Capitulo II

-Ne-fer-ta-ri...-deletreó Yunet mirando a su hija recién nacida.- que linda es nuestra hija.- le dijo a su esposo Paser que acariciaba la mejilla de la bebé.

-Hermosa como la diosa Isis.- respondió Paser.

-Yunet amiga.- llamó la princesa acercándose a su cierva.- estaba ansiosa por conocer a tu hija. Y estos regalos es para ella.- le indico unos regalos que eran traídos por unas ciervas.

-Regalos, digno de una princesa. Gracias princesa.- agradeció Yunet.

-Señora no debía molestarse.- dijo Paser.

-No es nada, es un placer para mí, me encantará mimar a nuestra princesita. Déjame verla.- dijo acariciando la mejilla de la bebé.- es muy hermosa, que los dioses la favorezcan en todo. Pueda cargarla.- preguntó a la madre de la bebé que asintió entregándola.

La princesa la tomo entre sus brazos a la bebé acercándose donde su esposo Disebek estaba que tenía a marcado a Moisés de 1 año.

Su esposo Disebek no estaba de acuerdo con la princesa Henutmire que haya adoptado al bebé hebreo como su hijo pero con el tiempo se resigno y acepto al bebé hebreo como su hijo, ya que con los días y meses a lado de Moisés cuidándole y protegiéndole se encariño completamente de Moisés, su hijo. Que decidió adoptarlo y nunca abandonarlo.

-Es tú prima también mi amor, es adorable como Moisés.- dijo la princesa.

-Si cariño.-respondió.- Felicidades a ambos.- felicito a la pareja.

-Por que no lo tomas entre tus brazos primo.- dijo Yunet.

-No gracias. Prefiero tener entre mis brazos a mi hijo Moisés.- dijo Disebek sabiendo a donde iba Yunet con esa pregunta.

-Que es eso cariño, será mejor que te acostumbres a dejar un poco de espacio libre para nuestro segundo hijo.- explico la princesa.

-El rey está muy ansioso por tener un segundo nieto.- primer nieto.- pensó Paser, ya que en verdad el rey Seti estaba esperando su primer nieto, no el segundo, ya que nunca iba a aceptar a Moisés como su nieto.

-Dentro de algunas lunas el deseo del rey será realizado.- dijo Henutmire mientras entregaba la bebé a Yunet.

-No me diga que...

-Si estoy embarazada, no es maravilloso.- tomó a Moisés de los brazos de su esposo.- tendrás un hermanito Moisés.- dijo a su hijo que comenzó a sonreír haciendo feliz a la pareja.

Pero cierta mujer no estaba para nada feliz.

.....♡.....

Yunet con su hija en brazos miraba como la pareja se daban amor y cariño. Y eso le ponía molesta y celosa. No sabía que le vio a esa mujer, Disebek. Ella era hermosa como la diosa Isis pero la princesa solo era una mujer sin importancia.

-Como están las dos.- le preguntó a su cierva.

-Muy bien, no Nefertari, estamos tomando un poco de sol.- le respondió a la princesa.

-Que bien, disfruten. Te aviso que voy a salir con mi marido y con mi hijo Moisés.- informo.

-Salir. A donde.

-Me invito a salir a dar un paseo, va a pasar el día conmigo y con nuestro hijo.

-Que bueno.

-Cuando se enteró que iba ser padre de nuevo, cada día está más enamorado.- confesó feliz.

-Diviértase señora.

-Gracias...- se despidió yendo donde estaba su esposo y Moisés.

En el río Nilo se puede ver a una pareja feliz nadando y jugando con su hijo.

-Agradezco a los dioses por haberme dado un marido a quién amar y a un hijo tan hermoso.- dijo viendo como Moisés jugaba con la arena.

-Y yo por darme a una princesa bella y encantadora y a un hijo maravilloso.- confesó dándole un beso en la frente a su hijo.- quiero hacerles muy Felices, a ti y a Moisés.

-Ya lo haces mi amor.- lo besa.

Mientras Moisés miraba como sus dos padres soltaban un aroma tan dulce. Era tan cálida. Eso significa que sus padres se amaban mucho y eran felices. Era muy feliz a lado de ellos.

