Desesperación
Jade...
Después de terminar una serie de dulces de chocolate y almendra, me senté en el mostrador de la dulcería, miro por la ventana. Hace mucho frío, todavía la nieve inunda las calles. Julia había pedido permiso para hacer algo personal. Me siento, rara, como un mal presentimiento . A la vez, mi mente recuerda a René y su hija Ketleen; que se habían ido hace una semana.
He estado esperando noticias de ellos, pero no he recibido nada. Estoy empezando a preocuparme. ¿Estarán bien? ¿Dónde estarán? bueno, iban para su casa. Recuerdo el día en que René y Ketleen se fueron, dijeron que volverían. Pero no me han llamado, ni un mensaje, ni nada. Solo espero que estén bien.
Me levanto del mostrador y camino hacia la puerta. Miro hacia la calle, pocas personas transitan por ella. Volví a entrar en la dulcería, me voy directo a la cosina para prepararme un chocolate caliente.
De pronto, escucho el sonido de la puerta abrirse con fuerza. Salgo para ver quién había entrado con tal exasperación. Era mi tía, estaba pálida y con los ojos desorbitados.
- ¿Tía, qué pasa?- Le pregunto.
- ¡Jade, tu hijo!- Me dice, con voz ahogada- ¡Ha sido secuestrado!
Me quedé paralizada. No podía creer lo que estaba escuchando.
-¿Qué dices Tía?- Le pregunto, mi voz a pena se escucha.
- ¡Es verdad!- dice -¡El padre de tu hijo se lo ha llevado!
Sentí como si el mundo se me viniera encima. No podía respirar.
- ¿Cómo es posible?- Le pregunto- ¿Por qué?
- No lo sé, pero ha pasado, le dijo a Martín que era su padre. - ¡Tienes que hacer algo!
Le dije que sí, todavía en estado de shock, a penas podía moverme.
- Voy a llamar a la policía.
Entré a la cocina y llamé a la policía. Les conté lo que había pasado. Los policías me dijeron que iban a enviar una patrulla inmediatamente, todos en el pueblo me conocían y sabían que yo no estaba jugando.
Colgué el teléfono y miré a mi tía, estaba desesperada.
- ¿A dónde se lo habrá llevado?-Pensé y dije sin más; se que mi tía no podría saberlo.
- No sé Jade; Pero lo averiguaremos, con la ayuda de la policía claro.
Nos sentamos en el sofá, esperando a la policía. Mi tía estaba temblando de miedo. No podía creer que Raúl secuestró a Martín.
Al cabo de unos minutos, llegó la policía. Los agentes hablaron con nosotros. Nos tomaron la declaración y nos dijeron que iban a investigar el caso.
- Vamos a hacer todo lo posible para encontrar a su hijo- Me dijo uno de los agentes.
Después llegó Julia asustada por ver a la policía frente a la dulcería. Mi tía le contó lo que había pasado; se me fué el habla, me siento sin fuerzas, mis nervios me traicionan y solo las lágrimas salen como torrentes de agua sobre mi rostro. No puedo creer que esto me esté pasando.
Al cabo de unas horas, la policía vuelve a llamar. Han encontrado el coche de Raúl. Estaba aparcado en un descampado, a las afueras de Templin.
Los agentes registraron el coche, pero no encontraron a Martín.
- Esto no es bueno- dijo uno de los agentes- Significa que el padre de su hijo se ha preparado bien.
No sabíamos qué hacer.
- No voy a dejar que se lleve a mi hijo- le dije- Lo voy a encontrar.
Mi tía y yo, decidimos ir a la policía. Querían saber qué estaban haciendo para encontrar a mi hijo. Julia se quedó en la dulcería.
En la comisaría, hablamos con el inspector jefe. El nos dijo que la policía estaba investigando todas las posibilidades.
- Estamos siguiendo varias pistas- Me dice- No se preocupe Jade, no vamos a parar hasta encontrar a su hijo.
- Está bien, muchas gracias inspector.
Salimos de la comisaría. Pero en realidad estoy desesperada. Pero no me voy a quedar de brazos cruzados. Tengo que hacer algo para encontrar a mi hijo.
Llego nuevamente a la dulcería, envío a mi tía a casa por si acaso recibe alguna noticia, cuando entro...
¡Qué Sorpresa!
- ¡René! ¿Qué haces aquí?
- Mi querida Jade, llegué hace algunas horas y decidí venir a verte, pero me encuentro con ésto- Me dice- Ya Julia me explicó lo que ha pasado. Lo siento mucho cariño ¿Cómo pudo? ¿Porqué ese tipo hizo algo así?
- Yo.....sé porqué lo hizo- Las lágrimas salían sin poderlas detener- No quise darle otra oportunidad, es mi culpa; pero, él no quería a Martín, dijo que no era su hijo.
René se acerca y me abraza. Lo hace con fuerza, como si quisiera protegerme de todo el mundo. Siento sus brazos alrededor de mí y me siento un poco mejor.
- Está bien- me dice- Estoy aquí para ti.
Me quedo llorando en sus brazos durante un rato. No puedo parar. Cuando finalmente me calmo, René me lleva a una mesa y me siento.
- Cuéntame todo- me dice.
Entonces, le cuento toda la historia hasta el secuestro. René escuchó con atención. Cuando termino, me mira a los ojos.
- No te preocupes, lo vamos a encontrar.
Me sentí un poco mejor al escucharlo decir eso.
- Gracias- le digo- Gracias por estar aquí.
René sonríe con esa sonrisa que hace derretir a cualquiera y que a la vez puede aliviar cualquier dolor.
- Siempre estaré aquí para ti, Jade.
Me abraza de nuevo. Esta vez, también lo abrazo.
Sé que todavía tengo un largo camino por delante, pero también tengo la sensación de que no estoy sola. Ahora cuento con René a mi lado. Él, se puso a investigar por su cuenta. Empezó por hablar con los amigos y familiares de Raúl. También revisó las redes sociales, buscando pistas. Resultó que Raúl, trabaja en uno de sus hoteles el Bélgica. René, está decidido a encontrar a mi hijo. y eso me reconforta y me da esperanzas.
- Gracias por estar aquí conmigo René.
- De ahora en adelante, siempre lo estaré- Me dice y me acaricia las mejillas- Jade, te quiero.
- Yo también te quiero...
Continuamos sentados uno al lado del otro con la esperanza de recibir una buena noticia de mi Martín, mi regalo del cielo.
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Fin del capítulo.
¿Continuaremos sin saber, qué pasará con Martín? No te preocupes, lo sabrás en el próximo capítulo.
Espero tus comentarios y un me gusta de tu parte....
Les quiero. Besos robados.
Aini_m
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