Extra: Familia
Observo de reojo a Ariadne que tironea de su cabello distraídamente mientras inspecciona la carpeta que lleva en su regazo con mucha atención. A veces pienso que ella podría ser detective o investigadora, realmente sabe indagar y realizar informes, además de que es muy ordenada. Luego recuerdo cuánto ama las artes y cómo brillan sus ojos ante cada nuevo proyecto. Incluso adora escuchar sobre los proyectos de los demás y cómo comienzan a escalar en el mundo de la fama.
En la radio comienza a sonar la canción que Dylan le escribió a Kate y no puedo evitar sonreír por ello. Han pasado cuatro años desde que el sueño de una banda se volvió realidad, desde que la melodía de Ariadne invadió mi cabeza con la inspiración de nuevas composiciones. Puedo decir que nos está yendo excelente. Las entradas se agotan en horas, tenemos muchas fechas y muchos países en los que somos solicitados. Las canciones parecen no querer dejar de fluir y es maravilloso. Kyle y Dylan se ven radiantes durante los conciertos. Mi parte favorita es cuando las Spice Girls van a vernos, hay algo electrizante que se siente en el ambiente cuando ellas están, incluso cuando van de sorpresa.
Como actor todo marcha increíble. Ahora mismo soy el protagonista de una película que está dirigiendo Ari, la trama es increíble, los guionistas son muy buenos y puedo asegurar que mi esposa está haciendo un gran trabajo. Me molesta un poco el hecho de que tenga un tiempo un tanto limitado, entre entrevistas, presentaciones y premios, muchas veces veo muy poco a Ari, y sé que a ella eso la pone un poco triste. Lo bueno de esta película es que ahora estamos trabajando juntos y no pasamos mucho tiempo separados, excepto cuando estoy de gira.
Lo bueno es que las Spice Girls no viven muy lejos de nuestra casa y cuando estamos de gira se quedan a dormir en casa de una o de otra. Incluso mis hermanos se unen, ellos aman a Ari y no querían vivir muy alejados de nosotros, aunque mamá no vive en el mismo vecindario, pero tampoco está muy lejos.
Aprovecho el semáforo en rojo para ver a Ari que repasaa la carpeta con nuestra documentación minuciosamente. Sonrío tomando la mano de su cabello y obtengo su atención inmediatamente, por lo cual beso su mano. Su sonrisa no se hace esperar, mucho menos su suspiro.
-¿Qué tan nerviosa te encuentras? -inquiero mientras cierra la carpeta y suspira de nuevo mirando al frente.
-No estoy muy segura -responde acariciando mi mano-. Creo que estoy emocionada y un poco asustada.
-¿Asustada? ¿Por qué?
-Bueno, Ariadne Pines siempre se asustará cuando haya un gran paso para dar en su vida amorosa -dice volteando a verme con una bonita sonrisa en su rostro-. No te preocupes, no estoy en crisis ni nada parecido. Solo que es algo nuevo y pienso que quizás no salga bien.
Libero su mano cuando la luz vuelve a ser verde y avanzo por la carretera. Suspiro pensando en ello. Sí, también estoy emocionado por esto, pero no siento miedo, tengo la sensación de que lo haremos bien. Estoy seguro sobre nosotros y puedo dar fe que Ari se ha preparado muy bien para este momento.
-Es normal que tengas un poco de miedo y algunas dudas, pero recuerda que estamos juntos en esto y, si en algún momento sientes que no puedes más, que no está funcionando, puedo asegurarte que hallaremos la forma de que te encuentres bien y poder con esto. Sé que ahora mismo la idea de esto te agrada más que el no intentarlo.
-¿Qué pasa si no le agrado? ¿Y si decide volver por su cuenta?
-Dudo que tú no le agrades, Tomatito. Tienes un encanto natural que consigue conquistar a todos los que te rodean. -Suspira moviendo su cabeza con indecisión-. Escucha, por lo que hemos visto, le resultas agradable y lo has hecho reír muchas veces. Créeme, los niños son muy sinceros cuando no les gusta alguien.
-¿Piensas que le gustará vivir con nosotros?
-Ari...
-No lo digo por eso -interrumpe rápidamente-. Algunos niños perciben a los adultos como amigos.
-No le veo el problema a que quiera ser amigo nuestro también -aseguro y ella asiente mordiendo su labio-. ¿Cómo te sientes?
