3- Es mío.

Dos semana después.

★★Habitación Gulf ★★

—Eres maravilloso —manifestó Mew al tener a Gulf entre sus brazos después de hacer el amor.

—Tú más lo eres —responde Gulf con felicidad —. Cada día te amo más y más.

—Debo volver a mi habitación, no deseó que mi padre o alguien nos vea y se lo diga a él, sería nuestra muerte, mi tesoro.

—Lo sé, aunque feliz la acepto ahora.

—Y yo —responde Mew dejando otro beso en los labios de Gulf.

—Te amo.

—Y yo a ti.

—Qué cansado me siento —manifestó Gulf escondiendo su cabeza en medio de los brazos de Mew.

—Seguro donde hicimos el amor, descansa, te veré en él desayunó.

—Está bien —responde Gulf.

Mew se levanta de la cama y se coloca su shenti, gira la cabeza para mirar a Gulf quien lo miraba con gran tristeza.

—No estés triste mi vida. Sonríe, te queda mejor —consuela Mew.

—Está bien, nos vemos.

—Sí.

Mew da un último beso, se dirige a la puerta, mira para todos lados y se va.

—Realmente es todo lo que deseó. Mew te amo. Espero que los dioses un día nos den la bendición de estar juntos. Sea aquí o en la próxima vida.

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★★Comedor★★

—Llegas más tarde hoy mi tesoro —manifestó faraón mirando a Gulf entrar.

—Perdón, mi señor no pude descansar como correspondía —se excusa Gulf.

—¿De verdad? ¿Por qué? —pregunta faraón.

—El colchón es malo, hace doler mi espalda, sí que no dormí mucho, me quede mirando por la ventana, me dormí allí y al despertar ya era tarde.

—Pero mi tesoro, tú tienes también autoridad, pide otro.

—Lo haré —Gulf se sentó y miro a Mew comer—. Buenos días, Mew.

—Buenos días mi señor —saluda Mew.

Rápidamente entra el consejero.

—Mis señores —reverencia—. Buenos días, perdón interrumpa sus desayunos, pero en la entrada está la reina del reino de Libia con sus acompañantes, pide verlo con urgencia a usted faraón.

—Hazla pasar al salón del trono, voy enseguida —ordenó faraón.

—Enseguida seguiré sus órdenes —reverencia y sale.

—Imaginó a que viene —sonrió faraón.

—Al compromiso seguramente —dice Mew dejando su desayuno de lado de manera molesta.

—No hijo, la princesa de ese reino ya no está viva —habla faraón—. Ya no estás comprometido, olvidé decírtelo.

—¿¡No lo está?! —pregunta Mew algo asombrado—. Yo no tenía conocimiento de que ella ya no este viva. ¿Qué ocurrió?

—Mi tesoro vio traición de parte de ese reino, incluso la muerte para ti, y se encargó de ella —hablo faraón.

Gulf solo sonríe.

No lo iba a permitir.

Recuerdo 💬

—¿¡Qué te ha hecho enojar?! ¿¡Qué has visto?!

—¡Traición! ¡Si Mew va a ese lugar, será tratado como un esclavo, será también asesinado

—Entonces agradezco a mi señor por salvarme —hace una corta reverencia Mew.

—No me agradezcas, claramente no lo iba a permitir. Como tampoco voy a permitir que otros se crean mejor que faraón, nadie podrá superar su reinado —contesta Gulf.

—Mi tesoro debe venir conmigo a recibir visitas —expresó faraón.

—Que esperé, tengo hambre —puchero—. Debo comer primero o estare débil, ¿no lo piensa?

Mew miraba detalladamente a Gulf y su comportamiento, de pronto empezó a sentir muchos celos por dentro, más que su padre posaba su mano sobre su rostro, aunque sin llegar a tocarlo.

—Está bien mi tesoro, come, iré yo a recibirla, luego vas tú, ¿está bien?

—Sí.

Faraón sale y todos los siguen, Gulf mira a Mew y le sonríe, pero su sonrisa se apagó al verlo tan serio y a la vez lo despreció.

—¿Por qué estás tan amargado? —pregunta Gulf comiendo.

