Capitulo III
En el campo de batalla se escuchaba las espadas chocando una con la otra. El rey Seti y Disebek estaban practicando siendo vistas por la Reina Tuya que cargaba a su hijo Ramsés y Henutmire que también cargaba a su hijo Moisés cuando se escucho un grito.
-AAHH...- grito la princesa.
La esposa real que estaba a lado de ella, tomo a Moisés rápido de los brazos de su hija.
-Hija...
Seti se acerco a socorrer a su hija y miraba como ella se agarraba su vientre acabando de desmayarse.
-mamá, mamá.- llamó Moisés estirando sus bracitos así su madre que era llevada por Disebek.
.....♡.....
En el gran salón del trono estaba el rey Seti preocupada por su amada hija mientras su esposa le tranquilizaba hasta cuando escucharon las puertas abrirse entrando el sacerdote Paser.
-Cómo está Henutmire.- preguntó el rey Seti.
-Está mejor señor pero un poco débil, perdió mucha sangre pero se va a recuperar.- dijo Paser.
-Esto no es normal parece que los dioses están castigando a mi hija.- argumento Seti enojado y pensando que esto era un castigo por haber matado a todos los bebes hebreos. O tal vez la culpa fue de el.
En los aposentos de la princesa Henutmire se encontraba un sacerdote entregándole un amuleto de Isis a Henutmire. Explicando que el amuleto le iba a proteger mientras explicaba le ponía el collar en el cuello de la princesa.
El sacerdote comenzó a hablar mientras se daba la vuelta rezando a los dioses. La princesa solo podía pedir a los dioses que la cuidarán y la protegieran.
.
.
.
.
.
3 años después
La princesa se embarazó de nuevo, la pareja estaba tan feliz pero siempre pasa algo malo en la vida.
En el harem, la princesa bailaba con delicadeza cuando comenzó a marearse y ver borroso quiso detenerse pero no podía detenerse cuando choco con una mesa golpeándose en el vientre.
Y así perdiendo otro bebé.
-Llamen a Paser inmediatamente.- ordenó abrazando a su hija.
-Madre...no...no...
-Tranquila mi niña.- dijo intentando tranquilizar a su hija.
En los aposentos el sacerdote hacía lo posible para bajar la fiebre de la princesa y detener también los vómitos.
-Ya lo intenté todo señora pero la fiebre no está cediendo.- dijo a la reina mientras intentaba bajarle la fiebre.
-Qué es lo que tiene mi hija, Paser.- le preguntó.
-La princesa debe tener una infección.- explicó.
-Por qué tanto sufrimiento mis dioses.- acarició la mejilla de su hija que ardía en fiebre y con dolores.
En unos minutos Paser y unos cuántos sacerdotes comenzaron un ritual y pidiendo a los dioses la protección de la princesa.
Mientras afuera de los aposentos de la princesa estaba Disebek con su hijo Moisés en brazos.
-Papá, mamá.- dijo su pequeño.
-Mamá va a estar bien, Moisés.- besa su frente.- mamá va estar bien, si.- soltó un poco de su aroma para calmar a su hijo.
Los días se convirtieron en semanas. La princesa Henutmire dejó de sonreír y distanciarse de su esposo y su hijo. Vivía alejada de todo el mundo exterior, no hablaba con nadie y ni comía mucho, que eso le preocupaba mucho el rey Seti.
En el río Nilo se podía ver un niño sentado en unas cuantas almohadas abrazando sus piernas.
-Moisés...-llamó Ramsés corriendo donde estaba el nombrado.
-Ramsés.- dijo Moisés quitando las lágrimas de sus mejillas.
-Estás llorando.- acarició la mejilla de Moisés.
-No...- negó, alejó la mano de Ramsés.
-No me gusta que me mientas, Moisés.- dijo Ramsés furioso.
-Y a mi no me gusta que me molestes, Ramsés.- respondió de la misma manera.
-Moisés.- suspiro.- no me gusta verte así, me pone triste. Que pasa.- preguntó calmado.
