Capítulo 23

Evelyn

Desde que el auto encendió deseaba tanto poder dormirme, pero no que va, la madre de Eva nos mantuvo despiertas hasta llegar al aeropuerto.

Fue irritante, sin embargo los gestos de María imitándola cuando se giraba, apaciguaban el ambiente, eso resulto ser la parte divertida de cuando odias a alguien.

Pasamos cerca de una hora de trayecto para llegar al aeropuerto, la furgoneta blanca de asientos esponjosos y grises se detuvo en una entrada especial para nosotras salir.

Bajando del auto me quede contemplando unos segundos el imponente edificio lleno de luces y señores trajeados vigilando cada esquina por si existiera alguna anomalía, cuando todas estábamos listas con nuestras respectivas maletas nos adentramos por las puertas de cristal.

Dentro todo era hermoso, la cerámica brillaba como diamantes por el sin fin de luces en el techo y los locales que se encontraban, de varios colores y formas, contrastaban y creaban nuevos tonos que relucían entre las vitrinas y de más cristales o vidrios del lugar.

Nos adentramos a los pasillos donde se entregaban los boletos y el pasaporte para viajar, todo eso lo hiso Elena, luego solo nos dio la orden de continuar el pasillo atravesando la máquina de detector de metales.

Eva, Marce y yo pasamos sin problema, en cambio a María la detuvieron más de dos veces.

La pobre se hallaba tan mal e irritada que muy poca gracia le ocasiono la situación, sin embargo para poder pasar se inventó una historia de supervivencia, supuestamente cera de su casa hubo una balacera y en eso una de esas balas le impactó, explico que esa máquina sonaba debido a aquella pieza metálica se quedó en su cuerpo.

Nadie le creyó, el sueño que se cargaba le impidió expresar un sentimiento sincero, lo cual provoco algunas risas atrapadas entre las manos, ante todo intervino Elena y quien sabe que fue lo que hiso pero consiguió que pasara, la que continuo fue Thalía y la condenada maquina volvió a sonar haciendo que perdamos una media hora más.

Cuando por fin subimos al avión no voy a negar que se me fue todo el sueño por el simple miedo a ese aparato enorme.

Esta era la primera vez me que me subía a ese trasporte gigante que me causa terror, y más los accidentes recientes que salían en la TV, con más angustiada me acomode en el asiento del avión, trate de tomármelo con calma, e incluso empecé a contar ovejitas para dormirme o no sentir nada.

Quería desaparecer, que la tierra me trague, o más rápido renunciar y volver a la academia.

Pero no, mi padre me hubiera golpeado en la cabeza con lo que sea que tuviera a su alcance para repetirme que el temor a dar un paso es absurdo, sino se arriesga lo que se tiene jamás podrás conocer los resultados de tus actos, o en si el futuro que fue planeado para ti y te espera.

Respire profundo cuando una chica hablo por los parlantes anunciando que el avión despegaría en pocos segundos, empecé a buscar dentro de mi algo de seguridad para que mi corazón no se detuviera con los repentinos sacudones que daba el avión.

Sin saber que era lo que traía entre las manos coloque mi mirada ahí y eran pedazos de tela, revise un poco el extremo del asiento donde estaba que era junto a una ventana, y este tenía un pequeño agujero.

Espero que esto no me traiga problemas luego.

Fue lo último que pensé antes de caer en la inconciencia del sueño, que gracias al cielo me tomo desprevenida.

***

Luces claras y suaves impactaron mi mirada, alejando toda sombra del cansancio.

Abrí lentamente los ojos encontrándome con unas praderas verdes, amarillas y naranjas, el contraste creaba un ambiente tranquilo, las cristalinas aguas de los ríos reflejaban los destellos del sol y creaban sombras de los árboles y de más naturaleza que lo rodeaba.

Ahora parecía muy bonito esto de viajar en avión.

El trayecto continuo así hasta que se dio la indicación de que pronto el avión descendería.

