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Capítulo 19; Mente


¿Nunca les ha pasado querer saber que pasa por la mente de la otra persona?

Bueno, es lo que ahora pensaba el peli-morado al ver el rostro tranquilo de su novia con la mirada fija en el celular, ambos estaban en el aeropuerto, esperando al amigo de la castaña, sentados en el mueble de la zona de comida.

El chico se agarró el oído derecho con molestia, desde hace algún tiempo escuchaba como una interferencia seguido de un pitido molesto.

—Dice que ya está por aquí.— Mencionó levantándose de golpe, apoyando una rodilla en el mueble mientras buscaba con la mirada a su mejor amigo.

Luego de que ese molesto sonido se había acabado puso todos sus sentidos en la chica a su lado.

—¿Cómo es?— Preguntó con intención de ayudarla a buscar.

—Uhmm, es medio gringo, tiene ojos verdes, pero su cabello es entre castaño y rubio, pero cre...— La chica se quedó en silencio al ver un punto fijo, para luego dar un pequeño grito de emoción y moverse tan rápido como pudo para llegar hasta su objetivo.

El chico supuso que había encontrado lo que habían venido a buscar, así que se levantó con tranquilidad del mueble y siguió su vista hacia donde la chica corría.

Un poco más lejos de ella se encontraba un chico de buen aspecto, con una gran maleta y saludando con la mano hacia ella.

—¡Ale!— Gritó detendiéndose y extendiendo los brazos.

—¡Leo!— Sonrió y se lanzó a sus brazos, el chico la cargó con facilidad y comenzó a dar vueltas mientras ambos reían.

Shinsou se sintió un poco mal al verse excluido, y que los espectadores pensarán que eran una pareja encontrándose luego de mucho tiempo.

Una vez vio que era prudente avanzar, camino con paso tranquilo hasta ambos.

Estás súper guapa, Ale.— Agarró sus mejillas mientras besaba su frente.

Tú también, Leito.— Rió mientras se dejaba.

El de ojos oscuros tosió para que notarán su presencia.

—¿Pasa algo, chico?— Lo examinó de la cabeza a los pies.

Ambos chicos eran de la misma altura.

Ah, Leonardo, él es mi novio, Shinsou.— Se separó de su lado y se puso junto a su pareja, quien no desaprovechó y puso una mano en su cintura para marcar terreno.— Shinsou, mi mejor amigo, Leo.— Les sonrió a ambos.

Estaba tan feliz que no notaba las miradas que ambos tenían en estos momentos.

Un gusto.— Asintió con una sonrisa forzada.

—Dice que está encantado de conocerte.— Tradujo.

—Lo mismo digo.— Dijo con su típico semblante.

Dice que también.— Volvió a traducir mientras sonreía feliz.

El chico afirmó su agarre, atrayéndola un poco más hacia él.

Iba a ser una tarde agitada.

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—¿Y cómo es que terminaron?— Preguntó harto de estar tocando el violín para ambos, quienes tenían una propia conversación en español.

Ahh, cuentale, Leo, cuentale.— Rió mientras lo movía con rudeza.

—¿Qué cosa?— Preguntó riendo, contagiado por la risa de la mexicana.

Ah, es cierto.— Lo soltó.— No sabes hablar japonés.— Suspiró agotada.

Bah, Ale, es tu novio el que no sabe español.— Se defendió.

A mi bebé no lo metas en esto.— El chico sólo rodó los ojos.

—¿Entonces?—-Volvió a preguntar el japonés.

—Fue hace, uff.— Hizo un gesto con su mano.— Mucho tiempo, pero fue algo como: terminemos, porque siempre que estoy contigo termino corriendo de la policía.— Rió antes de darle un sorbo a su soda.

—¿Así nada más?— Inclinó un poco la sonrisa con una pequeña sonrisa en sus labios.

Ella asintió.— Leo se puso como loco tratando de hacerme cambiar de opinión.— Susurró acercándose a su novio, como si el otro chico pudiera escucharlos.— Al final decidimos quedar como amigos, y aún lo somos, a veces creo que sigue un poco resentido por eso, ¿Pero no se lo digas, bien?— Sonrió antes de volver su atención al otro chico frente a ella.

Sólo ese pequeño gesto logró hacerlo sentir superior al otro chico frente a él.

—¿Sabes qué es lo que quiero hacer ahora?— Le preguntó el venezolano a su mejor amiga, ella negó.— Comer.- Ambos asintieron y compartieron algunas anécdotas mientras seguían caminando.

La chica dirigió un momento su vista al otro chico a su lado, quien a pesar de no participar en la conversación no parecía estar molesto del todo.

Con un poco de temor a ser rechazada y volverse objeto de burla de su compañero, tomó la mano de su novio, esperando que no la soltara.

Sonrió inconscientemente cuando sintió que en vez de lo que esperaba, Hitoshi había entrelazado sus dedos y acariciaba suavemente su mano con el dedo pulgar.

El otro chico notó la escena y comenzó a molestar a la chica diciéndole que mejor se consiguieran un hotel.

