47. Conflictos
Capítulo 47: Conflictos
—Kate, deberías cocinarnos comidas de otros países —sugiero dando otro bocado a mi plato—. Nunca había probado nada danés y esto es una delicia. Excelente trabajo, Sorina.
—Ustedes ni siquiera saborean lo que cocino, simplemente comen —Sorina y Arvid se ríen—. Excepto tú y Ashton.
—Yo saboreo tu comida —dice Dylan e inmediatamente percibo la sonrisa de Gardine en la otra punta de la mesa—. ¿Recuerdas que te dije que me gustaba cuando preparabas comida italiana?
—¿No fue esa vez que intentaste ayudarme y trabaste mi máquina de pastas? —pregunta con una pequeña sonrisa y él ríe asintiendo—. Ya vez por qué no lo recordaba.
Ashton golpea con su pierna la mía y cuando lo miro me sonríe. También ha notado esas miradas. Parece que comienzan a recuperarse poco a poco de lo pasado, pero sé que aún continúan sensibles respecto al bebé.
—¿Y cómo van con esas canciones? —pregunta Arvid con una sonrisa.
La verdad es que lo he visto sonreír mucho más en estos días, así que supongo que las cosas con ese chico marchan bastante bien.
—Hay que hacer muchos arreglos y acabar un par, pero van por buen camino —dice Ashton con una sonrisa mirándome de forma breve.
—¿Volverán a tocar con su bandita?
El sólo oír su voz provoca una gran molestia en mí. Y ese tonito tan despectivo para referirse a una de las grandes pasiones de su hijo y sobrinos hace que sienta ganas de golpearlo.
—Sí, tenemos una propuesta con una discográfica —responde Ashton voz tranquila, pero puedo sentir que se ha puesto tenso.
—¿Para qué? ¿Para seguir perdiendo tiempo en algo que ni siquiera es considerado un trabajo? —Ojalá supiera lanzar cuchillos. Miro a Drew que lo mira con el ceño bastante fruncido y puedo asegurar que no soy la única con intenciones de jugar a los cuchillos—. ¿Cuándo entenderán que es mejor quedarse en el negocio de la familia?
—Quizás cuando usted entienda que estar en el espectáculo también es un trabajo —murmuro dando otro bocado a mi comida.
—No he hablado contigo, irrespetuosa.
Volteo a verlo justo cuando Rose le da una mala mirada.
—Aksel no seas grosero.
—Aquí la única grosera es ella —dice señalándome y su mirada es bastante intimidatoria, pero he recibido miradas peores—. ¿No ves que les mete ideas en la cabeza? Ni siquiera le gusta tu hijo, sólo se revuelca con él y le hace creer que va a ser una estrella.
—Luego la grosera e irrespetuosa soy yo.
—Tú no sabes callarte, ¿verdad?
Estoy por responder cuando alguien más habla por mí.
—Soy bisexual.
Todos los ojos van a Arvid que parece un poco tímido e intimidado por tanta atención. Creo que nadie se lo esperaba.
—¿Que tú eres qué cosa? —Su voz es tan irritante y le sonrío a mi cuñado cuando me mira en busca de apoyo—. Esto es idea tuya también, ¿cierto? —Bueno, parece que este hombre está empeñado en desquitar su furia conmigo ante cualquier situación—. No te alcanza con idiotizar a uno de mis hijos, también intentas hacerlo con el otro.
—Yo no tengo nada que ver con las preferencias de sus hijos. Entiéndalo. No soy responsable de las elecciones de los demás.
—Tú no eres nada de esa cosa. Sólo te gustan las mujeres —dice con tono severo y apuntando al rubio con su tenedor. Mi cuñado se encoge de hombros y desvía la mirada. El tenedor ahora me apunta a mí—. Y tú tienes prohibido hablar con mis hijos desde ya.
Río ante su ocurrencia. ¿Realmente cree que voy a dejar de hablarle a sus hijos sólo porque él me lo dice? ¡Es patético! Parece que no sabe que no soy una niña y que nunca seguiría sus órdenes por más tono severo que use conmigo.
