38

Capítulo 38; Animals
 
 


 
La castaña caminaba por los pasillos de la U.A. buscando a su pareja, Shinsou Hitoshi, el chico la había estado ignorando desde ayer debido a que le había mentido, pero la chica tenía todo bajo control, así que no se preocupaba.

—Oh, ¿Un gato?— Observó como se le acercaba un gato persa muy peculiar.— ¿Qué haces aquí, bebé? ¿Estás perdido?— Se agachó y extendió levemente su mano hacia el minino, quien pasó de largo y subió sus patas delanteras encima de sus piernas, comenzando a maullar.— Eres un descarado, no deberías confiar así en la gente, hay personas malas que pueden hacerte daño.— Comenzó a acariciarlo, ignorando los maullidos de este.—¿Qué pasa? ¿Tienes hambre, papi?— Lo cargó y comenzó a caminar con este en su pecho.

—¡Areska-san!— Observó que venían el grupo de Midoriya, o bueno, el alto y este, y ambos llevaban animales en sus brazos.

—Hola, ¿Acaso es el día de traer mascotas o algo así? Si lo hubiera sabido hubiera traído a mi Micho, pero miren.— Les mostró al felino.— Encontré este gato de camino, miren que gato más gordo que he encontrado, lo amo, apenas llevo diez segundos con él, pero si algo le pasara mataría a todos en este lugar y luego a mi misma, jaja que creisi.— Sonrió.

—Ehm, Areska-san, ese gato es Shinsou.— Dijo nervioso.

—¿A qué te refieres?— No cambió su expresión.

—Alguien de la clase D perdió el control de su quirk, y terminó por convertir a la mayoría de los alumnos en animales...— Explicó.

La chica observó al animal, y este a ella, notando de que efectivamente le recordaba algo a Shinsou.

Bueno, tienen la misma cara e' poto.— Concluyó, el felino comenzó a maullar y querer arañarla.— ¡Lo siento, lo siento!— Pegó al gato a su pecho.— No estás gordo, sólo llenito de amor.— Rió nerviosa.

—¿Te has topado con otro animal de camino?— La chica negó.— Iida-kun y yo iremos a buscar al profesor Aizawa para decirle, y también veremos si hay otros afectados por...— Acomodó al gato en sus brazos.— Todoroki-kun, por favor no te muevas tanto.— Finalmente el animal logró zafarse de sus brazos y terminar en el suelo.

—Oh, también fue afectado Todoroki.— Dijo simple viendo al minino caminar alrededor de ella.— ¿Quieres que lo cuide por mientras?— Su vista pasó al de cabello verde, quien trataba de que el bicolor volviera.

—Parece que Todoroki-kun quiere ir contigo.— Suspiró.— Puedes quedarte por mientras en el departamento de nuestra clase.—

El gato persa en los brazos de la castaña no estaba muy convencido por la idea.

—Bien, vamos, Todoroki.— Se agachó para que el gato subiera a sus brazos, pero el que ya estaba comenzó a retorcerse para evitar que este subiera.— Hitoshi, quédate quieto.— Luchó, pero no evitó que ambos ahora estuvieran en los brazos de la chica.

—Midoriya, vamos, Ochako-chan parece tener hambre.— Mostró como el pequeño conejo mordia la mano del de lentes.

—Sí... nos vemos, Areska-san.— Comenzaron a caminar.

—Adiós.— Tomó con una mano una patita delantera de ambos gatos, despidiéndose.— Bien, no vayan a hacer un escándalo ustedes dos.— Los observó con ojos profundos.

Ambos gatos se miraron entre sí con temor por la mirada que la chica les había dado.

—Entonces, vamos.— Afirmó su agarre y siguió el camino hasta los departamentos de los chicos de la clase A.

.
.
.

—Oh, hola Aresuka-chan.— Se encontró con la chica de quirk de rana.

—Hola, ranita kero kero.— Sonrió alegre mientras dejaba a los  en el sofá.— ¿Hay más gente que se vio afectada por el.— No pudo terminar pues algo había hecho que se tropezara y casi se fuera de cara contra el suelo, quedó de cabeza levitando en medio del aire gracias a su quirk.

—Así que ahí estaba Hagakure-chan.— Se acercó y comenzó a acariciar al invisible animal, colocandole un collar para no perderla de vista.

—Pues, de nada, ¿Y que hago ahora yo con ellos?— Señaló a los gatos que se hallaban en el mueble.

Quedó unos segundos pensando, cuando de pronto otro animal pasó corriendo por su camino.

Contempló al causante, un pequeño perro pomeranian de color rubio cenizo que se mostraba agresivo, saltando arriba y abajo mientras ladraba con pasión.

—¿Bakugou?— Preguntó en voz alta Asui.

—¡¡Ahhhh!!— El grito de la americana provocó que ambos gatos se pusieran en alerta.— ¡Mi vida, que lindo!— Rápidamente se agachó a la altura del can y comenzó a hacerle mimos, un poco desconfiado al principio, el rubio sólo optó por quedarse quieto, pero luego descubrió que la situación no era tan mala, y que la chica frente a él tenía permitido alabarlo un poco más.

