Jimin estaba realmente angustiado porque con cada beso me introducía la lengua cada vez más y, cada vez q tenía la oportunidad, aprovechaba para apretarme un seno. Yo, por mi parte, miraba a cada rato a mi alrededor vigilando por si alguien venía y, como en efecto, cuando ví que tres personas se acercaban al auto, le dije a Jimin que encendiera el auto y arrancara, al pobre no le quedó más remedio que obedecerme.

Por el camino detuvo el auto dos veces solo para besarme, realmente no podía creer que estuviera llegando a tanto pero me gustaba en cierto modo esa actitud nueva y loca de el.

<Si así está ahora como sería está noche en el Departamento!?>

—Sabes, Érica, estas semanas sin ti han sido muy solitarias. Cada fin de semana que miraba a mi lado y no te veía en la cama me sentía muy solo y, a veces, llegaba a ponerme melancólico. La verdad, me tienes completamente en tu poder.

Solté una pequeña carcajada por lo irónico de la situación. — Tu si que te pasas, "El tío locamente obsesionado con su sobrina“. Quién iba a decir que al final íbamos a terminar acostándonos.

—Fué el destino, el lo quiso así.

—Yo creo que fué al revés, no conozco a nadie tan perseverante e insistente como tu. —Confesé. —Pero bueno, ya está hecho, verdad!? Así que qué más da cuantas veces follemos. —Solté divertida. —Para ser sincera, me siento agradecida de que mi primera vez haya sido contigo, eres guapo, divertido, tienes dinero, experiencia y, sobre todo, eres mi familia, se que nunca me harías daño.

Después de mis palabras volvimos a besarnos, esta vez de una forma más romántica hasta que el beso se intensificó y el comenzó a acariciar mis senos uno a uno. Yo le metí la mano por debajo del pantalón y noté lo duro que estaba, más aún cuando se abrió el cierre y sacó su enorme polla para que lo masturbara...

La escena era tan jodidamente caliente como lo estaban nuestro cuerpos en ese momento.

Jimin logró sacar una de mis tetas levantando mi polo blanco y comenzó a chuparla de la forma en la que solo el sabía hacerlo. Sentía que me erizaba y extremecia con cada giro de su lengua sobre mi pezón, pero no pudimos seguir porque comenzaron a pasar muchos autos, así que dejamos de hacer esa locura y nos fuimos directamente a su departamento.

Cuando llagamos al edificio siguió besándome en el ascensor. Después de subir mi maleta lo mandé a buscar algo de comer y yo me quedé descansando. Pasó más de media hora cuando cuando por fin regresa con comida italiana. Dejo que el se encargue de todo y por mientras me siento en el sofá a ver algo de TV. Cuando tuvo todo listo cenamos y luego nos pusimos a ver una peli tumbados en el sofá de una forma bastante romántica. Entre sus brazos me daba caricias y, de vez en cuando, algún que otro beso corto en el cachete.

Yo entre mis ganas de coger solo pensaba en como hacer que mi querido tío explotara de ganas.

—Que bien se siente estar de nuevo a tu lado. —Me dice.

—Te has pasado muchos días solito, pobrecito.

—Han sido unas noches muy frías sin ti pero, ahora que por fin te tengo aquí y puedo sentir el calor de tu cuerpo contra el mío, puedo decir que valió la pena cada maldito segundo. —<Awwww>— Hoy volveremos a gozar muy rico como la vez pasada y más aún que desvirgaré tu delicioso culo.

—No ves la hora de profanar mi culito, verdad!? —Reí mientras llevaba la mano derecha a mi frente. El me guiña un ojo como respuesta. —Una lástima que tengas que esperar a que se acabe la película.

—Como quieras mi reina. —Me volteó la cabeza y me besó dulcemente.

Cuando se acabó la película le dije que pusiera otra y entre regaños me obedeció. No se por qué me divertía tanto molestarlo y provocarlo, quería que sus ganas aumentaram hasta el punto en el que contenerse se le hiciera jodidamente imposible.

Durante toda la peli continuó dándome besitos y podía notar lo duro que estaba cada vez que su polla rozaba o se apretaba contra mi trasero.

Cuando terminó me voltee y comenzamos a besarnos apasionadamente. Sus manos, la cuales se encontraban en mi rostro, descendieron hasta mi cintura y se colaron por debajo de mi polo hasta llegar a mis tan deseadas tetas; las que acarició mientras su lengua jugaba con la mía.

Estaba muy excitada y solo pensaba en que quería gozar locamente como la vez anterior...