Capítulo 15
Evelyn
No podía encontrarme más feliz.
El estorboso vendaje que tenía por fin salió de mi tobillo y ahora este estaba mejor.
Aunque antes de salir corriendo de esa habitación blanca, el doctor, me hiso ir y volver de un lado al otro para asegurarse de que estaba bien.
Ya me estaba mareando de tanta vuelta y al condenado no le importaba.
Luego de eso me obligo a hacer otra vez los ejercicios con el tobillo para ver que estuviera en condiciones aceptables.
Pase repitiendo lo mismo y lo mismo, lo mismo y lo mismo hasta que se sintió satisfecho.
Con cumplir sus caprichos pude ser libre.
Bueno casi, antes, me dio una sermoneada de todo lo que debo y no debo hacer, y que a más de eso lo voy a tener que visitar los siguientes días para ver que todo va para mejorar.
Luego de eso sí.
Me sentí la mujer más dichosa de todo el mundo.
Libre soy
Libre soy...
Libertad sin vuelta atrás
Estaba demasiado feliz en ese momento, le di las gracias al amigo de Iván y me encamine a la salida.
Había empezado a tararear la canción de frozen de pura emoción y por estar sumida en mi mundo feliz me pegue un susto al ver a quien menos esperaba.
-Hola, ¿Qué haces aquí? - pregunte a Eliam.
-Esperarte como buen amigo- respondió - se ve que venir aquí te alegro demasiado-
-Si... - respondí emocionada, no lo podía ocultar era bonito poder caminar sin una estorbosa muleta, aunque compartí buenos momentos con ella me sentía bien al no tenerla.
-Te dejo en tu edificio para que te cambies, puedes atrapar un resfriado si sigues con esa ropa- menciono luego y tomo la iniciativa de la marcha.
Necesitaba trasporte y un guía, aun no me acostumbraba a semejante lugar asi que me era fácil perderme.
Lo seguí fuera del edificio y madre mía el frio que hacía.
Me acurruque más de lo que podía dentro de ese saco enorme que me presto Eliam.
Parecía un costal a medio rellenar con esa cosa puesta, sin embargo estaba más seco que mi yo entera.
Eliam ya se había subido a la moto y yo lo imite, me abrace a él para que pudiera arrancar.
Se me hiso demasiado raro y me dio cosas hacerlo.
La causante de esa sensación, Eva.
Sin embargo la borre de mi mente, para no arruinar mi panorama.
Las luces en los edificios y en las piletas se encendieron iluminando el predecir de la noche.
A diferencia de cuando pase aquí antes ahora se sentía como que un aire más relajado y... como decirlo agradable, encantador, ¿Mágico?
El caso es que me gusto todo, hasta que llegamos a mi edificio todo tomo buena forma.
-Listo - dijo aparcando la moto en un extremo.
-Gracias - le dije bajándome del vehículo oscuro.
- ¿No te pusiste el casco?- menciono al verme
-Nuca me lo diste- respondí en mi defensa.
- ¿Entonces es mi culpa?- cuestiono
-Pues claro -respondí- debes asegurarte de que tus pasajeros estén seguros, podrías ocasionar un accidente y ellos serían los perjudicados-
-No puede ser- dijo con su sonrisa de comercial y mirando para otro lugar, yo me reí ante su reacción.
- ¿Eliam? - Menciono una voz detrás de mí, me revire a ver y adivinen quien era- oh Eliam ¿Dónde estuviste toda la tarde?- menciono Eva acercados a él y robándole un beso que duro....
Esa situación era incomoda
Demasiado créanme
Me sentía como el mal tercio.
Y creo que ella tuvo piedad de mí y se reviro a verme, pero antes de que dijera algo intervine para salirme de ahí.
-Creo que deje algo, en alguna parte - mencione con un ataque de nervios encima y me encamine a la entrada rodeando a Eliam- voy a ver si lo encontró o si lo deje- termine y me fui- Adiós -
No pensaba quedarme ahí con los novios y aguantar sus cariñitos.
No guacala.
Ni las películas de romance aguantaban mucho menos esto.
Con la libertad de mi caminar fui prácticamente dando saltitos mientras recorría los pasillos y las escaleras y antes de llegar a mi piso, estuve dando vueltitas, sosteniéndome de la pared claro, no quería terminar en el suelo.
Estaba buscando mis llaves y caí en cuenta que aun llevaba el abrigo de Eliam.
Hay madre mía.
Bueno, sencillo seria devolvérselo mañana pero Eva me vio.
¿Se enojara?
Ahí como pude ser tan torpe
Con esa idea estampe mi cabeza en la puerta.
Solo espero que no tengan problemas nada más.
Resignada a no poder hacer algo para solucionarlo abrí la puerta y me adentre a mi mini apartamento.