-Quiero comer chocolate, pero puedo esperar hasta que volvamos -dice acariciando suavemente su vientre-. ¿Crees que lo incomode la idea del bebé? No me gustaría que piense que será reemplazado por el bebé y no le prestaremos más atención.
-No creo que suceda. Sabremos dar la misma atención a ambos -afirmo con una sonrisa cuando estamos llegando al lugar-. Recuerda que amas a Kyle como a Dylan de igual forma. Esto será algo parecido. Además, tú no sueles hacer distinciones de ningún tipo.
-¿Crees que fue buena idea traer a Alix? -inquiere mirando a los asientos traseros-. Quizás debimos dejarla en casa como una sorpresa.
-Estoy seguro de que amará viajar con Alix -comento aparcando el auto en el estacionamiento-. ¿Preparada?
Suspira antes de sonreír hacia el edificio.
-Lista.
Allan es un niño maravilloso. Tiene ocho años, su cabello es castaño claro y ondulado, sus ojos azules con pestañas cortas y tiene un par de pecas por su nariz y pómulos. La primera vez que fuimos al orfanato a ver niños encontramos a muchos de ellos jugando en el patio, podría decir que estuve a punto de llevármelos a todos. Me distraje tanto viendo a los niños mientras la madre superiora me hablaba que no noté que Ari se había alejado para ver las instalaciones por su cuenta. Le di unos minutos para que explorara con tranquilidad mientras me unía a jugar baloncesto con un par de niños y les enseñaba un par de trucos.
Luego de un juego bastante largo la madre superiora me indicó el camino para encontrar a Ari, quien estaba en el salón de cerámicas. Ella estaba sentada junto a un niño intentando darle forma a una vasija con sus manos mientras un niño a su lado la instruía en ello. Me quedé en la puerta escuchando cómo le explicaba con suma paciencia la forma en debía utilizar sus manos y ella hacía bromas sobre la cerámica diciendo cuán horrible era mientras que la de él era preciosa. Ver la felicidad en el rostro de Ari fue algo tan hermoso que no dudé ni un minuto en que ella sería una madre increíble para ese niño.
Allan era un poco tímido, pero le gustaba mucho hablar mientras le daba forma a las vasijas y las pintaba con suma paciencia. Para alivio de Ari, el niño no se sintió muy incómodo en nuestra presencia y se alegró bastante de saber que ahora tendría una familia, también estuvo encantado cuando conoció a Alix y se asombró mucho al ver la casa y su habitación. Le dijimos que si necesitaba o quería algo nos podía pedir sin problemas. Cuando nos quedamos a solas con Ari, comenzó a llorar y a decirme cuán feliz estaba de que hubiera apoyado la decisión de adoptar desde que me lo comentó.
Así que ahora estoy sirviendo un poco de helado para llevar a la sala donde Ari está pintando y Allan colorea unos dibujos. Alix duerme cómodamente en el sofá mientras de fondo se escucha No excuses. Allan se sorprendió mucho cuando le conté acerca de la banda y desde entonces ha pedido escucharnos todo el tiempo.
Mi niño sonríe cuando el entrego el tazón y Ari me da un beso en los labios antes de sentarse en el suelo alfombrado a comer, opto por sentarme a su lado y como una cucharada antes de observar a Allan disfrutando de su helado. La verdad es que estamos comiendo helado porque Ari estaba antojada de helado de chocolate y fresa. Observo a mi esposa luciendo relajada y tranquila, su vientre ha comenzado a hincharse ligeramente y aún no hemos hablado de ello con Allan porque Ari se siente un poco nerviosa al respecto.
-Allan, acércate -pido con una sonrisa y me observa un poco sorprendido antes de obedecer y sentarse en el suelo frente a nosotros-. Dime, ¿hay algo en la casa que no te gusta?
Ari frunce el ceño, pero no dice nada. Allan luce algo tímido ante mi pregunta y su mirada se desvía al suelo un par de veces.
-No, señor.
-Bah, no seas tan formal, hijo -digo observando su rostro infantil luciendo tan tímido-. ¿Crees que falta algo? Porque estaba en pensando en que tú y yo podríamos decorar...
-Yo creo que no -interrumpe Ari-. Hijo, recuerda que Ashton tiene mal gusto.