—Por nada —responde fríamente Mew.

—Algo en ti cambio, no me mientas —dice Gulf al observar su rostro sin expresión y unos ojos fríos como el invierno.

—¡Eres un coqueto! —manifestó Mew con rabia.

—¡Estás siendo grosero! —responde Gulf con enojo—. ¿A qué debo ahora tu grosería?

—Cada vez que padre te halaga, te da algo o pides algo, le sonríes de forma descarada —manifestó nuevamente molesto Mew.

—¡Te recuerdo que tu padre es mi “esposo”! ¡Fui casado a la fuerza y no podía negarme! —responde con gran irá Gulf—. ¡Y así aceptaste todo esto, te lo recuerdo por si lo olvidaste!

—No vi que te hayan obligado —manifestó Mew con gran ironía, levantándose de su lugar—. Y tienes razón, así lo acepté.

—¡Eres un idiota! —se levanta de igual manera Gulf—. ¡Mejor hubiera dejado que seas feliz con esa princesa y te largaras! ¡No debí matarla por celos! ¡Así no estaría en estos momentos sufriendo por tus crueles palabras! —grito con gran enojo Gulf.

—¿Qué dijiste? —interroga Mew antes la nueva información—. Tú viste mi muerte en manos de ellos, ¿no es así?

—Ja, no seas estúpido, vi amor, felicidad, sonreías con ella, ¿crees que iba a permitir que ella te apartara de mi lado? ¿¡Crees que iba a permitir que el amor de mi vida fuera arrebatado de mi vida?! ¡No! —grita furioso Gulf tirando su jugo contra la pared—. ¡No lo iba a tolerar!

—¿¡Qué hiciste?! ¿¡Cómo la mataste?! —grita nuevamente Mew.

—¡Mande lluvias! ¡Lluvias que terminarían “solo” si su princesa moría!

Gulf no dijo nada más y salió del comedor azotando la puerta con rumbo al salón del trono.

—Por todos los Dioses —manifestó Mew—. ¿Realmente fuiste capaz de tanto por no dejarme ir de tu lado?
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★★Salón del trono★★

—Llega su alteza el señor Gulf, el templo de Egipto —grita un guardia para anunciar que llegaba Gulf.

Gulf entra al salón, como era él, mirando fijamente a las personas y controlando su enojo por la discusión con Mew.

—¿Ya has comido mi tesoro? —pregunta faraón.

—No, no pude seguir, sentí que debo ser cortes con las visitas que viajan días para llegar aquí.

—Reina Libis, él es mi esposo y también el templo de Egipto —presenta faraón.

—Un chico muy hermoso —halaga la reina—. Realmente hermoso, bien ganado el título.

El consejero de la reina se acerca al oído de ella y le susurra cosas que hacen que su expresión cambié.

—Un placer saludarla reina Libis —saluda Gulf.

—Igualmente —estiro su mano para saludar—. ¿No me saluda apropiadamente?, en mi reino si no se da la mano, es falta de respeto.

—Lo siento, pero no toco a nadie y nadie me toca a mí —se excusa Gulf.

—Así es, nadie tiene permitido tocar a mi tesoro, una joya como él es invaluable.

—Entiendo su concepto perfectamente, así era mi hija, un tesoro invaluable, pero lamentablemente las lluvias llegaron a mi reino, lluvias que jamás se habían visto, y los sacerdotes dijeron que era una maldición, que sacrificándola todo acabaría.

—¿Así? —pregunta Gulf de forma sarcástica.

—Sí, por más que la protegí, me la arrebataron igual, primero mi esposo en la guerra, y luego tuve que ver morir a mi hija, y después de su último suspiro, las nubes de lluvia se fueron.

Faraón y su consejero miraron fijamente a Gulf, sabían perfectamente que todo había sido provocado por él.

—Una triste historia, pero dígame. ¿Qué la trae a nuestro reino? —interroga Gulf—. Sin princesa no existe la unión ahora.

La reina se acercó a Gulf y quedo frente a frente, lo miro a los ojos y pronto vio su collar.

—Solo un brujo o hechicero podía enviar tal maldición, claramente fuiste tú. ¡Bastardo, malnacido! —reclama la reina.