—No vas a prohibirle a mi novia que hable con nosotros —masculla Ashton con tono firme y serio. Me sorprende su actitud, pero es de esperarse cuando se dirige a alguien tan insoportable como su padre—. Y mucho menos vas a decirle a Arvid quién debe gustarle.
—Será mejor que cuides tus palabras —advierte amenazante.
Esto no me gusta. Dejo mi mano sobre el brazo de Ashton para intentar calmarlo. Está completamente tenso.
—Lo mismo digo.
El silencio es incómodo e inquietante. Nadie dice nada y todos miran su plato. Ashton no deja de mirar a su padre con expresión enojada y acaricio su brazo para que siga comiendo y no le preste mucha atención.
—Tía Rose, ¿cómo va la preparación para la fiesta de Halloween? —pregunta Kyle rompiendo con la tensión y llevando una conversación más animada.
—¿Creen que soy una mala influencia?
Rose y Gardine detienen su charla para mirarme. Estoy mezclando una masa para galletas mientras ellas decoran unos muffins. No soy experta en cocina como Kate y Sorina, pero sé hacer algunos bocados dulces y salados. No es que me interese mucho, aunque de vez en cuando pruebo recetas de internet sólo por diversión. La cocina es algo experimental para mí.
—¿Por qué lo piensas, cielo?
Suspiro y agrego más azúcar a la mezcla.
—No lo sé. Quizás sí estoy influenciando a sus hijos.
—Tonterías. Tú los motivas, niña —dice Gardine. Ella me cae bien. Tiene cierto sentido del humor, pero también es dulce—. Nunca los había visto tan entusiasmados y veo que tú también te emocionas por ellos.
—Ellos son como mi familia.
—Entonces puede que tengas una gran influencia en ellos, pero te aseguro que no es una mala —Asiento y saco la masa de galletas para estirarla sobre la mesada—. No deberías dejarte llevar por las idioteces que suelta Aksel. Ese hombre considera mala influencia a todo el que le lleve la contraria —Gardine tiene una mueca en los labios y veo a Rose bastante callada, supongo que no tiene argumentos para defender a su marido.
—Rose...
—Dime, cielo.
—¿Alguna vez él te golpeó? —Me mira con sorpresa y Gardine la observa interesada. Quizás no las conozca mucho, pero sé que la actitud violenta que expresa su marido no puede acabar en algo bueno—. Quiero decir...
—Jamás me puso una mano encima —asegura con el rostro serio y asiento porque parece que mi pregunta no fue bien recibida. Pero es que su carácter violento me ha hecho dudarlo y si Rose pasara algo de eso, no me perdonaría el no hacer nada para ayudarla—. Sé que no ha sido muy amable contigo, pero mi marido no es para nada violento. Mucho menos conmigo.
—Él podría ser violento de otras formas —Asiento de acuerdo con Gardine que la mira seria—. La violencia no siempre es física.
—Exacto. Puede ser psicológica —murmuro con voz algo baja—. Como insultarte, rebajarte, manipularte para hacer algo que no quieres o decirte cosas hirientes.
—Él no...
—Si se burla de tus esfuerzos y no te apoya para crecer, por ejemplo —No dice nada, pero sé que ella comprende que me refiero a cuando le enseñó sus poemas—. Sólo quiero que sepas que, si se da el caso, puedes pedirme ayuda. Tienes mi número y podría conseguirte abogados y otra casa donde vivir. No estarías sola.
Suspira y asiente. Seguimos cocinando un rato más en silencio, bueno, no tanto. Yo canto una canción y ellas parecen tararearla.
—Tienes una voz bonita —dice Gardine y le sonrío—. ¿Acaso eres cantante también?
—Desgraciadamente, no se me da bien lo de escribir canciones. Pero conformo cantando de vez en cuando.