-¡Oye! Recuerda que he mejorado bastante -replico y sonríe antes de besar mi mejilla-. Como decía antes de que interrumpieras, estaba pensando en que podría ayudarte a decorar tu cuarto o ir a comprar algo que te gustaría tener en él.
-¿Cualquier cosa? -pregunta y asiento-. Marcus cumple años y quiero comprarle algo, pero mis ahorros no alcanzan.
-¿Tienes algo en mente para comprarle a tu amigo?
-A Marcus le gustan los cómics -dice con una sonrisa mientras me observa más entusiasmado que antes-. Quiero comprarle uno.
-Bueno, mañana iremos por ese cómic -aseguro dejando el tazón sobre el suelo-. Hay algo más de lo que queríamos hablar contigo. -Ari me observa con su ceño aún más fruncido y estoy seguro de que esta vez estará mucho más nerviosa por tener esta conversación sin que le haya dado tiempo para prepararse-. Con Ari supimos que queríamos adoptarte desde que te conocimos. Tú has sido uno de los niños más dulces y hermosos que hemos conocido, conquistaste nuestros corazones -digo y de reojo puedo ver a Ari reprimir sus lágrimas-. Puedo asegurarte que la decisión de adoptarte ha sido una de las mejores decisiones que hemos tomado en nuestras vidas. Realmente deseamos que te sientas parte de esta familia, no te obligaremos a ello si no lo sientes, pero esperamos que comprendas cuán importante eres para nosotros y lo felices que nos sentimos cuando aceptaste darnos una oportunidad. -Allan tiene sus ojos vidriosos mientras su mirada no se despega de mí. Por otro lado, Ari ya está derramando varias lágrimas. Paso un brazo por sus hombros y acaricio su hombro para decirle que todo se encuentra bien-. Ninguno de los dos sabemos qué tan bien está saliendo esto y cómo acabará, pero puedes confiar en nosotros cuando te digo que daremos todo por esta familia y por hacerte feliz.
-Si tú solo sientes que algo está siendo mucho para ti o no te sientes a gusto, puedes hablarlo con nosotros para poder resolverlo de la mejor forma posible -dice Ari con su voz un poco temblorosa-. Tampoco queremos apresurarte sobre esto, con Ashton solo estamos un poco emocionados por lo que estamos viviendo en este momento.
Allan nos mira en silencio y decido que es momento de lanzar la bomba.
-Por eso queríamos contarte que nuestra familia ha iniciado con Alix y contigo -afirmo con una sonrisa mientras le tiendo un pañuelo a mi esposa-. Sin embargo, luego de conocerte, recibimos la noticia de que Ari estaba embarazada -anuncio con suavidad mientras siento a Ari tensarse a mi lado-. Pese a tan gran noticia, decidimos continuar con nuestro plan de adoptarte porque el embarazo no cambió nuestra decisión en absoluto. Estamos seguros de que este bebé será tan amado como tú -afirmo mientras Allan observa a Ari con curiosidad-. Así que queríamos contarte que en unos meses habrán llantos, botellas con fórmula y pañales en la casa.
Allan no quita sus ojos de Ari mientras se acerca despacio y creo que con un poco de miedo. Su mirada va de sus ojos hacia su vientre y sonrío ante su curiosidad.
-¿Cómo se llama? -pregunta sentándose del otro lado de Ari y ella le sonríe con dulzura.
-Aún no sabemos, pero pensábamos en que te gustaría elegir su nombre -dice acariciando su cabello suavemente-. La única regla es que tienen que ser nombres que comiencen con "a".
-¿Por qué?
-Porque Ari cree que todos en nuestra familia deben tener su nombre con esa inicial -respondo observándolo-. Es porque nuestros nombres inician con "a" y creyó que sería especial que nuestra familia compartan la inicial del nombre.
-Eso es lindo, mamá -dice observando su vientre con atención. Ari derrama más lágrimas al escuchar cómo la llamó-. ¿El bebé va a estar siempre con nosotros? -pregunta mirándonos a ambos y por un momento no sé qué responder. No me esperaba esa pregunta y se ve que Ari tampoco porque lo observa boquiabierta-. No quiero que se vaya solito como yo -murmura con tristeza.
