♠ Lunes ♠

 —¡Cuidado!—Grité al ver cómo el autobús se dirigía a toda velocidad, y como aquel gato seguía en medio de la calle. No lo pensé dos veces antes de saltar para tomar al animal entre mis brazos. El autobús únicamente me rozó.

—¡Oh Dios mío! ¿Estás bien?—Exclama Maki mientras corre hacia mí—¿No estás herida?

—No, uff por poco—Le devuelvo el gato a su dueña, Maki Harukawa, mi compañera de clase—¿Porqué llevas un gato contigo?

—Kaito quiere conocerlo pero escapó de su jaula y se asustó, muchas gracias de nuevo—Maki acaricia las diminutas orejas del felino para tranquilizarlo, o quizás para tranquilizarse a sí misma.

—¿Kaito escapó de su jaula?

—No, hablo de Bely.

—¿Bely? Oh, te refieres a ese lindo pequeñín.

—Si—Maki continua acariciando al animal, pobrecito, se llevó un buen susto—Gracias por salvarlo, te debo mi vida.

Maki hace una reverencia, y yo inmediatamente me pongo nerviosa.

—¡N-No te preocupes, no fue gran cosa!—Estoy tan avergonzada que debo parecer un tomate parlanchín.

Ni siquiera yo sé explicar de dónde saqué la fuerza para saltar y rescatar a Bely. Tengo muchas cualidades pero ser arriesgada no es una de ellas, pero ver a Maki tan tranquila me alivia el corazón. Si ella está contenta, yo también.

¿No lo había mencionado? ¡Estoy locamente enamorada de Maki Harukawa! Pero, como es normal, no tengo pensado decírselo; principalmente porque no somos tan cercanas como quisiera.

Por eso mismo, quiero que seamos amigas, quizás tenga una oportunidad. No soy arriesgada pero sí optimista.

Decidimos caminar juntas hacia Kibougamine. Mi día recién comienza y ya estoy sudando a chorros por tener a mi linda crush caminando a mi lado. Maki vuelve a poner a Bely en su jaula, quien se encuentra más sereno. Sonrío al ver a Maki tan cariñosa y protectora con su gatito; nunca lo admitiría pero en el fondo es muy maternal.

Una vez llegados a Kibougamine y a nuestro salón, Maki vuelve a agradecerme por mi rescate, después va a sentarse a su pupitre y yo hago lo mismo. El primero en saludarme es Shuichi Saihara, como siempre.

—Buenos días—Dije con mi sonrisa de siempre de los lunes.

—Buenos días, señorita heroína—Shuichi se sienta en el pupitre de al lado—Escuché que salvaste a Maki de un atropello.

—¿Eh? En realidad salvé a su gato...

—¡Hey tú!—Es Kaito Momota, quién se acerca a darme un abrazo—¡Eres mi ídola! Mira que salvar a Maki de un asalto, eres genial Kaede Akamatsu.

—Espera ¿qué?—Debo parecer muy tonta recibiendo felicitaciones y yo teniendo mi cara de tonta. Me levanto y me dirijo hacia Maki—Hey ¿qué tanto estás diciendo?

—Que salvaste a Bely de un atropello.

—¡Pues ahora resulta que te salvé de un robo!

—¿No era un secuestro?—Pregunta Rantaro Amami, quién se encontraba cerca.

—Ya sabes cómo son los chismes, son como una bola de nieve que se hace más y más grande—Responde Maki en total calma mientras acaricia a Bely, quién está dormido en su regazo.

—¡Si, pero no en cinco minutos!

—¡Hola mis queridos mequetrefes!—Exclama Ouma al entrar al salón—Oh señorita Akamatsu ¿sigues viva tras haber derribado a tres hombres para evitar que secuestraran a Maki?

Cubro mi rostro con mis manos, ¡Por los santos macarrones gratinados ¿qué está pasando?!

—Parece que ahora eres popular—Comenta Maki, que parece que no le importa.

Bravo, fantástico, sencillamente espléndido.

Y si, estoy siendo sarcástica.

Pero ya nada podía hacer, así que me dejaré llevar por la corriente hasta que todo esto pase de moda. Vuelvo a sentarme en mi pupitre, esperando a que las clases inicien. Hoy será un día largo...

—¡Akamatsu!—Exclama Tenko al llegar—¡Salvaste a Harukawa de una red de contrabando! ¡Eres mi heroína!

Pregunta seria ¿cómo proceder a la auto-suicidación?

[...]

—Quiero que todos escriban un poema—Dice nuestro profesor—Y no, no quiero que busquen uno por Google, quiero que sea original, algo de ustedes.

