Cap#3
Anterior a este publiqué el capítulo número dos de la cuarta temporada, por si wattpad no les notificó.
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Después de descansar por un rato me incorporé recogiendo las prendas de ropa que habían quedado esparcidas por todo el lugar. Me vestí con la disposición de irme a la escuela para mi última semana y Jimin me besó dulcemente.
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Justo como había dicho mi tío, mis familiares vinieron a recogerme el sábado. Ya no habría oportunidad para más encuentros en su departamento por varias semanas que, en lo personal, se me iban a hacer infinitas; sin embargo, Jimin venía a visitarnos a casa bastante seguido en donde no me pasaban por alto sus miradas lascivas.
La Navidad llegó y el vino a pasar la noche buena con nosotros. Después de las celebraciones navideñas Jimin siempre me llamaba para decirme cuánto me deseaba. Ambos extrañabamos las noches de intenso placer hasta el punto de que ya se nos estaba haciendo difícil disimularlo. Llegó el 31 de diciembre y en esa noche de año nuevo me fuí con el a su departamento y, sin poder aguantarnos más, volvimos a gozar y a disfrutar el tener sexo juntos.
El perrito de mi tío me folló bien rico el culo.
Eran horas y horas en las que su polla recorría cada centímetro de mi culo por petición propia, porque si, también me había vuelto una adicta a follar por ahí <¿Pero quién no se volvería adicta follando con semejante máquina del sexo?> Me hacía gritar de dolor y placer, una combinación que, si me preguntan, diría que es exquisita.
¡Mierda!
¡Que rico que estábamos gozando!
Honestamente no se si es por el tiempo que pasamos resistiendonos, pero me volvía loca ver el éxtasis de mi tío mientras me follaba el culo... Sus gemidos, sus expresiones, sus ojos desorbitados, su boca semi abierta... Simplemente todo me estremecia de placer.
Al día siguiente estabamos más que satisfechos.
<Y para no estarlo... >
La alegría y el buen humor estaban bien presentes en nuestros rostros.
—¿Que tal unas lamiditas de desayuno? —Susurré con sensualidad en su oído logrando erizar los bellos de la zona en el proceso.
—Me encanta cuando tomas la iniciativa. —Devolvió de la misma forma junto con una lamida en la oreja que me provocó la misma respuesta que a él segundos antes, para luego seguir descendiendo para hacer lo que le pedí.
Así empezamos año nuevo.
Pasaron los días y las semanas. Jimin durante todo ese tiempo se desapareció... Cuando lo volví a ver no me dijo donde estuvo, tampoco le pregunté, pero su actitud parecía sospechosa.
Traté de no darle importancia.
Durante las semanas siguientes, aún en pleno invierno, Jimin me llamaba cada día para "darnos calor juntos", pero yo no podía porque estaba demasiado ocupada en el trabajo... La verdad su actitud insistente me estaba cansando, me desesperaban sus llamadas a toda hora y todos los días, a pesar de que sabía que no podía, así que le pedí que dejara de llamarme y buscarme por un tiempo...
<Supongo que no le quedé más remedio que obedecer> Sinó sabe que las consecuencias después pueden ser peores.
Me gustaba tener ese poder en el de cierto modo.
Pasaron casi tres meses desde que habíamos follado bien en año nuevo.
Jimin estaba angustiado por no poder follar conmigo y yo también estaba empezando a sentir la necesidad más latente... Necesitaba ser follada bien rico y sabía que una noche así solo me la podría dar mi queridisimo tío.
Un sábado en la noche, como cualquier otro, varias de mis amigas me invitaron a asistir a una noche Latina que se celebra en una de las tantas discotecas que se encuentran en el centro de Zürich. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había salido con mis amigas y me fascinó la idea de ir a divertirme con ellas.
Me preparé para la ocasión con un maquillaje y peinado sencillo, un hermoso vestido azul muy sexy, y el perfume con la fragancia más seductora que encontré entre los muchos que tengo.