-Mi mamá ya no quiere pasar tiempo conmigo, cuando me acerco a ella se aleja o se va y....- sus ojitos se cristalizaron.- ella ya no me quiere, Ramsés.- soltó todo el dolor que tenia, abrazando así al heredero del trono que con gusto correspondió el abrazo. No le gustaba ver así a Moisés. Le dolía mucho.
Ramsés con sus 10 años de edad abrazaba el pequeño cuerpo de Moisés, ya que este tenía 5 años de edad. Era perfecto para su cuerpo, encajaba perfectamente, es como si fuera creado solo para él. Y prometió siempre cuidarlo y protegerlo de todo mal. No iba a permitir que alguien lo lastime. Y si alguien llegará a lastimarlo o a dañarlo, no sabrán que es lo les espera, él siendo el siguiente heredero a la corona es capaz de asesinarlos, solo por Moisés. Nadie tendrá su perdón. O un juicio.
-Ramsés.- llamó el rey Seti que venía acompañado de guardias y del general Disebek.
-Padre.- se separó de Moisés, levantándose de las almohadas.
-Ramsés que te he dicho de escarparte.- le regañó Setí a Ramsés.
-Yo....lo siento mucho padre.- pidió disculpa.
-No quiero tus disculpas, Ramsés.- dijo Seti furioso.- solo te pasas a lado de Moisés.- miró al nombrado que bajo su mirada al suelo.
-Pero padre-
-Nos vamos.- dijo pero miro a su hijo que iba a decirle algo.- y no quiero escuchar ninguna palabra. Así que vamos, es una orden del rey.- ordenó yéndose y Ramsés no teniendo alternativa siguió a su padre despidiéndose de Moisés con la mano.
-Moisés, hijo..- se sentó a lado del menor.- ¿pasa algo?.
-No es nada.- contestó.
-Te conozco muy bien hijo, pero si no quieres hablar, no insistiré.- le dijo dándole una sonrisa y soltando su feromona con olor a menta era una mezcla tan cálida que a Moisés le encantaba mucho pero más le gustaba era cuando sus padres mezclaban sus dos aromas menta y violetas, se convertía en un aroma tan sabroso y más cálido que hacía nunca alejarse de esa aroma. Era refrescante que le daba mucho sueño.
Pero ahora solo tenía el aroma de su padre. Ya que su mamá solo le esquivaba o cuando iba a visitarla en sus aposentos - ya que dormía en los aposentos de Ramsés, ya que su padre dijo que su madre necesitaba estar sola un momento- sus ciervas decía que estaba ocupada o solo le decía que no estaba, pero él no era tonto, sabía que su madre no quería verlo. Es por eso que ya no insistía más. Solo tiene a su padre y a veces a Ramsés.
.....♡.....
En los aposentos del príncipe Ramsés se podía ver un Moisés removerse en la cama de un lado para el otro. Tenía una pesadilla.
-Mami...- llamó Moisés mirando como en su alrededor todo estaba tan oscuro, no podía ver nada, no sabía donde estaba. Tenía mucho miedo.- mami...mami donde estás.- cayo al suelo abrazando sus piernitas.- tengo miedo, no quiero estar solo aquí.- lloro escondiendo su cara entre sus piernas cuando una luz alumbro mostrando un camino que Moisés se paró del suelo caminando por el camino llegando
-Un río.- se impresiono de ver el río Nilo cuando escucho un aleteo que miro donde provenía y delante de él cerca del río Nilo estaba el causante del sonido.
Era una paloma tan blanca como la ceda que tomaba un baño cuando en eso de las aguas salió una serpiente tan negra que tomo a la paloma de la pata llevándole adentro del agua mientras la paloma intentaba escaparse de la serpiente. Moisés corrió para ayudarla pero era imposible ya que más corría no llegaba era como si se alejaba más pero aún así no se iba a rendir tenía que salvar a la paloma. Es como si esa paloma fuera ella. Cuando llegó se metió al río acercándose hacia la paloma que ya estaba solo mandando su cabecita. Pero siendo tan pequeño no podía llegar donde la paloma.
-No, no, no...- dijo estirando su manito intentando tomar a la paloma pero ya era tarde, ya no se podía ver a la paloma.- no...no...no....NO.- grito despertándose con los ojos llenos de lágrimas.