Me han roto el corazón muchas veces, ocasionando un dolor insoportable, pero esta confesión es mil veces peor. Sé que muchos niños no la pasan muy bien en las casas hogares y que las detestan, pero algunos solo sienten dolor al recordar a sus padres dejándolos, abandonándolos a la deriva, sin importar qué pase con ellos. No estoy en posición de criticar a ninguno de ellos, pero sé que algunos niños solo están en las casas hogares porque sus padres han sido unos malditos con ellos, para mí esos padres merecen lo peor del mundo. Tanto Ari como yo estamos al tanto de que Allan apareció en la casa hogar a sus cuatro años, sin cartas, sin personas, con ropa sucia y llorando a mares. Según la madre superiora, Allan jamás dijo una palabra sobre sus padres y por un tiempo se retrajo de los demás niños. Con miedo de que el niño haya sido abusado, se le hicieron pruebas y se le preguntó, pero parece que ese no había sido el problema. Afortunadamente tampoco poseía moretones que evidenciaran maltrato físico, además de que se encontraba en un buen estado de salud. Por lo que supusieron que todo se trataba más de un pequeño trauma sobre dejar su familia y hogar atrás para vivir en un orfanato.
Ari presiona ligeramente mi mano sin dejar de observar a Allan con preocupación, está sentado a su lado mirando pensativo su panza.
-Yo era malo -dice con pesadumbre mirando al suelo-. Ella dijo que yo estaba molestándola y que no podía jugar con mis autitos. Dijo que por mi culpa él la había dejado sola cuenta comenzando a derramar lágrimas-. Dijo que yo era malo y no la merecía como mamá. -Le tiendo un pañuelo para que se limpie los mocos-. Dijo que ya era grande y no me quería, que era malo y tenía que quedarme solito.
Allan llora sin observarnos, parece avergonzado de todo lo que nos ha contado y yo no puedo salir de la sorpresa. Ari reacciona primero que yo y libera mi mano para acercarse a él.
-Ven, cariño -pide dulcemente antes de envolverlo en sus brazos con delicadeza y besar su rostro mientras lo mece-. No hay nada malo en ti -asegura acariciando su espalda mientras Allan se sujeta a su cuello con fuerza sin dejar de llorar. Ari es excelente para estas situaciones, yo suelo reaccionar un poco más tarde-. Eres un niño inteligente, talentoso, hermoso y muy bueno -afirma con ternura-. Tú mereces lo mejor del mundo y con Ashton siempre trataremos de dártelo. -Allan se aleja lentamente sorbiendo su nariz y asiente viéndola. Ari le sonríe y acaricia su cabello-. No tienes que preocuparte por el bebé. Ambos estarán siempre con nosotros. Somos una familia.
-Gracias, mamá -susurra abrazándola.
-No sabes cuán feliz soy cuando me llamas así -dice con lágrimas desbordadas y sonrío ante tan bello momento.
Cuando Allan se aleja Ari limpia las mejillas de nuestro niño con delicadeza.
-¿Crees que soy bueno, papá?
Siento mi pecho llenarse de dicha el escucharlo llamarme así. Hace tres meses que vive con nosotros y aún sigue adaptándose a todo este gran cambio, pero la forma en que hoy nos está llamando a ambos es algo que me supera. Sabía que iba a ser difícil porque Allan ya tiene un pasado y no puede desprenderse de él por nosotros, pero amo la idea de que parece tan complacido de sostenerse al futuro que le planteamos con Ari.
-Creo que mi hijo es maravillosamente bueno -aseguro extendiendo mis brazos para que se acerque y con una sonrisa accede, así que lo estrecho contra mí besando su coronilla-. Eres increíble, hijo. Nunca lo dudes. -digo cerrando los ojos al sentir que su abrazo toma más fuerza-. Te amo.
Beso su frente cuando se aleja y sonríe limpiando sus lágrimas.
-¿Quieres más helado, cariño? -pregunta Ari y él asiente-. ¿Quieres ir a servirte y traerme un poco? -pide extendiéndole el tazón vacío y Allan lo toma antes de ir corriendo a la cocina-. Oh, Ashton. ¿Lo has escuchado? ¿Cuál era la necesidad de decirle todas esas cosas horrendas a un niño tan adorable? -solloza derramando más lágrimas y la atraigo hacia mí para consolarla-. Escucharlo preguntarnos si creíamos que era bueno, ha partido mi corazón. No quiero ni imaginar todo lo que le habrá dicho, todo lo que habrá...
