Capítulo 16
Eliam
–Me pegaste– reacciono Johnny al golpe de Eve que resonó en todo el salón.
–No... te pegue una ceja y sabes que mejor me voy antes de pegarte la otra – respondió ella y se volteo para marcharse, pero él no se lo iba a permitir, lo hubiera hecho de no haber llamado la atención pero ahora que todo los miran no iba a dejar su trabajo a medias, así que la tomo del brazo haciéndola volver unos tres pasos– Quita esa mano si aún piensas conservar los dientes– amenazo viéndolo de una forma que de poder ya lo huera matado.
Ni él ni nadie se lo esperaba, y todo iba enserio, solo hacía falta ver esa mirada estranguladora que tenía.
Johnny la miro muy atentamente y la obedeció porque otra cachetada no iba a querer, eso seguro.
–Bien, bien tranquila – dijo para clamarla –solo quiero decirte algo – continuo al ver que estaba más serena.
–Pero es que tú no te rindes nunca, haber suelta la lengua y más vale que sea importante lo que tengas que decirme – respondió sin cambiar su genio.
–No, no, es vital si no te lo digo me muero– dijo para convencerla pero se vio claramente que no hiso ningún efecto en ella, a diferencia del resto de chicas.
La mayoría en sí, dio suspiros porque a ellas les dirigieran esas palabras.
–Ok... me convenciste– menciono Eve levantando su muñeca para ver su reloj de pulsera– tienes treinta segundos, y más te vale no salirme con una babosada como la del beso porque te arranco la lengua– termino mirándolo fijamente deseando exterminarlo.
–tus ojos... –empezó, y ya era sabido que lanzaría su típico testamento de elogios al rostro, pero antes de que continuara Evelyn lo interrumpió.
–que... que tienen mis ojos, ves un defecto grave en ellos soy virola tengo los ojos torcidos...– intervino provocando algunas risas.
– no, no me interrumpas –corto Johnny
–Bueno apúrale porque te quedan diez segundos– continuo ella mirando su reloj y luego a él.
–Tus ojos son como dos gotas de agua cristalina– soltó todo, cometiendo un gran error, sin embargo pareció agradarle a ella, y luego más suspiros se oyeron por todo el salón con ver cómo le acariciaba la mejilla.
Esto no está pasando.
Decía en mis adentros, controlando esa sensación ahogadora y torturante que me recorría de pies a cabeza.
–Agua que me atrae, agua que me ahoga – continuo pero el repentino cambio de Evelyn lo alertó y paro.
–y bien ahogado vas a quedar si no me sueltas en este momento – dijo con su mirada asesina de vuelta.
Todos soltaron una risotada al ver que no le quedo más que obedecer y luego sin más se marchó adentrándose al escenario.
–Y te digo algo –mencionó a medio camino – Mis ojos son cafés– aclaro y continuo alejándose hasta perderse entre los telones lacres y de gruesa contextura que se notaba a la vista.
–Chicos, chicas, ya tienen sus guiones ya les dije a todos lo que les tenía que decir, muévanle practicando– ordeno Elena, para que no abrumaran a su hijo con risas y abucheos.
Luego se encamino a donde fue Eve.
–Por fin alguien le dio su merecido– menciono Eva a lado mío.
–Pobre Johnny– concorde.
– Bueno mi vida, que tal si practicamos un ratito hasta que vuelvan– sugirió y creo que fue lo mejor.
Eva había pedido que cambiáramos los papeles, Johnny y yo para poder estar con ella, no era la primera vez que lo hacía, sin embargo también me beneficiaba.
Además no quería volver a discutir con ella como ayer, prácticamente no le hizo gracia alguna que me fuera con Eve, sin embargo la tranquilice lo más que pude y ella acepto todo a buen grado, luego de estar más serena.
Lo que si no me esperaba era que ese mismo momento la llamaran para ir a una "convocatoria", ella quería ir y que mejor para despejar la mente que un poco de música y algo de bebida para refrescar la mente por todos estos días ajetreados.
