2. Cambios repentinos

A menudo la vida tiene giros repentinos, que generan estrés u otras emociones fuertes; éstas pueden ser buenas o malas, dependiendo del tipo de cambio. Hay cambios que pueden pasar mientras uno no lo nota, como un padre yéndose del hogar por la noche mientras uno duerme,  con la excusa de ir por cigarrillos; o un cambio de cuerpo, vida, y mundo diferente al que se tenía anteriormente. Al decir eso uno suele hablar de algo no literal, como lo puede ser la adolescencia, cuando tú cuerpo cambia, y el mundo se abre, lo que suele cambiar también el entorno personal... Pero en este caso, fue literal para la protagonista.

Oye, despierta. — Dijo un niño de al rededor de 8 años.

Mhg... Unos minutos más... — Respondió T/n, con una voz que sentía ronca, o al menos distinta a su voz normal. "Debe ser el sueño.» Pensó.

Mamá dijo que me llevarás a la escuela... Se te hará tarde. O bueno, a mí...

... ¿Dijiste hermana? — T/n, después de unos segundos, reaccionó. Ella era hija única.

¿Tartamudeé o que? 

... No... Sal; me voy a cambiar.— el niño salió y pasó un segundo antes de que la chica gritara—. ¿POR QUÉ MI PELO ES NEGRO LARGO Y LACIO? ¡MI PELO NO ES ASÍ! ¿POR QUÉ SOY PLANA? ¡PAREZCO DIANA CON ESTÁ PIJAMA! ¡YO NO SOY TAN DELGADA! ¿QUÉ PASÓ?

¡CÁLLESE, DEJE LA BULLA! — Se escuchó por fuera del cuarto, dejando a T/n notar que ese cuarto no era a prueba de ruido, a diferencia de su casa.

... — vio un espejo y corriendo fue a éste, soltó un grito aún más fuerte que el primero—. ¡ESTA NO ES MI CARA!... N-no soy yo... ¿D-de quien es este cuerpo..?— miro a los lados y notó que los muebles eran del tipo vintage. Fue hacia el armario, lo abrió y vio varios vestidos; la mayoría eran negros, grises, cafés, rojos y verdes... Pero también había un vestido amarillo mostaza, el cual llamaba la atención por ser el único mínimamente llamativo; además,  a diferencia de los otros vestidos, ese era levemente más actual. Aún así se sentía como el típico vestido de niña bien portada que no rompe un plato.

(Tengan piedad de mí, no sé dibujar)

... Bueno... Si quiero descubrir que pasa debo camuflarme con el entorno... Y no planeo usar rojo o verde para vestir; no queda conmigo.

Ya sin pensar mucho más se quitó la pijama y se puso el vestido. "Esta chica...No se quien es pero está más plana que una tabla" pensó ella, dando una pequeña observación. Después salió.

Vámonos niño.

Por fin... Ah... Vas a ir a ver a tu tinieblo, ¿verdad?— Preguntó el niño, notando el atuendo de su "hermana". Ella se sorprendió y abrió los ojos como platos

¿Ti-tinieblo? ¡Pe-pero yo no tengo novio!— rio nerviosa; si la chica de la cual había tomado el cuerpo tenía un novio, probablemente lo evitaría.

(Dato, a partir de aquí la historia tiene las 2000 palabras)

... Claro, como quieras... Loca.— Avanzó a la puerta y salió, siendo seguido por T/n.

Mientras caminaban ella se dio cuenta de que había mucho color en todas las casas. Además, rápidamente notó que no había ningún coche, así como no había ninguna mujer con pantalón; en vez de eso, todas vestían vestidos clásicos, y los hombres tenían también, ropa casual... Si fuera la ropa de su abuelo, claro. Cuando ya se empezaba a hacer una idea de lo que pasaba, miró rápidamente a la derecha. Su sospecha se confirmó al ver una casa llena de colores y con varios pisos, que se movía como por arte de magia; y es que de hecho, sí era por arte de magia. De la casa, salían varias personas que T/n reconoció sin siquiera pensarlo, y fue entonces que se sorprendió. Quiso gritar pero no pudo; y cuando iba a caminar hacia aquella familia...

¡Oye! ¿A dónde crees que vas? ¡Tienes que dejarme en la entrada! ¡Sino no me dejan entrar, boba!

... Bien, vamos...

Llegó a la escuela y dejó ahí al infante cuyo nombre en realidad no sabía, pero aún así se despidió como si de su verdadero hermano se tratará. Después, fue hacia la familia algo alterada; pero ocultándolo. Mientras iba caminando notó que la gente la veía como sí fuera una lampara andante; mientras más caminaba notaba como la gente se agrupaba dejando un circulo de vacio por donde pasaba, evitando completamente el contacto. Cuando llegó con el chico al que quería hablarle: Camilo Madrigal, él la miró extrañado y se acercó a ella. Ya estando cerca, preguntó:

Mi amor, ¿por qué tan colorida?