Los nervios me asaltaron otra vez, mi mente se estaba bloqueado otra vez, y entonces volví a odiar el avión, pero antes de perderme a mí misma me tome una mano con la otra para no romper más el asiento del avión.

Piensa cosas bonitas, piensa cosas bonitas, piensa cosas bonitas

Me repetía en la cabeza, y no sé porque un mentiroso apareció en mi mente como llamado para calmarme, con ese pensamiento me pellizque la muñeca para no profundizar más en algo que prácticamente es prohibido.

El avión termino de moverse y antes de siquiera poder tocar el cinturón de seguridad, Elena fue pasando por cada asiento donde nos encontrábamos, que en si se encontraban separados por cuatro o tres asientos, diciendo que no nos movamos.

El avión se encontraba vació y en eso vi que la más cercana a mí era la hermana de Eliam.

No se parecían mucho a simple vista, sin embargo si me ponía a analizar, tenían la misma nariz, los mismo ojos a excepción de su color, su tono de piel también era algo similar... esperen un momento porque la analizó, no es de mi incumbencia lo que tengan o no de parecido, ¿Qué me ocurre?

–Bien chicas–menciono Elena para llamar la atención – de aquí nos vamos a dirigir al hotel que fue reservado para ustedes, tendrán exactamente una hora para descansar arreglarse o hacer cualquier cosa, pasare por ustedes y nos iremos al estudio donde nos dirán el lugar en el que gravaremos, las alistaran y comenzaremos a gravar, recuerden que estarán presentes varios patrocinadores que si las ven desempeñarse bien, puede que las contrate cuando les den el título en la academia – termino mirando a todas de una forma cortante– ¿quedo claro? – cuestiono y todas asentimos.

Nos levantamos y salimos del aeropuerto, por una salida ajena a la de los demás, fuera nos encontramos con un vehículo oscuro, subimos y en teoría entre todas nos peleamos por ir cerca de la ventana para ver la ciudad.

Al final de cuentas María y Marcela quedaron a las orillas para disfrutar las vistas, Thalía y yo nos tuvimos que acomodar en el centro, ella en la parte de atrás con las chicas y a mí me toco ir adelante junto a Eva y Elena.

Me esperaba todo menos esto Señor.

No fue tan molesto ya que Eva miraba cada detalle de la ciudad con mucha concentración, y Elena con sus gafas oscuras se encontraba en una posición que parecía mirar todo menos a mí.

Bueno... que mejor.

Llegamos al hotel que se reservó y madre mía que era impresionante, este se extendía en una estructura cuadrada y con ciertas curvas en la entrada donde se hallaba el nombre del hotel, había un sin fin de negocios a las afueras, gente iba y venía llevando sus mascotas o cargando fundas de compras. Otros que eran hombres trajeados custodiaban las entradas o salían y entraban del hotel con un carro maletero, uno de esos hombres, que más que hombre parecía joven, se nos acercó para tomar nuestro equipaje y llevarlo a nuestra habitación.

–Gracias – dije luego de que tomara mi equipaje, no sé si hice bien pero el pobre chico se pintó de colores.

–No hay de que – fue lo único que logro articular y se retiró a pasó apresurado.

–Uuu... rompe corazones – mencionó María detrás de mí, por suerte las demás estaban al otro extremo del auto.

– ¿Pero qué dices? – cuestione sin creerme lo que me decía, porque en mi pensamiento rogaba que la cámara no se rompiera si me capturaba en su lente.

–No te hagas, que fue lo que le dijiste para que se sonrojara, pobrecito– continuo dando lata a la situación.

–Solo le dije gracias, nada más– me defendí.

–Bien – fingió aceptarlo – ahora. Un papacito del cielo que antes conversaba con tu sonrojado amigo esta encamino hacia aquí – me informó

– ¿Qué? – logre espetar ante lo que me dijo, "será que me meto en problemas por poner nervioso a un empleado de un hotel"

–Lo que oíste – me respondió y se dio vuelta, estaba por seguirla pero una voz me detuvo.

