Capítulo 46
Si el rey estaba detrás de todo esto, me costaba creerlo, no por el hecho de que no pudiera ser él, sino por el hecho de estar traicionando a su propio hijo.
¿Qué había hecho Frederick como para que su padre lo traicionara de esa forma?
Porque desde mi punto de vista era traición, vender información sobre su hijo a la prensa teniendo en cuenta cuanto la odiaba era traicionarlo de una manera cruel.
—Acusar al rey es una acusación muy delicada —interrumpió Fabrizio sacándome de mis pensamientos, levanté mi mirada que estaba perdida para encontrarme con la suya—. Sin embargo, no estoy en disposición de negarla.
—¿Por qué? —pregunté frunciendo el ceño en su dirección—. ¿Por qué estás contándome esto?
Fabrizio no hacia las cosas sin un motivo y me daba la impresión de que tenerlo aquí era por una buena razón.
—Porque alguien no está cumpliendo su parte del trato, porque estoy harto de esto, porque mi padre es quien ha estado beneficiándose con mayor frecuencia —explico al tiempo en que se encogió de hombros—. La lista de razones es larga. Como conocerás mi obsesión por la realeza no tiene nada que ver con lo que sucede en Suecia, todo inicio con la familia real de Inglaterra tras la muerte del rey Archer y la reina Sofía, y gracias a ellos descubrí que dentro de la realeza puede haber historias sorprendentes que sin duda te dejan mucho de que pensar sobre ellos, pues siempre están ante el ojo del público y muchos creemos que sus vidas son perfectas, lo tienen todo, dinero, fama, riquezas, amor, pero siempre hay más, o mejor dicho, siempre hay alguien que quiere más poder que otros.
Todas las razones que él decía tenían sentido para mí.
—¿De qué parte del trato hablas?
Si escuché bien, Fabrizio menciono que el rey no estaba cumpliendo con su parte del trato, cosa que era muy extraño.
—Eso realmente no es tan importante —dijo levantándose del sofá inmediatamente, yo hice lo mismo, su repentino cambio me sorprendió—. Lo importante aquí es que debes saber que yo no soy el único que ha traicionado aquí y sí me disculpas, debo irme ahora.
No habría forma de hacer a Fabrizio soltar la sopa completa, por lo que terminé dejando que se vaya. Por más que le daba vueltas al asunto podía hacerme ideas, pero no conseguía una buena respuesta, me acerque a la ventana para ver si aún estaban los paparazzi en el edificio, el estacionamiento estaba despejado, pero no me fiaba en que uno de ellos podría estar escondido, por suerte, yo conocía otra salida.
***
Ir a la residencia era riesgoso, pero estaba dispuesta a tomar el riesgo, no por buscar a Frederick, más bien necesitaba hablar con alguien más que comprendiera mi situación, alguien con experiencia ante estas cosas y Blomberg conocía bien todo este mundo, por lo que al llegar a la residencia fui directo a su casa donde no estaba solo, Freya estaba acompañándole y termine contándoles todo lo que sucedió desde el día en que llegamos, ambos no estaban tan sorprendidos, aseguraban que eso se descubriría tarde o temprano, Frederick no podía ocultarse para siempre en la residencia.
—¿No ha contestado ninguna llamada?
Preguntó Freya refiriéndose a Frederick, negué. Ella frunció los labios en una mueca.
—No estoy diciendo que estoy de acuerdo con que Freddy no responda, créeme, he reprimido a ese chico un montón de veces por sus actitudes, casi podría decir que lo he criado, pero sé que sabe reconocer cuando se equivoca y solo puedo decir que debes ser paciente y esperar a que abra esos ojos que tiene.
Reí.
Blomberg se cruzó de brazos.
—Volviendo al tema y dejando a Freddy de un lado, la prensa volverá a molestarte, ¿sabes eso? —preguntó, asentí frenéticamente, era consciente de que así sería—. Ha sido muy arriesgado de tu parte venir hasta acá sola, pero me alegra que lo hayas hecho.
Suspiré.
—Lo tengo en cuenta. Soy consciente del riesgo, pero necesitaba venir, necesitaba hablar con alguien.
Él asintió.
—Ay cariño, nos alegra ser de ayuda —agregó Freya—. Desde que vi a los paparazzi en la residencia supe que algo andaba mal, estaba muy preocupada por ustedes dos, sobre todo conociendo como Frederick se pone con ellos, y ya veo que no ha acabado bien.
Una mueca se dibujó en mis labios al igual que en los de ella y Blomberg, se mostraban sinceros.