Todoroki y Shinsou, quienes habían estado ajenos a la situación, comenzaban a activar sus alarmas internas, no querían otro rival más, en especial uno como Bakugou.

La otra chica en la habitación decidió que lo más sensato sería abandonar la sala, así que con Hagakure, salieron en silencio. Pero ese no era el caso de ambos felinos, que se miraban entre sí para resolver la situación.

—Ay, me encantas, que lindo eres.— Ahora con el cachorro en sus brazos restregó sus mejillas en su pelaje, mientras usaba una voz melosa.— ¿Quien es el bebé más lindo de todos? ¿Quien es mi bebé precioso? Eres tú, sí, mi amor.— Empezó a dar cortos besos en la cabeza del animal mientras lo seguía apachurrando.

Miauw.— Se oyó el triste sonido del gato persa. Que traducido sería algo como "eso era mío".

Otros sonidos más del otro gato que llamaban al rubio.— Te ves muy cómodo, Bakugou.

El can, que estaba tranquilo hasta ese momento, se encrispó y comenzó a gruñir al  contrario.— ¡¿Y a ti que te importa, maldito mitad mitad?

Aleska, quien era incapaz de entenderlos, procedió a abrazar con más fuerza a Kacchan.— Ya, ya, no pasa nada.— Lo colocó a la altura de su rostro, y procedió a dejar besitos en todo el rostro del perro.

Los sobrantes se alarmaron aún más al ver como comenzaba a mover su cola.

Aún con el pomeranian en brazos, se sentó en el mueble para seguir acariciandolo. Los gatos aprovecharon y comenzaron a tratar de llamar su atención y que dejará a Bakugou.

Ambos restregaban sus rostros en los brazos de la chica, consiguiendo que notara su presencia.

—¿Mmm? ¿Pasa algo, chicos?— Dejó de acariciar al can, para ver lo que querían el par.

Por supuesto que Bakugou Katsuki notó lo que trataban de hacer, y sin mucho esfuerzo se acercó a lamer el rostro de la castaña, consiguiendo toda la atención una vez más.

Awww, que hermoso bebé.— Volvió a dejar besos en el pelaje del perro, quien ahora movía la cola con orgullo, solo para fastidiar a los otros.

Con miradas asesinas en sus ojos, se lanzaron contra el de las explosiones, botandolo de las piernas de Aleska, y empezando a pelearse por la atención de ella.

Arañazos, mordidas y empujones; los tres animales luchaban entre sí con sentimiento. Ambos gatos tenían el mismo objetivo, aunque si se daba la oportunidad no dudaban en desfavorecer al contrario, ya que estaban en una tregua temporal.

—¡ALTOOOO!— El grito autoritario de De La Cruz detuvo la pelea.— ¡¿Qué está pasando aquí, Pablo Lorenzo?—

Maullidos y ladridos era todo lo que escuchaba la muchacha, reflejando una expresión de confusión.

—Yo no hablo guau guau, ni miau miau.— Se rascó la mejilla.— Aunque ahora que lo pienso, puedo decir the cat cataplum in the water, glu glu, no more miau miau.— Los observó.— ¿Pero eso no sirve, no? Ahre.—

Otra vez los mismos ruidos de animales inundaban la habitación, la que estaba a cargo suspiró y sólo procedió a sentarse nuevamente mientras cruzaba los brazos.

—Resuelvanlo ustedes, me quiero ahorrar la fatiga.— Apoyó su cabeza en una de sus manos.

Los tres se acercaron nuevamente, subiendo y mostrando afecto para conseguir su atención.

Katsuki se encontraba lamiendo la mano de la chica, Shoto restregando su cabeza en el brazo de ella y Hitoshi en dos patas, restregando su suave pelaje en la mejilla de la contraria.

—¿Por qué tan cariñosos o qué?— Preguntó sin entender.

De pronto, en un parpadeo se mostraba que el trío había regresado a su forma normal, aunque en el peor momento.

Los ojos cafés se pasearon de un chico a otro, en frente a ella estaba semi arrodillado el rubio cenizo, sujetando su mano derecha mientras besaba esta, con sus ojos carmín fijos en ella.

Del otro lado tenía a Todoroki, quien la sujetaba desde la derecha, entrelazando su mano con la de ella y con la otra tomandola de la cintura.

Finalmente, su querido novio del lado izquierdo, sentado en el mueble junto a ella, con su rostro oculto en su cuello y una de sus manos agarrando su pierna.

Si Aleska De La Cruz fuera una espectadora y la escena en este momento fuese la de la típica protagonista de anime harem, ella probablemente diría que la protagonista no sabe aprovechar lo que tiene y se desmayaría o se haría la loca diciendo que todos son amigos.

Pero ahora pensaba que huir de los problemas era la mejor solución.

Ya me morí.— Dijo para después cerrar los ojos y caer hacia atrás dramáticamente.

 

 

 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top