—Gracias, Erica, gracias por perdonarme.

Perdonarlo!? Pff, lo que pasó nunca lo olvidaré.

—Espera un momento, yo no he dicho que te perdono, solo que no te denunciaré y que no le diré nada a la familia...

—De igual modo, gracias.

—Dime, Jimin, por qué crees que te he estado llamando todo este tiempo? Por qué crees que he venido hasta aquí... a tu apartamento? —Con cada pregunta me iba acercando más hasta que solo quedaron unos centímetros entre nosotros.

—Lo lamento mucho, pero lo que pasó en Perú jamás se debe repetir.

—Dime... —Frunzo el ceño con cierta irritación a la vez que lo tomo por mentón obligándolo a que me mire —Donde quedaron esas palabras tuyas: "Te haré gozar", " Te enseñaré los grandes placeres"...?

—En el olvido, ahí quedaron. Esas palabras jamás debieron salir de mi boca. —Suelto su mentón bruscamente mientras siento que el enojo me invade de nuevo.

—Ya no puedo más! —Vociféro desbocada —Tu me cambiaste, lo que me hiciste me cambió radicalmente! Ya no me importa que seas mi tío... Lo único que quiero es que me hagas el amor y revivas los recuerdos del intenso placer que sentí esa noche.

No puede creer que ahora sea yo la que esté suplicando.

¿Cómo pude llegar a tanto?

—Erica, no puedo hacerlo. Es mejor que te olvides de eso y no toquemos más el tema.

No lo puedo creer! Simplemente lo veo y no lo creo.

¿Cómo puede ser que aquél Jimin que se pasaba día y noche acosándome ya no quiera nada conmigo?

¡Toda esta situación me está sacando de quisio!

—Eres un completo idiota! —Y cansada de suplicar y de perder mi orgullo rebajandome, me levanté y me fuí en dirección a la puerta, pero, sorpresivamente, Jimin me detuvo agarrándome por detrás.

—No te vallas, por favor. —Soltó en un hilo de voz.

—Ya no puedo ocultar más que me gusta enormemente las cosas que me haces sentir. —Traté de decirlo lo más dulce y reconfortante posible.

—Yo tampoco —Dijo para mi sorpresa —Por más que lo intento, no puedo dejar de desearte... De querer sentir tu piel con la mía una vez más —Y solo esas palabras bastaron para hacer que me volteara, lo mirara fijamente a los ojos, y lo besara apasionadamente, demostrando así, todo lo que lo necesité... Dejando salir a la luz de una vez por todas todo el deseo que siento por mi tío.

Describir como se siente tener de vuelta esos maravillosos y carnosos labios contra los míos me es imposible, pero lo que si puedo decribir, es el excitante cosquilleo que se alojó en mi vientre cuando el mismo posó sus manos en mi cintura pegandome más a él, y obteniendo como respuesta involuntaria que envolviera mis brazos alrededor de su cuello.

Yo lo besaba sin parar, sin importar la falta de aire o el dolor en mis pantorrillas por estar de puntitas debido a la diferencia de estatura, solo me importaba el tenerlo junto a mí y no separarme de sus embriagadores labios. Al cabo de un minuto el me hizo retroceder hasta que caí en el mueble quedando acostada con él encima de mí. Me besaba de una forma sumamente adictiva y excitante, y yo tampoco me quedaba atrás. De vez en cuendo le tironeada el cabello o lo tomaba del cuello para marcar el ritmo de un lado a otro.

¡Qué excitada me sentía en ese momento!

El dejó de lado mis labios para poseer mi cuello llevando mi excitación a otro nivel.

—Jimin, estába desesperada, te necesitaba de verdad.

—Jamás te volveré a dejar de esa manera. —Sus palabras me hicieron sonreír con malicia.

—Por qué no traes esa pastillita para que puedas gozarme a plenitud!?

Jimin no dudó ni un segundo y se fué directo a su habitación. Regresó con un baso de agua y la pastilla en la otra mano, la cuál me tomé sin titubear.

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El próximo capítulo se viene súper candente xD

Después de todo, el reencuentro tiene que ser mejor que el anterior... Jajaja

Cada vez nos quedan menos capítulos.

Besos, Amanda.