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Capítulo 6; Aleska significa elegancia.


—Estoy aburridaaaa.— Dijo tirándose en la carpeta.

—Que novedad.— Dijo sarcástico apoyando su cabeza en su mano izquierda, viendola.

—Ja ja.— Contestó con la cara oculta entre sus brazos.

—Hoy tenemos una clase especial con All Migth...— Miró al frente, viendo el desorden de sus compañeros.— Supuestamente.— Volvió a verla, aunque seguía en la misma posición.

—¿Por qué vendría? — Preguntó intrigada.

—Después del incidente con los villanos y la clase 1-A decidieron que todos debían tener al menos una clase con él. — Explicó.

—Ojalá no venga.— Bostezó, levantando la cara.— No tengo ganas de hacer nada.— Dijo echándose de tal manera que pudiese ver a su compañero.

—Somos la clase olvidada... No me sorprendería que lo olvide o no le dieran ganas de venir. —

—Que poca fe.— Le dijo con una sonrisa.

—Sólo es la verdad.— Bufó molesto.

—¿Y para qué va a venir supuestamente? — Preguntó interesada.

—Para ver nuestras singularidades.—

—Agh, ahora menos quiero que venga.— Dijo volviendo a ocultar su cabeza.

El chico la miró con curiosidad.— ¿Por qué?— Se aventuró. — Lo entendería si tuvieses una singularidad como la mía, pero... —

—No me gusta que la gente me vea sólo por mi kousei...— Dijo sacando un poco su cara de entre sus brazos.

El chico se sorprendió, nunca habia visto esa faceta en la castaña, ni siquiera habría pensado en como se vería siendo tímida. — Pero tu singularidad es genial, digna de un héroe.— La halagó, ella volvió a esconder su cara.

—Lo sé, pero...— Dijo sin sacar su cara. —Yo... Yo no sé si en verdad quiero ser héroe... — Dijo con la voz temblorosa.— Mi primera opción era ser modelo y cantante... Tal vez hasta actriz... Quiero cambiar los estereotipos de belleza... Es por eso que mi cabello es corto.— Tartamudeó un poco al ser la primera vez que se lo decía a alguien.— Quiero que la gente piense en elegancia y belleza cuando escuchen mi nombre...—

El de ojeras se quedó estupefacto, no entendía el porqué.— Que ironía... — Dijo riendo secamente sobandose la cara con su mano en señal de frustración. — Y lo que yo más quiero es ser un héroe, y gente afortunada como tú no lo quiere... — Sonrió burlesco.

La chica había visto esa expresión en su rostro, junto con esas palabras, le había dolido, creyó que él lo entendería, pero no, sintió sus ojos arder.— Gente como yo...— Repitió con asco sus palabras.— ¿Cómo es la gente como yo?— Dijo con una mirada de odio.

El chico se quedó pálido, lo había arruinado, ella había estado apoyándolo desde el primer momento, llenándolo con palabras de aliento, ella no se merecía el trato que le había dado.— Aleska, yo no...— Trató de decir algo, pero no podía.

—¡Pasando por la puerta como una persona normal!— Escucharon la voz del signo de la paz, pero no apartaron sus miradas.

—Claro...— Quitó su vista de él, poniéndola en el cuaderno de su carpeta.— Fue mi error por creer que entenderías... — Dijo con una sonrisa cansada.

El chico no dijo nada más, sólo apartó su vista hacia la pizarra, donde el héroe les explicaba lo que iban a hacer.

Ahora estaban afuera con el traje de deporte, ambos no se miraban siquiera, algo que notaron sus demás compañeros.

Aresuka.— La llamó una compañera. — ¿Estás bien?— Dijo preocupada.

—Sí.— Le dijo sonriendo. —

—Sé que no me incumbe, pero...— Dudó por unos segundos. — ¿Te has peleado con Shinsou-san?—

—Algo así. — Dijo sin saber que responder.— Pero no te preocupes, no es nada grave.— Trató de olvidar el tema.

—Ojalá se amisten pronto.— Le dio una sonrisa.— Ustedes dos se ven felices cuando están juntos.— La castaña sonrió incómoda.

—Estaré bien.— Le dijo para que se fuera. Lo cual hizo, ella suspiró, «¿Desde cuando me volví una sufrida» pensó con burla, «Ahora falta que me ponga a cantar esas canciones para las perras básicas y sufridas» no pudo evitar reír por eso.— Ay, ni en estos momentos puedo mantenerme enojada...—Suspiró. — De verdad adoro a ese chico...— Susurró para si misma, viéndolo.

¡Se iba a disculpar!

Iba a llamarlo, pero la voz del héroe se lo impidió. — Para decidir quienes pelearán contra quien, ¡Lo dejaremos en un sorteo!— Gritó con una bolsa llena de papelitos.— Quienes tengan los mismo números tendrán que pelear entre sí. — Explicó.

