(Lit)

Hoy me gustaría que conozcan un plan que tengo, para que? Para pedir ser mi novio Tiago. Gato, no voy a meter la pata, seré su mejor novio y el más responsable, el más guapo, el más amigable, más de todo. Sólo me falta ser más romántico. Ah! Allí viene.

–Hola bombón, te gustaría pasar el día en la playa? –me acerco a él, si y ahora le toco la mejilla y con la otra mano la cintura.

–Mauro, relax, pri-primero se párate un p-poco. – aguardo las manos, tal vez me pasé gato.

–Gotti chale pasa el día conmigo. – le digo con un hilo de voz.

–Lit yo pasaré mi vida contigo. – de nuevo esa sonrisa de primavera. – Anda vamos a por los bañadores y las sombrillas.

Si supierais que mi Ti es tan lindo que me lo comería a besos... Si él supiera eso... podemos seguir siendo amigos? O es que no podremos ni vernos? No soy muy cristiano pero que Dios me bendiga.
Le digo que sí, subo para mi bañador, toalla y Pringles( importante). Me cambiaré en el vestuario de la playa.
–Lit estas? – oigo a mi Ti al otro lado de la puerta, meto todo en una mochila y cojo en la mano una sombrilla.

–Ya estoy Ti. –le miro y veo que ya va con el bañador. –Gato, allí hay vestuarios.

–No pasa nada, la playa está cerca. – ya pero...

–No pero te costiparás. –Ti ponte ropa.

–Hace calor, no hace falta. –no quiero que nadie aparte de yo verte así...

–Pero...

–Ya vámonos, que el sol está en su mejor momento. –se aleja y baja las escaleras rápido, le sigo y casi me caigo yo. –Pero... –le puse mi chaqueta para taparse.

–Es mejor prevenir el resfriado que lamentar lo después. –aparto la mirada porque o sino me verá la cara rojíssima.

–Sobre protector eso es lo que eres. –ocompañado de una risa muy angelical.

Nos dirigimos a la playa y me fui al vestuario, me cambié 6 salí a poner la sombrilla entre muchas más... sombrillas. Hoy había mucha gente, algunos venían con sus amigos, otros con la familia, algunos con sus compañeros de trabajo, parejas y nosotros, un enamorado que intenta conquistar al otro.
Voy andando rápidamente hacia el inmenso mar que se hacia más grande. Me encantan las olas, pero hoy no hay tantas, creo que vendría bien un tour con barco.
–Mauroooo! Estoy llendo!– me giro y veo a Tiago unos cinco metros lejos de mí.
Veo que es un muy buen nadador, yo creo que puede ir a las olimpiadas perfectamente, pero Ti no tiene much resistencia.–Cansa, un poco. Hem, hem–sus suspiros son lindos también.
Le abrazo inconscientemente
, se está moviendo y oigo quejas pero le insisto en quedar un tiempo así...

Ya vamos de regreso a casa, nos encontramos a Duki por el camino. Y fue raro, no porque nunca nos topamos a Duki, no, es porque sentí que Ti debería estar detrás mío y no allí con Mau hablando de canciones.

–Gato, ya tenemos que irnos– le tocó el hombro a Gotti, este da la vuelta para mirarme, pone una cara de estar confuso, pero supongo que no le importó y nos fuimos pa' casa.– Te gustó el día.

–Si es contigo, cualquier mal día se convierte en un buen día. –le veo sonreir bajo los hilos naranja que suelta el sol del atardecer.

–Ti.

–Si?– es todo o nada.

–Tengo que decirte algo muy importante. –aprovecharé todo el ambiente.

–Que es tan importante? –tengo que decirte que...

–Te amo, quiero pasar mi vida contigo, ver cada expresión tuya y sobre todo ser la única persona que se habite en tu corazón. –miro a los ojos de la confrontación, de las cuales amaba tanto y ahora me da un escalofrío.

–Te das cuenta de lo que dices?

–Si.

–Somos dos chicos...

–Te habría querido da igual tu género.

–No creo que la sociedad nos acepten, no quiero arruinar nuestra carrera.

– El trabajo es un pequeño precio que pagar para vivir contigo.

–Mau...

–Yo te amaré más que nadie.

–Yo.... te amaré también. –le miro con los ojos lagrimeando, él me ayuda a sostenerme.– Gracias, no se que habría pasado si no me lo hubieras pedido, soy muy tímido...

–Tú eres muy valiente, no te mientas.

–Gracias.

Me acerco y toco delicadamente su mejilla, veo que me acepta y se envuelve del rojo borracho. Consigo rozar un pétalo y comienzo a saborear la dulzura que desprende. Mi legua se lanza como una espada, siente su interior, fue un beso lento y muy satisfactorio, mi otra mano le toma por la cintura y hago que se apegue más a mi.

– Vamos a casa, cocinaré yo.– le digo susurrándole en la zona de la oreja y cuello.

–Déjame ayudarte.

–Descansa, que hemos nadado mucho.

– Entonces la próxima hago yo la cena, te parece bien?– le beso una vez más y le digo que por supuesto.

Llegamos a casa, siento que un peso que tenía se fue y volvió en forma de alivio. Hemos decidido no contar a nadie por ahora sobre la relación, porque tememos que no nos acepten, pero actualmente se que el mundo se está volviendo de color rosado.

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Aquí se terminó el tiempo de amigos y comenzamos con la historia de esta dulce pareja.