Cuando cruce la puerta sentí como si una manta de calor me abrasaba, pero no me quede con eso, fui enseguida a la habitación para cambiarme.
No quería pillar un resfriado.
Podía ser todo menos eso.
Coloque todo lo que estaba mojado en una cesta para llevarlo a la lavandería mañana o cuando tenga tiempo.
Luego de estar más abrigada, con mi uniforme completo de dormir, fui por una sábana de lana y me encontré el abrigo de mi padre.
El mismo que me proponía quitárselo en nuestro viaje que resulto ser mortífero para él.
Consistía de un abrigo largo de capucha con lana a las orillas en un tono más claro al negro.
La tela seguía siendo muy suave y en esta aún se encontraba impregnado el típico perfume que caracterizaba a mi padre.
Su recuerdo venia siempre, llegaba a mi mente e inundaba todo a mi alrededor de viejos recuerdos, algunos frescos y recientes.
El día que me enseñó a jugar vóley, cuando me llevaba a la escuela, cuando sabíamos hacer las noches de cine con mamá, o cuando en invierno me enseñó a patinar y luego tuvo la loca idea de que iríamos a Rusia a los concursos internacionales de patinaje artístico.
A mamá también la recordaba con simplemente ver la TV, o con ver las promociones de concursos artísticos, o más torturante aún con ver una cocina.
Le fascinaba preparar diferentes platillos, en su tiempo libre era lo único que hacía, se veía interesante pero nunca llego a enseñarme, puesto que sus momento libres constaban de dos a tres horas a lo mucho.
Sin embargo no los quería olvidar, quería mantenerlos vivos dentro de mi memoria así esta me destruya lentamente.
No quería que suceda como en la mayoría de los casos, donde muere una persona y esa pasa al olvido con el transcurrir de los días.
Por eso me quede con el saco y acepte ayudar a Inesita con la cocina.
Fue el mejor método hallé para no olvidarlos.
A pasado poco tiempo, las heridas aún están frescas, quizá y por eso es un tormento ver cosas tan simples y recordarlos, con el corazón en un puño y con un diluvio incesante dominando mis ojos.
No los había nombrado hasta hoy en voz alta, sin embargo una parte de mí se soltó al decir lo que ocurrió, o bueno, una mínima parte de lo que ocurrió.
No era muy confiada lo admito, además se me hacía muy raro comentar el cambio radical de mi vida a alguien que apenas conocía.
Pero el tiempo dirá.
El destino se encargara de colocar el camino y yo de recorrerlo.
***
Un nuevo día se abrió entre las cortinas.
Me fui despertando poco a poco con mi vista en varias nueves demasiado pomposas que iban de un lado al otro impidiendo la fluidez total del sol.
Hoy el cielo predice frío.
Me levante con reniego.
La cama se había vuelto tan blandita, tan suave, tan calientita que no me quería separar de ella, pero debía hacerlo, cuando saque mi mano de entre las sabanas y el aire del exterior me rozo haciéndome sentir que estaba tocando una agua helada.
Fui saliendo de a poquito a poquito, solo cuando vi el reloj de mesa me apresure.
Ya faltaba 20 minutos para iniciar el día en el estudio, Salí rápido y me metí a la ducha, luego de eso quería salir y que creen. La toalla. Abrí un poco la puerta del baño buscando la dichosa toalla y ahí estaba sobre mi cama burlándose de mi situación.
No es que estuviera lejos pero tampoco estaba tan cerca que digamos, y más el frío que empezó a hacer.
-A ver - dije preparándome para correr- no me voy a quedar aquí por tu culpa- No sé de dónde saque el valor pera logre atravesar el trayecto del baño a la cama y me envolví en la misma para entrar en calor.
Pero no daba resultado, seguía sintiendo más frío.
Me encamine al armario tiritando, y me coloque rápidamente una licra oscura, botines del mismo color, un buzo de lana lila que me cubría hasta debajo de mi cintura y una bufanda blanca.
Cuando termine empecé a caminar de un lado al otro sin detenerme para agarrar calor, así fui arreglando un poco el desastre que tenía en la habitación, tome mi mochila y luego salí tomando una pera de la cesta que había sobre una mesa pequeña.
Cuando estuve recorriendo los pasillos de la salida revise mi reloj de pulsera y vi que faltaba 5 minutos.
Genial.
Empecé a correr a la salida con la esperanza de encontrar a alguien que me ayudara a llegar al estudio.
Cuando estuve afuera vi a Thalía cerca de la pileta.
-Thali...- me quede a medio llamado ya que alguien choco conmigo y me hiso caer de bruces al suelo y lo peor termino encima de mí.
