Capítulo 17


Evelyn

–Los dos parecen una pareja cuando discuten– menciono Inesita y yo me quede fría con eso.

– ¿Qué? – pregunte sin creérmelo.

– Nada muchacha, mejor saca el pastel que metimos en el horno no vaya a quemarse–

Me quede algo turbiada con lo que me dijo, Parecen una pareja, pero es que no se notaba que a duras penas lo soportaba y el a mi igual.

Tal vez y en un principio fue agradable, pero con lo de ahora se ve que nos unimos solo para discutir.

Se pasaba de tarado, pero en fin, suelen a ver peores.

Con eso no me refiero a que lo acepto a como dice Inesita, no, lo que quiero decir es que así se lo debe aceptar como humano que es y ya.

Saque el pastel que hice, Yo solita, con mucha emoción.

Bueno con una que otra indicación de Inesita, pero en fin, era algo que hacía por mi cuenta y eso me emocionaba mucho.

Hoy en especial Inesita tuvo más tiempo para enseñarme con detalle la preparación de los pasteles, por la lluvia torrencial que caía afuera.

Y con mi libertar para movilizarme pude preparar un enorme pastel de chocolate y unos tres pequeñitos que era cupcake de fresa.

Estaba con la nata y el chocolate haciendo todo lo que Inesita me decía para cubrir los cupcake, y el pastel, luego cuando estuvo listo Inesita tomo el pastel y lo cubrió hasta la mitad, la otra parte me tocó a mí y...

Bueno para ser mi primera vez, no salió tan mal.

O eso es lo que decía Inesita, yo lo considere lo peor del mundo.

Pero bueno, nadie es perfecto, mucho menos nace sabiendo.

Del medio pastel y los tres cupcake, solo uno me salió algo decente, y me lo pude llevar para comerlo en mi mini piso.

Una cosa que si no sabía era que Inesita compartía mucho con Iván, me asusto cuando entro en la cafetería y la saludo con ánimo.

En los primeros instantes estaba con los cables cruzados, y no fue hasta después de una buena charla que entendí su gran afecto.

Con todo esto me llegue a enterar que la única que sabía mi verdadero apellido y origen era ella.

Era incómodo pero en mi poca estadía le llegue a tomar cariño, estaba segura que no tardaría mucho en confiar en ella, lo suficiente como lo hacía Iván.

Fue hasta el atardecer, cuando los últimos y escasos rayos del sol atravesaron las nubes e ingresaron por los ventanales advirtiendo la noche, que dejamos recogiendo todo entre los tres y luego nos marchamos, yo por mi lado e Iván junto con Inesita por el suyo.

Mi tío el "comedido" se había ofrecido a llevarla a su casa, una pequeña estancia que me dijeron estaba en un extremo lejano a la academia.

Antes de que se fueran les pedí que me orientaran, fue una total vergüenza, pero no estaba dispuesta a perderme.

Luego de eso me fui a paso lento y calmado, recorriendo las mojadas veredas y caminos de la academia, la gran mayoría formaba diminutos ríos que fluían de forma rápida y cristalina reflejando las luces de los faroles y las fuentes.

Supuse que faltaría poco cuando los edificios se volvieron algo pequeños, era eso o todo se estaba encogiendo.

Llegue hasta uno y me quede ahí porque la lluvia volvió a reiniciarse.

Según las indicaciones que me dieron ya faltaban dos edificios para llegar al mío, así que no me iba a mojar.

Estuve mirando de un lado al otro buscando una forma de distraerme y repentinamente sentí que alguien me llamaba de mi hombro.

–Evelyn – dijo una voz que se volvió familiar y... escandalosa.

–Eva, ¿Cómo estás? – la salude con fingida emoción, no sé porque.

–Muy bien querida, ¿y tú cómo has estado? –respondió algo feliz, supongo me creyó la emoción.

–Bien, no me quejo – le respondí.

–Supongo que tu primera semana fue un reto – comento luego

–Algo parecido– afirme sin muchas ganas de continuar hablando.

–Sin embargo has impresionado a todos de una forma muy especial – volvió a decir y me asombro mucho.

