1- El Templo de Egipto.

Egipto. Año 3200 a. C.

★★ Casa ★★

—Le imploró padre, no me entregue al faraón imploraba un joven llamado Gulf de solo 18 años de edad.

—¡Es un honor que faraón posara los ojos en ti! —grita su padre—. ¡Serás el templo de Egipto, serás venerado y amado!

—¡No lo deseo! Él me dañará —decía llorando.

—No será así, ya dio su palabra que te cuidara y nadie te tocará, ni el mismo.

—No deseo perder mi libertad, lo imploró padre.

—¡Ya me pagaron por ti! ¡Ahora debes irte!
—nuevamente regaño su padre molestó.

—¡Eres un monstruo!

—¡Deja la queja! —regaña un Medjay, guardia del faraón—. Ve a arreglarte, serás el esposo del faraón. Él te espera y no debes hacerlo esperar.

—¡No lo deseo! —grita nuevamente Gulf.

—¡Aquí no se trata de lo que quieras! ¡Ve y arréglate! ¡Faraón no espera! ¡Ya lo he dicho!

El Medjay tomo a Gulf del brazo y lo tiro, causando una leve herida.

—¡Auch...! —se queja Gulf y ve su brazo sangrar.

—¡Camina! ¡No perderé mi riqueza por ti, por fin haces algo bien!

—¡¡¡Te odió!!! —grita Gulf ya furioso.

—No me importa —jugaba con su riqueza y la contaba.

—¡Medjay! —grita Gulf.

—Díganos —hablan a la misma vez los Medjay.

—Ahora seré el templo de Egipto, quiero a este hombre muerto.

—¿¡Qué?! —grita su padre ante el pedido de su hijo.

—Ahora lo que yo diga es Ley, ¿verdad?

—Así es —responde uno de los Medjay.

—Me iré a arreglar, cuando salga no lo quiero vivo.

—Así será.

—¡No puedes hacer eso! ¡Aún no eres el esposo de faraón! —se defiende su padre ya asustado.

—Tienes razón, cuando lo sea, no estarás vivo y tú que dañaste mi brazo, también iras al infierno.

—Estoy listo para ir a él —el Medjay le hace una breve reverencia.

—Espero que si, y usted igual, “Padre”

—¡Eres un monstruo! —grita ya más asustado al ver la sonrisa de su hijo.

—Soy lo que acabas de crear.

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★★ Palacio Faraón ★★

El faraón estaba en su trono a la espera de la celebración de su matrimonio.

—¿¡Por qué no ha llegado?! —gritaba el faraón al ver que Gulf no llegaba.

—Llegará, lo hará —decía el consejero de faraón para tranquilizarlo.

—¡Si no está aquí pronto, quiero a su padre junto con el muerto!

—Le aseguró que no será necesario.

—Gulf, es realmente una belleza, quiero que sea el templo de Egipto, que todos veneren y admiren tal tesoro —decía faraón al pensar en él.

—Realmente es una joya muy valiosa.

—Por eso lo deseo, es mi tesoro.

Los tambores empiezan a sonar anunciando la llegaba de Gulf.

—Ya ha llegado.

—Muy bien, que venga a mi presencia, mi tesoro no puede esperar.

El consejero salió rápidamente en búsqueda de Gulf y lo hace entrar.

—Aquí está el joven Gulf —anuncia el consejero.

—Ven ante mí. No seas tímido —estiro su mano en señal de que camine hacia él.

Gulf camina seguro de sí mismo sin bajar la cabeza mirando fijamente al faraón.

—¡Por fin! Llegas mi tesoro —dice faraón al estar feliz de ver a Gulf.

Camina a Gulf y queda frente a él.

—Saludos, mi señor —Gulf hace una corta reverencia.

—No lo hagas, no me reverencies. Me alegra que estés aquí.

—No por voluntad propia, las amenazas de sus Medjays y está herida en mi brazo me hicieron venir —mostró su brazo herido.

—¿¡Quién se atrevió a dañar su cuerpo?! —grita furioso al ver la herida en brazo de Gulf.