-Moisés, que pasa.- dijo un Ramsés adormilado que se bregaba los ojos para quitar el sueño cuándo el sueño se le fue vio a Moisés que estaba temblando y llorando.- Moisés, ¿Por qué lloras?, ¿Qué pasa?.- se bajo de su cama yendo abrazar al menor que esta temblando. Pasaron un momento así cuando Moisés se calmó pero aún así Ramsés no lo soltó.
-Una pesadilla.- dijo Ramsés.
-Si.
-Y puedes contarme de que se trataba.
-Estaba en el río Nilo cuando vi una paloma y .- se detuvo para tomar un respiro.- del río salió una serpiente, era horrible y tomó a la paloma llevándole al río y....- abrazo más fuerte a Ramsés.- intente salvar pero no pude, no pude salvarla.
-Ya, ya, ya paso Moisés.- dijo consolando al menor cuando escucharon ruido afuera.- que es lo que pasa.- se separó de Moisés aún no lo quería y se fue abrir la puerta viendo así a unas ciervas corriendo de un lado para el otro. Todo era un alboroto y se preguntaba que es lo que pasaba. Vio una cierva pasando que le detuvo y le pregunto por que tanto alboroto.
-Mi príncipe, su hermana, la princesa Henutmire ella.....- la cierva no sabia si decirle cuando escucho otra voz detrás del príncipe heredero.
-¿Que pasa con mi mami?.- dijo Moisés esperando para que le respondiera pero la cierva no sabia si decirle ya que el padre de este dijo-ordeno- perfectamente que ningún momento Moisés supiera que su madre desapareció ya que no quería que se preocupara mas de lo que ya esta.
-Habla mujer, que pasa con mi hermana.- esta vez hablo Ramsés esperando que hable la cierva pero viendo que no iba a responderle Moisés salió camino hacia el encuentro de padre. El se lo va a decir que es lo que pasaba con su madre. Mientras era seguido por Ramsés, ya que este también se canso de esperar por la respuesta de la cierva.
.
.
.
.
.
En Egipto los egipcios sabían que era peligroso salir en la noche ya que no tenían la protección del Dios Ra pero otros egipcios salían con amuletos protectores o a veces seria mejor estar en el hogar protegidos por los Dioses.
Pero un egipcio no deseaba la protección de los Dioses y de ningún amuleto para que le protegiera en la noche. Esa noche tan fría se podía ver y escuchar una mujer llorando camino hacia el rio del Nilo mientras recordaba que era una mujer maldita y que nunca iba a dar un hijo. Entro al rio poco a poco, ya no podía mas con ese dolor que sentía de nunca iba a tener un hijo, ya estando por sumergirse fue cuando escucho un grito que reconoció perfectamente que reacciono rápido viendo como todo su cuerpo estaba en el agua que es lo que estaba pasando por su cabeza como podía hacer esto atacando su propia vida y todo los recuerdos mas felices y hermosos llegaron a pasar por su cabeza y ahí comprendió que ella no era una mujer maldita.
.
.
.
.
.
Moisés corría en busca de su padre necesitaba saber que es lo que pasaba con su madre, necesitaba urgentemente saber el motivo del escandalo que ocurría en el palacio cuando llego al Harem ahí estaba su padre hablando con el rey Seti y la Reina Tuya.
-Todavia nada.- dijo un preocupado rey Seti.
-No mi señor, no esta en nuestra cuarto y en el jardín, envié guardias y criadas a buscaran en todo el palacio pero no ahí señales de ella.- informo Disebek a los reyes que se preocuparon mas de lo que ya están como su hija podía salir en la noche sin la protección de los dioses.
-Parece que nuestra hija no quiere salir con protección Tuya.- dijo viendo a su mujer llorando de preocupación y miedo que algo le pase a su hija. Seti ordeno que buscaran fuera del palacio y no le importa el bienestar de sus guardias solo le importa que su hija de encontraba bien.
Moisés detrás de unas macetas escucho que su madre esta desaparecida y nadie podía encontrarla, su madre se fue dejándole solo que ya no lo quería o que. Su madre ya no lo amaba.