Una buena excusa pero no me convenía si quería salir de ese mundo y ayudar a mi hermana.
– No creo que sea una buena idea Eva mejor otro día– le sugerí.
– Hay mi vida– menciono queriendo meditarlo– bueno en que no es el momento es verdad, pero mira que la que me llamo es Marce y yo no la oí tan bien, que tal si la vamos a ver– termino de decir, y con sus palabras solo habían reparado en el detalle de no se oía tan bien.
– Vamos– dije para que subiera a la moto y dirigirnos al club que era la perdición de cualquiera si entrabas.
Esta se hallaba en un desvió fuera de la academia, oculta entre el panorama, ya sea de día o de noche, era un lugar que solo lo encontrarías con tu buena posición o con ser miembro de la academia, este era el lugar que todos los estudiantes anhelaban, y más a los que les gustaba el baile.
Ahí no seguían técnica, ni reglas, ni coreografías, ni nada estructurado, podíamos ser nosotros revelando cada paso que naciera mas no que se preparara.
Cuando llegamos al lugar se podía oír susurros de la música y todos entonándola, al entrar la música resonaba en las paredes, en los pasillos llenos de varillas en tonos dorados al igual que los detalles en todo el club y siendo atravesada por una alfombra en juego a las paredes carmesís, en la puerta lacada y asegurada con una construcción especial para evitar que el sonido saliese y se difundiera en el exterior, en los cristales de la edificación, en los recipientes por donde pasaban al refresco del día, en los oídos o resumiendo en todo tu cuerpo.
Todo el club estaba repleto, los dos pisos que tenían reventaba de tanta gente, desde la entrada que era llena de pilares y luego se extendían formando toda una circunferencia llena de mesas en sus extremos externos que eran usados como pista de baile por las chicas, y mientras que en el centro todo se hallaba libre para el goce total del baile.
En el centro de todo, estaban tres candelabros, el más grande que empezaba de una circunferencia pequeña y luego se extendía abriendo paso a gotas o lagrimas brillantes que reflejaban el destello suave o intenso de las luces coloridas de todo el club, formando varias ondas hasta entrelazarse con los dos candelabros pequeños a los extremos que en si eran dos hileras extendidas por todo el centro del salón dando la forma de aves a medio vuelo en un sentido.
Era un espectáculo el lugar con tan solo ver el techo y contemplar los cristales que se movían a causa del sonido de la música, y si mirabas a tu alrededor los detalles en las paredes reveladas por el relucir de colores te llamaban para descubrir que más podía a ver.
Dentro del caos de la música y el baile libre termine encontrando a mi hermana horas después, y horas más tarde alcanzamos a salir para dirigirnos otra vez a la academia, antes de que alguien se diera cuenta que nos fuimos, porque si descubrían a Eva descubrían a todos incluyendo a su hermano que estaba ahí y que ahora se había puesto a practicar con Eve el dialogo de la obra "el libro de la vida", con más calma que antes.
Por otro lado estaba María junto con otro grupo de chicos y chicas que revisaban y ya practicaban su parte.
Quiera o no me tocaba ir a practicar con ella, porque resulto ser Carmen, mi querida madre, y con la discusión que tuvimos en la mañana se veía claramente que no me quería ver ni en pintura.
Y todos estaban de acuerdo.
Y bueno hasta yo mismo me odio por lo que le dije.
Pero si ya estaba tan perdido como ella decía, no la iba a arrastrar ahí, a esa perdición por solo preocuparse.
Ya me ocurrió eso a mí, y no quería lo mismo para ella ni para nadie.
Estaba enojada conmigo como otras veces anteriores, y como siempre veía la forma más dulce de desquitarse.
Resumiéndolo, aprovecho el espectáculo de Eve y la obra para inspirarse y desquitarse.
– Oye no tienes que exagerar– reclamó Eva.
–Mira rubia oxigenada a mí no me digas nada–respondió María.
– ¿Cómo me dijiste? – reacciono Eva.
–además de oxigenada sorda... –continuo María, prácticamente todos intervenimos para que no se arme un desastre y que la perjudicada no sea María.