Escucho unos golpes en la pared y volteamos para encontrarnos a Aksel en la entrada de la cocina. No tiene su ceño fruncido como acostumbra cuando me ve, pero su rostro sí está bastante serio. Cuando sus ojos se dirigen a Rose esboza una pequeña sonrisa.
—Tienes harina en la mejilla.
Mi suegra rápidamente se pasa la mano por la cara y luego Aksel me mira atento. No tiene su mirada fastidiada o de asco. No, sólo me mira analítico, como si estuviera evaluándome.
—Quisiera hablar contigo en mi despacho.
Me sorprende bastante su petición, pero asiento quitándome el delantal y dejándolo sobre la mesa para seguirlo. Caminamos en silencio por el pasillo de abajo hasta que abre una puerta y me hace pasar. No me gusta nada. ¿Para qué quiere hablar conmigo a solas? ¿Qué se supone que quiere decirme que no me haya dicho antes? ¿Acaso quiere tener el placer de insultarme en privado?
Pasa por mi lado y se sienta tras el escritorio. Me indica el asiento frente a él y con ciertas dudas me dejo caer sobre él. Toda esta tranquilidad no me gusta para nada. Parece la calma antes de la tempestad. Sea lo que sea que quiera hablar conmigo estoy segura de que no va a gustarme. Porque todo lo que involucre a Aksel Nielsen definitivamente no me gusta.
—¿De qué quiere hablar conmigo?
Mi voz suena tranquila, pero las piernas me tiemblan y es bueno que esté sentada porque así él no lo nota.
—He visto que no te has alejado de mis hijos como te he dicho.
—Bueno, usted no es mi padre y tampoco soy una niña como para seguir sus órdenes.
Aprieta los labios hasta forma una línea; sus ojos parecen estar matándome, pero no hace nada, sólo desvía su mirada al escritorio.
—Sí, eso creo —Su voz tiene una venenosa calma que está crispándome los nervios—. Entonces pensé que no te lo había pedido del modo correcto.
Enarco una de mis cejas. Ni pidiéndomelo del modo correcto me alejaría de ellos, es una orden ridícula. Mi corazón se agita cuando abre un cajón del escritorio. ¿Quién me asegura que no tiene un arma ahí dentro? De este hombre podría esperarme cualquier cosa.
—Así que, dime —Me alivio un poco cuando veo que saca simplemente una chequera. Al menos no piensa matarme—. ¿Cuánto quieres?
Frunzo el ceño. ¿Cuánto quiero? ¿Está ofreciéndome dinero? Lo veo tomar un bolígrafo y me mira esperando una respuesta. ¿Esto realmente está pasando?
—¿Perdone?
—Pregunto cuánto quieres para alejarte de mis hijos y terminar con Ashton.
Casi pienso que se trata de una broma, pero su expresión decidida me deja en claro que no es una broma. ¡No puede ser! ¿Podría este hombre caerme peor alguna vez?
—Debe estar bromeando.
—No me gustan las bromas, niña —dice poniéndose en pie y señalándome con el bolígrafo—. ¿Cuánto quieres para irte de mi casa?
Me pongo en pie también y niego con mi cabeza.
—Yo no me vendo.
—Todos tienen un precio —asegura muy convencido. ¿Las otras novias de Ashton también tuvieron que soportar esto? No podía tocarme un peor suegro—. ¿Cuál es el tuyo?
¿Por qué este hombre piensa que todo se soluciona con dinero? Comprendo, el dinero es importante para llevar una buena calidad de vida, pero no es lo único imprescindible. Yo ni siquiera necesito su dinero.
—No quiero su dinero —Niego cruzándome de brazos y me altera un poco ver que rodea el escritorio hasta quedar frente a mí—. No voy a dejar a Ashton por su dinero.
—Te conviene aceptar. Tengo mucho dinero, tanto que podrías vivir el resto de tu vida sin trabajar —Entrecierro mis ojos hacia él y ahora sí recibo su mirada furiosa—. No te quiero cerca de mi familia.
—Me importa un carajo lo que usted quiera —respondo enojada—. Si alguien puede sacarme de la vida de Ashton, ese es él. Y nadie más.