—¿¡Cómo te atreves a faltarle él respetó a mi tesoro?! ¡Guardias! ¡Tómenla a ella y a sus 3 acompañantes en custodia! —grita faraón furioso ante las ofensas a Gulf.

—¡Espere! —grita Gulf—. Yo me haré cargo.

—¡Deténganse! —levantó su mano derecha y se sentó otra vez faraón.

—¿Qué le hace creer que fui yo? —pregunta Gulf.

—Claramente, tú tienes el collar de la inmortalidad, tus ojos reflejan la maldad, la venganza, él odió —empezó a hablar la reina—. En ti no existe el amor, solo la codicia y el rencor. Nada bueno existe en ti, solo tienes belleza, belleza que embruja y engaña a todos.

Entra Mew y se coloca al lado de su padre, mira y escucha atentamente lo que está pasando.

—Si existiera en mí todo eso, ni usted, ni este reino existirían, no necesitaría de faraón para tener riquezas, las obtendría solo, y si, yo mate a su hija, porque querían un compromiso con Mew, y solo vi, su muerte y claramente yo cuido y protejo a todos aquí, y su hija solo era la perdición de este reino y el suyo porque iba a correr más sangre —manifestó Gulf mintiendo descaradamente sin importarle que Mew ya sabía toda la verdad.

—¡Monstruo! ¡Mentiroso! ¡Mi hija era buena! grita la reina.

La reina saca de la manga del vestido un cuchillo pequeño que clava en el brazo izquierdo de Gulf, lo que hace que los guardias la aprisionen rápidamente a ella y a sus acompañantes, faraón y Mew corren rápidamente a ver a Gulf.

—¡Un sunu! —grita faraón—. ¡Que venga ahora!

—¡Tranquilo mi señor! —dice Mew al ver la herida profunda en el brazo de Gulf.

—¡Esta me las pagará! —grita Gulf reflejando en sus ojos la rabia y furia contenida incluso de la pelea con Mew—. ¡Libérenla! ¡Yo me haré cargo!

Los guardias tiran a la reina al piso delante de Gulf, todos empezaron a alejarse, los ojos de Gulf reflejaban un azul intenso de odio.

—¡Ahora te mandaré con tu esposo e hija! —grita Gulf enojado.

Gulf quito el cuchillo de su brazo y lo hizo meditar, miro fijamente a la reina e hizo que el cuchillo se clavara en su pecho, cerca de su corazón.

—¡Ahhh! —grita la reina al sentir el cuchillo, enterrarse en su pecho, empezó a sangrar de su boca—. ¡Maldito! ¡Mil veces maldito!

Gulf se acercó, se arrodilló para quedar a la altura de la reina y le susurró al oído toda la verdad.

—Mentí. Jamás vi traición, estaba celoso, Mew es mi amante, lo amo y su hija me lo iba a quitar, y yo no pierdo reina Libis.

—In...fiel —dijo moviendo sus labios sin emitir sonido.

—Lo sé, pero vaya con su familia ahora, le haré ese favor. Para que vea que no soy tan malo —Gulf sonríe un poco y se levanta—. Buen viaje a su alteza, no se pierda en el camino.

Se aparta un poco y con su poder de meditación la levanta del cuello, con su mano derecha crea una esfera de fuego y la tira directamente a la reina y la quema.

Los gritos de la reina y sus acompañantes eran aterradores, Mew solo miro y se fue del lugar, pronto se dejó de oír los gritos de desesperación de la reina y solo quedó el sollozo de sus acompañantes.

—¡Saquen a esas basuras y que trabajen como esclavos! ¡Si se rehúsan, los matan! ¡Nadie llega a mi reino y ataca a mi tesoro! —grita faraón con gran furia.

Gulf empezó a marearse y perder la conciencia, rápidamente corrió faraón y el sunu a atenderlo.
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Horas después.

★★Habitación Gulf ★★

Gulf estaba abriendo levemente sus ojos y vio confundido que estaba en su habitación.

—Ya despertó —manifestó el sunu a faraón.

—Mi tesoro. ¿Cómo estás? —pasando su mano por el rostro de Gulf sin tocarlo.