– ¿A qué te refieres?– cuestione sin entender palabra alguna.

–Eres toda una tendencia chica, son muy pocos los que impresionan a Weis, y tu voz es hermosa, todos en armonía se quedaron impresionados–

– ¿Enserio? – cuestione sin creerme sus palabras, yo francamente esperaba pasar desapercibida como toda una intrusa normal.

–Sí, hasta mi Madre se quedó muy asombrada de tu talento al actuar, ella dijo que conversaría con el Sr. Rogers para que practicaras más a menudo y perfecciones tu técnica–

–No creo que sea necesario–

–Hay claro que sí, te imaginas tú dentro de unos años, nombrada en varios lugares y en varios médicos de comunicación, La mejor Cantante actriz de todos los tiempos– dijo haciendo mímica en las manos y francamente no me interesaba.

–No es mi ambición en realidad – le confesé.

–Pues deberías convertirla en una, no te vendría mal– sugirió con sus gestos de amistad, chocando su hombro con el mío.

–Lo pensare– mencione con la esperanza de que no insistiera más.

–Me alegro querida, y a... lo siento por mi hermano, es muy lanzado a varias chicas hermosas–

–Es tu hermano– mencione sin creérmelo

–Aja, y por una parte te agradezco la bofetada que le diste, se la llevaba buscando desde hace tiempo–

–Pues... de nada– comente antes de establecer incomodo silencio.

No voy a mentir que goce al golpearlo y dejarlo con su actitud de galán por el piso.

Se lo merecía el imbécil y eso me mantenía feliz.

– ¿Te ha gustado estar aquí? –pregunto de nuevo.

–Mmm si – le respondí, no era mi afición todo esto pero si era una oportunidad no la iba a desechar, ya vería como hacer lo que realmente me gusta más adelante.

–No pareces muy convencida– me cuestiono y no sabía porque me interrogaba así.

¿Qué quería?

Lo que si no le diría la verdad.

–No es eso– le contradije – es solo que estoy... algo cansada–

–Ou, ya entendí estas algo abrumada, estresada– concluyo ella.

–Exacto – concorde para poder irme, la lluvia se estaba suavizando así que era mi oportunidad– lo mejor será irme ya– mencione señalando le lluvia.

–No te apetecería ir a un lugar para relajarte, créeme no te vas a arrepentir– sugirió ella, pero realmente no, no quería y no me convenía.

–No gracias– le respondí convencida.

–Hay no seas aguafiestas, te vas a divertir ándale– insistió y no.

–No enserio es que... – que me podía inventar, no tenía nada a mi alcance para inventarme una excusa, mire rápidamente de un lado al otro, y... lista mi victima cuando vi su moto azul–tengo una cita con Jake, no lo puedo dejar–

–Bueno – Menciono al verlo ahí cerca de las dos– será en otra oportunidad Eve–

–Así es – concorde, esperando que ella se marchara primero, pero que va se quedó ahí a mi lado.

–y bien qué esperas, no lo vas a hacer esperar más o si – dijo con ver que no me movía.

–Si verdad, mejor me voy – concorde, y que más remedio me toco acercarme a él.

Dios mío, solo espero que no se marche hasta llegar o que tenga otros planes.

–Hola Jake – le salude, no lo había visto dos días, en teoría desapareció y ahora recién me lo encontraba.

–Hola Eve, ¿Cómo estás? – Me saludo

–Bien, este tú... – Mi mente se quedó en blanco, que se supone que le iba a decir, madre mía, me revire un poco a ver si Eva estaba ahí para poder irme, pero no, estaba ahí parada viéndome fijamente – tú... me puedes abrazar– hasta yo me asuste, como no se me ocurrió algo mejor

–Estás bien – me pregunto, y no era para menos.

–Sí, por favor necesito que lo hagas–le pedí y le señala la entrada del edificio donde estaba.

–No sé en qué te habrás metido, pero bueno– dijo para mi suerte y lo abrace.

–Gracias – le dije con tenerlo así de cerca– ¿Eva está viendo acá? –

–sí, pero ya está avanzando a su auto– me respondió separándose de mi – ¿qué fue lo que hiciste? –

– ¿Yo?... nada– le respondí con tenerlo así de cerca, claramente me afectaba no sé por qué, y aparte de eso mi reacción le hiso reír.