La chica se acercó para tomar uno, luego el chico, por suerte no les había tocado juntos.

Chale.— Dijo con burla viendo su papel.

—¿Quiénes tienen el número 1?— Preguntó el maestro.

La castaña y otro peli-negro levantaron su mano al mismo tiempo.

—¡Muy bien!— Les mostró la arena donde iban a pelear.— El que salga primero del círculo pierde.— Explicó.

—¡Vamos, Satoshi!— Gritaron sus compañeros, la singularidad del chico era ser capaz de sentir las vibraciones del suelo, muy útil al momento de predecir un terremoto. Pero, catalogado como inútil según el estándar de héroe promedio.

El de cabello morado observaba la situación, pero no se atrevía a darle animos a su amiga, aún se sentía avergonzado por como la había tratado antes.

—¡Empiecen!— Gritó el rubio, dando por inicio al combate.

El cual no duró ni tres segundos, pues el chico ya había sido lanzado fuera del círculo. Y sin que la chica moviera un solo músculo.

Todos se quedaron en silencio.

—Listo.— Dijo fastidiada saliendo del círculo también.

—¿Eh?— Soltó asombrado por como habia pasado todo tan rápido.— B-Bueno la ganadora es la señorita.— Dijo incrédulo. Todos observaron intrigados a la latina, quien sólo tenía las manos en los bolsillos y la mirada baja, no le gustaba ese tipo de atención.

Así pasaron los siguientes combates, algunos más interesantes que otros, hasta que llegó el turno del oji-lila.

—Oye, buena suerte, hagamos lo mejor que podamos, ¿Te parece?— Le dijo al chico del frente.

—Ah, muchas graci-...— No pudo continuar pues ya estaba bajo su control.

—¡Noo, Takumi, idiota!— Gritó de impotencia uno de sus amigos.

La castaña no pudo evitar reir.

—¡Comiencen!— Grito All Might. Aunque el ganador ya estaba decidido.

—Sal del circulo.— Ordenó Shinsou simple, quien lo obedeció.

—¡Increíble! — Gritó la castaña sin poder evitar sentir admiración hacia él, quien se sonrojó al escuchar las palabras de su amiga.

—¡Muy bien, hasta aquí terminamos!— Gritó el símbolo de la paz.— Tómense un descanso en lo que vuelvo.— Comentó acelerando el paso hasta irse.

Era lo bueno de estar en Estudios Generales, mucho tiempo libre.

—Oye, Shinsou.— Lo llamó la castaña un poco avergonzada.—¿Podemos hablar?— Dijo viendo a otra parte.

—C-Claro.— Titubeó. — Vamos a sentarnos en la sombra. — Señaló un árbol cercano. Ella lo siguió.

— Quería disculparme por como te traté más temprano.— Dijo ya sentada.

—El que debería disculparme soy yo.— Suspiró. — Siempre has estado apoyándome, es injusto que yo no lo haya hecho.— Dijo incómodo.

—Puede ser... Pero...— Se quedó en el aire.

—Creo que estaba celoso.— Rió nervioso.— Toda mi vida me han dicho que mi singularidad le iba mejor a un villano asi que...—

—Tienes razón, no podemos saber como nos sentimos porque nunca lo hemos vivido, pero...— Dudó un segundo. — No quiero que sea así, ¿Te puedo contar un poco acerca de mi?— Los ojos de la castaña brillaron.

Él la miró. — Claro que sí. — Le dio una sonrisa, ella no podía verlo a los ojos.— Prometo ser más comprensivo esta vez y sobre lo que dijiste antes... Yo creo que Aleska significa elegancia...— Dijo sonriendo. Ella tembló.

—Gracias.— Susurró conmovida. — Vengo de una familia de famosos, por decirlo asi.— Esperó un segundo.— Mi padre es dueño de una empresa de construcción, además de ser el CEO.— Comenzó.— También mi madre solía ser una actriz famosa, aunque ahora tiene un propio programa de televisión.— Lo vio.— Así que tenemos dinero.— Comentó incómoda.— Mi hermano mayor estudió Administración y mi hermana mayor está estudiando Ciencias de la Comunicación. —

—Ya veo.— Comentó simple.

—Hasta ahí va todo bien, pero... Les gusta meterse en escándalos. — Dijo sobándose su cara con frustración. — Desde que tengo memoria mi familia ha sido el centro de chismes, y en Latinoamerica aman el drama y el chisme.— Suspiró. — Principalmente mis hermanos, desde "ampays" con héroes famosos, hasta borracheras.— Se rió. — No digo que no sean buenos hermanos, pero...—

—Frente a los demás, no.— Ella asintió.

—Y mis padres aprovechaban la situación, sabían que podían hacer un negocio con eso, cuando yo nací mi hermano tenía 18 y mi hermana 16, en ese momento ya estaban en medio de la farándula. — Sonrió con nostalgia.— Además tenían un programa de reality donde filmaban la casa todo el rato.— Se rascó la cabeza.