—No querrás tenerme de enemigo, niña.
—Usted no querrá verme enojada.
Veo su mano venir directo hacia mí y la atrapo para evitar el puñetazo, pero no soy tan rápida como para evitar que su otra mano impacte en mi mejilla. Caigo al suelo sintiendo un gran dolor en mi mejilla y me quejo mirándolo. ¡Me golpeó! ¡No puedo creerlo! ¡Se atrevió a golpearme!
—¡Infeliz! —exclamo y siento que me duele al haber hablado.
—¡Te dije que no la tocaras!
Volteo a ver sorprendida hacia la puerta y me encuentro a Ashton totalmente furioso. Sólo puedo verlo un momento antes de que se tire sobre Aksel. Lo golpea con varios puñetazos y yo estoy un poco conmocionada aún por la situación. Me arrastro hacia atrás y trato de levantarme, pero las piernas me tiemblan bastante. Los veo gruñir, golpearse y gritar. Chocan contra el escritorio y las sillas. Me pongo en pie como puedo y la mejilla no deja de dolerme. Jamás había visto a Ashton tan enojado y mucho menos golpeando a alguien. Veo sangre en sus nudillos y jadeo.
—¡Ashton! —Intento acercarme, pero ellos se mueven de un lado al otro—. ¡Ashton, para! ¡Basta! —El sólo abrir la boca me duele mucho y causa un hormigueo para nada agradable—. ¡Por favor, Ashton!
Lo tomo del brazo para apartarlo, pero eso hace que Aksel aproveche y golpee su rostro. No dejo de gritar e intentar separarlos. Ni siquiera me doy cuenta cuando alguien más entra en la habitación hasta que veo que los separan a ambos. Ashton tiene la respiración agitada y sangre en su nariz. Su expresión es furiosa y no quita sus ojos de su padre. Cuando veo a Aksel, encuentro sangre en su boca y unos cuantos moretones en su rostro, mira a Ashton completamente enfadado, pero no intenta soltarse igual que mi novio.
—¿Qué sucede aquí? —pregunta Kyle que sostiene a Ashton evitando que se lance hacia su padre de nuevo.
Dylan es quien sujeta a Aksel y en la puerta del despacho soy capaz de distinguir a Rose, Gardine y Julian.
—¡La golpeó! —grita Ashton intentando soltarse de nuevo—. ¡Golpeó a mi novia! —Patalea, pero el primo lo sostiene con fuerza.
—¡¿Qué?! —pregunta Kyle antes de fruncir el ceño y mirar a su tío—. ¡¿Golpeaste a Ari?!
Veo a Dylan soltar a su tío de forma brusca y sé que va a golpearlo, pero tiro de su brazo para que no lo haga. También siento que Kyle suelta a Ashton y ambos están por golpearlo, los empujo tratando de evitarlo.
—No... No, chicos —pido en un sollozo mientras niego con mi cabeza. No quiero peleas y mucho menos en la familia—. No lo hagan.
Ashton me mira y su expresión se contrae. Su mano acaricia mi mejilla y no puedo evitar hacer una mueca ante el dolor que me inunda. También soy consciente de las lágrimas que adornan mis mejillas y cuando vuelve a mirar detrás de mí, temo que quiera golpearlo de nuevo.
—Si vuelves a tocar a mi novia, te mataré —Su voz es tan fría y aterradora que no puedo evitar temblar.
—Ni se te ocurra acercarte a nuestra prima de nuevo —advierte Kyle con seriedad.
—O serás hombre muerto.
Tiro de ellos intentando sacarlos del lugar y lentamente acceden. Julian toma a Dylan del brazo y me ayuda a sacarlos. Rose y Gardine se quedan con Aksel y cierran la puerta. Los chicos nos llevan hacia el baño y no puedo evitar derramar unas cuantas lágrimas en el camino. Cuando sientan a Ashton en el retrete y puedo ver su rostro y manos cedo al llanto. Los chicos me abrazan y me aseguran que no volverá a ponerme una mano encima. Dejo que me pongan un ungüento en la mejilla y no pierdo de vista a Ashton que tampoco parece querer hacerlo. Espero que esto no vuelva a pasar y haya acabado sólo con estos golpes.
