Capítulo 10
Frederick regresó a la sala con una bolsa blanca, tomó de nuevo asiento a mi lado y sacó las cajitas de comida china que había dentro de la bolsa de plástico.
—Ahora es mi turno de escoger una película —habló arrebatándome el control remoto de mi lado, regresó a la página principal de la plataforma y comenzó a buscar.
—Por favor, acepto cualquier película menos una de terror —confesé deseando que no se decidiera por una de terror. Me miró divertido.
—Mira nada más, quien diría que tenemos a una chica miedosa por aquí —dijo en un tono divertido, lo ignoré tomando el tenedor que había venido con la comida pues no sabía utilizar los palillos chinos—. Qué lástima, estaba considerando poner el conjuro.
Me sobresalté y le di una mirada seria.
—¡Ni se te ocurra! ¡Lo digo en serio!
—¿Qué tan en serio? Porque estoy comenzando a tener curiosidad —preguntó fingiendo estar dudoso. Coloqué mi caja sobre la mesita y volví a verlo.
—Muy en serio, entro en pánico. En verdad las odio.
No estaba mintiendo.
—No te creo, seguro es un pretexto para convencerme de ver otra película navideña, ¿no es así?
El tono de burla en sus palabras me hizo tener una mala sensación, no bromeaba, detestaba las películas de terror con todo mi ser, era una chica demasiado asustadiza, algo me decía que Frederick estaba intentando retarme por lo que actúe a modo de defensa y me abalance sobre su cuerpo para tratar de arrebatarle el control remoto de las manos, Frederick reaccionó a tiempo y consiguió evitar que alcanzara al control, de un movimiento rápido, se levantó del sofá y yo conseguí lanzarme sobre su espalda.
—¡No estoy bromeando Frederick! ¡Ni se te ocurra poner una película de terror!
Frederick comenzó a moverse de un lado a otro, en un intento de quitarme de encima de él, era mucho más alto que yo y mis pies quedaron volando sobre el suelo, no deseando caerme y recibir un mal golpe me aferré con fuerza a su cuello con una mano y enrollé mis piernas sobre sus caderas, con mi otra mano, intentaba agarrar el control de sus manos.
—¡Oye bájate! —continúo agitándose de un lado a otro.
—¡No hasta que prometas no poner una película de terror!
—¡Ni loco!
—¡Entonces dámelo!
Intenté estirarme más y apreté mi agarre a su cuello para no caerme.
—¡Me estás ahorcando! ¡Ya quítate!
—¡Dame el control primero!
—¡No! ¡Estás loca!
Continúo alejando el control de mí.
—¡Qué te digo que me lo des!
Me retorcí sobre él.
—¡Qué te digo que no!
Estiró más el brazo para que fuera imposible alcanzar el control.
—¡Vamos! ¡No estoy bromeando!
—¡Tampoco yo! ¡Y pesas demasiado!
Continuamos peleando, Frederick estiró su brazo todo lo que pudo y el control fue imposible de alcanzar, intenté estirarme más e incluso aplasté su cabeza para poder alcanzarlo, gruñó cuando jalé su cabello. Frederick regresó al sofá del cual nos habíamos alejado, con un movimiento sumamente rápido y para nada delicado, consiguió lanzar mi cuerpo al sofá y aventar el control hasta el otro extremo de la habitación.
—¡Auch! ¡Idiota!
Me quejé como una niña pequeña, aprovechando la cercanía que teníamos y de que casi estaba encima de mí, le di un tirón a su cabello y gruñó de nuevo, el peso de su cuerpo cayó sobre el mío, su espalda era ancha y me aplastaba, intenté patearlo y empujarlo al mismo tiempo, pero había aflojado su cuerpo lo que hizo que se volviera más complicado.
—¡Ya ríndete! ¡Me aplastas!
Chillé deseando que se quitara. Como si eso fuera poco, ejerció más fuerza contra mí y su espalda continúo aplastándome.