"Espera un segundo... ¿Qué pasó ayer?" Penso T/n; para quien por unos segundos la noche estaba borrosa, hasta que...

FLASHBACK

¡NO ES JUSTO! ¡NO ES JUSTO! ¿POR QUÉ TENÍA QUE SER ASÍ? ¡YO VEO TODO LO QUE TIENE QUE VER CON ÉL! ¡YO PINTÉ UNA PARED DE MI CUARTO POR ÉL! ¡MALDITO CREADOR! ¿POR QUÉ TENÍAS QUE HACER QUE CAMILO TUVIERA NOVIA? ¡YO MEREZCO ESO! ¡QUIERO SER ELLA! ¡QUIERO SER ELLA!— T/n lloraba y pataleaba mientras su corazón se partía; Ella de verdad sentía algo especial por este personaje. Sentía tanta rabia, que se durmió llorando.

FIN DEL FLASHBACK

"Así que se cumplió mi deseo... Eso explica muchas cosas." Sonrió y se dignó a responder:

No sé de que habla, sumercé... Solo me puse lo primero que me encontré en el armario.

Oh... Y... ¿Por qué no trae la camisa o lo que sea que siempre lleva con ese vestido?— Preguntó directo pero amable; aún así, parecía que por alguna razón le temblaban las piernas.

... Solo... Se me olvidó... ¿Qué? ¿Es que me veo mal?— Cuestionó T/n, sintiéndose un poco agredida por el comentario.

No... No... Es solo que... Muestra mucho pues...

Lo que nuestra protagonista no pensó al ponerse ese vestido fue que para las mujeres del pasado, los escotes estaban sino prohibidos, muy mal vistos. Sobre todo sí no traías corset. "Cierto, estamos en 1900" En realidad, estaban en 1950, pero el Encanto se había quedado estancado en los 1900.

Bueno, es que yo... ¡Me desperté tarde!... Y... No me dio tiempo de arreglarme...— rio nerviosa para luego acercarse al chico; y una vez que estuvo cerca, besó su mejilla.— En cambio usted.. Usted se ve tan bien como todos los días, con su linda sonrisa de que ya se tomó un café hoy.— T/n notó como las mejillas del chico castaño enrojecieron, y sonrió; había logrado que el chico al que amaba, lo amara también.

S-sí, bueno... Vamos a la escuela... ¿Sí?

Como ordene, sumercé... — Los dos fueron juntos a la escuela, siendo seguidos por una Mirabel que los veía coquetearse y quererse entre ellos. Cuando llegaron a la escuela se separaron; y el día, extrañamente, fue como todos los demás días de escuela para T/n. Pero, ¿en serio no hubo diferencia? Pues claro que sí hubo una: el día se pasó volando...

Pero así como había ventajas, había desventajas; una de ellas era que su "sumercé" no estaba libre ni cuando terminaba la escuela; eso lo descubrió en tan solo el primer día. Por lo que, sin nada más que hacer a su casa y ahí vio a su supuesta madre.

¡Hola, mija! ¿Cómo le fue hoy en la escuela?

... Bien, mamá; hoy me fue exelente... Gracias por preguntar. — dijo la ahora pelinegra, mientras iba hacia su cuarto.

Que bueno mija... Mija, ¿Y las cosas que siempre lleva puestas?... Sus collares y eso...

... No... Me... Dio tiempo de arreglarme... Voy a mi cuarto.— en cuanto sació la curiosidad de su madre entró a su cuarto y cerró la puerta. Un segundo tardó en notar algo que no había visto antes: en el piso, había una especie de roca que se escondía levemente bajo la cama.

¿Que será eso..?

Miró bajo la cama y levantó la piedra; no era una piedra.

Ante ella, estaba una placa de plata envuelta en plantas que parecían ser lavanda y olivo. Se sorprendió al ver esto; giró la placa y leyó algo...

«Volver a mi cuerpo no podré, a decir verdad tampoco querré. He visto el futuro y no moriré, con un alma que lo desee mi cuerpo cambiaré.» ... ¿Qué carajos quiere decir esto?... Volver a mi cuerpo... ¿O sea que me quedaré así?... He visto el futuro y no moriré... Esto... ¿LA CHICA CON LA QUE CAMBIÉ DE CUERPO HIZO UN RITUAL?... Pero ¿por qué lo haría?... Está vida es perfecta...— T/n no comprendía para nada lo que pasaba.

Por un momento nada fue claro, hasta que recordó otro detalle: está novia era parte de un mundo alterno de Encanto, no del original. ¿La razón? Iba a ser un especial de Halloween, en el que un grupo de adolescentes, incluso está chica, iban a enfrentarse a la muerte misma; y todo, por una ouija.

...Mierda.

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