-Hay perdón - dijo mi importuno, me revire a verlo y me topé con unos ojos verdes azulados, que para que eran bonitos, sin embargo me estaban apachurrando.
- Te digo algo - mencione y ahí fue que descubrí que traía a un tarado encima, ¿Por qué? Porque sonrió ni que tarado mismo con mis palabras, ¿Qué esperaba?- me estas apachurrando así que quítate ahora-
-Lo siento - dijo de inmediato y se levantó, de milagro me ayudo-No te había visto antes - menciono cuando los dos estábamos de pie, su voz tenía un acento argentino y más la presentación en la que andaba, cualquiera se le tiraba.
Cualquiera menos yo, pero el muy tarado de cómo me veía, creo que se hiso la idea de que era una de esas.
-No - respondí - llegue esta semana, ahora si me disculpas voy con mi tiempo justo- termine y me salí de ahí a donde estaba Thalía.
-Ayúdame - dije para llamar su atención.
- ¿Qué paso Eve? - me respondió al verme.
- ¿Cuánto hace falta para llegar al estudio? - pregunte preocupada
-Hay respira - dijo tratando de calmarme - no vamos a tener la primera hora, Ed me llamo y dijo que te buscara y que los esperáramos aquí a él y todo el grupo- con su explicación pegue un respiro profundo.
Si cuando Ed y Thom se retrasaron María estaba que los mataba, no se diga si yo no mismo llegaba.
Bueno con las aguas calmadas, me senté en la pileta y Thalía me imito.
Pasamos hablando un rato de trivialidades pero en un momento exacto logre sacar el tema de ella en el día anterior.
Prácticamente estaba con mucho sueño debido a que salió de la academia por un llamado de su padre y volvió en eso de la madrugada.
No me quede tanto ahí en ese detalle, sino en el hecho de que el muy considerado de Thom se ofreció a ayudarla y tanta cosa.
Se lo tomo muy calmada el tema no lo niego, pero por ahí de un momento al otro se puso nerviosa.
Ahí la cache.
-Te gusta- le solté y ella casi me lanza a la pileta
-No como crees- respondió alterada- quita eso no, además tu estas que das de suspiritos a Eliam y yo no digo nada, no creas que no te vi irte con él por la tarde ayer-
-A ver mamita yo simplemente lo acompañe a inscribirse a una escuela, nada más- me explique - y chito esa boca que alguien te puede oír y el relajo que se puede armar-
-que relajo ni que relajo está claro que te gusta E... -
-El pastel - complete alargando el comienzo, esta mujer estaba prácticamente gritando y el que iba a ser mencionado estaba a pocos pasos, y no madre mía si se entera de esa locura de Thalía de seguro y hasta me molesta.
- ¿El pastel? - cuestiono confundida.
-Sí, es uno de mis postres favoritos luego del helado- continúe.
-Pero yo no... - estaba por querer volver a lo de antes pero justo llegaron todos.
- ¿Qué hay chicas? - saludo el casi mencionado.
-ah... hola Eliam - respondió Thalía comprendiendo el por qué la interrumpí- Hola a todos-
-Que hubo - Salude también.
-Bueno vamos levántense de ahí, que esperan - ordeno Ed y prácticamente ni espero a que reaccionemos porque nos tomó de la muñeca y nos jalo para hacernos levantar.
-Ed!! - fue la respuesta de las dos al mismo tiempo.
-Entonces muévanse - fue su única respuesta y no nos tocó más que seguirlo.
A medida que avanzábamos a quien sabe dónde, María nos entregó a Thali y a mí unos sobres enormes.
Cuando abrí el mío vi que se trataba de un guion pequeño de unas dos hojas nomas.
- ¿Qué te toco? - me pregunto Thalí.
-no se pues- respondí revisando todo el paquete a ver si encontraba algo.
-Dame eso - dijo riéndose y quitándome el guion, reviso una parte del sobre y luego me dijo el personaje que me toco- hay que bonito, eres la catrina-
- ¿La catrina? - pregunte
-Aja... - respondió, iba a decir algo más pero la risa de Ed no le dejo continuar.
-Eres la huesuda - comento entre risas.
-Oye más respeto que puedo acabar contigo si me lo propongo - advertí.
-Uyuyuyuy perdón- pidió con su única exageración y todos nos reímos.
- ¿Y a ti que te toco? - pregunte después.
-Gemela 1- respondió y nadie le entendí- ni yo entiendo créanme, no vena así-
-Está bien que nadie la vea- menciono Ed, y Thali le dio con las hojas en la cabeza.
-Bueno ya entenderemos cuando lleguemos al salón - intervino María que hasta ahora estaba muy callada.
Vaya sorpresa.