—No sé qué hacer con todo esto —dije, después de un tiempo, estaba muy abrumada—, tampoco tengo idea de en quien confiar, Fabrizio ha sido mi amigo por un tiempo si es que puedo llamarle así y aunque su obsesión es muy grande por los miembros de la realeza, se veía sincero cuando estábamos conversando.
Detestaba ser confianzuda de vez en cuando, confiar en todos no siempre resultaba bien. Blomberg suspiró pesadamente.
—No conozco exactamente a Fabrizio, pero conocí a su padre, trabajamos juntos un tiempo en el mundo del periodismo y puedo decirte que es una familia con un alto prestigio, no es una novedad de su afición por la familia real y realmente han sabido como posicionarse como uno de los mejores periódicos a nivel internacional, siempre se dice que no hay que fiarse de ningún periodista, pero creo que Fabrizio no está mintiendo del todo.
—¿Lo crees?
Enarqué una ceja en su dirección y asintió seguro.
—Hace unos años cuando el rey Carl aún vivía, el padre de Fabrizio, el abuelo de Freddy y yo solíamos trabajar juntos, esto es algo que nadie más sabe, pero el rey no era tan bueno con los discursos, digamos que solía ponerse nervioso a la hora de dar uno y su redacción no era tan buena, nosotros solíamos escribir algunos discursos políticos para él, claro, siendo supervisados por él o a veces solo corregíamos algo que escribió. Sin embargo, el padre de Fabrizio comenzó a crecer cada día más en su empresa que se distanció un poco de nosotros dos, perdimos comunicación hace años, fue mucho antes de que el rey muriera.
Fue casi gracioso que dijera que el rey no era bueno con sus discursos.
—Wow, esa es una historia que jamás en mi vida he oído.
—Por supuesto que no, es una historia que no todos conocen, era un secreto que los tres manteníamos, principalmente porque el rey era un excelente amigo. Pero volviendo Ahlstrom —dijo refiriéndose al padre de Fabrizio—. Lo último que recuerdo de él cuando aún manteníamos contacto, es que se abrió paso en Inglaterra con una nueva compañía, si no me equivoco es más una especie de blog dirigido a la realeza, no recuerdo el nombre porque hoy en día hay miles de ellas, pero recuerdo que Ahlstrom estaba firmando con esa compañía, no estoy seguro si la compró o solo es socio.
—Espera —interrumpí—. Hay un blog en internet, se llama Gossip Royals, ¿es ese del que hablas?
Pregunté y Blomberg arrugó la nariz, inseguro. Aquel sitio fue el que publicó la noticia de Frederick en el palacio, si Blomberg estaba en lo cierto, entonces Fabrizio nunca vendió la noticia y solo la publicó por cuenta propia.
—¿Es solo un sitio en línea? La verdad, no estoy seguro si la página es un periódico oficial, pero teniendo en cuenta las leyes de Inglaterra, sé que cualquier periódico que se dedique a compartir chismes de la realeza son clausurados de inmediato, Inglaterra tiene una política muy estricta con la prensa a diferencia de Suecia.
Aquel sitio solo compartía las noticias en su sitio web, pero a veces, aquellas noticias eran publicadas por periódicos locales o incluso nacionales.
—Por lo general, comparte información en el sitio —aclaré, Freya quien se mantuvo callada todo este tiempo, habló.
—¿Qué tiene que ver ese sitio web con lo que está pasando? Siendo haberme perdido en un momento de la conversación.
Nos dejó claro a ambos, cosa que nos hizo reír.
—A donde quiero llegar es que probablemente Fabrizio esté mintiendo o diciendo realmente la verdad, no puedo asegurarme de ello.
—¿Por qué lo dices?
Ahora yo estaba algo confundida en que Blomberg estuviera de lado de Fabrizio.
—Hay un rumor sobre uno de los blogs de chismes relacionados a la realeza, principalmente con un sitio web, me parece que debe ser ese que mencionaste, muchos creen que la fuente cercana que le da los chismes a ese sitio es un miembro de la realeza, aunque no tenemos idea de que país porque si de nuevo no me equivoco, ese sitio no solo comparte chismes sobre la realeza sueca, sino de todos los reinos, en especialmente de los de Inglaterra, recuerdo muy bien cuando se encargó de generar las suposiciones sobre la reina matando a su propio hijo, también están los chismes de Alemania, todas esas cosas que se decían del rey Johan siendo un mal padre con el príncipe, quien a mi parecer era un padre ejemplar y amoroso, por supuesto, todos los hijos sacan canas verdes en algún momento y el príncipe puede ser testarudo y algo complicado, ¿no? —dijo esto riendo—. Como sea, todas esas noticias que la página esa ha sacado, siempre son conseguidas por alguien demasiado cercano a las familias reales o un miembro de la realeza en específico y si bien Ahlstrom se abrió paso entre ellos, sabía cómo ganarse a las personas, sobre todo a la realeza, por los que mis sospechas son siempre dirigidas hacia él, quizás Fabrizio como su hijo intenta colarse en el mismo ambiente de su padre, es totalmente lógico que quiera seguirle los pasos, probablemente han sabido cómo sacar información durante todos estos años y por supuesto, sacarle provecho.