—Buscaré al culpable —responde rápidamente su consejero.

—¡Y que lo maten! ¡Nadie tiene permitido tocar el cuerpo de mi tesoro!

—Así será mi señor.

—¿Satisfecho mi tesoro?

—No —dice Gulf rápidamente.

—¿Deseas algo más?

—A mi padre también lo deseo muerto, es un hombre codicioso y cruel. Hombres así ensucian tu reinado.

—Tienes razón, como pidas, serás mi esposo, y serás el templo de Egipto, tu belleza será inmortalizada y recordada por décadas.

—¿Usted me tocará? —tocando su brazo izquierdo con gran nerviosismo.

—No mi tesoro, un tesoro como tú ni yo soy digno de tocar, no deseo que te gastes o tu belleza se vaya, para eso existen las concubinas, ellas me complacen cuando lo deseo.

—¿Qué debo hacer entonces?

—Estarás en tu habitación, unos te visitarán para dibujar tu belleza. Serás admirado, pero jamás tocado y eso se probará con pintura en tu cuerpo y tu pureza debe ser intacta. Cuando tenga eventos importantes estarás siempre a mi lado.

—Está bien, será como diga mi señor.

Faraón paso su mano por encima del rostro de Gulf sin tocarlo.

—Eres tan hermoso, eres realmente un tesoro y como eres mi tesoro, tendrás este collar, el collar de la inmortalidad y juventud eterna.

Rápidamente, se acerca el consejero a faraón con una caja roja y la abre dejando a la vista un hermoso collar.

—Aquí está mi señor.

Faraón se lo entregó a Gulf. 

—Esto es tuyo.

—Es hermoso. Gracias mi señor.

—Te dará juventud eterna, te dará grandes habilidades también.

—¿Qué habilidades? —pregunta Gulf al tener curiosidad.

—Podrás predecir el futuro cuando te lo pida, predecir lo bueno y lo malo.

—Entiendo a mi señor, ¿pero soy digno? ¿y si no funciona en mí?

—Eres completamente digno. Si lo hará, cuándo fui por él, el mismo collar te eligió, por eso estás aquí y realmente no se equivocó.

—Entiendo —Gulf observaba maravillado el collar.

—Te estoy dando todo porque desde el momento que aceptes ser mi esposo, nada te faltara.

—Agradezco su generosidad.

—Padre...

Se escucha a una persona llamar al faraón y este mira junto con Gulf a la persona que lo llama y hacía reverencia.

—Mew, hijo, arriba, ven aquí y conoce a mi nuevo esposo. A mi tesoro, ¿no es hermoso?

—Es realmente hermoso.

—Gulf será el templo de Egipto, el collar de la eternidad lo escogió y yo también.

—Maravillosa elección.

—Sí que la hice.

—Mi señor —llama su consejero—. Perdón lo interrumpía. Pero ya llego la hora de la unión.

—Vamos Gulf, llego la hora.

—Sí.

Gulf mira a Mew y este sonríe, su padre se percata de las miradas de ambos.

—Mew. Está prohibido, será mí esposo.

—Si hice algo imprudente, perdón padre.

—Su hijo no es de mi interés mi señor —dijo Gulf para tranquilizar a faraón.

—Lo espero, serás mío y nadie tiene permitido tocarte, ni un cabello.

—Lo sé.

—Jamás ocurrirá padre, él será tu esposo y yo lo respetó como eso.

—Lo sé, y espero que lo respetes de todas las formas.

—Será un respeto mutuo, usted será mi esposo.

—Así es, ahora vamos a nuestra unión.

Faraón camina adelante y Gulf detrás con Mew y sus sirvientes, al llegar al lugar de la celebración, son recibidos con reverencia.

La boda se celebraba en el balcón del palacio, donde se podía ver todo Egipto y su gente abajo. Faraón empieza a hablar.