De los edificios que era los estudios, pasamos a edificios más grandes, más o menos cercanos a donde había ido con Jake a ver ese teatro de sombras, fuimos ingresando al edificio 425 y con la misma belleza y majestuosidad del pasillo del salón donde había ido, nos fuimos integrando junto con otros grupos.
El pasillo tenía la misma alfombra roja y se dividía por escritorios vacíos, pancartas en blanco y puertas abiertas de par en par.
Nos aproximamos al salón número 427, en el interior se encontraban varias hileras de sillas y en el fondo un escenario, ahí se encontraba la madre de Eva e Iván junto con un grupo de señores trajeados que nos reviraron a ver.
-Eva - saludo la señora a su añorada hija ella le correspondió y prácticamente estuvo encima del escenario junto con todos como la más importante.
Ya veo porque la mayoría la odia.
-Bienvenidos chicos - intervino mi tío que no podía reconocer, porque bueno, si a Eva la solían tratar con el más mínimo cuidado porque su madre era una accionista, no se diga cómo me tratarían a mí por ser la sobria del dueño.
Además no quería que me tomaran como la niña especial y preferida.
A cualquier signo de afecto lo tomarían a mal eso seguro y no me convenía, así que en conclusión no digo mi apellido de no ser necesario, porque en mi credencial no consto como Evelyn Rogers, si no como Evelyn Wilde y como veo que las mentiras no es lo mío, a lo mejor y me cachan.
Bueno en si con la calurosa bienvenida de Elena y mi tío nos acomodamos en los asientos, seguido de ello el grupo trajeado se presentó como "Study of artistic launch of musicals and films".
En conclusión nos informaron que si hacíamos la obra que nos ofrecieron nos darían paso a una nueva película de estreno el año que viene.
También nos dijeron que esta obra la verán ellos y más estudios de lanzamiento internacional, lo cual era una gran oportunidad y un sueño hecho realidad para quien lo quería.
Nos dieron lo que queda de esta semana y la siguiente para practicarla y presentarla el lunes.
Luego de eso y unos cuantos detalles de la película que nos darán a interpretar si somos los mejores, se despidieron.
En todo ese tiempo Iván había desaparecido y ahora solo estaba Elena en el escenario dando a conocer que tendríamos su asesoramiento para la obra, que era la representación de la ciudad de México con sus tradiciones y creencias a la muerte.
-Primero necesito a los personajes principales María, Joaquín y Manolo- llamó y se levantaron Eva y unos dos chicos que no conocía, bueno uno se me hiso familiar.
-Típico - soltó María con enojo.
-María - reprendió Thom en un susurro.
-María nada, estoy harta de esto- continúo en un susurro- lo peor de todo es que ya no le importa a nadie-
No entendía para nada la actitud de María, lo único que capte es que Eva obtenía siempre el papel central, pero a que se refería con que ya a nadie le importa.
- ¿de qué hablas María? - cuestione.
-Que te lo diga tu amiguito - contesto mirando sobre mi hombro.
- ¿Qué paso Eliam? - pregunte pero no obtuve ninguna respuesta, él miraba fijamente el escenario y sin expresión alguna.
- ahora necesito que venga la Catrina y Xibalba- hablo Elena y él se levantó, a los minutos recordé que yo era la catrina, así que también fui.
Cuando estuve en el escenario junto con Elena su hija se le acerco y pidió hablar con ella, fueron a parar en un rincón y ahí estuvieron dialogando.
Luego de unos segundos las dos llamaron al importuno argentino que casi me apachurra y a Eliam.
Intercambiaron palabras y miradas confundidas, pero al final Eliam fue donde Eva y el importuno vino a la esquina donde estaba.
-Hola otra vez- saludo al pegarme una revisada.
-Hola- le respondí al saludo para no ser mal educada.
-Evelyn ¿verdad? - dijo de repente.
-Vaya - aclare con sorpresa- estoy en desventaja, tu sabes mi nombre pero yo no sé el tuyo-
-A pues permíteme presentarme, soy Johnny -dijo con su mano estirada y no me quedo más que aceptarla.
-un placer-respondí agitando más de lo debido la mano, no iba a permitir que me ponga sus babas.
-No te agrada la cortesía verdad- dijo al ver mi reacción
-No es eso, es solo que... no me gusta que ensucien mi mano- me defendí
- entonces, que tal un signo de afecto- dijo el engreído ojos gatos de cabello oscuro y tremendo porte, acercándose lentamente.
No es que hubiera dado mis besos, pero no estaba tan desesperada por estrenar mis labios, así que le corte de una buena cachetada que resonó en todo el salón haciendo eco.
-Me pegaste - reacciono viéndome sin creer lo que hice.
Y todos se reviraron a vernos.
Hay madre mía.
Gracias por leer.
espero les haya gustado
una abrazo enorme :)
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