Corazonada.

Garu veía con atención a Pucca, las cosas habían "vuelto" a la normalidad, él seguía con su seriedad de siempre, con mal humor, sus gruñidos, bueno, siendo él. Pero por más que él se regañara no podía dejar de mirarla.

Había sido idea del gran idiota de Abyo, el de salir los cuatro, no podía con la gran vergüenza al saber que la intención de la parejita era salir el plan "cita doble". 

"Cita doble, cita doble, cita doble mis calzones. ¡No puede ser!  Un día de estos Abyo me las va a pagar" pensaba Garu mientras le tomaba a su bebida.

Era muy raro comer algo que no fueran los fideos Chan, pero la comida de aquel lugar no sabía nada mal. Oía como Ching regañaba a Abyo, como siempre, por alguna tontería que hizo pero por más que quería poner atención para después burlarse se él no podía. En su mente había muchas cosas que pensar...

Bebió una vez más de su bebida y levanto la mirada con la intención de seguir viendo a su hermosa acosadora, para su gran sorpresa, se encontra con sus grandes ojos cafeces observandolo.
Él se quedó estático, su mirada era tan profunda, tan cargada de sentimientos que lo envolvía en una calidez, que provocaban un hueco en su estómago y la sensación de sudor en frío.

Pucca se había dado cuenta desde el principio de su mirada "disimulada", tenía que hacer un esfuerzo sobre humano para no verlo y atrápalo en su juego, ya que quería ver el hermoso color rojo de sus mejillas tal y como lo observaba ahora.

Garu, en un intento por calmarse apartó la vista. Se reprochó el comportamiento que estaba teniendo, ¿desde cuándo se comportaba como un adolecente enamorado?

< E N A M O R A D O >

Esas palabras retumbaron en su cabeza, ¿a caso el estaba enamorado? ¿Eso era posible? Garu suspiró pesadamente, la respuesta estaba clara: No. No era posible, aún no, aún no...
Él era un ninja con el honor roto, con una misión, una misión que era lo más importante, además de que tenía el pequeño problemita con el odioso de Tobe.

Le molestaba el hecho de que acosara a Pucca, eso era muy poco horrado, aunque sabía que ella podía defenderse a la perfección le llamaba la atención la manera que que se daban sus encuentros, y sobre todo que solo fueran encuentros con Pucca.

— ¿Qué opinas, Garu?

Escuchar su nombre lo hizo volver a la realidad.  Ching lo miraba esperando una respuesta, se sintió un poco avergonzado, pues no tenía idea de lo que estaban hablando. Él solo gruño.

Abyo intentó ocultar su sonrisa, no era muy común ver a un Garu tan despistado. Normalmente era él quien estaba alerta de todo, en todo momento. Sabía perfectamente que entre Pucca y él había pasado algo en el lapso de su regreso de la misión hasta el día de hoy, aún bo abandonaba su misión de vigilar a ese par, y ha notado varias cosillas.

— Vamos Garu, ¿qué pasa? – se burló su amigo, aunque se arrepintió al ver la cara de pocos amigos que le echó. Se recordó una vez más, no hacer enojar a su mejor amigo pues, la ultima vez que lo hizo lo hacía tener pesadillas aún. Garu podía ser muy vengativo y oscuro cuando quería. Pero tenía que aceptarlo, esa vez si se pasó –. Ching estaba hablando de lo bien que no la estamos pasando, es muy grato reunirnos los cuatro.

Garu miró con odio un poco más a Abyo, pero le agradeció internamente por ayudarlo en esa situación. ¿Se la estaba pasando bien? Bueno, siempre era agradable estar con ellos, incluso cuando su acosadora lo mimaba hasta el cansacio. Garu solo asintió restandole inportancia al asunto.

Ching miró con ojos complices a Abyo, intentó ocultar esa sonrisa para evitar una mirada de odio de Garu. Observo a Pucca quien veía a Garu, podía jurar que lo veía de manera diferente, con más amor, si eso era posible, y con una gran ilusión.
Desde ya hace tiempo Abyo le había contagiado sus inquietudes, y aunque no quería meter mucho las narices, conocía perfectamente a Pucca para no saber que algo muy bueno estaba pasando. Esperaba con todas sus fuerzas que pronto pudiera ir a una "cita doble" con el garucca formal. Sí, Abyo y ella los llamaban así, y no solo ellos sino los tíos de Pucca, Santa, su papá, entre otras personas.

— Bueno, me da mucho gusto que te la estés pasando bien, al igual que tú Pucca. Ustedes son mis mejores amigos, hemos pasado tanto tiempo juntos, hemos crecido juntos.

A Pucca se le encogió el corazón. Era cierto que los cuatro habían crecido juntos, los apreciaba a todos, y quería que las cosas no cambiaran. Vio como su mejor amiga se le cristalizaban los ojos, le tomó la mano como pregunta. Abyo, al darse cuenta la se acercó a ella de forma muy preocupada.

— Ching, cariño, ¿qué pasa? ¿te sientes bien?

—No te preocupes, solo estoy sentimental. Ya sabes, el periodo se hacerca.

Abyo suspiró aliviado, era cierto que su novia tenía cambios de humor radicales cuando estaba por llegar su periodo. Recuerda con mucho cariño cuando Ching le explicó sus cosas, ahí entendió que lo dejaba entrar en su vida. Se sintió tan feliz, era un chico afortunado.

Ching se levantó al baño, no podía sostener las lágrimas por mucho tiempo. Al llegar, las lágrimas corrieron sin remedio. Estaba a punto de echarlo todo a perder, Tobe le había advertido del gran peligro que todos corrían.

"¿Por qué ahora? ¿por qué?"

Aunque en el fondo ella le agradecía enormemente lo que Tobe estaba haciendo. Pero como bien le dijo unas noches atrás, la hora de pagar la cuenta se acercaba y necesitaba con urgencia la ayuda de Abyo y Garu.

" Tengo miedo..." pensó.

********

Garu se mantenía ajeno a todo después de las palabras de Ching. Todo esto era más que una simple coincidencia, las adviertencias a Pucca y su constante vigilancia de Tobe  hacía ella, el comportamiento de Ching y el extraño mensaje que Abyo le dijo que encontró en su puerta. Aquí había gato encerrado, no había duda.
Tenía un gran presagio.

Miró a Pucca, quién le sonreía dulcemente a Abyo intentando tranquilizarlo. Su corazón volvió a sentir calidez, ¿estaba enamorado? Sabía que sí, esa chica era dueña de su corazón, pero tenía que seguir negándose a creerlo. Era como una pequeña anestesia a su necesidad de amar y ser amado por su dulce acosadora.

HOLAAAAAAAA.
Lo admito, hasta a mí me encantó el capítulo. Tengo muy buenas nuevas, gracias a que estoy en mi casa en cuarentena y no tengo a la universidad estresandome, tengo tiempo para actualizar. ¡WUUU!
Como sea, espero que les guste el capítulo.

Nos leemos pronto.
Mont.

P.D: Cuidense y eviten salir de casa

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