—Antes que nada, presentaré a Gulf, mi nuevo esposo y no solo eso, es también el templo de Egipto, nadie tiene permitido tocarlo o tratar de atentar contra su vida, el que lo haga, no solo será muerto él, también su familia completa, limpiaré mi reinado de la gente codiciosa y mala de corazón.

Todos aplauden antes tales palabras.

—¿Estamos listo mi señor? —dice el sacerdote que los uniría.

—¿Estás listo mi tesoro?

—Sí.

—Ya escuchó, de inicios a esta unión.

—Sí.

El sacerdote da comienzo a la ceremonia de unión entre faraón y Gulf. Después de terminar todos los reverencian.

—Puede besar a su esposo.

—¡No! Ni yo soy digno de tocarlo, menos besar al templo de Egipto.

—Entiendo. Felicitaciones a mis señores —lo reverencia.

—Traigan ante mí los regalos de mi esposo.

—¿Regalos? —dice Gulf extrañado.

Los guardias traían amarrado al padre de Gulf y al Medjay que lo daño.

—La muerte de estos dos es tu regalo de bodas, uno por dañarte y el otro por codicioso.

—Hermoso regalo.

—¡Hijo! ¡No me puedes hacer esto! ¡Soy tu padre! —grita asustado.

—Estoy listo mi señor —dice el Medjay amarrado de manos y pies.

—¡Mátenlos! —grita faraón.

Los guardias levantan sus Khopesh (Espada), listos para matar.

—¡Deténganse! —grita Gulf para detener la matanza.

—¡Deténganse! ¿Qué ocurre mi tesoro?

—Sabía que no te atreverías a matarme, siempre tan débil y compasivo —sonríe su padre.

—No soy débil, solo que no me parece justa la muerte del Medjay, él solo cumplía tu orden y yo fui el terco.

—Entonces, ¿qué deseas?

—Que viva y siga sirviéndole, es muy leal, pero mi padre que muera.

— ¡Ya lo escucharon!

—¡No! ¡No! —grita desesperado.

—Agradezco su compasión —reverencia el Medjay.

Gulf observó como su padre fue ejecutado y el Medjay liberado.

—¿Feliz? ¿Estás complacido?

—Estoy complacido por mi señor.

—Hora de celebrar.

—Lo sigo.

Gulf miró una vez más a Mew y le sonrió.
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Días después.

★★Habitación Gulf ★★

—Deseo tocarte más —decía Mew—. Deseo recorrer cada centímetro de tu hermosa piel, llenarla de besos y caricias que te hagan delirar de placer.

—Aunque deseo que me hagas el amor y me llenes de caricias y placer esta prohibió, tu padre viene siempre a ver que mi cuerpo no sea tocado, que mi cuerpo sea puro para Egipto, para que siga siendo tan glorioso como hasta ahora.

—Realmente eres un tesoro. Deseo que solo seas mi tesoro.

—Siempre lo seré, como quisiera huir de aquí, que huyamos juntos.

—También lo deseo, ¿pero a dónde? Mi padre es el soberano de todo Egipto, no conoces su poder.

—Lo sé, me ha demostrado su enojó —dice Gulf recordando una situación pasada.

—¿¡Te ha maltratado?! —pregunta Mew preocupado.

—No, pero un sirviente sin querer corrió mi pintura aquí en el brazo y lo ejecutó delante de mí, fue horrible.

—Sé que sí, es cruel y despiada… (Despiadado)

La puerta se escucha golpear.

—Es él, escóndete —Gulf empuja a Mew a una habitación.

Gulf se pone a mirar por la ventana y Mew se escondía.

—¡Adelante!

Faraón entro.

—¿Con quién hablabas?

—¿Con quién puedo hacerlo? Hablaba solo, miraba por la ventana, lo glorioso que es tu reino.

Mirando por la ventana faraón.

—Desde que estás aquí es más glorioso, eres la motivación de esos esclavos.

—¿Desea algo?

—Puso su mano por encima del rostro de Gulf .

—Solo admirar tu belleza y decir que saldré unos días de Egipto. Los rebeldes han pasado nuestras fronteras y deben ser detenidos. Dime tesoro mío, ¿puedes ver mi triunfó?

