Plan Macabro
Templin...
El reloj marcaba las 7:30 de la mañana, no dormí bien, tuve una pesadilla horrible en la que la mano de alguien del cual no podía ver su cara, me arrebataba a Martín. Yo caía al suelo y mis fuerzas me abandonaban, lloraba al escuchar la voz de mi hijo pidiéndome ayuda y yo ahí tirada en el suelo sin poder moverme, en el momento que quise levantarme desperté del sueño, estaba bañada en lágrimas y sudor.
Así mismo como un torbellino, fui a toda prisa a la habitación de mi niño, pero éste dormía plácidamente. Fué solo un sueño; era lo único que me reconfortaba y tranquilizaba. Rara vez los sueños se hacen realidad, pensé.
Me dí un buen baño de agua fría, me alisto con ropa para el frío; era el primer día de reyes, tengo que ir a la dulcería y dejar a Martín con mi tía. Antes de partir, voy a ver a mi hijo, estaba aún dormido, entonces con cuidado me acerco a él, y me despido con un beso en la frente; luego, decido pasar por la habitación de mi tía en el primer piso, pero pero ella, viene hacia mi.
- Buenos días tía, ¿como amaneciste?
- Buenos días mi niña, estoy bastante bien- me dice- ¿Ya te vas a la dulceria?
- Si tía, el desayuno está listo en la mesa, Martín todavía duerme, lo dejaré contigo hoy-le digo- Otra cosa tía, por favor cuídense mucho y no le abras la puerta a extraños.
- ¿Porqué lo dices querida? ¿Qué sucede?
- No, Nada, es que anoche tuve una pesadilla, pero tranquila, fué solo un sueño.
- Entiendo, ¿ Podrías contarme?
- Luego te cuento Tía, debo irme, ya es tarde.
- Ok mi hija, ve con Dios, recuerda que te quiero mucho.
- Si tía lo se, igual te quiero, cuídate mucho.
Con esas últimas palabras salí de nuestra casa, rumbo hacia la dulcería, donde Julia seguro me esperaba.
Raúl
La vida en ciertas ocaciones nos da oportunidades que debemos aprovechar; y, esta es la mía; he estado esperando una por mucho tiempo, necesito ver a mi hijo; se que he cometido muchos errores; el principal fué negar a mi hijo, pero estoy arrepentido. He pedido una oportunidad pero Jade no quiere dármela.
Me siento tan culpable. He causado tanto daño a mi hijo al no tener un padre cerca como los otros niños. Quiero compensarlo por lo que he hecho y deseo estar con él.
Por varios días he estado cerca de su casa y de la dulcería, me he conformado con verlo de lejos, pero ya no puedo más, ya es hora de que mi hijo sepa que soy su padre y que lo quiero deseo pasar tiempo con él.
Hoy dejó al niño con su tía, es mi momento de actuar. Voy a acercarme a la casa y a tocar la puerta, cuando me abra, entraré, y en un descuido me llevaré a mi hijo, lo juro, ella no lo volverá a ver.
Minutos más tarde...
- Tok- tok- tok- Le doy tres toques a la puerta.
Me abre la puerta un niño de unos seis o siete años, era muy lindo, con unos grandes ojos azules, me mira sonriente y me dice...
- Buenos días Señor, ¿quién es usted?
- Hola niño ¿Eres el hijo de Jade? ¿cómo te llamas?
- Si, ella es mi madre, me llamo Martín- me dice- Y usted ¿quién es?
- Soy Raúl, soy amigo de tu madre, tengo que decirte algo, ¿Puedo pasar?
- Espere, tengo que preguntarle a mi tía- El niño cierra la puerta y se aleja a toda prisa llamando a su tía.
- Tía, tía, aquí hay un señor que dice que es amigo de mami y quiere entrar- le dice a su tía.
Escucho pasos que se acercan a la puerta en el interior de la casa. Se abre la puerta.
- Buenos días, ¿quién es usted? ¿Qué desea?
- Hola Lucia, ¿no me recuerdas? Soy Raúl, el padre de Martín.
- ¿Raúl? ¿Qué haces aquí? Vete ahora mismo.
- No me iré, quiero ver y estar con mi hijo.
- ¿Hijo? ¿tienes un hijo?-me dice- Estás equivocado, no es aquí.
- Martín es mi hijo y tiene que saber que yo soy su padre.
- Cállate Raúl y vete ahora, él no te necesita.
- Quieras o no, voy a ver a mi hijo Lucía, quítate de mi camino-la empujo y entro.
- Martín, ven aquí, tengo algo que decirte
- Martín ve a tu habitación y cierra la puerta.
El niño corre hacia la habitación, lo veo asustado, pero aun así, decido decirle la verdad.
- ¡Martín!-el niño se para justo antes de llegar a la puerta- Soy tu padre.
El niño se da vuelta lentamente, y pude ver como sus ojos se llenan de lágrimas y comienza con fuertes hipidos.
- ¿Papá? ¿Eres mi padre?
- Si, hijo mío, yo soy ¿quieres ir conmigo a ver a tu madre?
- No, yo no te conozco- me dice- Mami no quiere que hable con extraños.
- Yo no soy un extraño, soy tu padre, vamos, se dónde está la dulcería, quiero darte un helado.
Tomo la mano del niño antes que pueda hacer o decir algo.
- No te lo lleves Raúl, por favor- Me gritó Lucía.
El niño empezó a llorar.
- ¡No quiero ir, no quiero, quiero a mi mami!- gritaba.
Lo subí a mi auto, detrás de mi podía ver a Lucía correr y gritar...
- ¡No te lo lleves Raúl, no te lo lleves!
Me alejé con mi hijo, ahora me tocaba a mi tenerlo. Pero Martín no dejaba de llorar.
- No llores Martín, soy tu padre de verdad-le dije- Solo quiero estar contigo.
- Pero no te conozco-Me dice lloroso- Señor, quiero a mi Mamita por favor.
- Lo siento Martín, lo siento.
Fué todo lo que pude decirle, en realidad m dolía hacer eso, solo quería estar con él, y a la buena había intentado todo, pero Jade no me lo permitió.
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Fin del capítulo.
Espero les guste el capítulo, pueden comentar y darle me gusta.
¿Qué sucederá con Martín?
¿Jade volverá a verlo?
No se pierda el próximo capítulo, donde todo podrá resolverse.
Muchas gracias.
Les quiero, besos robados.
Aini_m.
Nota: Disculpen la tardanza, tengo problemas tecnológicos.
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