–Chicas basta, Se van a meter en problemas – intervino Aby.
–La única que se va a meter en problemas aquí es María– aclaró y la tome de las manos por que claramente iba a iniciar algo de lo que ella misma se arrepentiría.
–Eva, Eva basta– dije para calmarla pero nada era nada.
–ahora la defiendes – menciono ella.
–Yo me entiendo con ella, tu tranquila– aclare para que se calmaran las dos.
–Sí, no te metas en lo que no te importa– menciono otra vez María, y Eva estaba por atacarla otra vez.
–Basta, basta – dijimos entre todos.
Y solo fue hasta que las separamos de extremo a extremo y todo llegó a calmarse.
Luego de estar practicando unas dos horas, Elena pidió que todos nos presentáramos ante ella sin los guiones.
A esa altura ya debíamos saber algo, o eso es lo que ella esperaba.
Pasamos uno por uno como si se tratara de un monólogo.
Con todo habían transcurrido unas cuatro horas, si no es más, y Elena dio la orden de podernos retirar.
Todos estaban ya rumbo a la salida y yo me apresure a encontrar a María, y para mi suerte estaba con los demás ahí reunidos, separando lo que debíamos hacer para el sábado.
–Ahí está, por que no va él– menciono María en mi dirección.
– ¿yo que? –intervine
–Tirarte del puente más alto del mundo –completo ella.
–No te contentaste con golpearme– le dije dentro de lo que parecía un reclamo.
–Pues no, eso era parte de la obra– explicó ella.
–Sin embargo lo aprovechaste– le dije fulminándola con la mirada, tenía la mano muy pesada, no me sorprendería tener su mano marcada en mi cara.
–No iba a dejar las cosas así de sueltas, además te lo merecías–
–Y por qué siempre tú María, porque no dejas que yo también le un buen trompón– intervino Ed.
–Porque yo tengo privilegios especiales–aclaro ella.
–Bueno entre todos lo matamos a golpes después, ahora crees que puedas conseguir las tres arañas de cristal para el sábado– propuso Thomas
–De los golpes no estoy de acuerdo, de las arañas si– respondí.
–Entonces tú las traes– aclaro Thalía.
–Esperen, esperen lo vamos a golpear ¿si o no?– pregunto Ed
–No –le respondí.
–Ah... –reacciono desanimado– ¿Por qué?–
–Por qué no, te lo prohíbo, no soy su saco de boxeo, nadie me va a dar un solo golpe– aclare, pero se ve que a alguien no le importo y me dio un manotazo por la cabeza.
–Listo, no fue tan difícil –menciono Eve bajando su bolso en una banca y dejando que las risas se regaran.
–Eres mi ídolo Eve– menciono Ed sin parar de reír.
–Me la vas a pagar– advertí, su golpe no fue mejor que el de María pero tampoco fue peor.
–Uy... que miedo me van a matar –reacciono ella con una cara de espanto, que a todos hizo gracia.
–Te lo estoy diciendo enserio Evelyn– aclare pero se notaba a leguas que no me tomaba en serio.
–Hay no pude ser–menciono preocupada– dijo mi nombre completo, ya es mi sentencia, me voy a morir– termino de decir añadiendo más drama de lo normal.
–Para ser pequeña exageras demasiado – le dije y su carita de felicidad se fue. Eso quiere decir que gane.
–Pues hablo pie grande – dijo luego de sentarse en una banca hecha una furia.
–Mi amigo el gigante– aclaro Ed y le lance mi mochila.
–Bueno ya basta los tres– dijo Thalía mirando a todos los mencionados
– ¿Qué yo también? – pregunto Eve al ver que la miraba.
–Pues claro, tú iniciaste – le explique y ella no lo tomo a bien.
–María, llévate a Eve a ver el sofá– pidió Thomas sonriendo de oreja a oreja interrumpiendo lo que mi conciencia iba a decir.
–Como ordene general – dijo y tomo de la mano a Eve para llevársela.