<Porque otra cosa no, pero eso de ser coqueta me sobraba>
A la hora acordada, dos de mis amigas vinieron a recogerme en el auto de una de ellas, le informé a mi familia que regresaría el domingo por la noche ya que me quedaría a dormir en casa de Cristina, la mayor de todas y partimos a la discoteca. Una vez ahí nos reunimos con Lindsay y Mónica, quienes habían llegado de primeras y buscamos sitio para esperar a Ashley y Deborah que, según Stephanie, ya estaban llegando. Una vez todas juntas empezamos a dar gritos de emoción sin poder contenernos... Hacía mucho que no salíamos todas juntas.
—Las extrañé mucho chicas. —Solté a la par que trataba de abarcarlas a todas entre mis brazos mientras una lagrimita amenazaba con salirse y arruinar mi maquillaje.
Las miradas de casi todos los chicos presentes eran para nosotras, algunos más valientes se atrevían a acercarse pero por el momento sólo queríamos estar solas y ponernos al día con nuestras cosas.
Yo compré los tragos y cuando ya nos sentimos en honda nos fuimos a la pista a bailar salsa en grupo. Los chicos seguían insistiendo para bailar con nosotras pero las chicas y yo seguíamos sin querer separarnos. Cristina me llamó y bailamos en el centro del Grupo, <estaba siendo una noche estupenda> cuando regresamos a la mesa Sthepanie compró otra ronda de tragos y una vez más nos fuimos a bailar pero esta vez con una canción de bachata.
Al final tanta insistencia de los chicos fio resultado. A mi me sacó un chico Moreno, me hizo las clásicas preguntas... Peter, así se llamaba, era un cubano guapo, alto, de tez trigueña, pelo negro y ojos marrones, de 24 años con una personalidad interesante, la verdad si me gustaba su físico. Después de acabar me invitó a un trago y, tras conversar un poco, lo llevé a la mesa donde estaban mis amigas...
Con cada canción de salsa que ponían me sacaba a bailar solo a mi y nos divertiamos mucho, <Ese chico sabía lo que hacía>, a veces me costaba algo de trabajo seguir sus pasos pero el se lo tomaba todo con humor. Cuando sonó una canción de merengue lo saqué yo a bailar, esta vez con nuestros cuerpos aún más cercas por el baile, conectamos miradas y la forma en la que me veía me fascinaba.
—Eres una grandiosa bailarina. —Me halaga. <Pfff> —Gracias por darme la oportunidad de bailar contigo.
—Gracias Peter, pero creo que estas exagerado. —Confieso con algo de vergüenza.
<¿Gran bailarina?> Tonterias, me había pasado prácticamente toda la noche tratando de seguirle el ritmo a sus asombrosos pasos de baile.
—¿Por qué crees eso?
—Porque te aseguro que en esta discoteca hay muchas chicas que saben bailar salsa mejor que yo.
—Mmmmm. —Fingió que pensaba para luego sonreirme. —Tal vez tengas razón, pero te aseguro que ninguna de ellas es tan hermosa como tu.
Sonreí por reflejo. A pesar de que sabía que solo lo decía porque quería algo conmigo no pude evitar reconocer de que es un gran adulador. Inconcientemente miré a mi alrededor confirmando lo que yo creía, no soy la más hermosa, Ashley y Lindsay son mucho más guapas que yo, tienen una llamativa cabellera rubia que las hace destacar y unos pasos de bailes muy similares a los míos, pero aún así Peter no dejaba de decirme lindas y halagadoras palabras.
—Érica. —Me llama a modo de confidente Cristina en cuanto me siento a su lado para tomar un descanso. —Creo que le gustas demasiado a ese cubano. —Miro por reflejo de Piter a Cristina y y viceversa y esta se echa a reír con un aura de complicidad. —¿Que te parece el? Creo que tienen mucha química al bailar.
—La verdad si me gusta. —Confesé y mi amiga arqueó las cejas más que complacida con la respuesta.
—Entonces ve y hazle caso... —Propuso. —No te contengas por nosotras.
Negué con la cabeza. —Estaré con ambos.
—Hey. —Exclamó Peter cuando llegó a mi lado. —¿Vamos por otra bebida y seguimos bailando? —Miré a mi amiga que me estaba animando a ir y asentí.
Nos alejamos para bailar en otra parte y fué en ese momento cuando vi a lo lejos a una persona que no me imaginé encontrar esa noche...
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