–Disculpa – dijo un chico que al darme la vuelta vi que era de alta estatura, cabello castaño y ojos grises.

– ¿Sí? – mencione lo más tranquila posible.

– Mi hermano olvido darles sus membresías– explico tendiéndome unas tarjetitas lacres– cortesía de la casa – añadió y yo volví a respirar, ¿Membresías?

–A pues, gracias – dije aceptando las tarjetas.

–Es la primera vez que te hospedas aquí ¿verdad? – pregunto luego de unos segundos.

–Para serte sincera, sí– respondí.

–ya veo, cualquiera hubiera exigido su membresía, es lo que caracteriza a este hotel, por eso tiene acogida– me explicó.

–Oh... ya entiendo – mencione – es nuevo entonces – comente de su hermano luego de un rato.

–Exacto – respondió – entró esta semana – dijo volviéndose a verlo –soy Jack por cierto –

–Evelyn – respondí a su presentación.

–Evelyn, hay que irnos – Llamó Thalía.

– ¡Voy!– mencione dándome un poco la vuelta – bueno, te veo luego, si es que puedo, adiós – me despedí y corrí junto a las demás.

–Y bien– dijo María estando cerca– no lograste atrapar al pequeño te metiste con un grande, buena elección chica– menciono mirando a Jack adentrarse al hotel.

– ¡María Basta! – pedí ante su actitud.

–Está bien no te me esponjes – acepto riendo.

–Chicas les parece ir a comer algo – sugirió Marcela junto a Eva.

–Por mi está bien, muero de hambre– apoyo Thalía.

–Si vamos – dijo María.

– ¿sugieren algo? – pregunto Eva.

–Por mi parte, no conozco el lugar – respondió María.

–Yo peor – dijo Thalía y me puse a revisar las tarjetitas lacres que me dio Jack.

–Chicas– dije para llamar su atención– miren –les mostré las tarjetas que en la parte superior tenían un sello que no entendía, y era diferente para cada tarjeta.

–Está – dijo Eva tomando una tarjeta – es de un restaurante que está en la esquina – explico y María la vio de una forma tan interesante que me asuste.

– ¿Dijiste en la esquina? – cuestiono ansiosa.

–Sí, porque... – Eva se quedó a medio hablar ya que María se alejó corriendo en dirección al restaurante.

–Me adelanto – fue lo unió que se le escuchó decir.

–Está bien –dijo Eva sin comprenderla.

–Sus instintos salvajes despertaron, así que vamos antes de que nos deje sin comida– intervino Thalía y todas reímos, luego nos quedamos viendo un rato y consideramos que María si nos podía dejar sin una migaja para saciar nuestra hambre, así que corrimos como ella hasta el restaurante.

La comida que nos había llegado a ofrecer en el avión era horrenda, horrible, fea, asquerosa, sin gracia... ¿me hago entender? Comer en ese restaurante fue como un premio no merecido, estaba tan rico todo que hasta con hambre me quede.

Pero como dicen que lo bueno dura poco, tuvimos que ir al hotel a cambiarnos y estar listas para cuando Elena llegue.

Los minutos pasaron tan rápido que ya sin darme cuenta Elena llegó y nos sacó de las habitaciones rápidamente.

Fuera del hotel, el auto oscuro que apareció en el aeropuerto, nos esperaba, subimos y nos llevó directo a una zona poblada de árboles y una espesa vegetación, entre toda la naturaleza se divisó una pequeña cabaña donde varias personas traían en sus manos faroles, cámaras, micrófonos, en fin, un equipo de grabación a la orden.

–Chicas – menciono Elena para llamar nuestra atención– ella es Clara, las preparara para comenzar a gravar, yo iré a ver el equipo– termino y se adentró a la cabaña.

– ¿Este es el estudio? – pregunto Marcela estructurando el lugar.

–Exacto, de aquí las llevaran a los adentros del bosque para que graven su musical – respondió Clara, y por su acento diría que es francesa desde la raíz.