En el palacio se podía ver una mujer invirtiendo en un recipiente unos líquidos y polvos en un plato mientras ponía unos ingredientes más hasta mezclarlos completamente. Teniendo todo listo tomo el recipiente entre sus manos acercándola para olerla, así sabiendo de lo que estaba preparando estaba perfectamente listo.

.....♡.....

En la harem del rey se podía ver unas tantas mujeres de un lado a otro felices conversando o maquillándose.

-Mira ese caballito Moisés.- dijo con su hijo en brazos. Y como Ramsés que estaba jugando con Nefertari que era cargada por una cierva, dejaba de jugar con ella y se acercaba con un caballito de madera en las manos hacia Moisés.- Epa, epa, epa, cuidado Ramsés, ten cuidado con Moisés, sé cariñoso con él.- le regaño a su hermano. Pero Ramsés no le hizo caso que dejo el caballito en el suelo tomando la mano de Moisés haciendo así sonreír al pequeño y a Henutmire.

-Ramsés es tan cariñoso solo con Moisés.- dijo la reina mirando como Nefertari se ponía triste que Ramsés se haya ido a jugar con Moisés y no con ella.

-Creo que Moisés también.- miro como Ramsés no soltaba la mano de Moisés.

En eso Yunet venia con unos ciervos trayendo unas bandejas que dejaron en unas mesas y se marcharon.

-Ordene que prepararán una comida nutritiva, al fin de cuentas la princesa debe alimentarse muy bien.- dijo Yunet.

-Mi dama piensa en todo, ya me estaba muriendo de hambre.- dijo queriendo pararse pero Yunet no le permitió.

-Descuide princesa, yo le sirvo.- dijo yendo donde estaban las bandejas. Viendo a todos lados saco un frasco pequeño de sus ropas, vertiendo unas cuantas gotas en la copa, tomando la jarra vertió el jugo en la copa donde vertió cierto líquido, así entregándole la copa a la princesa.

-jugo de granada, su favorita princesa.- dijo.

La princesa tomo la copa tomando todo el contenido.

-Que delicia.- dijo la princesa saboreando el sabor de su jugo favorito mientras era observado por su dama que tenía una gran sonrisa en sus labios.

La princesa terminando su jugo dejo la copa en la mesa y comenzó a jugar con su hijo Moisés y su hermano Ramsés. Con el tiempo los dos niños quedaron dormidos juntos en la misma cama. Ya que cuando iban a llevar a Ramsés a su propia cama comenzó a llorar que hizo despertar a Moisés y Nefertari- y que está era llevada por una criada afuera para calmarla- y con la poco paciencia que tenía la reina Tuya dejo que su hijo Ramsés durmiera con Moisés, así calmando los lloriqueos de los dos niños.

La reina no sabía por que se comportaba así su hijo Ramsés con Moisés, que tenía este niño. Cuando Moisés iba a un lugar Ramsés iba también, si Moisés dormía en los aposentos de la su hija Henutmire, Ramsés también quería. Donde quiera, a donde valla o lo que hace Moisés también Ramsés hace o quiere hacerlo. No entendía a su hijo. Solo con Moisés era cariñoso y amable. Cuando le presentaron a Nefertari, Ramsés no se inmuto a verla o a conocerla. Lo que más le importaba ver y conocer era solo a Moisés. Solo a el.

Solo puede implorar o orar a los dioses que su loco pensamiento no se haga realidad.

En los aposentos de la princesa se podía ver a una Henutmire cansada por jugar y calmar los lloriqueos de su hijo Moisés y de su hermanito Ramsés.

-Me siento muy cansada.- dijo una muy cansada Henutmire.

-Así son los embarazos señora, venga recuéstese mientras le preparó su baño.- dijo Yunet ayudando a costar a la princesa en la cama cuando escucho una queja de dolor.- que tiene...-pregunto con fingida preocupación.

-Solo fue un cólico repentino....¡Aah!.- grito llevándose la mano donde venía el dolor, a su vientre.- que dolor...aahh.

-Calme, calme mi señora voy a buscar un vaso de agua.- camino hacia la salida.

