Cap#5
Llegó la esperada llamada... No les voy a mentir, jugué un poquito con el pero al final terminé diciéndole la verdad. Como era de esperarse se puso un poco triste porque quería verme pero después de asegurarle que muy pronto habría otra ocasión para nosotros se quedó más tranquilo.
Después de las siguientes tres semanas por fin tuve tiempo libre. Se trataba de toda una semana para descansar de las obstinantes clases pero, una vez más, me las tuve que pasar en casa.
Y no, no me mal entiendan, no es que no quiera pasar tiempo con mi madre, pero es que el candente encuentro pendiente entre mi tío y yo ya se ha pospuesto demasiado.
Esta vez Jimin decidió que no iba a seguir perdiendo tiempo de poder estar conmigo y aprovechó para quedarse también en casa con la excusa de poder pasar tiempo con la familia, mi madre por su parte lo recibió con los brazos abiertos.
<Si tan solo ella se imaginara...>
Por obvias razones ninguno de los dos nos sentíamos a gusto con la situación, todo era muy incómodo y extraño, prácticamente le estábamos viendo la cara de estúpida a mi mamá y eso me dió un poco de cargo de conciencia... No obstante, cuando nos quedábamos solos, el aprovechaba para decirme todo tipo de guarradas al oído incluyendo sus insaciables deseos sexuales hacia mi; yo por mi parte solo podía reirme de las circunstancias, además, no tenía tantos deseos sexuales como el.
<Cortesía de los ardientes encuentros pasionales de mi concha con mis dedos>
Llegó el domingo y regresé sola a Interlaken para mis dos últimas semanas seguidas de clases. En ese tiempo Jimin nuevamente me llamaba pero yo lo castigaba no respondiendole.
<Tengo que admitir que le agarré un poco el gusto de ver sufrir al muy perro>
Sin embargo llegó el momento en el que ya me era imposible continuar con la venganza porque mis ganas ya llegaban a niveles insospechados, obviamente mis dedos no tienen comparación con la maravillosa lengua bendecida por los dioses de Jimin... Aunque me hiciera la dura con el tenía más que claro que quería gozar nuevamente como loca con el riquísimo de mi tío, así que, Después de meditarlo varias veces, se me ocurrió que podía darle la sorpresa de vernos antes del sábado.
El viernes por la noche le mandé un mensaje recibiendo como respuesta casi insofacta su llamada de vuelta. Le di la buena noticia y, tal y como me lo esperaba, se alegró como nunca.
El sábado en la mañana vino a recogerme, subió mi maleta al auto y nos fuimos. Por el camino nos detuvimos en una gasolinera y, en cuanto apagó el auto, se abalanzó sobre mi sin darme tiempo a nada.
—Acá no, alguien nos puede ver— Traté de hablar a la par que hacía un pobre intento de quitármelo de encima.
—Perdóname pero es que no me pude contener —Dijo separándose de mi levemente— Te extrañe mucho... Extrañaba sentir tus labios, tu piel, tu olor, tu cuerpo. —Terminó con una voz entre cortada por el deseo y la añoranza.
<Nunca había visto a mi tío en esas condiciones>
—Se notan las ansias y el desespero. —Asentí con la cabeza haciéndole ver que entendía por lo que estaba pasando. — Tanto poder tengo sobre ti?
—Absoluto poder. Ahora, princesa, ¿ya puedo besarte?
Eché una rápida ojeada a mi alrederor para comprobar que no hubiera nadie conocido ni ninguna mirada curiosa sobre nosotros y, en cuanto lo confirmé, fuí yo la que, sin reparo alguno, se abalanzó sobre el.
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