–No, yo porque – se quejó y solo fue hasta acercarse lo suficiente que empezó a golpearme con su mochila– mira lo que hiciste, todo es tu culpa –
–Basta, yo no tengo la culpa de nada– me defendí mientras me alejaba de ella y su mochila.
–María sácala de aquí –Menciono Ed en mi defensa en un tono serio que me sorprendió y no fui el único, todos nos llegamos a fijar en él – aun necesitamos las arañas de cristal – completo preocupado.
–Ed– lo llame luego de que María y pepito grillo se fueran – ya te he dicho que eres un gran amigo –
–No – respondió – pero gracias por tus palabras – añadió alagado.
Era un caso tratar de dialogar con él, pero en fin así se lo quiere.
Me marche luego de unos minutos a pedir las tres arañas de cristal y los tres de mis compañeros se quedaron viendo donde conseguir las luces, y que indicaciones dar al encargado de las mismas.
Antes de cumplir mi misión fui donde Inesita a pedirle uno de sus cafés para reanimarme, el ir ayer al club me dejo...
Un poco desvelado.
Llegue a la cafetería, y esta no estaba tan llena, lo que si estaba muy relleno era el área verde, con mi mirada ahí camine directamente al mostrador y adivinen lo que me encontré.
–Hay no – menciono Eve al verme.
–Tampoco eres de mi agrado ahora – le confesé, solo a ella se le ocurre golpearme hasta el cansancio, lo cual parecía ser algo eterno.
Ni María me ha golpeado tantas veces como ella y con diversas cosas en tan pocos días.
–Y eso porque– reclamo – pinocho siempre apreciaba a su conciencia, porque tú no a mí –
–Porque pepito grillo nunca golpeaba a pinocho– le respondí.
–Perdón, pero yo soy una versión nueva y mejorada, eso incluye mejores métodos para hacerte escarmentar– mencionó.
– ¿Y qué hice ahora? – cuestione, no recuerdo a verle hecho algo.
–Dejarme con un idiota – respondió, y si no estqba mal se referia a Johnny, alguien ya le debio decir sobre el cambio que hice con él.
–Niños, niños basta ¿Qué sucede?– intervino Inesita y a Eve ni a mi nos hizo gracias en cómo nos llamó.
– ¿Niños? –preguntamos los dos.
–No me sigas – reclamo Eve y no sé de donde saco un cuaderno pero me lo estampo en la cabeza.
–Oye basta – dije tomándola de las manos queriendo detenerla.
–Chicos, chicos – volvió intervenir Inesita y no quedó más remedio que parar.
Me quede sosteniéndole de las manos y en las mismas aun traía el cuaderno con el que me golpeo otra vez.
–¡¡Suéltame!! – exijo, pero no le iba a dar el gusto.
–No –respondí – hasta que pidas disculpas –
– ¿Disculpas? – Cuestionó sin creer lo que dije– disculpas deberías pedir tu por dejarme sin mi muleta cuando más la necesitaba– recordó.
–Por qué mejor no piden disculpas los dos – sugirió Inesita– no pensé que fueras a hacer tal cosa Eliam, y Evelyn tampoco es una forma de solucionar las cosas–
–No le voy a pedir disculpas si él no las pide primero– sentencio mi conciencia.
–De mí no obtendrás nada – le respondí.
–Eliam – llamo Inesita, y ya era sabido lo que pediría–vamos una disculpa no te va a matar– termino de decir.
No puedo creerlo.
No es cierto
No podía creer que sedería a lo que Inesita quería.
Bueno ella siempre conseguía que cualquiera la obedeciera.
Pero yo no...
En fin con solo verla no me quedo más que morderme la lengua y soltar un...
–Lo siento – mencione en un susurro.
–No te escuche – soltó Eve.
–Pues te tendrás que conformar – le respondí.
–No, no, no, que se te escuche, si no yo no te pido ninguna disculpa– aclaró y no me importo.
–No necesito que las pidas – dije sin quitar la vista de ella.
–Los dos van a pedir disculpas y punto – sentencio Inesita.
