Sospecha.

Abyo era el mejor amigo de Garu. A pesar de eso, le costaba mucho saber algo de su amigo, era tan misterioso y cerrado con sus sentimientos pero al parecer no lo era para Pucca.
Según Ching, ella sabía muy bien en algunas ocasiones lo que Garu sentía.

Abyo no estaba tan seguro de creer eso, si bien no duda que Pucca lo ame, eso estaba más que demostrado. Pero quería estar seguro de lo que pasaba con su amigo. No quería invadir la privacidad de su amigo, no quería ponerlo más gruñón de lo normal. Sin embargo él era tan curioso que tendría que ser sigiloso para no ser visto tan pronto.

Hace unas semanas ese dúo se perdió en el bosque de bambú, o eso le dijo santa. Lo más extraño fue cuando le dijo que Pucca lo jalaba de la mano. Normalmente él corría para no ser alcanzado. ¿Qué pasó entre ellos? ¿Hay algo que deba enterase?

-No te metas, Abyo. Sabes como es Garu, a él lo le gusta que los demás se enteren.

Le reprochó ching cuándo le dijo su plan de espiar a Garu. Pero era una piedra muy molesta, no saber nada. No quería espiar a su amigo, es más, quizá Garu se enteré de su presencia al instante. Sus instintos ninja son cada vez más buenos.
"Quizá debería espiar a Pucca, ella siempre sorprende a Garu" pensó irónicamente.

Abyo caminaba, pensativo. Ching por una parte tenía razón, no le incumbe en lo absoluto pero eran mejores amigos. Al llegar al centro de entrenamiento se encontró con Garu, le extraño verlo entrenar con una espada diferente.

-Hola, Garu. Llegaste temprano - dijo en forma de saludo.

Garu lo vió y le dedico un gruñido de "déjame entrenar". Abyo rodó los ojos y espero a que ching llegara. Pensó que desde hace días no veía a Pucca en la clase para estrenar. Últimamente estaba como loca haciendo entregas...

De pronto, se le ocurrió algo a Abyo. Puede que espiar sea un total de fracaso pero puede que logre sacarle algo a Garu sí es lo bastante cuidadoso al preguntar. Vió a Garu saltar se un lado al otro cortando diversos objetos en su trayecto. Admiró por unos segundos la espada que Garu lucia, sabía que era nueva, se veía por la reluciente hoja afilada. Se acercó a él esperando no regarla.

- Veo que tienes una espada nueva, ¿dónde la compraste?

Garu se detuvo, miró su espada y luego a Abyo. Guardó con cuidado la espada en su estuche y sacudió la cabeza, para darle a entender que no importaba.
Abyo supo que no iba a obtener nada. Sin embargo, no se dio por vencido.

- Vamos, Garu. Enseñamela.

Garu, en seguida la tomó y la sostuvo de tal manera que se mostraba sobre protector con el objeto. Eso no sé ayudaba mucho a Abyo, su curiosidad había aumentado diez veces más.

"¿Qué se traerá entre manos Garu? Digo, se comporta de una manera muy extraña" pensó Abyo.
Quizá sea una reliquia familiar, o puede ser que simplemente Garu no quiera mostrársela. Él es tan reservado en sus cosas.
Claro que a Pucca no le importa... ¡Pucca! Si bien, Garu es muy reservado pero por magia o acosamiento Pucca sabía muchas cosas de Garu.
El gran problema seria sacarle algo a ella. Pucca era un tanto difícil de entender pues no la conocía muy bien bien. 

Quizá y todo se quedaría en ideas al aire.  ¿Qué clase de mejor amigo tiene? Sin duda,  no sabia la respuesta. 

Sospecha desde hace mucho que su amigo ya tiene más presente el amor que él siente hacia Pucca.  Los años han pasado. Desde hace tiempo siente algo diferente en él, algo que le oculta y se oculta a sí mismo. 
Y lo que le digo Santa fue la gota que derramó el vaso.

Vió una vez más a Garu, no podía culpar a su amigo de coletas.  Siempre ha sido así. Todo un enigma andante. 
Aunque el tenía un augurio de que Garu sabría muy bien entender sus sentimientos cuando lo quiera,  cuando deje de ser tan cabeza dura,  tan cerrado.  Si abyo se había dado cuenta de los sentimientos que tenía hacia ching,  qué Garu no se dé cuenta de lo que siente por Pucca. 

Quizá otro día pueda observar con más detalle esa espada reluciente que le llamó la atención.  Por un instante,  se le cruzó la idea de que la espada era de Pucca,  pero la desechó al instante. Recordó los suéteres que ella le tejia y que estaban de por vida en el fondo de su armario.  Sin duda no era de ella. 

Sonrió ante ese pensamiento,  cuando se dió cuenta de que él aguardaba la mayoría de los regalos que ella le daba empezó a causarle mucha curiosidad. 

Quizá,  sólo quizá puede que abyo sepa lo que que Garu niegue.  No quiere arriesgarse mucho afirmando lo en voz alta.  No quiere que Garu huya y niegue lo que siente por "vergüenza" y retroceda los pocos pasos que ya dado, no señor. 
Le daría un poco de espacio a su amigo. 

Pero eso no significaría que dejaría sus sospechas de lado.

¡Buenas,  amigos!
Espero que sea de su agrado. 
¡Nos leemos pronto!

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