—Algo adolorido de mi brazo. ¿Cómo llegue aquí? —interroga Gulf—. ¿Quién me toco?

—Yo, mi señor, solo para colocarlo en la camilla y acomodarlo aquí para examinarlo —habla el sunu.

—Gracias, me siento muy mal —expresa Gulf.

—No comiste apropiadamente y usaste mucho poder contra la reina Libis —habla faraón—. Por eso te desmayaste.

—Realmente perdón, no me vea como un monstruo, pero me atacó y no se lo podía permitir.

—No te preocupes, no te estoy regañando, hiciste bien en acabar con ella. Solo vino a hacer daño —dice faraón para tranquilizar a Gulf.

—Aún tengo sueño, dormiré más.

—Hágalo —manifestó el sunu—. Esta débil debe recuperarse apropiadamente.

—Lo haré —Gulf empezó a cerrar los ojos nuevamente.

—Debemos dejarlo descansar mi señor, es mejor dejarlo solo —expreso el sunu.

—Sí, iré a mi habitación a descansar, lo necesito, fueron muchas emociones hoy.

El sunu, faraón, el consejero y los demás salieron de la habitación, dejando solo a Gulf descansar. Después de unos minutos, Mew ingreso a la habitación y se sentó al lado de Gulf y acaricio su cabello.

—Todo lo que paso hoy en la mañana solo es mi culpa, no debí hacerte enojar, al final tu enojo e ira la descargaste con ella, y claramente si mataste a esa chica fue por celos, realmente eres un chico peligro, pero te amo así como eres.

—Ummm —empezó a moverse Gulf y abrir levemente los ojos—. Mew.

—Descansa, no te muevas mucho, estás débil.

—Estoy siendo un monstruo Mew. ¡Perdón!

—Sé, por qué paso todo, no te culpes, perdón por haber sido tan grosero en el desayuno y haberte gritado. No debo estar celoso de mi padre, podrá ser tu esposo. Pero no te toca como yo lo hago —manifestó Mew.

—Fuiste muy grosero e hiriente —sonrió Gulf—. Pero es verdad, él podrá ser mi esposo, pero solo de nombre, porque jamás me ha tocado y jamás lo hará.

—¿Tienes hambre? —pregunta Mew al recordar que Gulf no comió mucho en el desayuno y la noche iba a empezar.

—Sí, pero solo quiero uvas.

—Está bien, te las daré en la boca.

Mew se levanta y toma el plato de uvas que había sobre una pequeña mesa.

—Aquí está, a comer, abre la boca —ordena Mew.

Gulf abre la boca y empieza a comer.

Está deliciosa.

—Qué bueno, aquí va otra —le da otras uvas.

—Muy ricas —mastica feliz.

—No sabes cuando te amo Gulf, realmente pido a los dioses que bendigan nuestro amor un día, si no es aquí, que sea en otra vida.

—Es lo que también pido, si no podemos ser felices aquí, que sea en otra vida, te amo demasiado Mew, soy feliz contigo.

—Y yo también, ahora a comer más uvas.

—Gracias, ya me siento mejor ahora.

—Me alegra escuchar eso, estaba realmente preocupado por ti, tu herida era horrible, la reina solo quería matarte.

Gulf suspiro.

—Ella solo vino a realizar justicia, mate a su hija, solo por celos, estoy claramente siendo un monstruo, pedí la muerte de mi padre, mate a esa chica y ahora a la reina, creo que ella tenía razón, solo soy pura maldad.

—No digas eso, yo no lo veo así, mejor come y no pienses nada —manifestó Mew sacando otras uvas.

—Creo que te debes alejar de mí o te dañare un día —dice Gulf para ganarse una mirada fría de Mew.

—Eso ni en la otra vida, te amo como eres hoy y por la eternidad —dice Mew.

—También te amo —responde Gulf.

—Entonces no se habla más del tema, ahora come.

—Sí.

Mew se acerca y besa a Gulf con mucho amor para que no piense en nada ni dude de su amor.

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Perdón por la falta de ortografía 🙏
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Gracias por tomarte el tiempo de leer mi historia.
Bendiciónes ☀️🌻
   

   

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