—Ahora lo sabré mi señor.

Gulf aprendió a usar su collar, este le daba las habilidades de ver lo que podía pasar en el futuro.Una esfera algo inestable se abre y le permite a Gulf ver lo que pasaría.

—¿Qué puedes ver? —pregunto faraón mirando la esfera.

—Veo que el enemigo será terco, no se querrá rendir fácilmente ante ti.

—¡Desgraciados! —grita furioso faraón.

—Tranquilo mi señor. No he dicho que no ganara, veo a su hijo Mew enterrando en el rey una espada que da la victoria.

—¿Mew? Estaba indeciso si llevarlo, pero si él me da la victoria, irá conmigo.

—Créame que será victorioso y ese pueblo se doblegara a su poder.

—Eres maravilloso mi tesoro.

—¡Oh!  —dice Gulf causando la preocupación de faraón.

—¿¡Qué ocurre?!

—El rey en su dedo tiene un anillo precioso.

—¿Lo deseas?

—Sí, quiero que sea mío.

—Lo tendrás, todo será tuyo.

Gulf cerró la esfera.

—Vaya tranquilo, todo es victoria solo para usted y su hijo.

—Muy bien, me voy a preparar y buscar a Mew, que se aliste para ir conmigo.

—Si mi señor.

—Cuando deba irme te quiero en la salida para que me des la despedida.

—Así será —lo reverencia.

Faraón solo sonríe y se va. Mew sale de su escondite.

—¿Es todo verdad?

—Mi vida, no te enviaría a tu muerte, eres todo lo que amo, si tú mueres, yo lo haría conmigo.

—Y yo contigo. Me iré, seguro padre me buscará.

—Lo está haciendo, no verte será una tortura para mi corazón, solo deseo estar en tus brazos y besarte hasta el amanecer.

—También lo deseó y ruego a los Dioses que me den esa posibilidad, aunque sea una vez recorrer ese hermoso cuerpo, besarlo y acariciarlo, bañar mis labios de tu sabor.

—Me sonrojas, es todo lo que deseo.

—Y es hermoso, solo sé que un día los Dioses me escucharan, y tú mi tesoro serás solo mío, y haremos el amor con la bendición de ellos.

—Así será, aunque arda en el infierno. Tendré tus labios recorriendo mi piel y tus caricias llenándome de placer decía Gulf mirando fijamente a Mew.

—Ya me voy amor mío, te veré en la salida.

—Allí estaré.

Mew se acerca a Gulf con delicadeza de no tocarlo y lo besa.

—Te amo dice Mew mirando fijamente a Gulf a sus ojos.

—También yo —responde Gulf.

Mew le dio una última mirada y salió de la habitación.

—Mi alma y corazón van contigo mi vida.

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Horas después.

★★Salida del Palacio ★★

Faraón, Mew y su ejército ya estaban listos para emprender su viaje a la guerra. Gulf estaba mirando como ya estaba todo listo y en orden.


—Nos vemos en unos días o incluso semanas mi tesoro.

—Vaya con fe y tranquilidad, los Dioses lo bendicen a usted, a su hijo y a este glorioso ejército.

—Se agradece —dice Mew sin mirarlo.

—Hora de irnos. Cuídate mi tesoro y sé bueno.

—Lo seré —lo reverecia.

—¡Hora de irnos! —grita faraón.

Su carruaje junto al de Mew se pone en marcha y su ejército los seguía hasta alejarse y perderse de vista.

—Te amo mi vida.

—Mi señor. Debe ir al salón de arte, lo esperan. —dice un empleado sacándolo de sus pensamientos.

—Iré enseguida.

—Si mi Señor.

—Espero vuelvas pronto y ruego a los Dioses, nos concedan en tú regresó el poder amarnos en cuerpo y alma.

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Perdón por la falta de ortografía 🙏
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Gracias por tomarte el tiempo de leer mi historia.
Bendiciónes ☀️🌻

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