quedarme con una yo sola? —le preguntó Milly a Karen con una sonrisa esperanzada.

Karen negó con la cabeza y Sebastian aclaró que había dos habitaciones con camas dobles y las restantes con individuales, lo que quería decir que Karen y Milly compartirían cuarto y Evan y yo otro cuarto. Subimos nuestras maletas a las habitaciones, en efecto habían sido limpiadas y acomodadas de una manera muy acogedora, se podía oler a canela, alguien había puesto perfume en el ambiente.

Nuestra habitación tenía dos camas pero separadas, lo que eso quería decir que no podríamos dormir juntos pero eso estaba bien, como huéspedes de Mónica debíamos mantener respeto. Comenzamos a desempacar nuestras cosas, yo quería salir mañana a comprarle a Emma los regalos que le prometí para el bebé pero no quería preguntarle a Evan si quería ir aunque era quien más podría ayudarme porque no conocía la ciudad.

—Mañana pensaba ir a comprarle a Emma los regalos que le prometí...—me mordí el labio, no quería tocar el tema del bebé, suponía que todavía le resultaría incomodo, no lo sabía. —Ya sabes, para el bebé que espera.

Él soltó una sonrisa a medias, todo estaba en calma, su expresión, su mirada, al menos eso me relajaba.

—¿Quieres que te acompañé?

Asentí.

—¿Quieres ir?

—Por supuesto que sí, me gustaría hacerlo, para ti es importante así que con gusto iré. ¿Creíste que me harías sentir mal?

No respondí, él leyó mi respuesta con tan solo verme al rostro.

—Solo quería evitarte un mal momento.

Su rostro seguía calmado cuando pasó a un lado de su cama, se puso delante de la mía y se sentó, me pidió hacer lo mismo al tomarme de la mano, sonrió de inmediato cuando sus ojos se encontraron con los míos.

—Las cosas no son como tu crees, Amber, estoy bien y agradezco que seas considerada conmigo, lo hablé con Karen y la verdad encontré muchas razones para pensar que lo que Camille hizo fue por simple odio, no tiene más que rencor y ese bebé hubiera sufrido mucho. —me tomó de la mano y le dio un apretón para quitarme las arrugas de preocupación que se habían formado en mi frente —Estoy bien, te lo juro, iré contigo mañana a comprar todo lo que quieras regalarle a tu sobrino o sobrina.

—Ella espera que sea niña —comenté con una pequeña sonrisa. —Y yo también, sería genial tener a otra Emma, una pequeña doble suya, así podrá darse cuenta que a veces es un dolor de cabeza. De todas formas pienso comprarlo todo en amarillo, así no habrá problemas.

—Estoy de acuerdo, así podrá usarlo todo cuando nazca.

Le sonreí con timidez pero él estaba cuidando de que no temiera la próxima vez, estaba logrando superar sus desgracias, dejando ver al hombre fuerte, poderoso y gentil que podía ser. Más tarde cuando terminamos de desempacar, Mónica nos llamó para que bajáramos a merendar el postre que nos tenía listo para antes de que llegáramos, fuimos juntos tomados de la mano a encontrarnos con los demás al comedor.

(...)

No sabía que comprar, todo estaba hermoso, ni siquiera podía elegir cuál de todos los conjuntos amarillos que estaban en la tienda me parecía más lindo, era una tienda que tenía de todo y a decir verdad es que estar comprando esto con Evan me gustaba pero me ponía nerviosa, quizá por eso me era difícil elegir de entre muchas cosas.

—Se supone que es un regalo de navidad pero se los daré cuando regresemos, de todos modos le compraré ropa de recién nacido y de un año para que pueda vestirlo más adelante —dije, buscando más conjuntos de bebés de un año o más.

—¿Qué más quieres comprarle? Puedo preguntar si tienen algunas mantas, biberones o peluches.

—Pensaba en comprarle alguna lámpara de noche de esas que tienen canciones de cuna, eso sería lindo.

Evan me hizo el favor de preguntarle a la encargada si tenían lámparas de noche con música de cuna, nos mostraron varios modelos y al final elegí el de una estrella fugaz con música clásica que adormecía a los bebés.

—Esto le encantará, sin duda —él sonrió conmigo cuando se lo mostré —Siempre quise una de estas cuando era niña, espero que a Emma le dure por mucho tiempo, le servirá.

—¿De verdad querías una de niña? Entonces deberías comprar otra.

Solté una risa burlona.

—Ya es demasiado tarde para mí.

—Nadie sabe.

—¿A qué te refieres? —le dirigí una mirada impaciente.

Inmediatamente huyó de mis ojos y revisó más ropa sin mucho interés más que el de distraerse.

—Olvídalo. —susurró.

—No necesitas decírmelo —respondí segundos más tarde, anhelando que me mirara —Estoy consciente de lo que quieres pero aún no estoy lista para eso.