– ¿Estás bien? – me pregunto entonces.

–Si, por que la pregunta –le respondí mientras me alejaba y colocaba un mecho de mi cabello detrás de la oreja.

–Estas demasiado nerviosa– continuo el con su sonrisa de oreja a oreja.

– ¿Yo?, nerviosa, no, que va, solo... tengo frio–le respondí y me auto abrace para disimularlo.

–Aja... y que se supone que haces por aquí –

–Yo... estaba por llover y me escondí y ahora que ya paso me debo ir– le respondí queriendo darme vuelta.

–Espera – dijo y tuve que parar a media vuelta.

–Sí –

–Qué le dijiste a Eva– cuestiono

–Yo... nada importante, solo que quería saludarte– respondí

–Saludarme no tiene importancia entonces– concluyo y me retracte por lo que dije.

–No, es... es como decir, no me mal entiendas, lo que quise decir es que... es algo rápido– me trate de explicar.

–Está bien tranquila – menciono sonriente– te veo mañana –

–Claro – le respondí – nos vemos mañana– y me di vuelta lo más rápido que pude y comencé a caminar.

Nota del día de hoy, no parar en otros edificios.

Termine de llegar a mi edificio y me encamine deprisa a mi piso para poder despejar mi mente.

***

En la mañana el clima fue mejor, nubes muy abultadas aún dominaban la mayoría del espacio, sin embargo rayos del sol se escapaban y calentaban pequeños lugares.

Entre ellos un extremo de mi bañera.

Y ahí me la pase apegándome lo más que podía para no sentir tanto frió.

Luego me vestí con un jean, un buzo crema y mi saco oscuro preferido.

Salí con tiempo de mi mini piso, y al estar fuera me encontré con mi víctima.

–Hola – dije totalmente asombrada de su presencia

–Hola– me respondió con su sonrisa sin igual.

– ¿Qué haces por aquí? – me atreví a preguntarle luego.

–Pasearme a ver que encuentro – me respondió.

–ah... ¿y qué has encontrado? – pregunte con intriga.

–una cosita así.... De chiquita – me respondió mientras que con su mano hacia el amago de estar cogiendo una pulga.

–Más te vale no estar hablando de mí – dije y me puse en marcha a los edificios de los estudios.

–No que va, no quiero terminar como Johnny – dijo alcanzando mi paso.

–Con que lo sabes– dije sin creérmelo.

Vaya que los chismes vuelan

–Toda la academia lo sabe– me informo.

– ¿A sí?, me debe estar odiando entonces – mencione

–No, te tiene miedo – me dijo y se puso a reír– en su vida lo habían retado mucho menos goleado –

–Para todo hay una primera vez, no lo sabias – comente satisfecha de lo que hice.

–Sí... – concordó arrastrando su propia afirmación.

– ¿Pasa algo? – dije mirándolo por breves segundos.

–No – me respondió.

–Entonces... cambiando de tema, ¿Porque has desaparecido? –le pregunte.

–A caso me extrañaste– menciono con orgullo.

–No – le respondí – es solo que ya se me hacía raro no verte–

–Me extrañabas – dijo tirándome del brazo.

–No... basta – le respondí entre risas.

–Has roto mi corazoncito – dijo con una lástima inigualable y se adelantó.

–Oye... – dije para detenerlo pero no hiso caso– no vayas a resentirte como Edward–

– ¿Por qué? – dijo una voz que me asusto.

–Ed!! – Le salude al darme la vuelta y confirmar que era él acompañado de Eliam y Thomas– hola –

–Hola – me saludo viéndome fijamente.

–Van al estudio – dije al ver que nadie decía nada.

–Pues ya que queda no– menciono Ed y empezó a caminar – ¿Enserio soy dramático? –pregunto cuando todos estábamos en fila avanzando.

–Lo estas siendo ahora – dijo Thom alborotándole el cabello.

–Oye, oye basta – sentencio queriendo alejarse como si estuviera huyendo de un enjambre de abejas.