–Pues empecemos – animo María tomando la iniciativa a unas carpas blancas donde se divisaba que habían varios implementos de belleza y ropa– hay que ponernos bellas para la camarita – añadió dando una caminata de pasarela en dirección a las carpas.

–Bien, compruebo que trajimos a una loca con nosotras – espeto Eva

–Pues prefiero ser una loca que una amargada como tu Evita querida – respondió María queriendo ocultar su odio.

–Chicas, chicas no vayan a pelear – intervino Clara, y a buena hora, estas dos chicas parecían ser capaces de arrancarse los cabellos ahí mismo.

– ¿Yo?, pelear, por favor mademoiselle, ¿cómo piensa que puedo ser capaz de eso? – Respondió María con fingida ofensa y Clara se adelantó para guiarnos– yo tengo respeto por las muñecas de porcelana barata – añadió en voz baja, cosa que solo nosotras escuchamos y Clara que ya se hallaba bien adelante no.

–Me las vas a pagar María, tenlo por seguro– sentencio Eva y se alejó dando zancadas fuertes.

–Pero querida, solo fue comentario – espeto María en su defensa.

–María basta, no vayas a ocasionar una pelea– intervino Marcela.

–Yo soy una chica pacífica, y lo sabes bien – menciono María – además las muñecas de porcelana son lindas, aunque asustan –

–Sabes que – intervine para que no se metiera en problemas – lo mejor será que no vuelvas a dar tus "comentarios inofensivos" para ahorrarnos dramas o malos entendidos, ¿Te parece? –

–Está bien – acepto de mala gana pero razonándolo muy bien.

–Bueno vamos antes de que nos regañen – Animo Marcela y la seguimos.

Llegamos a la carpa y ni bien colocamos un pie dentro a cada una nos llevaron por lugares distintos, a mí me tomaron del brazo y me arrastraron literalmente a una sección donde había un sinfín de ropa, exactamente me encontraba rodeada de dos chicos y una chica, que en si parecían ser el trio invencible.

–Muy bien mi amor este color te queda súper genial con esa piel blanquita y sonrojada que tienes– dijo Alexis, con ponerme un vestido rosa palo.

–mira este Al – dijo su compañero de nombre Sam.

– Oh, Dios mío este es, este es – dijo como si hubiera encontrado un tesoro.

–Sí, Sam esta increíble, ¿de dónde lo sacaste?– cuestiono Ana, la chica que formaba parte del grupo.

–Tengo mis secretos corazón – respondió Sam entregándome el vestido.

–Bueno colócatelo y regresa para hacerte el súper mega y fabuloso peinado del siglo– dijo y lo obedecí para no arruinarle la emoción que sentía.

El vestido era de un color azul crema, bien bajito que lo podrá tomar por blanco o gris, me encamine a mi trio indomable luego de ponérmelo y me ayudaron con un peinado que dejaba sueltos las ondas que tenía, me recogieron parte del cabello y me lo acomodaron en la parte de atrás, dejando mi campo visual libre.

Luego de que terminaran con ello, Sam se ofreció a hacerme un maquillaje sencillo, en pocas palabras natural.

–Estás Preciosa– menciono luego de verme.

– Gracias a ti lo estoy – mencione mirando en el espejo su trabajo.

– no es nada querida, son solo retoques, de por si eres divina – aclaro y sentí el ardor en mis mejillas ante su comentario.

– Enserio crees eso – cuestione en voz alta sin ser tan consiente de eso.

–Pues claro querida – continúo con esa idea mirándome por el espejo, yo solo le sonreí.

–Gracias por tus comentarios – agradecí que me lo dijera, sin embargo no me lo creía.

Sam se reunió con sus dos amigos y luego se retiraron con la orden de Clara que fue viendo su trabajo en mí y los felicito, no pasó mucho tiempo y mientras veía algunas prendas interesantes Elena nos llamó.

Nos llevó con mucho cuidado por un sendero, pasamos caminando por más o menos media hora y terminamos en medio de un claro de dónde surgían más caminos, en los cuales también grabaríamos.