«Quiero pizza»

Por otro lado, el peli-morado observó a su lado confuso, creyó haber oído la voz de la castaña hablarle directamente, pero seguía bastante entretenida con el otro chico.

Dirigió su vista a su mano entrelazada con la de la americana, tenía un poco de vergüenza por mostrarse así en público, pero tenía la necesidad de mostrarle al otro chico que la castaña era toda suya.

-Hitoshi, vamos a ir a comer.- Le avisó al chico, regresando luego de haber estado sumido en sus pensamientos durante un buen rato.-Ahh, ¿Sabes que es lo que se me antoja?- Preguntó mientras movía hacia adelante y atrás sus manos.

-Pizza.- Dijo simple.

La chica se detuvo y su rostro pasó de uno sonriente a uno serio.

Ambos chicos notaron eso.

-¿Ale, estás bien?- Preguntó el de ojos verdes.

-¿Cómo supiste que quería pizza?- Lo observó directo a los ojos.

-Pero si lo habías dicho hace rato.- Se defendió un poco nervioso por el rostro que le mostraba.

-Claro que no.- Llevó una mano a su mentón recordando toda su vida.

-¿Qué está pasando?- Dijo excluido.

-Es que Shinsou ha adivinado a la primera lo que quiero comer.- Explicó.

-Ah, ¿Ese es su quirk? ¿Leer mentes?- Dedujo simple.

-Tss, claro que no.- Negó haciendo un ademán con su mano, pero se espero unos momentos relacionando todo.- Espera, ¿Hitoshi, puedes leer mi mente?- Lo tomó por los hombros emocionada por su nuevo descubrimiento.

-¿Eh? Claro que no.- Se hizo un poco atrás para no caer.

-A ver, inténtalo.- Se acercó más.- ¿En qué estoy pensando?- Sonrió emocionada.

El otro chico también se acercó curioso.

El chico suspiró rendido al saber que no iba a poder escapar.

Se concentró y la observó directo a los ojos.

El mismo pitido molesto llegó a sus oídos, sólo que ahora comenzaba a tomar un sonido más audible, llegando a convertirse en una voz.

-¿Hotel? Trivago.- Repitió lo que pudo entender.

La chica lo soltó y comenzó a saltar emocionada, el americano estalló en carcajadas.

Tiene poderes!- Alzó los brazos hacia arriba a la vez que el chico se elevaba sin querer por el uso de su particularidad.

-¡Aleska, bajame!- Ordenó con un poco de temor en el aire.

-L-Lo siento.- Sonrió nerviosa.

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Habían decidido celebrar el nuevo descubrimiento yendo a comer pizza.

¿El problema?

El latino no podía pasar ni un día junto a la castaña sin atraer a la policía.

Habían "tomado prestado" un auto muy bonito y estaban dando un paseo.

Era obvio los nervios y ansiedad que el japonés estaba sintiendo en ese instante, sentado atrás.

Aunque en realidad si lo habían tomado prestado, la dueña del vehículo había tenido un flechazo por el venezolano.

Les dijo que podían dar una vuelta con su auto si este le daba su número.

El problema era de que si atrapan al menor conduciendo el auto, podrían tener graves problemas.

-Ya, ya está.- Dijo el invitado mientras agarraba el celular.

El peli-morado observaba confundido porque el auto estaba avanzando más lento.

Y se perdió en el momento en el que una extraña canción comenzaba a sonar en el auto, y que su novia ahora estaba siendo grabada.

Y que acababa de salir del auto en movimiento, pero además de eso comenzaba a bailar al ritmo de la pegadiza canción.

-Keke, do you love me?- Cantó el coro mientras seguía luciéndose con sus pasos.

Cuando la chica volvió a entrar al auto el conductor terminó de grabar, y ambos chocaron los cinco mientras veían el vídeo.

El peli-morado no podía sentirse más fuera de lugar.

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-Ha sido muy divertido, Leonardo.- Dijo abrazandolo.

-Yo también me la he pasado genial, Aleska.- Rió acariciando su cabello.- Me gustaría quedarme en tu casa y hacer pijamada, pero...- Observó de reojo al otro chico.- Tu novio no te deja.- Sonrió provocándola.

-Ti nivii ni ti diji.- Lo imitó.

-Bueno, chauu.- Se despidió con la mano para entrar en el hotel.

La castaña hizo lo mismo y cuando no lo vio más se fue junto a su novio.

-No me dijiste porque vino a Japón.- Comenzó la conversación el peli-morado.

-Ups.- Rió nerviosa.- Leonardo tiene el sueño de ser actor, quedó en las finales de un concurso y la final es aqui, así que lo voy a ayudar llevándolo y haciendo de traductora, así no va a gastar mucho.— Explicó.

—Ya veo—.

—¿Te ha caído bien?—

—Eh, sí.— Dudó.

—¡Qué bueno!— Sonrió.— Porque lo volverás a ver pronto.—

—Que bien.— Respondió sin ánimo.

Y ambos regresaron aún tomados de la mano.

☁☁☁

Holaa, vengo a molestar 💕
Aún sigo agradecida por haber llegado a los 1K uwu gracias por tanto, perdón por tan poco.

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