3.¿Compromiso?

Después de convencer a Hanna de que estaría bien y lista para presentarme con Alois Trancy como su nueva trabajadora en la mansión, se ofreció a ayudarme a colocarme el uniforme de maid.

Sonríe acomodando mis mechones de cabello por detrás de mí espalda - Tengo algunos deberes por hacer. La mansión puede parecerte grande al principio pero ya te acostumbrarás. Te alcanzaré en cuanto llegues a la sala con el señorito.

La abrazo con mucho cariño antes de salir por la puerta de la habitación - No te demores mucho.

- Eso no pasará.

Cuando salgo al pasillo dejando atrás a Hanna, me encuentro con un espacio tan amplio que siento que podria perderme en cualquier momento, justo como lo que dijo Hanna, aún así decido seguir con mi camino y en eso me topo con tres mayordomos muy similares entre sí. Ellos colocan algunas cortinas dando saltos increíbles que no son humanos.

- D-disculpen, ¿en donde se encuentra el señorito Trancy?.

Los tres se detienen para mirarme de arriba a abajo, se susurran algo entre ellos y después me señalan la dirección en dónde supongo que debería ir.

- Gracias - continúo caminando aún sintiendo sus miradas clavadas en mi espalda.

Al llegar a una de las enormes puertas cuando estaba a punto de tocarla es abierta por un cuarto mayordomo que a diferencia de los anteriores este es mucho más alto y con un semblante arrogante.

Él también me mira de arriba a abajo antes de pasar por un lado dejando la puerta abierta para que yo pueda entrar.

Parece que nadie habla aquí más que Hanna...

Al entrar enseguida me encuentro con Alois Trancy de espaldas a la puerta sentado sobre un sofá con vista a la ventana que muestra un clima nublado y lluvioso mientras leé el periódico y al lado esta una pequeña mesa con dulces sobre ella.

Él de inmediato gira la mirada por un costado de el sofá para encontrarme directamente con esos fríos ojos.

- Aquí estás por fin.

- Señor Trancy...- son interrumpida antes de pronunciar algo más.

- Su alteza... Así es como tienes que dirigirte a mí.

- ¿Su alteza?...

Ríe de forma burlona - Aprendes rápido - regresa su vista donde estaba para continúar hojeando el periódico.

En ese momento el mayordomo alto vuelve a aparecer, está vez sosteniendo una bandeja con té y algo de miel.

Me la entrega como si estuviera indicándome que debo servir el té para "su alteza". La tomo y voy junto con Alois para empezar a vertir cuidadosamente el té dentro de la taza, sin embargo debido al nerviosismo en mis manos, tiemblo al hacerlo bajo la mirada intensa de el pequeño conde.

Entonces de forma repentina una mano mucho más grande con guante blanco se posa sobre la mía, así de esta forma ayudándome a hacerlo correctamente. Al terminar de llenar la taza él mayordomo se la entrega al conde dirigiendome una mirada reprovadora.

- Lo siento...- digo en lo bajo.

- Camille. ¿Ese es tú nombre?.

- Así es su alteza...

- Deberías seguir aprendiendo de Claude - dice mientras el mencionado vierte un poco de miel en el té de Alois antes de que esté de su primer sorbo.

- Si su alteza...- respondo algo forzada.

Claude hace una reverencia y yo lo imito. Después lo veo dar la vuelta para salir de nuevo de la sala pero cuando yo estaba a punto de seguirlo Alois me detiene.

- ¿A donde crees que vas?, deja que Claude se encargué de sus asuntos, tú te quedarás conmigo. No puedes dejarme solo, ¿escuchaste?.

Al oirlo mi mente se queda en blanco por un momento - Si su alteza...

- Tú nunca serás como Claude definitivamente. Ni siquiera deberías servirme, mira todos tus vendajes y esas manos temblorosas ...te ves horrible - Debés contenerte, debés contenerte... repito para mí misma dentro de mi cabeza - Aún así me gusta tú obediencia, preferiría que fueras mí mascota o un juguete que siempre podré tener al alcance para divertirme.

Lo miro incrédula aún manteniéndome en silencio.

Entonces el comienza a reír de nuevo - Si es mejor así, quítate esa ropa, otro vestido te quedará mejor - enrrolla el periódico y lo golpea en la palma de su mano mientras mantiene su mirada sobre mí con esa sonrisa perversa.

- ¿Disculpa?...

- Es muy molesto repetirlo dos veces - dice cambiando su semblante a uno más serio.

- No lo haré aquí...

- ¿Estás escondiendo algo? - deja la taza sobre la mesa y se levanta de el sofá para venir en mi dirección - ¿Vamos muéstrame que tienes ahí? - pregunta mientras coloca sus manos sobre mis pechos y tira de mis prendas por lo que yo reacciono empujándolo.

- Detente...

- ¿Cómo te atreves? - Alois enfurece y toma la taza de té para lanzarla sobre mí pero Hanna llega a la sala en ese momento.

Ella al ver esto se aproxima a mí con una velocidad increíble interponiendose para ella recibir el golpe.

- ¿Hanna?- pregunto preocupada.

- ¡Hanna!, ¿que crees que haces?. Largo de aquí estoy en un asunto - Trancy continúa con su actitud prepotente.

- Perdoname, su alteza - Hanna cubre la parte de su cabeza que acaba de ser golpeada por la taza mientras yo la abrazo aún preocupada.

- Mejor cierra la boca - Alois gruñe - Cambia a Camille de vestido ahora mismo, ella es inútil como sirvienta será mí mascota. Quiero que la vistas bien.

- Por supuesto su alteza...- Hanna responde en lo bajo - Sin embargo tengo algo más que decirle sobre Camille.

- Apresurate.

- Ella también es de una familia noble...

- Hanna, ¿porque? - pregunto sorprendida al escucharla revelar mi identidad al parásito.

- Si usted la convierte en su prometida tendrá oportunidad de formar alianza con otros nobles.

- ¿Mi prometida?, que estupideces estás diciendo Hanna, ¿acaso te entro jabón a la cabeza? - dice con desagrado haciéndome sentir un gran alivio - Largense de aquí las dos y has lo que te dije Hanna.

Entonces Hanna me toma de la mano para salir de la sala.

-¡Claude! - el mocoso llama al mayordomo siendo esto lo último que escucho antes de alejarnos por completo de la sala.

Mientras caminamos, tomo a Hanna de la mano en busca de sentirme segura. Entonces ella decide hablar antes de yo preguntarle.

- Comprometerte con el señorito es lo mejor para ti Camille.

- No entiendo el por qué, además es absurdo. Él apenas es un mocoso y yo estoy por cumplir la mayoría de edad.

- Pero de esta forma podrías recuperar tú estatus y el respeto que te mereces.

- No lo necesito...

Entramos en una habitación repleta de máquinas de costura y retazos de distintos tipos de finas telas.

Hanna toma las medidas de cada parte de mi cuerpo.

- Vaya pareces encajar muy bien con los estándares de belleza.

- ¿Eso es verdad? - pregunto curiosa.

- Tienes un hermoso cuerpo Camille - dice Hanna con una linda sonrisa.

- G-gracias - tartamudeo sintiendo mis mejillas calentarse.

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