Moisés
Moisés comenzó a girar para ver quien lo llamaba pero no había nadie detrás de el. Ya estaba alucinando o que. Cuando comenzó escuchar esa misma voz de nuevo.
Moisés
De donde provenía esa voz tan grave que asustaba un poco. Cuando alguien le topo su hombro sobresalto tenia tanto miedo darse la vuelta, capaz que era un fantasma o los dioses que vinieron a....
-Moisés te encuentras bien.- esa voz le reconocía muy bien de quien era.- Moisés.
-Ramsés me asustaste.- dijo poniendo su mano en donde su corazón, su hermano casi le envía al mas allá.
-No era mi intención asustarte Moisés.- se disculpo mientras menor se calmaba del susto que le dio. Cuando el menor le iba a decirle algo escucho otra vez esa voz pero ahora se escuchaba un poco lejos, que pregunto a Ramsés si escuchaba esa voz. Pero este le respondió que no escuchaba ninguna voz, el menor le hizo raro que el si escuchara pero Ramsés no, cuando iba dejarlo pasar, esa voz susurro de nuevo pero estaba no dijo su nombre sino nombro al Rio Nilo.
Que tenia que ver el rio Nilo. No sabia porque. Pero hizo caso a la voz y fue al rio Nilo.
-Tengo que ir al rio Nilo.- dijo pero alguien le detuvo su caminata tomando su mano.
-No voy permitir que salgas a estas horas Moisés.
El sabia que era peligroso salir de noche sin la protección de los dioses, algo decía que tenia que ir al rio Nilo si no seria demasiado tarde pero viendo que Ramsés no le iba dejar que tuvo que usar su arma secreta.
-SERPIENTE.- grito tan fuerte que hasta despertó a todo el palacio pero aun así logro su cometido. Ramsés cuando escucho ese nombre, soltó la mano del menor y este aprovecho esa oportunidad para salir corriendo hacia al rio Nilo mientras Ramsés comenzó a buscar donde estaba esa serpiente, le tenia tanto miedo y asco a esas que se rastreaban en el suelo, cuando reviso por todos lado no había ninguna serpiente. Que raro pensó el heredero cuándo algo hizo clic en su cabeza dándose cuenta que el menor le mintió y que se salió con la suya. Siempre tenia que caer en sus trampas y mentiras.
-Ramsés que haces despierto a estas horas.- escucho la voz tan grave de su padre detrás de su espalda.
-Pa-Padre.....-se giro mirando a un rey serio y enojado. Sabia bien que estaba en serios problemas.
-Ramsés que haces despierto.- pregunto su madre.
-Pues...pues...yo....
-¿Dónde está Moisés? Ramsés.- miro alrededor en busca de su hijo pero sin rastro de el.- acabe de escuchar la voz de mi hijo.- dijo el general.
Ahora si estaba en serio problemas. Como iba a decir que el menor salió de noche sin la protección de los dioses al rio Nilo.
Mientras el menor estaba llegando al rio Nilo aunque teniendo miedo puedo llegar cuando vio una sombra en el agua que se adentraba mas adentro, no sabia porque pero en su corazonada decía que esa persona era su madre así que grito.
-MAMI...MAMA...NO ME DEJES.....NO ME ABANDONES.-grito entrando al rio.
-Moisés- la princesa se detuvo comprendiendo de lo que estaba por hacer mirando donde estaba parada y de que estaba por hacer cuando escucho un chapoteo que giro viendo como su hijo le estaba siguiendo y gritándole que no lo deje y no lo abandone. En ese momento supo que los dioses nunca la abandonaron en ningún momento, ya que ellos fueron que le enviaron a Moisés, su hijo mas querido para que no sufriera. Saliendo del rio fue abrazado por su hijo y pidiéndole disculpas por casi intentar abandonarlo mientras Moisés lloraba en los brazos de su madre pidiéndole que nunca le abandonara.
-Moisés, mi niño perdóname mucho, perdóname.- pidió Henutmire abrazando a su hijo calmando las lágrimas que derramaba por culpa de ella.
La vida es dura lleno de dolor y sufrimiento pero siempre habrá alguien que te ayudar a levantarte o sacarse de esa gran oscuridad y soledad que estas.
Continuará.......
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top