-Por Isis, que está sucediendo.- dijo viendo su vestido manchado de sangre.

.....♡.....

-Perdió el bebé, estás segura.- quiso saber si era verdad de su amada hija.

-Desafortunadamente, una tragedia.- dijo la reina.

-Y ella como está.

-Pésima pobrecita, ya le pedí al sacerdote Paser que se ocupe de ella.- dijo mientras el rey estaba devastado. Perdió a su primer nieto. Por que los dioses le hacen esto.

En los aposentos de la princesa, Henutmire era revisado por el sacerdote.

-Se pondrá bien señor, no se preocupe.-afirmó el sacerdote.

-Que hizo para que perdiera al bebé.- preguntó Disebek al sacerdote.

-No es posible saberlo, talvez la diosa Sehmet no permitió que el embarazo se desarrollara, eso sucede a veces.- respondió.- bueno la princesa ya fue medicada y debe descansar, cualquier cosa mandé llamarme inmediatamente.- dijo retirándose de los aposentos.- nos vamos.- dijo viendo como su esposa no la acompañaba

-Me voy a quedar un poco más con mi primo, te veo más tarde.-.respondió Yunet.

-Está bien.- se retiro dejando solos a Disebek y Yunet mientras la princesa dormía.

-Me cuesta entender el motivo de tú preocupación.- le reclamo a Disebek.

-Para con eso Yunet, Henutmire puede despertar.- le contestó rezando que la princesa no se vaya a despertar con los gritos que hacia la mujer.

-Eso lo que más te importa, ¿y no va a despertar pronto?.

-A veces llegas a cansarme. Déjame en paz.- le dijo pero Yunet no lo iba a dejar.

-Nuestra hija nació y a ti no te importo, ni siquiera la volteaste a ver, de hecho solo te importa ese sucio hebreo que dices que es tú hijo.- dijo enojando a Disebek.

-No te atrevas hablarle así a mi hijo, Yunet.- reclamó, no iba a dejar que le insulte a su hijo Moisés.

-Él no es tu hijo, sino Nefertari.- exclamo camino hacia la salida pero se detuvo.- puedes divertirte o lo que quieras con esa infeliz y tú escuincle hijo.- se marcho.

.....♡.....

Disebek no sabía por que, pero se levantó cuando sintió unos golpes en su carita.

-¿Que?. Que pasa Moisés.- dijo un poco adormilado mientras se fregaba los ojos para que se fuera el sueño.- que pasa Moisés.

Moisés con sus manitas apunto donde estaba una mujer sentada y Disebek miro donde apuntaba su hijo. Viendo así a su esposa abrazando las piernas sentada en un sillón, soltando unos hipidos. Y que el aroma de la princesa era de tristeza.

Y eso le ponía molesto y incomodo a Moisés. Ya que era demasiado amargo.

-Cariño que haces ahí.- se bajo de la cama acercándose a su esposa.- oye...no estés así.- dijo consolándola.

-Discúlpame Disebek...lo siento mucho.- se disculpó.

-Ey...no debes disculparte mi amor. Eres una mujer linda y una joven fértil.- acarició la mejilla de la mujer limpiando así las lágrimas.- pronto lo intentaremos de nuevo y tendremos un hijo.- le sonrió.

-Eso es lo que más quiero.- dijo calmándose.

-No tendremos sólo un hijo, tendremos varios, quiero llenar este palacio de niños.- confesó abrazando a su mujer que ella le correspondió con una sonrisa.

-Ma...ma...mamá...- balbuceo Moisés llamando así a la pareja que se separaron.

-Lo escuchaste, Disebek, me dijo mamá.- se separó de su esposo yendo donde Moisés.- si mi niño, soy tú mamá.- soltó su aroma pero no amargas sino su aroma que es. Olor a violetas.

-Solo falta que me diga papá, no es así Moisés. Di papá, pa...pá.- deletreó Disebek.

Moisés le quedo viendo un momento cuando balbuceo.

-Pa....pá....papá....- llamó poniendo así feliz a la pareja.

-Eso Moisés.- felicito Disebek besando la frente de su hijo.



Una simple palabra hace feliz a las parejas.




Continuará.....

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