-Lo sé -interrumpo-. Es muy probable que su pasado haya sido un poco traumático y doloroso, pero nos encargaremos de darle un futuro lleno de amor y motivación. -Acaricio su espalda mientras el perfume de su cabello me hace suspirar-. ¿Puedes creer que me llamó papá?
-¡Lo sé! -exclama alejándose y mirándome radiante-. ¡Casi me desmayo! -Río limpiando una mancha de pintura de su mejilla-. Fue como la primera vez en que dijiste que me amabas, ¿recuerdas?
-Estuviste a unos instantes de volverte loca -murmuro recordando ese día-. Luego me hiciste un montón de preguntas para saber si mentía o no. Recuerdo que te sonrojaste y admitiste con timidez que te gustaba que lo hiciera.
Suspira y asiente tocando mi cabello mientras observa mi rostro con detalle. Hace más de cuatro años que estamos juntos y unos pocos meses llevamos de casados, pero puedo sentir que cada día la amo aún más. La hermosa rubia que chocó conmigo en el café es la compañera más amorosa y fiel, la mejor que pude haberme cruzado.
-¿Sabes en qué pensaba? -Niega apoyando la cabeza sobre su palma. Estamos usando el sofá de respaldo. Sus ojos me observan con atención y expectativa, como siempre que hablo con ella-. Creo que va siendo hora de que comencemos con los preparativos de la boda.
Me observa boquiabierta y sonrío. Es verdad que estamos casados, pero fue algo íntimo y muy pequeño para tener más facilidad a la hora de adoptar a Allan, le prometí que luego podríamos organizar una enorme boda de la que estaría a cargo como tanto le gusta. Ahora que es oficial, que Allan es nuestro hijo legalmente, podemos comenzar la organización y dejar la boda para luego del nacimiento del bebé, para lo que faltan entre cuatro y cinco meses.
-¿De verdad? -inquiere y asiento. Ari lanza un grito agudo antes de arrojarse riendo a mis brazos-. ¡No lo puedo creer! ¡Allan! -llama para luego besar mis labios con intensidad-. ¡Allan!
Nuestro hijo llega corriendo junto a los dos tazones de helado y nos observa con temor. Ari se levanta y lo toma en brazos para girar riendo.
-¡Me voy a casar! -exclama y río-. ¡Tu padre quiere que nos casemos!
Allan ríe ante su efusividad mientras ella lo zarandea por los aires.
-Ari, sabes que no puedes levantarlo en tu estado -reprocho ayudándola a bajar a Allan-. ¿Qué piensas, hijo? Vamos a casarnos el próximo año y seguro tengamos a mamá con muchos papeles y gritando órdenes.
-Pensé que ya estaban casados -dice, pero no pierde su sonrisa infantil.
-Bueno, esa vez fue algo muy fácil porque es algo que pedían para que pudiéramos adoptarte con más facilidad -comento alzándolo-. Le prometí a mamá que tendríamos una boda enorme como a ella le gusta. Ahora que estás con nosotros podemos comenzar a organizarla.
-¿Mi hombrecito querrá ser quien lleve los anillos? -pregunta Ari con voz esperanzadora y Allan me ve con asombro y alegría, parece que espera que confirme sus palabras, así que asiento. Nadie mejor que él para llevar los anillos. Observa a Ari y asiente, haciendo que grite de la alegría a centímetros de mi oído-. Tengo que llamar a Drew, avisarle a Sorina, contarle a Kate, Amber...
-El sábado podríamos hacer una fiesta para contarles, tomatito -interrumpo.
-¡¿De verdad?! -Asiento con una sonrisa y ella besa mis labios-. Eres maravilloso -asegura y luego besa la mejilla de Allan-. Los amo.
-Nosotros a ti -respondo abrazándola-. Podríamos ir a cenar para celebrar.
-¡Perfecto! Voy a buscar qué ponerme.
-Ve.
Faltan cinco horas para la cena, pero si ella quiere ir a elegir su ropa, que vaya. Allan mira con una sonrisa y beso su mejilla.
-¿Sabes qué he visto? -niega con su cabeza-. Una academia de baile a la que podrías ir. En varias ocasiones mencionaste que te gustaba, ¿quieres ir a una?
-¿Puedo ir? -pregunta con cierto miedo en su voz.
-Claro. No estás obligado, puedes ir siempre que quieras.
