41

Capítulo 41; perfecta


Un día más en la vida de Aleska De La Cruz Quiñones, ese sería un buen título para definir todo lo que va de la mañana, miren, estamos apenas en la segunda clase y ya me quiero ir a mi casa, coño.

Tengo que descansar mis ojos, es que soy pendeja y así toda ciega estoy en la última fila, todo por ser alta chingadamadre.

¿Quién les manda al resto de mis compañeras a ser una preciosura de 1.60? No puedo.

Mi día sólo se alegra e ilumina con dos cosas, la primera es comida y la segunda es con mi novio chulo precioso.

Giré mi cabeza para ver a la chulada de novio que tengo, miren eso, su rostro parece tallado por los mismos ángeles, lo amo.

—¿Qué estás haciendo?— Me preguntó levantando una ceja.

Viendo lo que me voy a comer cuando salgamos de aquí.— Sonreí al saber que no me entendería.

Siguiendo con mi monólogo, ¿De qué más me puedo quejar? Al menos criticar me relaja un buen, eh.

Pinche vida aburrida he tenido desde hace unos 10 capítulos, no me pasa nada interesante, maldita sea.

Ya que estamos hablando de eso, me di cuenta hace un tiempo de que mi vida se había convertido en una especie de telenovela mexicana combinada con el guión de una niña de 12 años. O eso es la impresión que me da.

Todo empezó cuando llegué a Japón hace unos meses y que apenas unos días de estar aquí me haya ido de hocico contra el piso.

Dirán, ¿Ay y eso que tiene que ver? Pues vean que nunca antes me había caído en toda mi vida, y mucho menos de cara porque tengo un quirk mamadisimo que me permite anticiparme a lo que va a pasar, hmmm, ¿Será por eso?

O bien pueden ser los makis que le compré a una viejita que los vendía en una esquina, pero no lo creo.

Después de eso empezaron a pasar cosas que ni al cabo, marica.

Mis padres me llevaron a una cena con otra familia con la que me querían casar, ¿Disculpa? Después no aprobé el examen y mis padres pusieron un pavo en la mesa del rector para que me dieran otra oportunidad, y que el hámster dice que no es necesario y que incluso tengo otra oportunidad para entrar al curso de héroes, ¿No es eso muy conveniente? Y Luego me dijeron "sisi a la chingada ya estás bien grande así que vive sola", ah bueno te me cuidas pues.

Fue en ese momento que noté que me había vuelto una especie de rayita de un fanfic de wattpad.

Me dije, ah, no hay vaina, ¿Quien será el fuckboy que apostará mi virginidad, me va a enamorar y después romperá mi corazón? Un crikoso y sin futuro es super mi tipo.

Lo mejor que podía hacer era seguir la corriente y ver quien sería mi futuro marido, dueño de mi corazón.

Pero luego lo pensé bien y no era muy "macho muerto, abono pa mi huerto" de mi parte y estaba lista para volverme yo la fuckgirl y tener un pinche harem de la ptm.

Me duró como una semana cuando me di cuenta de mi compañero de carpeta, ojeroso y con cara de drogadicto, tal y como me gustaban.

Y es así como llegamos a esto, en una semana tendremos una especie de combate con la clase A y B tal como lo dijo el profesor Aizawa. Pero a este paso, ese día no llegará nunca, jaja.

—¡Al fin recreo!— Grité con euforia mientras levantaba los brazos y me estiraba.

Areska-san, ¿Puedes llevar esto al gimnasio?— Habló el profesor Sniper, no me enojo sólo porque es mi platónico, ah.

—Sí, profesor.— Recibí las carpetas que me había entregado, ¿Por qué quería que los llevara al gimnasio? Ni puta idea, no intenten encontrar la lógica.

—Gracias, tengo que irme rápido, el director Nezu me necesita para algo.— Sí, ya, chau.

—¿Necesitas ayuda?— Se me acercó Shinsou con la intención de tomar de la montaña de carpetas.

—No, gracias, tengo telekinesis, ¿Recuerdas?— Los objetos quedaron levitando en el espacio.— Pero se aprecia la intención.— Sonreí.

—Tienes razón, como sea, te espero en la cafetería entonces.— Se despidió mientras se iba.— Voy a llevar tu almuerzo de paso.—

—Adiós.— Comencé en mi misión de dejar esto en el gimnasio como en un RPG.

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La castaña entró en la cafetería, el ambiente ruidoso y alegre la recibió, buscando con la mirada a su pareja.

Caminó un poco, hasta que chocó con alguien que se había levantado abruptamente.

Oe, ten cuidado.— Su rostro giró hacia el causante.— ¿Kacchan?— Levantó una ceja.

—¡A-Areska-chan!— La cara de la castaña se volvió oscura.

Ugh, me dieron escalofríos.—

Areska-chan, lo siento mucho, n-no fue mi intención.— Se inclinó rápidamente y volvió a su lugar mirándola con ojos llorosos.

Guatafac.—

—¿Me perdonas?— Tomó su mano y sus mejillas se enrojecieron.— Prometo enmendar mi error, pero, no te enojes, por favor.—

—¿Es esto una especie de cámara oculta o algo por el estilo?— Miro a ambos lados.