Salgo de la ducha y envuelvo mi cuerpo en una toalla. Peino mi cabello rápidamente y lo seco un poco con una toalla. Abro la puerta y entro a mi habitación, pero me detengo al ver la escena frente a mí. Un hombre desnudo en la cama. ¡Desnudo! ¡Ni siquiera tiene calzones! ¡Está completamente desnudo! Y no sólo eso. Es ese tal Ivan que era amigo de Ashton. Grito de la impresión, del asco y de la furia. Se baja de la cama con una sonrisa y se acerca a mí. Desnudo. Completamente desnudo.
—Podríamos grabar nuestra propia película erótica —dice levantando su mano para tocarme.
Tomo su brazo y hago una llave con rapidez y lo hago caminar hacia la puerta.
—¡¿Quién te crees?! ¡Voy a matarte! —La puerta se abre cuando llego a ella y Ashton nos ve completamente sorprendido. Tiro del brazo de Ivan con más fuerza y lo escucho quejarse—. ¡¿Cómo te atreves?! ¡Voy a denunciarte, maldito pervertido! —Más fuerza y esta vez lo escucho llorar mientras lo saco al pasillo. Lo tiro al suelo y estoy segura de que le he roto el brazo porque no deja de tocarlo en el suelo—. ¡Nunca más te cruces en mi camino!
Veo a los primos y a las chicas en el pasillo y también a Rose. Todos miran con sorpresa al individuo en el suelo que aún sigue desnudo.
—¿Qué pasó? —pregunta Drew acercándose un poco más a mí.
—¡Este idiota estaba en la habitación! —No puedo dejar de gritar. Debe ser la indignación—. ¡Desnudo en la cama!
—¡Tú me pediste que viniera!
—¡Mentira! ¡Me das asco! —Tiro de mi cabello y sujeto la toalla a mi cuerpo que comienza a resbalarse—. ¡Te dije que no te acercarás a mí! —Miro a los chicos que fruncen el ceño mirando al hombre en el suelo y luego a Ashton que luce bastante serio—. ¡Es verdad! ¡Yo no hablé con él!
—Ari, deberías calmarte —pide Drew y niego mirando a mi novio que no dice nada, sólo mira a Iván.
—¡No entiendes! —exclamo desesperada. Lo último que falta es que piensen que le he sido infiel a Ashton—. ¡Salí de bañarme y estaba en la cama! ¡Estaba desnudo en la cama! ¡No sé qué hacía aquí! —Miro a Ashton que también me mira—. ¡Te lo dije! ¡Te dije que me daba asco!
—Me llego a enterar de que vuelves a acosar a mi novia y voy a partirte todos los huesos —advierte mirando a Iván y tomándome un poco por sorpresa. Suspiro con algo de alivio y siento su mano alejar la mía de mi cabello—. Chicos, ¿lo acompañan a la salida? No creo que tenga problemas en volver desnudo cuando se pasea en casas ajenas como vino al mundo.
Miro brevemente hacia el rubio justo cuando Drew se acerca y patea sus partes.
—Tampoco creo que tengas deseos de que patee tu maldito trasero.
Los primos se acercan y se lo llevan colgando, escucho que se queja y estoy casi segura de que es por el brazo.
—¿Estás bien? ¿Te tocó? —pregunta Selene acercándose a mí.
—No, no lo dejé —murmuro mirando a Ashton que no dice nada.
—Chicas, es un poco tarde. Mejor vamos a dormir —sugiere Rose y todas asienten dándome una breve mirada antes de retirarse.
Ashton toma mi mano y nos adentra a la habitación. Cierra la puerta y me volteo para encararlo.
—No te engañé. No lo hice.