—¡Freddy!
—¡Bethany!
Me imitó, otro chillido escapó de mí. Ahora más que nada quería alcanzar ese control y poner otra película navideña, sabiendo que sería imposible hacer que se quite de encima de mí, me quedé quieta en mi lugar y controlé mi respiración, Frederick hizo lo mismo, estábamos agitados y nuestros pechos subían y bajaban con prisa.
—¿Vas a quitarte? —pregunté en un tono tranquilo. Frederick ladeo la cabeza intentando verme.
—¿Vas a correr por ese control?
—Probablemente.
Admití.
—En ese caso, me quedaré aquí, aplastándote.
Volvió a ejercer fuerza sobre su cuerpo. Chillé.
—Está bien. Está bien. Prometo no ir por el control, solo deja de aplastarme —me quejé al tiempo en el que le mostraba mi meñique, Frederick no dudo en entrelazar su meñique con el mío y poco a poco se alejó—. ¡Ja, ja! ¡Crucé los dedos, bobo!
Tan rápido como pude, me apresuré a correr en busca del control en el suelo, pero Frederick me tomó por el tobillo de mi pie izquierdo impidiendo que llegara hasta el control, tiró de mi pie con fuerza y tropecé, comencé a retorcerme bajo el suelo queriendo zafarme de su agarre, cuando conseguí hacerlo, corrí hasta el control y lo tomé, me reincorporé y observé que Frederick estaba por llegar a mi lado, sabía que me daría guerra e intentaría quitarme el control, así que ingenié una maniobra, me moví a la derecha al tiempo en el que él lo hizo con intención de atraparme y antes de que pudiera hacerlo corrí del lado contrario hasta su habitación, la abrí y me encerré dentro de ella con llave.
—¡Eso es jugar sucio, preciosa! —exclamó desde el exterior, reí sintiéndome toda una triunfadora—. ¡Abre la puerta!
Me quedé en silencio por un tiempo.
—Solo si prometes que no veremos una película de terror.
Realmente quería que lo hiciera.
—No puedo prometer eso...
—¿Por qué no?
—Porque tengo curiosidad de ver cuál es tu reacción al ver una película de terror.
—¡No es divertido! —me quejé—. ¡Realmente las odio!
Hubo un silencio, acerqué mi oreja más a la puerta queriendo escuchar su respiración para confirmar que aún estaba allí, no conseguí escuchar nada. Insegura me animé a abrir la puerta lentamente.
A simple vista, noté que Frederick no estaba, eso me animó a abrir más la puerta y salir.
—¡Buh!
Gritó a un costado de mí haciendo que brincar a en mi lugar y gritara, no esperaba que hiciera eso.
—¡Jesucristo! ¡Casi me matas!
Grité con la mano en el pecho, mi corazón se había acelerado y el control en un momento que no me di cuenta había caído al suelo. Frederick río al tiempo en que se agachó a tomarlo.
—Lo siento, pero ha funcionado.
Respondió agitando el control frente a mis narices, quise arrebatárselo y alzó de inmediato la mano, impidiéndolo. Traté de acercarme a él y retrocedió.
—Uh, uh, tuviste tu oportunidad de escoger la primera película y ahora es mi turno —se quejó, lo miré seria.
—Bien, pues verás la película por tu cuenta porque en cuanto se te ocurra poner una película de terror me largo de aquí.
Rodó los ojos fingiendo enfado.
—Eres toda una exagerada. No voy a ponerte una película de terror Beth, puedes sentarte a mi lado tranquilamente y comer mientras vemos una simple película.
Su voz sonó sería y me quedé observándolo por varios segundos, tenía hambre y había dejado mi caja con comida china sobre la mesita y el que lo haya mencionado me hizo tener ganas de ir de vuelta al sofá.
Lo señalé acusatoriamente con el dedo índice.
—Que conste que solo voy por la comida y no por la película.
Sonrió.