Entre risas llegamos a el estudio que nos correspondía y al pasar las horas en temas de actuación monólogos y diálogos, llegó unas horas que eran para música.

En teoría se convirtieron en mis horas favoritas, con tener una guitarra entre mis manos y tocar junto a los demás me llegaron recuerdo muy emotivos y felices de mi padre.

El me había enseñado poco y con eso me estaba defendiendo ahora en la clase.

Lo que más recordaba es la canción que entre los dos sabíamos tocar y cantar, de Jessy y joy, "Espacio sideral".

Era nuestra canción por así decirlo, y era muy divertido cantarla juntos mientras nos movíamos de un lado al otro queriendo bailar.

También se me vino a la mente cuando por estar jugando de esa manera hicimos caer un jarrón que era el preferido de Mamá.

Primero nos echamos la culpa el uno al otro, luego tratamos de pegarlo pero las marcas quedaban muy reveladoras, por ultimo nos pusimos de acuerdo, lo empaquetamos y lo tiramos.

Al día siguiente como ella estaba de viaje fuimos en busca de uno igual, pero no encontramos nada hasta la noche, solo habíamos dado con uno donde lo que variaba eran algunos colores.

Peor era nada.

Con el nuevo jarrón mi mama no se dio cuenta sino fue una semana después cuando ella estaba limpiando.

Nos regañó a los dos por haberlo "pintado", o eso es lo que le dijo mi papá para que no nos matara.

En fin, fue un buen momento que valió la pena recordar.

Cuando todo termino entre todo el grupo fuimos al "salón madre" como decía Ed, con el objetivo de arreglar todo para mañana.

Yo me separe del grupo junto con María en busca del sofá donde ella estaría todo el rato.

Resulta que Inesita tenía uno ideal para la ocasión, así que con ella comimos bien y luego con energía nos llevamos el sofá.

Fue fácil hasta que estuvimos fuera del edificio, luego se volvió toda una carga ese condenado sofá, con la dificultad María invoco a su "oso yogui" que era un chico de cabellos cafés y ojos verdes, más o menos de mi edad o quizá menor, su primo y su papacito del norte que resultó ser el condenado argentino hermano de Eva.

María trajo a Johnny con la amenaza que lo goleare de nuevo y el muy mansito obedeció.

Entre todos alcanzamos a llegar al salón donde se llevaría a cabo la competencia, con la lengua afuera pero llegamos.

Y eso que con María no los ayudamos en los primeros instantes y estábamos agotadas, hasta más que ellos.

–Listo chicas – dijo el primo de María.

– ¿Listo?, se dan cuenta que estoy sudada, les pedí ayuda para no terminar así – reclamo ella.

–No le tomen en cuenta, gracias – intervine.

–De nada – respondió el primo contento y se retiró.

–Bueno yo también me voy – menciono Johnny– ¿no necesitan nada más? –

–No – respondí enseguida pero María me contradijo.

–Si... todavía te necesitamos – dijo ella con una voz seductora que me asusto.

–Y para que será – dijo él siguiéndole la corriente.

Yo de aquí me voy

Me estaba dando vuelta y María me tomo de la mano queriendo tranquilizarme con la mirada, pero yo solo le iba a dar 5 minutos, si seguía así me iba.

–Aun necesitamos que nos ayudes... – volvió a decir ella tomándole de la mano y sonriéndole de oreja a oreja – llevando el sofá a la segunda planta – termino y le soltó dándole una palmadita en los brazos – buena suerte–

Yo si quería controlarme pero no podía, la risa me ganó con ver la cara de Johnny.

–Vámonos Eve los chicos deben estar necesitando de nosotras allá – dijo María y la seguí.

–No lo puedo creer – mencione sin parar de reír.

–Tienes que aprovechar tus encantos querida, así los chicos hacen lo que tú les digas– dijo ella viéndome de una forma especial que no me simpatizo.

–No esperes que yo haga algo parecido – le aclare.

–Nena tienes que aprender, así tienes la vida solucionada créeme –

–No te prometo nada – le dije sonriendo

Encontramos a los chicos detrás de los telones con un joven algo mayor para todos que tenía una computadora y varios aparatos relleno de botones de cristal que se prendían y apagaban según la orden que se les dé.