—No te obligaría —me aseguró volviéndose hacia a mí, contemplándome con dulzura —Jamás, recuérdalo, estoy consciente del miedo que puede significar para muchas mujeres ser madre, para algunas es más complicado y no por eso voy a dejar de amarte. Solo quiero demostrarte que quiero hijos contigo, algún día.

—Un pequeño Evan —alcé las cejas, sonó más en broma que otra cosa pero quería relajar la tensión.

—Más bien esperaría una pequeña Amber —añadió también en broma pero se asomaba un atisbo de seriedad, lo que me inquietó un poco.

Me mordí el labio y empecé a buscar otras cosas, al final escogí una manta amarilla con ositos bordados de algodón ultra suave y me dirigí a la caja, al menos la cajera me entendía y fue fácil pagar. Salimos de la tienda y aunque no hubo tensión entre nosotros por la conversación no dejé de pensar en eso mientras volvíamos a la casa de Mónica, siempre existió una preocupación en mi cabeza acerca de los bebés y ser madre.

—No me siento lista porque sinceramente creo que seré una mala madre —le confesé de repente cuando íbamos caminando por la acera, bajo de nuestras cabezas las pequeñas luces navideñas de los arboles brillaban sobre nosotros, alcé mis ojos para encontrarme con los suyos, las facciones de su rostro se suavizaron todavía más cuando me esforcé en no llorar —Mi madre siempre se hacía la santa cuando no lo era, mi padre incluso me obligaba a respetarla cuando no lo merecía, hacerme eso a mí y a él no tiene perdón, le tengo rencor y no sé si deba ser madre cuando ni siquiera respeto a la mía, estoy segura de que jamás seguiré sus pasos pero no quiero cometer errores, sé que es imposible no cometerlos pero no quiero ser una decepción para mi hijo si es que llego a tenerlo.

—No serás una decepción para nadie —me prometió, acunando mi rostro entre sus manos e inclinándose para penetrar en mi mirada con delicadeza —No somos como quienes nos decepcionaron o nos traicionaron, somos mejores que todos ellos porque nunca quisimos vengarnos, yo logré hundirme en mi propio infierno, me destruí e hice cosas terribles pero tú ni siquiera eres sombra de ella, ni yo espero serlo de mi padre, también tengo miedo de ser mal padre, mi pasado no es para nada buen ejemplo pero cuando tienes a quien amas a tu lado para entrar en esa travesía, las cosas son diferentes, contigo siento que podré hacerlo, de otra forma si lo hubiese hecho solo, estaría perdido.

—Sé que suena a locura lo que voy a decir pero supongo que sería más fácil casarme contigo de nuevo que esperar a tener un bebé.

Se quedó quieto, mirándome sin decir nada, después en cuestión de segundos sonrió y alzó mi barbilla con un dedo para realmente asegurarse de que yo no fuera a cambiar de idea o a bromear, hubo chispas que saltaban desde sus ojos con impaciencia, incluso podía jurar que el color verde se intensificó.

—¿Hablas en serio? ¿Considerarías casarte conmigo otra vez?

—Sí, sería más sencillo para mí hablar de eso, sin duda —sonreí.

Suspiró hondo y se inclinó para robarme un beso, fue un beso tierno, que al principio tenía una sensación de agradecimiento pero después la presión y el deseo se extendió poco a poco cuando envolvió mi cintura con sus brazos y me acercó a su cuerpo, sus labios se movían impacientes sobre mi boca y llegó un punto donde mi corazón dio un brinco ante la irresistible sensación de placer que me corría en las venas y que no quería dejar ir.

Se alejó para que pudiera respirar pero no se apartó de mi rostro, me vio con esos ojos verde claro y profundamente enamorados que apenas y lograban callar a mis emociones.

—Sería el hombre más afortunado si me permitieras de nuevo ser tu esposo.

Delicadamente volví a besarlo porque sabía que si me dejaba ir por completo, nuestra muestra de afecto se volvería un espectáculo. 

—Te quiero conmigo, por siempre y quiero que seas mío de nuevo.

—Ya soy todo tuyo, me casaría contigo todas las veces necesarias para no dejarte duda de eso.

Ahora más que nunca esperaba que Evan estuviera a mi lado, sin que nadie pudiera separarnos porque tenía miedo que nuestro cuento de hadas en París se destruyera una vez que volviéramos a Estados Unidos, temía por ambos y no sabía porque.


Gente como ya sabrán, el capítulo donde estoy dos se la pasan bien ya lo tengo escrito, tranquilas que ese capítulo está bien cerquita :) 

Gracias por sus votos y comentarios, siento que no los pueda responder rápido pero lo hago con mucho cariño cuando tengo tiempo de hacerlo, como dicen, tarde pero seguro.

Les mando millones de abrazos y nos leemos el próximo miércoles.



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top