De vuelta al sofá, volvimos a tomar lugar el uno junto al otro, nuestra pequeña pelea había aligerado el ambiente a nuestro alrededor y se respiraba una vibra divertida y agradable en el departamento, aunque había sido una pelea absurda y muy infantil sirvió para quitar la tensión de los dos.
Frederick comenzó a buscar una película y yo me dediqué a tomar de vuelta mi comida. Al encontrar la película que estaba buscando, la reprodujo, no tardé mucho en reconocerla y posar toda mi mirada en él con una ceja enarcada.
—¿Chicas pesadas? ¿En serio?
Se encogió de hombros.
—¿Vas a decir que no te gusta esa película? —preguntó señalando la pantalla—. Estoy casi seguro de que la mayoría es fanática de ella.
—Es buena, lo admito. —Y lo era, podían pasarla a diario en televisión y no me enfadaría de verla, solo estaba sorprendida de su elección—. Creí que pondrías otro tipo de película, ya sabes, quizás algo de Nicolas Cage, Vin Diesel, Johnny Depp o cualquier otro actor, no que elegirías esa película.
—Son excelentes actores y me gustan sus películas —dijo cruzándose de brazos y acercándose un poco más a mí—. Honestamente, creí que preferirías una película como esa.
Traté de disimular mi asombro, acababa de confesar que había escogido esa película por mí, no supe como sentirme al respecto ni que decir. Una sonrisa amenazó con formarse en mi boca, no queriendo que se percatara de ello, volteé a ver la película.
—En ese caso, gracias.
Hable sin verlo y para querer disimular el rubor que quería adornar mis mejillas. No dijo nada y agradecí que no lo hiciera, segundos más tarde, se dispuso a comer a mi lado. A pesar de que la película era de mi agrado y disfrutaba de verla, no podía concentrarme, hacia mi mayor esfuerzo por contener las ganas de voltear a verlo cada vez que sentía su mirada fija en mí, tenía curiosidad de saber que estaba pasando por su mente y estaba muy intrigada, una risita proveniente de él me hizo voltear a verlo.
—¿Qué sucede?
Pregunté con el ceño fruncido, Frederick negó.
—Nada. Es solo que encuentro divertido todo ese pequeño juego que hemos armado. —Esta vez posó toda su mirada sobre mí—. Vivir contigo será toda una experiencia.
Era eso lo que lo mantenía tan pensativo, no tuve un comentario en concreto, pero sabía a lo que se refería, apenas había pasado un día de conocernos y ya armábamos drama entre los dos. Suspiré.
—Quisiera decir lo contrario, pero no puede ser así, es más que evidente que será una extraña experiencia.
Confesé.
—Y también muy interesante.
Agregó. Deseando que no se formara un silencio entre los dos, continúe hablando.
—¿Es en eso en lo que has estado pensando durante toda la película?
Una mueca adornó su boca y movió la cabeza de un lado a otro no queriendo admitirlo por completo.
—Siendo honesto, es imposible no pensar en esto. —Nos señaló a ambos—. Es...
Intentó buscarle un nombre a lo que sea que estábamos experimentando, también lo hice.
—Diferente —dije luego de un tiempo, reí de tan solo pensarlo—. Nunca he hecho algo como esto, admito que en mi vida he hecho locuras y algunas demasiado extremas solo para conseguir una entrevista o simplemente porque mi vida es muy rara y me suceden a menudo cosas que no sé explicar, pero nunca algo como esto, jamás he tenido la necesidad de fingir ser novia de alguien más.
Frederick asintió atento.
—Siempre hay una primera vez para todo, ¿no lo crees?
—Seguro que la hay. —Me encogí de hombros—. ¿Qué hay de ti? Algo me dice que tienes mucha experiencia en situaciones.
Rio por lo bajo.
—La mayoría del tiempo suceden espontáneamente.
Arqué las cejas con curiosidad.
—¿Suceden espontáneamente?
—Digamos que yo no busco el drama, simplemente llega solito a mí.