—¿Reality?— Preguntó.

—Luego te lo explico.— Sonrió.— Cuando cumplí cinco años no pasó nada extraordinario, asi que pensaron que no tenía una singularidad. Pero no les importó, porque sabían que podían sacar provecho con algo más.— Suspiró. — Pero aunque no estaba completamente segura, sentía que sí tenía una y practicaba todo lo que podía... Para mi cumpleaños número 7, estaban grabando un capítulo especial en nuestra casa, supuestamente iban a quedarse hasta el día siguiente, que era mi cumpleaños y mostrar la linda familia que somos. Pero en medio de la madrugada unos ladrones entraron a nuestra casa.— El chico la interrumpió.

—¿Y tú donde estabas?— Dijo metido en la historia, haciendola reir.

—Yo estaba durmiendo en mi habitación cuando eso pasó, pero me dijeron que los estaban teniendo de rehenes para sacarles todo el dinero de la cuenta bancaria.— Se pasó una mano por su cabello.— Y bajé justó a la hora que supuestamente mis padres me iban a llevar a celebrar mi cumpleaños, aunque no entendía lo que pasaba, creí que era parte del show...— Se rió.

—Eras muy despistada de pequeña. — Bromeó.

—¡Cállate!— Rió. — Les dije a los ladrones que se fueran, pues quería celebrar mi cumpleaños, pero no me tomaban en serio, incluso se atrevieron a decir cosas feas sobre mi familia.— Sonrió al recordarlo. — Fue en ese momento que algo en mi chocó, y liberé todo mi poder.— Levantó sus manos.— Y les di una paliza.— Sonrió.

—Wow...—

—Aunque todo quedó grabado y el país entero vio lo que hice.— Se sonrojó. — Dijeron que había sido muy valiente, que tenía una singularidad increíble...— Suspiró. — Y así fue como el plan que tenían mis padres para mí, apareció.— Se tornó seria.— Volverme una heroína. — Dijo dándose un golpe a la frente.— Dejaron de llevarme a mis clases de modelaje incluso. — Infló las mejillas.

—¿Es por eso qué no quieres ser héroe? —

Ella lo pensó por unos segundos. — Sí... Seguro piensas que es algo tonto, pero mi familia crearía escándalos falsos solo para hacerme popular.— Llenó su pecho con aire.—¡Pero yo quiero hacerme popular por mis propios medios!— Sus ojos brillaron.— Volverme modelo poco a poco. — Lo miró directo a los ojos.— O idol como le dicen aquí.— Él asintió, comenzando a entender algunas cosas.

—¿Es por eso que no quisiste decir de donde eras cuando te presentaste?—

—Exacto.— Le guiñó un ojo.— Nací en México, pero me crié en Perú porque mis padres se mudaron allí cuando tenía 2 años ya que mi hermano salía con una peruana en ese entonces... Aunque al final nos quedamos ahí porque teníamos más fans.—

—¿En serio?—

—Sí, aunque tengo raíces de distintas partes. La familia de mi madre es muy variada. En cambio la de mi padre es más que nada sangre mexicana y española.— Sonrió.

—¿Tambien la gran cantidad de seguidores que tienes?—

—Tal vez, pero la mayoría los gané con mi esfuerzo.— Sonrió orgullosa.

—¿Y que hay de tu kousei?— Dudó. — Aún no tengo en claro que es.

—Se llama Telequinesis.— Dijo obvia.— Ya sabes, puedo mover objetos, gente con la mente. Tambien puedo volver a su estado original ciertas cosas, como un florero roto.—

—Oh, ya tenía una idea masomenos.— Dijo pensativo. — Excepto por lo último.

—Aunque mientras más lo use, más riesgo hay de que explote. — Dijo seria.

—¿Qué?—

—¡Vamos al salón! — Dijo señalando a los demás, quienes se dirigían al salón de clases.

—Claro, pero ¿Qué habias dicho antes?—

—¿Uh? No dije nada.—

—No te hagas, Aleska.—

—¡Lo dejaremos para el siguiente capítulo!—

—¿Capítulo? ¿A qué te refieres?—

—¡Si me atrapas te lo digo!— Comenzó a correr.— ¡Para algo me ha servido el gym!— Gritó celebrando.

—¡Oye, espera! — Gritó corriendo para seguirla.

Mientras sus compañeros miraban sonriendo como ambos venían corriendo. Definitivamente se veian felices cuando estaban juntos.

—¡Ya te tengo!— Gritó agarrando a la castaña, mientras jadeaba por haber corrido.

—¡Eh! ¡Sueltame!— Dijo riendo.— ¡Aiudaaa! Alo polisia?— Comenzó a hablar en español.

—¿Ahora ves lo que sufro?— Le dijo apretando su agarre. Ella río.

Definitivamente se querían mucho.



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