6. Inhumana
Resulta que Alois estaba molesto por qué la noticia de el compromiso se había difundido tan rápido que muchas familias nobles dieron la petición de visitar la mansión para conocerme y a él no le gusta que toda la atención esté enfocada en mí.
Aún así después de todo no es mí culpa si no de él mismo y hacer rabietas como el mocoso que es, es lo único que le queda por hacer. Además de que por alguna razón se enteró de mí confesión con Lizzy aquella vez.
Parece que hay soplones en esta mansión.
- ¿Quién te crees al decirle a uno de nuestros invitados que tú no me amas?.
- No está bien mentir a las personas...
- Nunca debí aceptarte en mi mansión - arrebata el libro en mis manos y lo arroja al suelo - Te odio, ¿por qué no haces lo que te pido?, tú tienes que amarme, ¿no ves que nos vamos a casar?.
- Déjame en paz, siempre has decidido por mí. Yo no quería comprometerme contigo.
- Mujer rastrera, te enseñaré lo que es pertenecer a alguien - de nuevo vuelve a amenazar con arrancar mis prendas.
Tomo sus manos para detenerlo y lo empujo lejos de mí haciéndolo tropezar y caer.
- No sigas con eso - me levanto tomando un florero con jacintos azules y aviento el agua sobre Alois.
Aprovecho su aturdimiento para escapar de la sala.
- Hanna, ¿estás ahí? - pregunto abriendo las puertas de el sótano.
Sin embargo no encontré señales de su existencia. Tan solo veo unas escaleras que se desvanecen en la oscuridad.
Doy un paso al frente pisando el primer escalón dudando en bajar, pero al final termino haciéndolo.
Una vez dentro de el sótano descubro estanterías iluminadas con una luz débil que portan un montón de productos a los que no pongo atención, pues mi mente está en buscar a Hanna.
- ¡Hanna! - llamo a su nombre en lo alto y de pronto escucho el sonido como de unas pisadas.
Al seguir ese sonido descubro a Hanna quitando telarañas en una esquina.
- Camille, ¿por qué estás en este lugar?
- Te estaba buscando - voy deprisa en su dirección para abrazarla.
- ¿Que ocurre? - Hanna acaricia mi cabeza.
- Hanna, ¿como funciona un compromiso?. ¿Tengo que amar obligatoriamente a esa persona y tener intimidad?.
Mientras me siento asqueada al pensarlo, Hanna me sorprende al apretarme contra su pecho.
- Muchos de los compromisos son hechos de esta manera. No existe el amor, solo negocios.
Ella me responde mientras que yo con cada una de sus palabras contigo abrazándola aún con más fuerza mientras mis ojos comienzan a lagrimear ante la situación.
- No quiero seguir aquí, quiero irme lejos contigo, no quiero seguir viendo como el mocoso intenta hacerte daño de nuevo.
- Aún no puedo abandonar la mansión, tengo deberes por cumplir. Además, nada de lo que me haga el señorito es capaz de lastimarme realmente. En cambio tú eres libre de decidir.
- Es cierto, tú no me amas como yo lo hago. No tendrías por qué dejarlo todo por mí, ¿cierto?.
- Camille esa no es la razón...
Me suelto de el abrazo, separándome de ella sin dejarla terminar su diálogo y me voy de el lugar subiendo las escaleras con rapidez.
Entro en la habitación que comparto con Hanna y me recuesto en la cama tomando una posición fetal.
Comienzo a pensar en como escape de un lugar tan deprime para entrar en uno exactamente igual, dónde no existe el amor, dónde no entra la luz de el sol, solo existen personas solitarias y locas.
Odio esto, yo nunca debí encontrarme con Hanna aquella vez, nunca debí aceptar su amabilidad, nunca debí enamorarme de ella.
Mientras continuo sollozando caigo en un sueño reparador sin darme cuenta. Y al despertar Hanna está acompañándome acostada detrás de mí mientras me abraza por la cintura.
Soy capaz de sentir su respiración en mi nuca.
- ¿Hanna?, ¿por qué tú...- me giro encontrandola cara a cara muy cerca de mí y nuestras respiraciónes se unen.
Que hermosa es, por más que quiera nunca podré enfadarme con ella pues al tenerla de nuevo tan cerca mi corazón bombea con fuerza.
- Déjame aclarar algunas cosas Camille - lo dice como una suplica - Claro que te amo.
- ¿Que?, ¿de verdad? - pregunto sorprendida ante su confesión.
- Por supuesto, sin embargo no soy capaz de sentir el amor como tú lo sientes, no soy capaz de entender muchas cosas sobre los sentimientos.
Yo continúo estática mirando a Hanna fijamente.
- Ayúdame a entenderlo. Quiero sentir lo mismo que tú.
- Claro que lo haré Hanna, pero podrías explicarme, ¿por qué eres de esta manera tan peculiar?, belleza impresionante, cálida pero fría al mismo tiempo, tan perfecta en todo lo que haces y lo sabes casi todo, sin embargo no sabes nada de los sentimientos humanos. Es como sí tú...no fueras humana...
Ahora Hanna es quién me mira en silencio.
- Supongo que me descubriste...creo que te subestimé un poco...
- ¿De que estás hablando? - expreso confundida.
Mantengo mí mirada en sus ojos y ella al parpadear revela un color diferente en su mirada. Es un rojo vivo muy brillante y su pupila ahora es afilada como la de un gato.
Sin poder evitarlo suelto un grito de terror y caigo inconsciente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top