—Oye, estúpido Kacchan, deja en paz a Aresuka-san, ¿No puedes ver que tu presencia le molesta?— Volvió su mirada a la imagen de un chico peli-verde con las piernas sobre la mesa.

—¡D-Deku no digas eso!— La voz temblorosa del rubio salió.

Sus ojos café viajaron de un chico a otro, ¿Katsuki era Izuku e Izuku era Katsuki?

—¿No pueden callarse? Trato de dormir aquí.— Ahora la voz floja del de lentes llamó su atención.

—Qué desagradables.— La voz irritada de Uraraka también llamó su atención.

Ahora Aleska tenía una idea de lo que estaba pasando, lo más probable era que sus personalidades se habían vuelto lo opuesto a lo que era.

—Bien, esperen, ¿Entonces dónde está Hitoshi?—

—¡Aleska!— Su pregunta fue respondida por el chico que la estaba abrazando cómodamente desde atrás.— Te extrañé mucho, ¿Dónde estabas?— Sus ojos le recordó a los de su perro allá en su rancho.

—¿Shinsou?— Cerró un poco los ojos por la brillante sonrisa que tenía.

—Te extrañé muucho, cariño, no te vuelvas a ir por tanto tiempo.— Frotó su mejilla en la de ella.— Ven, vamos a comer.— Sonrió.

Aprovecha el bug, jaja. Sí, mi amor.— Lo tomó de la mano y lo siguió hasta la mesa.

—Aquí, di ahh.— Le acercó un poco de comida a su boca.

—Puedo comer sola, Hitoshi.—

—Lo sé, pero me gusta darle de comer a Aleska, se ve taaan linda cuando lo hace.— La chica juró verlo mover la cola como un perrito.

—Bien, ahh.— Abrió la boca y esperó a que este llevara la cuchara.

—Ah~ definitivamente Aleska es la más linda.—

Paseó sus ojos por todas las mesas, notando que efectivamente, los alumnos que conocía no se comportaban como normalmente lo hacían.

—Gracias por la comida.— Era hora de pensar en un plan para volver todo a la normalidad.

—Aleska, tienes una mancha aquí.— Señaló cerca del labio, la castaña iba a tomar una servilleta para limpiarse, pero este la detuvo.— No, déjame hacerlo.—

Se acercó tomando su rostro entre sus manos, lamio brevemente la zona al costado de sus labios, pero no se pudo resistir a pasar a estos, besandolos suave y lentamente.

—Listo, ya está limpio.— Sonrió mientras se separaba.

Ahora la castaña pensaba en que no había nada de malo en disfrutar de esto un poco más.

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Se había dado cuenta que al parecer habían más afectados fuera de la escuela, como por ejemplo la madre de Hitoshi.

Aresuka-chan, toma este pequeño regalo.— Le entregó una caja pequeña decorada con papel de regalo y una gran cinta amarilla en envolviendolo.

—Oh, no debió hacerlo.— Lo recibió.

—Vamos, abrelo, no pude evitar pensar en ti cuando lo vi.— Sonrió.

—Está bien, pero no era necesario, señora.— Comenzó a desenvolverlo.

—No digas eso, por favor, llamame mamá.— Rió levemente.

—Soy tan feliz que a mamá le guste tanto Aleska.— Sonrió mientras observaba atentamente como su novia abria la caja.

—¿Uh?— Frunció un poco el rostro cuando vio el interior de la caja, y su semblante se volvió oscuro cuando sacó el contenido.

Un traje amarillo para bebé, así es, señores, la suegra de Aleska le había regalado ropa de bebé.

—¿No es bonito? No pude evitar pensar en ti en cuanto lo vi, así que lo compré.— Junto sus manos mientras mostraba una sonrisa angelical.

—¡M-mamá! ¿Cómo se te ocurre comprar algo como eso?— Casi suspira de alivio cuando escuchó el lado razonable de su novio.— ¡Tenías que comprar un conjunto rosa! Quiero una hija tan linda como Aleska.— Declaró como si fuera lo más obvio del mundo.

—Sí, la próxima vez compraré un lindo conjunto rosa, tengan muchos hijos.— Hijo y madre asintieron apasionadamente.

La castaña sólo pudo sonreír incomodamente, mientras gritaba en su interior. ¿Dónde estaba su suegra bonita que le regalaba condones?

—Vamos, Aleska, no te he mostrado mi cuarto desde hace mucho tiempo.— Sonrió mientras la llevaba de la mano.

—¿Y ahora que hago yo con esta mierda?— Pensó guardando de vuelta la ropa en la caja.

Se sentó en la cama mientras pensaba en una forma de regresar todo a la normalidad, aunque era posible que el problema se arreglara solo.

—¿Aleska? ¿Estás bien?— Volvió de su mundo cuando notó al de cabello violeta mirarla desde abajo, arrodillado para verla a los ojos.

—Ah, sí, sí, no es nada de que preocuparse.— Acarició sus suaves cabellos.