-¿Eso me hace un maricón?
Me quedo callado un momento. ¿Qué mierdas le dijo su madre biológica? No puede ser que haya sido capaz de decir tantas estupideces. Allan es un niño sensible y parece afectarle mucho la opinión de los demás. Creo que podría solucionar esto viendo la película de Billy Elliot.
-No, hijo. Tus preferencias en colores, estilos y costumbres no te hacen un maricón. -Parece pensativo y me siento en el sofá con él sobre mi regazo para continuar esta conversación tan interesante-. Escucha, hay hombres a los que le gustan los hombres y mujeres a las que les gustan mujeres, como a tu tía Sorina. Luego hay hombres y mujeres que les gustan tanto los hombres como las mujeres, así como a tu tío Arvid -explico y asiente mirándome atento.
-¿Y es malo?
-Algunas personas suelen pensar que sí, pero son personas llenas de odio, los cuales deciden llamarlos "maricones" -digo-, pero no hay nada malo en tener esos gustos. Ellos son felices amando a alguien de su mismo género o a ambos géneros. El problema está en que muchas personas tienen ideas antiguas sobre cómo deben ser los hombres y las mujeres.
»Dicen que los hombres no deben llorar, tienen que ser fuertes, no pueden hacer cosas de "mujeres" y no deben ayudar en la casa. También dicen que las mujeres no deberían trabajar y solo dedicarse a sus maridos, limpiar, cocinar, y que ellas son muy sensibles y por eso tienen permitido llorar.
»Entonces, cuando un hombre llora, limpia la casa, cocina o usa algo rosa, muchas personas piensan que es un "maricón", que le gustan los hombres o que se siente mujer. Lo cual es muy equivocado, muchas de las cosas que ponen como "de hombre" o "de mujer" no deberían tener género y las personas no deberían dejarse llevar por esos estereotipos y esos malos comentarios de personas llenas de odio.
»Decir "maricón" no está mal, pero muchos hombres lo encuentran un poco insultante, más que nada porque suelen decirlo personas que odian sus gustos por no cumplir con la tradición de hombre con mujer y viceversa. Esos hombres prefieren que les digan gays, es un término bastante aceptado. -Asiente con el entrecejo fruncido-. En conclusión, puedes hacer lo que quieras, no importa si es algo que hacen mayormente las mujeres. Si te gusta y te sientes bien al hacerlo, no te preocupes por los demás. Tienes una mamá y un papá que saltarán a defenderte como leones. Incluso los tíos, los primos, los abuelos, todos estaremos para ti.
-Papá, ¿a ustedes les molesta que les diga mamá y papá?
Sonrío en grande. Oh, mi hijo es hermoso.
-Adoramos que nos llames de ese modo -aseguro haciendo que sonría-. Mamá llora mucho porque está feliz de que estés con nosotros y el embarazo pone a las mujeres muy sensibles.
-¿Por las hormonas?
-Así es -afirmo entrecerrando los ojos-. ¿El tío Kyle estuvo hablando de embarazos contigo?
-Un poco.
Sonrío y revuelvo su cabello.
-Anda, sigue dibujando. Tengo que ver un par de canciones.
Escucho la voz de Ari cantando Chiquitita de Abba y sonrío, hacía mucho tiempo que no la escuchaba hacerlo y eso se sentía un poco extraño, amo escucharla cantar, incluso la he subido al escenario en un par de conciertos para que cante conmigo alguna canción. Suspiro disfrutando de su dulce voz tras la puerta y contengo la respiración cuando escucho a Allan unirse en la canción. Mi niño desafina un poco, pero tiene una voz bonita. Mi corazón suspira cuando escucho la risa infantil de Astrid.
Astrid llegó hace unos cuatro meses, se adelantó un mes y puso a Ari paranoica sobre su bienestar. Afortunadamente, todo salió bien. Astrid es una niña sana y hermosa, Ari no tuvo complicaciones, pese a sus constantes amenazas de muerte hacia mi persona por embarazarla. Mi hija tiene cabello dorado como su madre y su nariz pequeña y respingada, mientras comparte mis ojos verdes avellana. Allan está encantado con ella desde que la conoció, no se despega un segundo y hasta despierta más temprano solo para ir a hablar con ella.