– ¿Cómo van? – les pregunte.

–Ya tenemos la luces listas – informó Thalía.

–Hay que genial – dijo María dando saltitos de alegría.

–Y podemos ver cómo quedó – pregunte otra vez, de lo que vi los candelabros estaban listos y con las luces, sería fascinante ver la mezcla de destellos por todos lados.

–Claro – afirmó el chico que estaba en la computadora con una sonrisa.

Todos los que estábamos ahí reunidos salimos al escenario a ver qué tal, a ellos parece que simplemente les gusto, pero yo me quede muy asombra con todo.

De nuestro lado del escenario se podía ver los otros tres que había en frente, cada uno haciendo pruebas de sonido luz, etc.

Y en el centro se podía divisar toda una circunferencia apartada del futuro alboroto que se armaría en el lugar, ahí habían sillas, las suficientes para un jurado y demás personas importantes con una vista de primera hacia todos los escenarios que en ronda estaban a su alrededor.

–Cierren la boca – dijo una voz a mis espaldas y le obedecí, con revirarme un poquito vi que tanto Thalía como yo estábamos encantadas con todo– ¿les gusta? – volvió a decir la misma voz y las dos nos dimos la vuelta viendo que era el chico de la computadora.

–Me encanta tu trabajo Pet eres lo máximo– dijo Thalía.

–Esta increíble, mis respetos a tu trabajo, eres muy bueno – concorde con ella.

–Me alegra que les guste – dijo él con mucha emoción en su voz.

–Si muy genial ya tenemos todo – intervino de la nada mi condenado pinocho mientras pasaba de nuestro lado– ahora debemos ver la ropa, ¿vienen? – pregunto estando algo lejos.

–Si... – le respondí sin entender su comportamiento 

–Claro vamos – aporto Thalía y empezamos a caminar – adiós Peter –

–Adiós – me despedí y alcanzamos a los demás que ya estaban reunidos en un extremo del escenario.

Nos pasamos por una puerta oculta entre los telones lacres y encontramos ropa de todos los colores y formas posibles.

–Hay que tomar rápido lo que necesitamos antes de que llegue alguien más queriendo lo mismo– dijo María adentrándose entre los exhibidores circulares que se extendían a lo largo de toda la habitación de paredes crema.

Todos la imitamos, cada uno fue en busca de lo que necesitaba pero yo me apegué a Thalía para que me ayudara, ellos parecían conocer el lugar bien pero yo no y de seguro ahí me perdía entre la ropa.

Junto a ella encontré un conjunto similar al que me tocaba llevar en la presentación y Thalía igual, encontró su traje lleno de lentejuelas.

Entre las dos habíamos llegado a la conclusión de que ella baila con los mama tacazos en la barra y yo en medio de la pista por mi tobillo recién sanado.

Ni loca me iba a poner semejante zapato, ni con la barra hubiera sobrevivido, a mi mínimo movimiento me hubiera desmadrado, eso seguro.

Luego de ver la ropa para esa presentación ayudamos a María con su traje, aunque no fue mucho problema, solo una falda de árabe y un top. Lista.

Dejamos separando todo y nos retiramos cada uno a nuestros pisos en los edificios.

Yo estuve junto a Thalía pegada como chicle, para mi suerte no le molesto, es más parecía agradarle.

Entre chistes y algunas bromas de la una a la otra nos dirigimos a mi piso para pasar la noche juntas en una pijamada.

Nos acomodamos en la mini sala que había en la entrada, colocamos los sofás en una posición que nos ayudaría a ver la TV colgada de un extremo de las paredes.

Colocamos el video que nos tocaba interpretar primero, y nos pusimos a practicar un poco saltando de un lugar al otro y sobre la mesa que había en el centro de la sala.

Luego de casi caernos y de habernos criticado hasta el cansancio, preparamos unas palomitas de Maíz y ahí estuvimos hasta las 12:00 pm viendo películas hasta perder el conocimiento.



Gracias por leer 

Un abrazo enorme.


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