—Dios, no tenía idea de nada de esto —me vi diciendo mientras cubría mi rostro con ambas manos.
—Bueno, en su mayoría son suposiciones mías, he hecho mi propia investigación con el largo de los tiempos y es todo lo que he conseguido recabar.
—Creí que te había retirado —inquirió Freya en su dirección—. ¿Qué no dijiste que dejarías las investigaciones a un lado?
Blomberg negó.
—Es imposible dejar algo cuando te apasiona —aseguró—, lo cierto es que después de retirarme el rey de Grecia me contacto para escribir un artículo sobre uno de sus hijos, como verán, los Ahlstrom no son los únicos que han tenido suerte de codearse con la realeza.
Presumió con orgullo, no me sorprendía que Blomberg aun después de haberse jubilado siguiera trabajando o lo siguieran buscando para escribir artículos importantes, era uno de los mejores periodistas, muchos admiraban su trabajo desde sus inicios, se le conocía como un hombre sincero que siempre buscaba una forma de llevar la verdad.
—¿Quieres decir que trabajas para ellos?
—O quizás ellos trabajan para mí —bromeó—. Soy un hombre importante entre estos medios Freya, tu bien lo sabes.
—Por supuesto, pero no pensé que tan importante.
Bromeó con humor, ambos adultos rieron.
—En fin, mis investigaciones siempre han sido descubrir quién es la persona que maneja aquel sitio web y descubrir la fuente que lleva la información, si bien hace unos años Edward Mountbatten y su hijo Víctor Mountbatten eran quienes vendían información a este y más sitios de chismes, aún estoy considerando que ellos tienen que ver en esto porque son personas importantes, han tenido cargos dentro de la corte real y han negociado con otras naciones.
—¿Y has podido afirmar que son ellos?
—En muchas ocasiones sí —afirmó—, no me sorprendería que fueran ellos quienes se están inventando los chismes sobre Frederick, he escuchado que después de tener malentendidos con la reina y sus nietos, ambos hombres no viven más en Inglaterra y si más no recuerdo, han estado aquí en Suecia por más de una ocasión.
Dios, todo esto era un complot, las teorías de Blomberg sonaban lógicas y reales, cuando se trataba de la familia real, cualquiera podía estar involucrado, no importaba si era del mismo reino o no, siempre existía una persona ambiciosa por poder.
—Entonces, Fabrizio podría estar involucrado junto con algún miembro de la realeza, él y su padre —aclaré después de procesar todo lo que Blomberg acaba de decir.
—Así es, Fabrizio podría estar mintiendo tanto no estar haciéndolo.
Bufé, era difícil averiguar si mentía o no.
Blomberg aseguró que continuaría investigando al respecto y que movería sus influencias para evitar que otro artículo en mi nombre saliera, incluso tuvo una grandiosa estrategia para evitar que los paparazzi siguieran acosándome en casa.
Después de nuestra conversación, Freya nos invitó a cenar a ambos y como la mujer cocinaba de maravilla no pude negarme, los dos me pusieron al tanto de la situación en la residencia, Blomberg movió sus influencias para evitar que continuaran acosando a todos en la residencia, por supuesto, él tenía contactos importantes teniendo en cuenta que era una persona con un gran prestigio en el medio. Las horas pasaron entre conversaciones y risas, volver a mi departamento me hacía sentir en casa y a salvo, pero estar en la residencia era diferente, se volvió mi hogar y yo me encariñé con la mayoría aquí, me sentía cómoda y como si este fuera también mi hogar, hacerme la idea de tener que regresar a mi departamento y pasar por la casa de Frederick me provocaba una mala sensación. Iba a ser difícil acostumbrarse a no estar aquí y verlos a todos.
Freya me miró con una mirada nostálgica cuando me encaminó a la puerta, Blomberg también tenía una. Sin pensarlo un segundo más, abracé a ambos, de todos los adultos que conocía ellos sin duda se ganaron mi corazón desde el primer día.