Suspira y pasa por mi lado antes de dejarse caer en la cama. Odio los silencios de Ashton. Siempre logran hacerme sentir mal y culpable. Me acerco a la cama un poco vacilante y acomodo mi toalla una vez más. Su mirada está en el techo y tiro de mi cabello un poco nerviosa.
—Ashton yo no lo llamé —murmuro esperando que me mire, pero no lo hace. Cierra sus ojos y vuelvo a tirar de mi cabello húmedo porque no me gusta que me ignore—. No quería engañarte. No lo hice —Silencio es todo lo que hay en la habitación—. Tienes que creerme —ruego sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos—. Por favor, háblame.
Abre los ojos y suspira antes de ladear su cabeza y mirarme. No hay rastro de emociones en sus ojos y me pone muy nerviosa que no exprese sus sentimientos ahora mismo.
—No debí traerte aquí —musita con voz seria.
Sollozo porque no puedo creer que me esté diciendo esto. Él insistió tanto en que viniera, en que conociera a su familia, su cultura, la otra parte de él. Y ahora se arrepiente de haber compartido eso conmigo.
—¿Quieres terminarme? —Suspira y desvía la mirada. Un sollozo escapa de mis labios y cubro mis ojos intentando contener el llanto—. No puedes terminarme, Ashton.
—Yo no puedo creer que una vez más me acuses de querer terminarte —Se incorpora y palmea la cama a su lado. Me acerco vacilante, pero entonces me sujeta de la cintura y me sienta—. No debí traerte a mi casa. Tendríamos que habernos quedado en el hotel.
—¿No quieres acabarme?
—No —Limpia mis lágrimas y su rostro sigue serio. Aún tiene un moretón en su pómulo izquierdo y en la comisura de su labio producto de la pelea con Aksel que tuvo hace dos días—. La has pasado mal aquí y es mi culpa.
Niego con mi cabeza.
—No. Adoro cocinar galletas con Rose y Gardine, jugar al ajedrez y enseñarle defensa personal a Sorina, estar con Arvid.
—Pero mi padre ha sido grosero contigo, incluso te golpeó —murmura pasando su mano por mi mejilla y su rostro se contrae en una mueca de enfado—. Iván te acosó durante la fiesta y esta noche.
—Pero eso no es tu culpa —Respira hondo y me abrazo a su cuello. Tengo un ligero miedo a que me rechace, pero desaparece cuando corresponde y me sube a su regazo—. No dejé que me tocara.
—Lo sé. Confío en ti.
Me aparto un poco y acaricio su rostro. Sus luciérnagas me miran atentas mientras toco sus labios y suspiro.
—¿Estás enojado conmigo?
Bufa y pone los ojos en blanco. Siento sus manos descender hasta tocar mi trasero. La toalla se ha abierto un poco y puede ver mis piernas por completo.
—Tampoco entiendo por qué siempre me tratas como a un ogro gruñón —dice besando la punta de mis dedos—. No estoy enfurruñándome siempre y tampoco me enojo contigo tan seguido como para que me preguntes.
—Es que no me gusta cuando te quedas callado.
—Bueno, sabes que suelo pensar antes de hablar y lo que pasó fue un poco confuso. Tenía que pensar un poco —Asiento pasando mis brazos por su cuello—. E intentar controlarme para no desfigurarle el rostro a ese imbécil.
—Tampoco me gusta cuando eres violento.
—A mí no me gusta verte llorar —murmura besando mi mentón—. No dudé de ti ni un solo segundo, pero no dije nada porque estabas muy alterada como para escucharme
—Entonces, ¿estamos bien?
Rueda los ojos y me aproxima más a él. Me encanta cuando siempre intenta mantenerme cerca o tocarme.
—Tan bien que podríamos celebrar con sexo.
Besa mi cuello provocando un bonito cosquilleo en mi piel.
—¿Y qué celebramos?
—Que mi novia aún no se ha espantado y sigue a mi lado.
Río tomando su rostro para besarlo. Me parece un buen motivo para celebrar. Celebrar que amo a Ashton más de lo que lo amaba ayer.
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