Cap#3

Al terminar de hablar mi tío inmediatamente volvió a chuparme mi conchita sin darme tiempo a descansar, esta vez su lengua se movía más rápido que antes, yo me retorcia de placer como en la noche anterior, lo único que mi cuerpo reaccionaba a hacer era a agarrar fuertemente el cabello de Jimin y tirar del mismo de vez en cuando.

Cuando estaba llegando al punto máximo de éxtasis, mi tío me voltea sin previo aviso y, sin darme tiempo a reaccionar, comienza a lamer mi trasero.

Era una sensación totalmente nueva para mi, pero, como todo lo q hace el, era maravilloso.
Aquel nuevo placer me fascinó, sus lamidas eran intensas, y con solo el morbo de saber lo que estaba haciendo me excitaba aún más... Joder, prácticamente tenía su cara metida entre mis nalgas lamiendome el culo, y se sentía jodidamente bien.

Yo dejaba escapar gemidos entre lamida y lamida hasta que sentí uno de los dedos de Jimin acariciandome el clítoris. El enorme placer que sentía no me daba tregua, ni siquiera noté el momento en el que mis gemidos dejaron de ser eso y se convirtieron en gritos... Lo único que me pasó por la cabeza fué agarrar una almohada y hundir mi cara en ella para ahogarlos de alguna forma.

—Ahhhhhhhhhhhh... Mmnnnnnnnnnnn... Uhhhhhhhhhh....

Me retorcía sin control alguno, simplemente mi cuerpo no podía estar quieto. Estaba expuesta ante uno de los placeres más grandes que había experimentado hasta el momento y derrepente boom, fué como si una bomba atómica hubiera detonado en mi interior, definitivamente ese fué el orgasmo mas largo que mi tío me había proporcionado hasta el momento.

—Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.

Exquisito, maravilloso, delicioso, sabroso, Rico, mágico, espectacular... Ninguna palabra era capaz de describir aquello, todas se quedaban cortas ante la magnitud de semejante placer.

Jimin dejó de satisfacerme y se acostó a mi lado solo para observar el estado en el q me había dejado... Tanto mi cara como mi cuerpo eran la representación exacta de un relato erótico, estaba débil y todavía tenía algún que otro espasmo sacudiendo mi cuerpo. Era como estar ahí pero sin control ni conciencia, me sentía anestesiada, como si me hubieran drogado, pero esa era solo la sensación que me había dejado el exquisito orgasmo.

—Así me gusta princesa, que disfrutes, q goces todos los placeres que te perdiste por resistirte a mi. —Asentí con la cabeza.

—Tienes razón, no te lo voy a negar, me perdí de mucho, me tomó demasiado tiempo asimilar esto, pero ya no hay vuelta atrás, ahora solo quiero seguir gozando contigo.

<Aunque esto esté jodidamente mal>

Pero bueno, he escuchado que todos tenemos un lugar reservado en el infierno y, cuando llegue mi tiempo, se que tengo un lugar reservado junto al mismísimo Lucifer...

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