—¿En qué has venido?
Preguntó Blomberg antes de que abriera la puerta.
Apreté los labios en una fina línea.
—He conseguido tomar el autobús.
Sí, yo hice el viaje hasta acá en autobús, lo bueno era que no había muchas fotografías de mí en internet y las personas no me reconocieron cuando subí a este.
—Oh mi niña, es tarde para que vayas sola en autobús —dijo Freya con una mueca—. No deberías de ir tu sola, hay peligro a estas horas y... —Hizo una pausa pensativa, me mordió los labios y luego habló—. ¿Por qué no te quedas aquí? Hay suficiente espacio en mi casa, tengo una habitación extra y está perfectamente acondicionada para las visitas.
—Oh es una excelente idea —agregó Blomberg—. Freya tiene razón y no deberías de irte, es mejor que te quedes.
Regresar a Estocolmo en autobús me tomaría más tiempo de lo que toma en auto y ya era tarde para irme por mi propia cuenta, la oferta de Freya era tentadora.
—Me gustaría, pero no tengo ropa para dormir y...
—Tranquila eso no es un problema —dijo con un ademán despreocupado y una gran sonrisa en la boca—, es una suerte que Frederick confié en mí y me haya dado una llave extra de su casa en caso de emergencias, podemos ir a que vayas por tu pijama y un cambio, o incluso si deseas quedarte en la casa sola...
—Quedarme aquí está bien. —No quería dormir en la casa de Frederick si no estaba él, quedarme con Freya me parecía una idea mucho mejor—. Acepto lo de ir a buscar un poco de ropa.
Quince minutos más tarde, Freya, Blomberg y yo fuimos a la casa a buscar ropa, tomé lo necesario de mi habitación, busqué mi cargador, laptop y más de dos cambios, tenía una maleta en la habitación y consideré guardar todas mis pertenencias en ella y llevármelas conmigo, pero a la vez hacerlo no se sentía bien, la idea de llevarme todo me daba una sensación de vacío.
—No hace falta que lleves todas tus pertenencias —interrumpió Freya sacándome de mis pensamientos—. Solo toma lo necesario, podríamos venir otro día si te parece.
Asentí en acuerdo y tome lo necesario para esta noche y mañana, me aseguré de llevarme la laptop conmigo así navegaría un rato en internet y averiguar si había más información sobre nosotros.
Antes de salir de casa y apagar todas las luces, comprobé la habitación de Frederick, su cama estaba perfectamente hecha, sus cosas continuaban ahí, dejando en claro que no había venido aquí aun, no quería parecer una intrusa o hurgar entre sus cosas, pero hubo algo sobre l mesita de noche donde estaba la lámpara, una fotografía que a lo lejos llamó mi atención, me acerque para verla con mayor atención, sobre la mesita había un libro, el cual me hojee y comprobé que la esquina de la hoja estaba ligeramente doblada, dejando en claro que Frederick no terminó su lectura, a menudo lo veía leer oficios y hacer trabajos en la laptop, pero desconocía su interés por los libros, prestando mejor atención en la habitación me di cuenta de que tenía una pequeña repisa llena de libros, algunos títulos yo ya los había leído antes, aunque eso era un dato nuevo que descubría de él, lo que más me sorprendió es ver que Frederick tenía una fotografía mía en un portarretrato junto a la lámpara, era una foto que nunca me di cuenta de que fue tomada, yo estaba completamente desprevenida, más bien lucía concentrada en la cocina mientras estaba en la computadora, por el ángulo en que fue tomada, Frederick debió estar en el marco de la puerta y yo no noté su presencia, el portarretrato era de un color plateado con bordes anchos y gruesos, que Frederick haya tomado una foto mía y haya decidido enmarcarla era algo que no me esperaba, pero lo que menos me esperaba era que en el marco estuviera escrito la pequeña frase:
Eres mi momento favorito del día.
Me mordí el interior de mis mejillas, no supe que pensar al respecto, estaba sorprendida, todos mis pensamientos se dirigieron hacia él, sus comentarios absurdos que conseguían desesperarme tanto como intrigarme por conocer más de él, su forma complicada de ser, su sentido del humor, sarcasmo y lo tierno que a veces podía ser incluso cuando trataba de no serlo.
Quizás le costaba expresar sus sentimientos, era difícil hacerlo, tenía una manera complicada de amar, pero ver la fotografía mía en su habitación con aquella frase me hizo sentir que en verdad me quería, de que quizás, lo nuestro era más real de lo que los dos podíamos imaginar.
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