–Dígame Inesita escucho su disculpa, porque yo no – dijo Evelyn.
–Está bien, Lo siento – aclaré para que dejara de hablar.
Ella me quedo mirando un rato y luego de varios segundos, donde casi me pierdo en esos ojos claros, decidió hablar.
–No la sentí sincera, otra vez – menciono y creo que mi cara le dijo todo, pero en vez de tomarme en serio se comenzó a reír.
–Te toca – sentencie y no parecía tener la intención de hacer caso.
–Hasta que sienta tu disculpa sincera y sueltes mis manos no–contradijo ella.
–No te voy a soltar, tengo todo el día descuida –mencione y ella compuso su mirada ausente.
–No – sentencio, y le baje las manos hasta chocarlas con la mesa –está bien, está bien lo siento, lo siento– pidió y la solté – salvaje – exclamo luego mientras se sobaba las manos.
–Bien, ahora no vayan a discutir otra vez, que los pongo de rodillas para pedir perdón– aclaro Inesita y lo que iba a decir lo atrape en mi garganta– ahora, a que venias – me pregunto.
–Por un café– respondí
–Ya te lo traigo – dijo y se fue por las puertas que se hallaban perdidas entre la pancarta de bebidas y la muestra de todos los bocadillos que disponía para la venta.
– ¿Qué? – pregunte con ver que mi conciencia no quitaba su mirada de mí.
–Estoy esperando mi disculpa sincera– respondió, estaba con su brazo descansando en la mesa y tenía su mano en la barbilla.
–Sigue esperando – aclaré, no iba a disculparme con ella, no, ni de chiste.
–Tarde que temprano lo vas a decir– dijo y se acercó a atender unas chicas que llegaron.
–Solo si me colocan un rifle en la cabeza– le respondí y luego salió Inesita con mi café.
Lo pague y me fui antes de que ella se desocupara y comenzara con sus diálogos con golpes infinitos.
Salí de la cafetería degustando de mi bebida y fui en busca de las tres arañas de cristal que me podía ayudar Henry, un compañero cuyo padre posee todo ese tipo de cosas para los eventos.
Conseguí los tres que necesitaba y además el padre de Henry ofreció a un personal para que los instalara mañana por la noche.
Con buscarlos no me di cuenta que la noche estaba por caer y con ello nubes brumosas se aparecían entre los edificios prediciendo una lluvia torrencial que en poco tiempo se desató.
Gotas grandes provenían del cielo y se chocaban con el cemento de los caminos o los verdes prados y con todo aquel que estuviera recorriendo los mismos, en este caso yo y uno que otro más.
Logre llegar a uno de los edificios centrales y ahí decidí quedarme hasta que la lluvia calme un poco.
Con mi espera llegó Marcela al mismo lugar refugiándose de la lluvia, y cuando se quitó la chaqueta que llevaba en la cabeza reparo en mi presencia.
–Eliam, hola – Saludo.
–Hola –le salude y un silencio se estableció como la mayoría de veces que estaba con ella.
–Perdón si... – comenzó a decir pero le corte, no quería oír nada sobre el tema.
–No es tú culpa, fue la mía por quedarme–la calme.
–Sin embargo, no debía a ver ido ¿verdad? – mención luego, perdiendo su vista en el bailar de la lluvia junto con el viento.
–Enserio necesitas que te responda–
–No– aclaro.
– ¿Quién te llevó esta vez? – pregunte con intriga.
Si ella estaba en el club debía de haber ido con uno de sus muchos "amigos".
–Fui sola– respondió
– ¿Cómo? – le cuestione sin darle tiempo a pensar
–Pues... – era difícil al igual que con Eva ver si mentían, pero con hacerle ciertas preguntas ya todo quedaba claro.
–Si no quieres decirlo, ya no lo hagas– le dije para que no se moleste en mentir.
–Lo siento – soltó después.
–Ya es igual– solté también, ya no me importaba lo que tuviera que decir, siempre ignoraba todo lo que le decía, en teoría hacia lo que le venga en gana y así haga lo que haga no la convencería.