Cuando escucho el final de la canción, hay risas. Decido entrar y veo que Ari está sentada en el suelo con Allan frente a ella sosteniendo a Astrid. Me observan, aún riendo, mientras me siento en el suelo frente a ellos. Ari observa con curiosidad la guitarra que tengo en el regazo y Allan observa a Astrid embelesado, quien tiene sus ojos fijos en mí y cuando le sonrío, ríe feliz.
—¿Inspirado? —inquiere Ari limpiando la baba de mi hija.
—Un poco, he conseguido avanzar con la melodía de la canción que te mostré la otra vez —digo tocando unos acordes mientras mis hijos observan la guitarra curiosos—. Niños, siempre he amado la música —cuento observando sus bellos rostros—. Ha sido mi sueño dedicarme a la música desde que era un niño. Lo intenté muchas veces con sus tíos, escribimos canciones, cantamos en lugares y conseguimos escalar un poco en la fama.
»Antes de conocer a mamá, estaba muy enamorado de una mujer increíble que confiaba en nuestra música y nos ayudaba a seguir creciendo. Ella logró inspirarme en muchas ocasiones. Lamentablemente, ella falleció y eso rompió mi corazón. Le escribí un par de canciones para intentar recordarla, pero me sentía solo y muy lastimado por ya no tenerla conmigo. Así que decidí dejar la música y sus tíos estuvieron de acuerdo conmigo.
Suspiro recordando a la bella Sarah y los malos momentos que pasé luego de su muerte. Amo a Ari, pero en ocasiones sigo pensando que lo de Sarah fue muy injusto. Sin embargo, eso quedó en el pasado y mi familia es más esplendorosa que ese amargo recuerdo de hace años.
Ari acaricia mi mejilla con dulzura y sonrío volviendo la mirada mis hijos.
»Como decía, luego de ese mal momento, abandoné la música y me resigné al hecho de que no era para mí. Decidí dedicarme a la actuación por completo, fue algo lento en lo que no me iba maravillosamente bien, pero adoraba tanto intentarlo, que no estaba dispuesto a renunciar. Hasta que conocí a su madre. Una mujer gruñona y malhumorada que amaba gritarme y rechazarme millones de veces.
—¡Qué exagerado! —exclama Ari dándome un empujón—. Niños, su padre no era precisamente encantador cuando lo conocí.
—Era aterradoramente encantador y su madre tenía miedo de enamorarse de mí —comento haciendo que Allan sonría—. Es obvio que no pudo resistirse y aquí estamos —digo—. Su madre era una mujer interesante y bella. Tenía una estela de luz hermosamente brillante, había algo inspirador en su forma de sonreír, en su forma de hablar, algo que aún conserva. —Los acordes suenan con una alegre y expectante lentitud—. Cuando comenzamos a intentarlo, ella me ayudó un poco para cumplir con mi sueño de la actuación. Me motivó en muchas ocasiones sobre ello y a los pocos meses me sentía muy inspirado por ella. Cuando me di cuenta que estaba enamorándome de su madre, comencé a tener muchas melodías en mi cabeza y varios versos sobre lo que me hacía sentir.
»Fue la primera canción que escribí en mucho tiempo. La sensación fue increíble, pero aún sentía un poco de dolor y no tenía mucha confianza en mi música. Pero su madre confiaba plenamente en mis capacidades, incluso sin haberlas visto. Cuando finalmente escuchó canciones de la banda que tenía con sus tíos, ella y sus tías buscaron la forma de ayudarnos a creer en nosotros mismos de nuevo y a buscar nuestro lugar en la música.
»Entonces, quería enseñarles la primera canción que escribí para su madre. —Ari sonríe hermosamente mientras mis hijos me observan con expectativa. La melodía alegre se vuelve pegadiza y rítmica—. Puedo ver el mundo en tus ojos y está brillando, brillando, brillando. Toda la magia que existe ocurre cuando mueves tus labios —canto suavemente—. Me haces soñar, lo vuelves real. El mundo toma color cuando tú sonríes y cada día contigo me siento real.
»Me enamoré de esa sonrisa, estoy enamorado de tus malos chistes que no me hacen reír. —Allan ríe y Ari rueda los ojos—. Estoy enamorado de tu forma de amar. Esa conversación dulce y tu azúcar, tu compañía en mis malos días, tus arcoíris en mis nubes oscuras, esa esperanza en la luz de tus ojos.