Cuando me reuní con pude ver la diversidad de los vestidos y los bonitos diseños que se cargaban en los mismo, ya sea bordado o con apliques, tenían una misma belleza. María llevaba un vestido color celeste cielo con detalles blancos, Eva traía un vestido verde con escote en la parte de atrás en forma de "x", Marcela llevaba un vestido verde pastel claro que quedaba bien con el repentino cabello rubio que traía puesta, le quedaba bien para que, sus ojos verdes la ayudaban a adaptarse a lo que fuera que se colocara encima, Thalía en cambio llevaba un vestido sencillo pero bien hermoso en un color rosa palo, suave pero elegante.

La primera hora dentro de ese lugar Elena nos hiso practicar y conocer por donde debíamos ir, luego de eso comenzamos las grabaciones.

Una por una cantando la canción que pasamos ensayando una y otra vez, fue algo tedioso, pero como en toda grabación, algo sale mal o surge algún inconveniente llamado blooper, con nosotras creo que ganaríamos el puesto uno de todos los bloopers. En ciertas ocasiones los vestidos que llevábamos se enredaban con la maleza o tanto así nos íbamos por otro camino que no era el marcado para grabar y salíamos a un lugar totalmente desconocido, yo al menos casi me pierdo porque me olvide que debía seguir recto, María fue la que más caídas se dio, a Thalía y Eva se les enredaba los vestidos por no seguir bien el camino y Marcela se perdía en ciertos movimientos ya que a más de bailar y cantar un poco, debía tocar el violín. A pesar de todo aquello, y de pisar algunas piedras que realmente hacían saber de qué se trata el dolor, salió bien.

Luego de haber grabado en el bosque salimos a grabar las voces en la cabaña que encontramos ni bien llegamos.

Pasamos ahí más tiempo del debido, hubo una que otra partecita donde nos confundíamos y de acuerdo a lo grabado debía ser preciso.

El mundo no es perfecto por todos los cielos, porque nosotras debíamos serlo, según Elena.

Esa actitud de ella hasta su hija no lo soportaba, se notaba a leguas. Pero en fin omitiendo todas sus perfecciones, la pasamos bien entre esas 4 paredes llena de equipos de sonido, computadoras, cables y micrófonos que iba y venían entrelazándose en sí.

De suerte María y Eva no volvieron a discutir, ni compartir ningún comentario en general, así que no hubo problema mayor que soportar, todo se empezó a tornar tan claro y divertido que de cada una, e incluso Eva, podre recordar bonitos momentos juntas.

En conclusión, considerando que es la primera vez que salgo a hacer esto, estuvo bien, muy bien, y fue una total satisfacción cuando nos mostraron el video terminado y editado al día siguiente.

https://youtu.be/dhW1mh7U6-U

***

En la habitación por la mañana luego de haberme duchado y recogido todas mis cosas me puse a revisar un poco mi celular y vi mensajes de Iván, preguntándome que tal estaba el viaje, como me sentía, si el tobillo lo tenía bien, si no me he mareado con simple movimiento y en fin si no me había perdido también.

Le respondí todas sus dudas y luego de eso me recosté en la cama crema del hotel, el tapiz también es de aquel color crema sumado a detalles oscuros junto a persianas blancas perla y lámparas de cristal y rodeada de cuadros representativos de la naturaleza. Me perdí un momento entre esos tonos y la tranquilidad del lugar, que el ligero sonido de mi celular me alarmo un poco.

Cuando lo tome espere ver un mensaje de Iván pero no, era pinocho.

"¿Qué tal el viaje pepito grillo?"

Preguntaba, estaba por responderle pero en vez de oprimir el botón de enviar salí presionado el de llamar.

Santo cielo ¿Qué hice?

Llegue a pensar y antes de poder cancelar la llamada su voz se oyó del otro lado de la línea.

–Bueno... –






Gracias por leer

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Besos y abrazos 

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