Luego de unos minutos rellenados por el caer de la lluvia, Marcela decidió hablar y francamente me impresiono.
–Llamo Papá – informo sin creérselo ella también.
–Por qué me lo dices – interrogue, nunca me decía cuando los llamaba o cuando ellos la llamaban.
Aunque en realidad la única que llama es mi madre.
–Él dice que vaya contigo– continuo.
–A donde – le pregunte para estar seguro, ¿enserio quería que vaya conmigo luego de como la había tratado?
–A seguir ese curso Eliam– respondió y vi claramente el enojo que le producía la situación– quiere que vaya contigo para seguir con ese absurdo negocio–
–No es absurdo Marcela– le contradije – él simplemente quiere ayudar y tú no te dejas, solo quieres ser tú, crees que no necesitas de nadie pero tarde que temprano te vas a dar cuenta que lo que haces ahora es un error, no todo es fiesta y alcohol–
–No soy diferente a ti –contesto molesta– al menos date la molestia de salir para yo poder seguirte–
–Marcela– dije para llamar su atención, estaba en lo cierto, no era un ejemplo a seguir pero si estoy ahí es para estar con ella y para salir los dos de esto –hago lo que está a mi alcance, en un principio te quise ayudar y lo estaba haciendo, ahora recuerda y medita, por qué estoy contigo–
–Nunca te necesite– respondió con claro enojo y tristeza.
–Entonces ahí está mi error– dije sin pensar.
–No–aclaro ella– tu error está en obedecer lo que te dicen, acepta que lo hiciste porque Papá te lo pidió, de ser tú me dejarías en paz y me hubieras dejado hundirme sola en este mundo–
–Eso no es cierto Marcela–le aclare y prácticamente el enojo que por dentro me consumía se notaba en mi voz– entiende que no todo lo que te digan es verdad, vas a creer en alguien más que a tu propio hermano –
–Tú me lo has hecho creer–respondió luego de unos segundos
– ¿A si?, ¿cómo? – la cuestione sin poder comprender su respuesta.
Y su silencio fue más que suficiente para delatarse.
–Ves– dije volteando a verla, y ella hizo lo mismo– deja de creerle a quien sea que te está diciendo eso porque no es cierto, créeme a mí por todos los cielos, yo solo quiero tu bien–
–Lo siento – respondió negando con la cabeza y fijándose otra vez en la lluvia– pero no puedo, y si enserio quieres mi bien, ya no me sigas, ya estoy perdida y no quiero lo mismo para ti Eliam–
–Sabes bien que no te voy a dejar Marce– le dije volteando a verla otra vez.
Jamás lo haría, era mi única hermana, la única mujer que más quería luego de mí madre, solo la tenía a ella de mí lado, y desde que llegamos aquí hace 5 años, junto con María que se nos unió luego, eran las únicas chicas que valían para mí y las que prometí cuidar.
Ahora me estoy fallando a mí mismo y a ellas también.
–Entonces vamos a seguir así y hasta peor créeme– aseguro pero no estaba dispuesto a seguirle la corriente.
–Marcela por lo que más quieras dime quien es– insistí, si tan solo confiera en mí y me lo dijera la ayudaría más abiertamente.
–No me creerías – menciono revirando a verme.
–Te prometo que si – le asegure pero ella me miraba de una forma que tan solo quería decir "olvídalo"
–Lo siento Eliam pero no insistas– aclaro luego de unos segundos, unos donde creció mi esperanza y a la vez se destruyó.
–Como quieras–le dije revirándome a ver la lluvia sin poder ocultar el enojo y el dolor – pero hasta entonces no me voy a alejar, de ser así me hundo contigo Marcela– le aclare luego de unos minutos y me adentre a la lluvia con la esperanza de que esas gotas de agua venidas del cielo limpiaran o al menos calmaran mi corazón y mi alma que hasta ahora los tenia hecho trizas
Espero les haya gustado.
también espero sus votos y comentarios ;)
Un abrazo enorme y gracias por el apoyo.
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