»Puedo ver el mundo en tus ojos y está brillando, brillando, brillando. Toda la magia que existe ocurre cuando mueves tus labios —canto acompañado de Ari, quien me sonríe con amor—. Me haces sentir en las nubes y no tengo miedo de caer en mis rodillas en el suelo porque me haces sentir vivo, me haces sentir bien. —Allan sonríe en grande y sé que le gusta un poco cuando con Ari expresamos nuestros sentimientos frente a ellos.
»Puedo ver el mundo en tus ojos y está brillando, brillando, brillando. Toda la magia que existe ocurre cuando mueves tus labios —canto acompañado por ella—. Con quien mi vieja alma encuentra sus reservas, cuando mis pensamientos gritan tu nombre, cómo los latidos de mi corazón comienzan cuando decides quedarte. Puedo ver el mundo en tus ojos y está brillando, brillando, brillando.
Dejo sonar los últimos acordes y luego escucho los aplausos de Allan.
—Amo esa canción —declara Ari antes de acercarse y dejar un pequeño beso en mis labios—. Me recuerda a cuando dijiste que me amabas.
—Fue en ese tiempo que comencé a escribirla.
—Es linda, papá. No sabía que era para mamá —dice Allan mientras Astrid juega con sus manos.
—Muchas de mis canciones son para ella, es mi musa —comento viendo cómo se sonroja mi esposa y río cuando desvía la mirada avergonzada—. Oh, volvió tomatito.
—Cállate.
—¿Podemos escuchar las canciones de mamá?
—Claro, hijo. Puedo cantarles unas cuantas, aún tengo que esperar a que vengan sus tíos para continuar.
De esa forma mis hijos acaban escuchando muchas de las declaraciones que le he hecho a su madre a través de la música. Lo que no saben es que hace unos meses estoy escribiendo unas canciones sobre ellos, sobre cuánto he amado que aparezcan en mi vida y cómo me hacen sentir con solo mirarme a los ojos. Pero varias de esas canciones se sienten mucho más especiales porque Ari es quien me está ayudando a escribirlas.
No negaré que ser padres es difícil, hay días en que no dormimos y un par de rabietas y travesuras que nos ponen de mal humor, pero no es nada que una visita a sus tíos no solucione. Pero todo ese esfuerzo por hacer las cosas bien y toda la mierda de Astrid que limpiamos a diario vale totalmente la pena cuando ellos nos demuestran que el sentimiento de amor es recíproco. Tenemos días difíciles, pero también días maravillosos. No cambiaría nada de lo que he pasado con Ari ni por todo el dinero del mundo, jamás creí que podría llegar a ser tan feliz con alguien. Ella es mi tesoro al final del arcoíris.
¡Hola románticos!
Les dejo el último extra que escribiré sobre esta novela. Es larguísimo. Francamente, esperaba subirlo para celebrar los 10K de leídos, pero desde que estoy en la facultad mi tiempo es nulo y no pude comenzar a escribirlo hasta hace unos días. Muchas gracias por los 26K de leídos.
Amé haber escrito este extra porque me encontré con muchas emociones diferentes, feliz de escribir sobre Doble A, algo melancólica por haber acabado todo lo que tenía por decir de ellos, un poco triste por el pasado de Allan y relajada de recordar dejar la canción completa que había dejado suelta en la mitad de la novela y mi Ashton jamás había cantado.
Recuerden que estoy escribiendo las historias de Krew y de Kylan, donde también estoy incorporando unas cuantas canciones. La historia se llama "Corazones Solitarios" por si aún no lo sabían.
Recordarles también que posiblemente haya una tercera parte contando la historia de Selene y que surja un poco después de este extra.
Consideré escribir sobre la boda de estos dos, pero no creo que sea necesario cuando todos somos capaces de suponer cuán bonita habrá sido gracias a la organización de Ari.
Muchas gracias por todo su apoyo, espero leerlos pronto en alguna de mis novelas. Los amo♥♥♥
Adoro actualizar de madrugada y no me había dado cuenta de que hace mucho tiempo no lo hacía y lo extrañaba. Espero despertar con varios comentarios.
Dedicado a rinoplastica que se volvió loca cuando le mostré un avance y a Marisol1833 que no quería spoilers y la tengo todos los días preguntando cuándo actualizo alguna novela. Disfruten del capítulo.
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