—No eres honesta, ¿Estás molesta por lo que dije?— Ladeo la cabeza.— Está bien si no quieres una hija... podemos tener un niño primero.— Hizo un puchero mirando a un costado.

—Ay, que lindo.— Tomó de sus mejillas, encorvandose para dejar besos en todo su rostro.

—Aleska...— Sus ojos brillaron en cuanto terminó de dejar besos por todo su rostro.— Te amo mucho.— Susurró antes de pasar a besarla en los labios.

En un beso lento y profundo, el chico la atrajo hasta él con una mano en su nuca, mientras trataba de pegar su cuerpo contra el de ella.

—Hitoshi...— Susurró al momento en el que se separaron, aprovechando para pasar sus manos por el cuello del chico, cayendo ambos hacía atrás en la cama.

Ahora el peli-morado desde arriba no pudo evitar acariciar la suave piel debajo de la ropa de la americana. Ante esto sólo se dejó llevar enredando sus piernas en el torso de su pareja.

Sus labios dejaron de tocarse para que pudiera darle una sonrisa juguetona antes de pasar a besar su cuello y clavícula, mordisqueando tentadoramente mientras movía poco a poco su cadera, provocandola.

Suspiros llenaban la habitación, no podía negar que Shinsou sabía como dejarla queriendo más.

Los besos regresaron a su mejilla, ahora se había vuelto bastante amoroso. Pero no era lo que ella quería ahora.

Sus piernas lo soltaron, dejándolo perdido por un momento cuando ella se alejó y se sentó esta vez sobre él, quitándose con tranquilidad la camiseta que llevaba puesta, mostrando un precioso y fino brasier de encaje negro.

Los ojos violeta se pasearon con lujuria por su pecho y vientre, volviendo al par de orbes café que lo miraban con superioridad, las delicadas manos femeninas quitaron la polera que este traía. Mostrando su abdomen bien formado gracias a su entrenamiento.

Y desde el espejo frente a ella podía ver la espalda fuerte que sólo le daban ganas de arañar.

—Hi-to-shi.— Susurró sílaba a sílaba su nombre en su oído mientras se pegaba más a él.

Dejó suaves besos en su cuello, llegando a morder suavemente su manzana de Adán, a la vez sus suaves manos pasaban por aquellos músculos de su abdomen, y antes de que llegaran hasta la cremallera de su pantalón aquellos dos brazos fuertes la envolvieron por su cintura, haciendo de cayera de costado atrapada en sus brazos.

Pero qué-...— Se quejó en los brazos de su pareja, quien reía animadamente mientras la abrazaba fuerte.

—Aleskaa~ Si lo hacemos hoy no podremos tener una hija tan linda como tú.— Explicó.— Tenemos que hacerlo un día martes en luna llena.— Rió contra su cabello.

—En luna llena mis ovarios, sólo pensaba en un oral o algo así, déjame.— Se retorció, pero este no tenía intención de dejarla ir.— Tengo que comprobar que la tienes más grande que Juan de Dios Pantoja.— Chilló.

Ahora Aleska estaba completamente segura que quería a su Shinsou de vuelta.

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5 días.

Toda la gente ha estado actuando como no debería por 5 días.

Y cómo estoy yo se preguntarán.

Estoy a esto de mandar a chingar a su madre al America.

Verán, el principal problema es Hitoshi, yo amo que me atiendan como la princesa que soy, pero tampoco quiero un esclavo o algo por el estilo. Este weon no para de subir historias mías a su Facebook, Instagram y Whatsapp. Ya ha hecho más de 100 TikToks con mis fotos y con una canción de Ed Sheeran de fondo. Ya no puedo más.

—Aleska~ ¿Dónde estás?— Maldito el día en que le di una copia de la llave de mi casa, coño.

Me metí más en mi cobija, enterrando el rostro en la almohada, escuchando como se acercaba a mi habitación.

—Aleska~ Son las 6 de la mañana.— Ahí está su risa de pendejo, y ahora se sentó en mi cama.— Bueenos días, vengo a cantarte tu canción matutina.— Explicó, mientras se acomodaba el ukelele. ¡¿Oyeron?! Trae un puto ukelele.

—Déjame dormir.— Me cubri aún más con las mantas.

Tú tú, nadie como tú tú.— Empezó a cantar las canciones de Camilo.

Grité internamente.

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—¡Hitooooshii!— La chica lloró colgandose del cuello del más alto.— ¡Te extrañé mucho!—

—Aleska, ya puedes soltarme.— Dio palmadas en la espalda de la castaña, aún avergonzado por todo lo que había hecho.

—¡Muere maldito Deku!— Se oyó a la distancia, seguido de explosiones.

Finalmente todo había vuelto a la normalidad por su cuenta, claro, después de una semana.

—Extrañaba a mi Shinsou.— Lo abrazó fuerte, mientras este sólo acariciaba su cabeza.— Extrañaba tu indiferencia.— Reforzó su agarre.


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Esta vaina ya la tenía lista para cuando fue el desmadre de JD pantoja, pero me olvidé subirlo y pues alv porque ya pasó el mame de evaluna también.
Los amoo, cuidense y no se corten el flequillo porfa.

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