—Tenemos algo en común, al parecer el drama es parte de nuestras vidas y llega sin buscarlo.
—Así es, preciosa. Dime, ¿por qué decidiste esconderte en aquella habitación?
—Entré en pánico —admití. Dejé mi caja de comida china sobre le mesa, él hizo lo mismo—. Antes de entrar al palacio estaba ansiosa tanto como nerviosa que bebí demasiada agua. —Iba a avergonzarme aquí mismo con mi confesión—. Y tenía ganas de ir al baño desde hace tiempo que no podía aguantarme, le pedí a un guardia que me indicara donde estaba el baño y le juré que no intentaba husmear por el palacio real y acosar a la familia real, que podía acompañarme al baño y esperar por mí en la puerta si desconfiaba, no me dijo nada y solo me indico donde estaba el baño, estoy casi segura de que lo hizo porque hablaba demasiado.
—No tengo duda de ello.
Agregó.
—El punto es que me dejó ir al baño y después de que fui al baño no recordé cuál era el lugar por el que había caminado y escuche voces, entre en pánico y considere que lo mejor era ocultarme, no quería ser atrapada y considerada como una husmeadora en el palacio real y perder la oportunidad de entrevistarte.
—Y así fue como acabaste conmigo en una habitación —concluyó y asentí.
—Exacto.
—¿Y qué clases de preguntas tenías?
—¿Uh?
—Me refiero a que preguntas planeabas hacerme el día de la entrevista, seguro que debes de tener cientos de ellas.
Y las tenía, no pude evitar sonrojarme.
—Honestamente, planeaba preguntarte sobre tu vida, sobre los planes que tenías a futuro como rey de Suecia y que significaría para ti convertirte en el siguiente monarca del país.
Frederick soltó un silbido.
—Y esas son las razones por las que no asistí la conferencia de prensa.
Dijo con seguridad, lo observé con asombro.
—¿Lo dices en serio?
—¿Tiene algo de malo?
Preguntó con el ceño fruncido al ver el desconcierto en mi rostro. Lo di una mirada seria.
—Frederick, todo el mundo espera que seas el siguiente rey de Suecia, las personas esperan muchas cosas de ti y...
—Esperan cosas que no puedo darles, quieren un rey y yo no quiero ser su rey. No quiero reinar el país, no es lo mío.
Dijo con dureza, se había enfadado. Reí.
—¿Y qué esperas hacer con tu vida? ¿Tienes planes para el futuro?
Bufó.
—¿Acaso eso importa?
Lo observé con incredulidad, ¿qué es lo que tiene en la cabeza?
—¡Por supuesto que importa! ¡Estamos hablando de ti! ¡La persona más importante de toda Suecia! —exclamé con exasperación—. Todos tenemos planes a futuro, no me digas que tú no los tienes, por lo menos debes de tener uno.
Apretó los labios en una fina línea, seguía molesto.
—Solo sé que no quiero ser el futuro rey de Suecia y nada más eso, no quiero gobernar.
Noté que el tema lo molestaba, hablar de ello le afectaba, en vez de continuar con nuestra ruda conversación calme mis emociones, estaba por alterarme justo como él y perder la cordura mientras entramos en un debate, no deseando generar más una discusión, hable en un tono suave.
—¿Por qué te afecta tanto esto de ser rey? ¿Hay algo malo con gobernar?
Frederick desvió su vista de la mía y negó, su mandíbula estaba contraída y no entendía cómo es que cambió de humor de un momento a otro. Bufó y se levantó del sofá con brusquedad.
—Tengo mis razones para redimirme y no quiero hablar más del tema.
No queriendo escucharme, se apresuró a irse a su habitación no sin recoger la bolsa de plástico y echar nuestras cajas vacías en ella, sus movimientos eran bruscos y demostraba estar en un debate mental consigo mismo, me sentí mal por presionar y me dije a mi misma que no era mi culpa, al final, fue él quien se molestó sin ningún motivo.
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