El salón exclama un Buuuuuuh como respuesta. No tengo problema con eso, adoro la poesía.

Nuestro profesor, Koichi Kizakura, siempre se le ocurren trabajos interesantes.

—¿De qué tratará tu poema?—Me pregunta Shuichi, quién siempre se sienta a mi lado, llevamos juntos desde el primer día, y con el tiempo se ha convertido en mi mejor amigo—Yo no tengo ni idea.

—Quizás lo inspire a lo que está sucediendo.

—¿Te refieres a tu heroico acto, dónde salvaste a Maki de un experimento del gobierno?

—Shuichi.

—¿Si?

—Querido, sabes que te quiero pero por favor, no seas parte del problema.

—Bien, me quedo calladito.

Pero la idea de Shuichi es buena, quizás pueda escribir de cómo los rumores son tal y como los describió Maki: bolas de nieve que crecen. Escribo un par de líneas para después borrarlas y volverlas a reescribir.

Sin duda, lo mío es la música, no la literatura. Mis notas no tienen letras; en el escenario es el piano el que canta, no yo. Yo solo le doy vida. Reconozco que esto es difícil.

Entonces, el timbre suena, el maestro nos dice que terminamos nuestro poema en casa. Mientras no nos diga que tenemos que leerlo frente a todos por mi encantada.

—Me quedaré un rato más—Le digo a Shuichi—Me pasaré por la biblioteca, quiero tomar referencias en mi poema.

—Vaya, te lo estás tomando muy en serio.

—Me encanta la poesía pero no soy capaz de plasmar nada, no sé, quiero aprender ¿estoy exagerando?—No noté mi propio desánimo hasta que Shuichi me sonrió con alegría.

—No, es genial, eres talentosa en todo lo que haces Kaede.

—Awww, querido—Finjo que me pongo a llorar, Shuichi se ríe de mi acto. Nos despedimos y lo veo irse.

Si Shuichi cree que puedo, tendrá que ser verdad; ¡así que no pienso decepcionarlo!

Camino entre uno de los estrechos pasillos de Kibougamine con mi poema en las manos. Observo que algunos salones ya están decorados para San Valentín.

¿Cómo es posible que lo olvidé? ¡Dentro de una semana será catorce de febrero!

Quizás deba invitar a Maki a salir...

...o mejor no.

—Jajaja, antes prefiero saltar de un noveno piso—Digo en voz baja. No tengo intención de arruinar la débil relación que tengo con mi linda crush.

Al darme la vuelta choco con alguien, provocando que mi poema caiga al suelo, por suerte mi trasero no termina en el piso, pero Ouma si cayó de espalda.

Esto me pasa por andar pensando en Maki, me vuelvo tonta.

—¡Auch! Oye, la luz estaba en verde—Dice Ouma mientras se levanta y se sacude la ropa.

—Perdón, ¿estás bien?

—Si, gracias por preguntar, señorita que logró esquivar un tiroteo para salvar a Maki.

—¡Basta!—Aprieto mis puños y los pongo en mi cadera—Si vuelvo a escuchar un "salvar a Maki" juro que explotaré, y créeme, no quieres verme explotar.

—Alto ahí loca—Me dice con esa sonrisa de diablillo que tanto le gusta presumir.

—En fin, nos vemos mañana—Recojo mi poema del suelo, Ouma también parecía llevar un trozo de papel en las manos, pues recoge uno también. Cada quien sigue su camino.

Desdoblo el papel para leer lo que llevo.

"Querido Kiibo

Tu eres mi musa

Eres mi estribillo

Eres la confusa

De mis días malditos".

Dejó de caminar para volver a leer aquellas palabras. Ah...yo no escribí eso, por ende, el dueño de este poema...

—¡Eres tú!—Me doy la vuelta y apunto a Ouma quien también se había quedado parado—¡Tú, Kokichi Ouma, eres culpable!

—P-Pues...—Nunca había visto a Ouma tan nervioso, estaba apretando mi escrito con las manos—Arrghh...

—¿Estás bien?—Me acerco a él, pero era una trampa, Ouma aprovecha para arrebatarme el papel de la manos y salir corriendo—¡Oye tú, sarnoso!

Demasiado tarde, lo he perdido de vista. ¡Se ha llevado mi poema también!

Pero aquel poema sigue fresco en mi memoria. Es un hecho: Ouma escribió un poema para Kiibo.

Tendré que investigar este caso a fondo mañana. Hoy perdí mi última bala y la única prueba concluyente.

Kokichi Ouma, llegaré al fondo de esto. Porque ahora que te has llevado mi poema, conoces mi secreto.

Espero que les este gustando <3 nos leemos mañana!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top